Manguel describe las bibliotecas como lugares "gratamente disparatados" que imponen una visión del mundo a través de su clasificación. Aunque ordenadas durante el día, de noche el ambiente cambia y las bibliotecas se vuelven más misteriosas. Manguel disfruta perderse entre los estantes con la seguridad de que la jerarquía de letras y números lo guiará a su destino. Colecciona libros desde hace medio siglo, agradecido por las revelaciones que le ofrecen a pesar de saber más que él.