La Edad Moderna se extiende desde 1453 hasta la Revolución Francesa en 1789. Se caracteriza por el predominio de la individualidad, el desarrollo de las artes y las ciencias, y los grandes descubrimientos geográficos. También marca la consolidación de las monarquías absolutas y el crecimiento de la burguesía. La autoridad de la Iglesia comienza a debilitarse debido a la reforma religiosa del siglo XVI, y hay una transformación cultural e intelectual gracias a la imprenta y los estudios.