Este documento describe la importancia del juego simbólico en el desarrollo infantil. Explica que el juego simbólico emerge alrededor de los 18 meses y permite a los niños representar objetos con su imaginación. A medida que los niños crecen, su juego simbólico se vuelve más complejo, pasando de usar objetos de forma funcional a roles más elaborados. El documento también destaca que el juego simbólico apoya el desarrollo del pensamiento y las habilidades socioemocionales.