La agricultura española sufría de malas tierras, clima difícil y atraso técnico. Esto, junto con la estructura de la propiedad de la tierra y las políticas proteccionistas, llevó a bajos rendimientos agrícolas y altos precios de los productos, lo que limitó el crecimiento demográfico y el desarrollo industrial. La industria textil de Cataluña fue una excepción debido a su mercado, mecanización y protección, mientras que la siderurgia tuvo éxito limitado deb