La globalización ha intensificado las relaciones económicas internacionales en las últimas décadas. El comercio mundial, los flujos financieros y la producción se han globalizado gracias a mejoras en el transporte y las telecomunicaciones, así como por la liberalización de los mercados y la expansión de las multinacionales. Esto ha traído tanto consecuencias positivas como negativas de tipo económico, político, social, cultural y ambiental.