El documento critica el enfoque del REDD+ y las industrias extractivas como parte de una estrategia capitalista que perpetúa la explotación de la naturaleza y los pueblos. Se argumenta que estos mecanismos, bajo la economía 'verde', no abordan las causas del cambio climático y facilitan la destrucción de territorios indígenas y la violación de derechos. Además, se llama a la resistencia de comunidades y movimientos por la defensa de la tierra, el agua y los derechos humanos frente a estas falsas soluciones.