La investigación-acción surgió en 1944 como una metodología que permite avances teóricos y cambios sociales de manera simultánea. Tiene como características implicar la transformación de la realidad mediante la colaboración de las personas y la reflexión sistemática de la acción. El proceso consta de cuatro etapas: identificación del problema, elaboración de un plan de acción, desarrollo del plan y recogida de datos, y reflexión e interpretación de resultados para replanificar.