Lawrence Maxwell Ilabaca narra su experiencia como detenido en México, donde fue sometido a violencia y tortura por parte de agentes de la policía que lo acusaban de terrorismo tras participar en una marcha pacífica. Durante el traslado en un furgón, los policías despojaron a los detenidos de sus derechos humanos, sumiéndolos en un estado de vulnerabilidad y miedo. Este testimonio refleja la impunidad y la brutalidad del estado mexicano, así como el uso sistemático de la violencia por parte de sus fuerzas de seguridad hacia los que protestan.