Este documento discute los falsos maestros y las falsas doctrinas. Explica que la sana doctrina bíblica nos protege de creer enseñanzas no fundamentadas en las Escrituras. Advierte que en los últimos tiempos surgirán muchos falsos maestros que introducirán doctrinas erróneas. Insta a los creyentes a defenderse estudiando la Biblia y comparando cualquier enseñanza con lo que dice la Palabra de Dios.