La iglesia bíblica tiene tres propósitos principales: 1) predicar el evangelio a todas las personas, 2) ayudar a los necesitados en el nombre de Cristo, y 3) edificar a los miembros de la iglesia para que crezcan espiritualmente. La iglesia en los tiempos de los apóstoles cumplía con estos tres objetivos a través de la predicación, la provisión voluntaria de recursos para los necesitados, y el estudio bíblico, la adoración y el apoyo mutuo.