El documento habla sobre el poder de la música para influir en el espíritu humano. Explica que los antiguos griegos y chinos reconocían este poder. También menciona que cada revolución política importante ha estado precedida por una revolución musical. Finalmente, argumenta que aunque la música puede usarse para el bien o para el mal, es posible discernir entre música buena y mala aunque sea un juicio complejo.