El documento describe el imperialismo europeo en el siglo XIX. Las potencias europeas como Gran Bretaña y Francia conquistaron territorios en Asia, África y América impulsadas por factores económicos, políticos, demográficos e ideológicos como la búsqueda de materias primas, mercados para la industria, prestigio nacional y la ideología racista de superioridad blanca. El proceso de expansión colonial condujo a rivalidades entre las potencias europeas que desembocaron en la Primera Guerra Mundial.