Giotto pintó La resurrección de Lázaro como parte de los frescos de la Capilla Scrovegni en Padua, Italia. Representa el momento en que Jesús resucita a Lázaro colocando su mano sobre él, rodeados por los discípulos y familiares de Lázaro. Giotto introdujo nuevos elementos naturalistas que rompían con el estilo bizantino, como paisajes en lugar de fondos dorados y figuras con mayor volumen anatómico. Aunque conservó algunas convenciones góticas como los nimbos dorados