En las sociedades primitivas, las mujeres desempeñaron un papel fundamental en la educación, agricultura, manufactura, salud y religión. Se encargaban de recolectar alimentos, criar a los niños, y transmitir el conocimiento cultural a través de generaciones. Debido a su rol central en la supervivencia de los primeros grupos humanos, se cree que existió un matriarcado o protagonismo femenino en las sociedades prehistóricas.