El documento analiza la fortuna crítica del tratado 'El pintor cristiano y erudito' de Juan Interián de Ayala, que fue muy valorado desde su publicación en 1730 hasta finales del siglo XIX, pero que se volvió obsoleto en el siglo XX. Se discute cómo la recepción del tratado refleja los cambios en los valores artísticos y la relevancia social a lo largo del tiempo, resaltando su impacto en la representación de imágenes sagradas y su influencia en la Iglesia y la política ilustrada. Interián, reconocido como erudito, realizó una importante contribución al arte y la teología a través de su obra, cuya estructura y contenido fueron fundamentados en un riguroso análisis iconográfico.