Este documento resume las enseñanzas de Santa Teresa de Jesús sobre cómo las parroquias pueden servir como centros de espiritualidad. Santa Teresa enseña que las parroquias deben (1) compartir experiencias espirituales en pequeños grupos, (2) fomentar la formación y el discernimiento a través del diálogo, y (3) despertar el amor a través de obras concretas que sirvan a los demás.