Tras la caída del Imperio carolingio, Europa se fragmentó en numerosos reinos y condados. El sistema feudal surgió como respuesta a la inseguridad generada por las invasiones vikingas, magiares y sarracenas. La sociedad se organizó en tres estamentos dominados por la nobleza y el clero. El arte románico, con iglesias de piedra de gruesos muros, reflejó la austeridad de esta época.