La leucemia mieloide crónica (LMC) es una neoplasia hematológica caracterizada por una proliferación anormal de leucocitos, siendo más frecuente en hombres de mediana edad. Se diagnostica típicamente mediante análisis de sangre que muestran leucocitosis y la presencia del cromosoma Filadelfia, y su tratamiento principal implica el uso de inhibidores de tirosina cinasa. Con un tratamiento adecuado, la supervivencia a cinco años en fase crónica supera el 90%, contrastando con las tasas de mortalidad previas al tratamiento moderno.