El documento analiza la influencia judía en el surgimiento y desarrollo del comunismo, argumentando que muchos de sus principales ideólogos y líderes, como Karl Marx y León Trotsky, eran de origen judío. Se menciona un supuesto financiamiento judío detrás de la revolución bolchevique y destaca la predominancia de judíos en los cargos de poder durante los primeros años de la Unión Soviética. Asimismo, se discuten las repercusiones del comunismo en la sociedad y la percepción del antisemitismo durante esa época.