La Basílica de Majencio y Constantino en Roma fue construida en tres fases entre 306-312 d.C. La primera fase incluyó la construcción de contrafuertes perimetrales y bóvedas de cañón en las naves laterales. En la segunda fase se cerró el edificio con ventanas de arco y se construyeron bóvedas de arista en la nave central. Finalmente, en la tercera fase se consolidó la estructura, se añadieron tejados y un pórtico lateral.