El documento narra dos historias relacionadas con la creencia en la brujería en el Congo. La primera historia cuenta cómo una familia creía que una tía estaba causando enfermedades y muertes mediante brujería, por lo que la acusaron y ella confesó para ser perdonada. La segunda historia describe cómo un adivino y sus asistentes llevaron un ataúd corriendo para identificar a los culpables de una muerte, acusando y matando a un matrimonio vecino.