Este documento describe cómo varios alimentos se asemejan a órganos y sistemas del cuerpo humano en forma y función. Explica que las frutas y verduras fueron diseñadas por Dios para nutrir específicamente diferentes partes del cuerpo. Proporciona ejemplos como las zanahorias que ayudan a los ojos, los tomates que nutren el corazón, y las nueces que apoyan el cerebro. Concluye animando a las personas a compartir esta información.