La leyenda cuenta la historia de Don Ramón Ayala, un hombre aficionado a las peleas de gallos y la bebida en la ciudad de Quito. Una noche, ebrio, desafió al gallo de la Catedral diciendo que él era el gallo más fuerte. Sin embargo, el gallo de la Catedral lo atacó, hiriéndolo en la pierna. Don Ramón pidió perdón y prometió dejar de beber. Desde entonces se volvió una persona seria.