"Menta y Ron" (Poemas íntimos)
“Menta y Ron” (poemas cortos a la deriva)
Este es un libro/bitácora con “poemas cortos” realizados para la página en Facebook “Directo al Corazón”
durante el año 2014.
El autor es periodista y reside en la localidad de Zapala, en el centro de la provincia patagónica de Neuquén
(Argentina)…
A la deriva…
"ELLA BUSCA EL HORIZONTE..."
Cuando su silueta se funde en el mismo horizonte que se evapora entre los dedos,
es cuando la inmensidad de la nada se parece a un simple destello sin muchas explicaciones.
Ella es la guía de lo incierto en un vuelo espacial a la nada.
Es la Capitana de la nave absurda de mis años, y la confidente más esquiva que llevo en mi
cordura.
Ella es insoportablemente inquieta porque su silencio se enreda entre mis horas, para que su
aliento se convierta en luna.
Ella es la virtud inesperada que se cuela por mi nostalgia para beber mis ansias convertidas en
néctar.
Ella es la fundadora de lo inesperado:
El ojo atento sin vigía...
La sonrisa perfecta entre lo brusco...
La melodía oculta de mis lamentos...
Lo inevitable de mis sueños...
La finitud de mis llantos...
La mañana esperada de mis ilusiones.
Cuando su silueta se funde en el mismo horizonte que se evapora entre los dedos, es cuando tomó
la palabra añorada y sin más excusas, que sólo la ausencia de mi sombra, le digo al tiempo que
espera:
"Ella es horizonte...por favor...que no busque nada..."
"EN EL MISMO RINCÓN TE ESPERO..."
Si tengo que sobornar la imaginación de las pequeñas escaramuzas, con seguridad te espero
afortunada.
Si tengo que soportar que olvides el pasado, con seguridad me habré bebido los años de tu
murmullo que se parecía a un simple eco.
Quiero esperarte en el mismo rincón de la inocencia:
Apretando los dientes como cuando cortabas angustia.
Silbando bajito para no enloquecer tus ansias.
Tomando tú cintura que se me volvió suspiro entre mis manos...
Allí estaré, entre los bocetos que dibujaste de mi rostro.
Entre miradas que se parecen a lo añorado.
Entre la misericordia de un día a puro sexo.
Entre la luz que se escapó de tu rostro.
Si tengo que sobornar la imaginación de las pequeñas escaramuzas, con seguridad no espero por
tu entrega.
Me sentaré en el rincón de lo esperado.
Separaré una a una las gotas del roció entre tu almohada.
Me incrustaré sin permiso entre tus miedos.
Y me llevaré lo mejor de ti....para que nadie envidie lo que perdiste.
"SOLO ME CONVIERTO EN BRISA..."
En el umbral de los milagros, esos que llevamos desbocados a cada rincón de nuestros ánimos, es
donde te cubro con mi brisa.
En ese lugar remoto, donde el amanecer se hace un simple destello, Yo te cubro con mi brisa.
Te envuelvo lentamente para que no desesperes.
Suavemente me enrosco entre tus sueños para besar tu silueta.
Me aferro a tus pies descalzos para caminar a tu lado.
Y me fundo en tus poros desnudos para sabernos humanos.
En el umbral de los milagros, a las puertas de la gran muralla de las sorpresas, Yo construyo
nuestra casa.
Un hogar con aroma a posible.
Una suave caricia del destino que se embriaga de suspiros.
Tus manos que se convierten en destinos.
Y mi corazón desolado que se evapora como brisa.
Cuando la sinrazón le juegue una mala pasada a la cordura.
Cuando la pequeña luna quiera convertirse en luna llena.
Cuando la mirada dormida se despierte asustada por la voz de mi llegada.
Cuando todo parezca perdido, y nada se someta a juramento.
Yo me vestiré nuevamente de brisa.
Recorreré tus siestas y trasnochadas.
Me subiré hasta tu cama idolatrada.
Y sin que te despiertes de tus ansias.
Te llevaré conmigo aunque tú no partas.
"TIEMPO..."
Me preguntaste si mis manos eran testigo afortunado de tus engaños.
Te respondí en una noche de otoño, entre la caída de tus ganas, en el medio de lo inoportuno,
entre la rendija de lo inseguro:
Mis manos son el tiempo sin tiempo que se funde entre tu cuerpo.
Es la rebelión acrecentada por los siglos sin guerra.
Es la infinitud de tu sonrisa cuando se posa entre mis labios.
Es la sed que se apacigua cuando te bebe de noche.
Me preguntaste si mis pies pueden silenciosamente convertirse en fantasmas.
Te respondí debajo de tus ansias, entre tu último suspiro, y el aroma fértil de los amaneceres:
Mis pies son los últimos mohicanos que no se rinden ante nadie.
Son la necedad de un andar oculto.
Son lo necesario para construir un camino de orgullo.
Son la firmeza que necesito para no caer ante tus dudas.
Me preguntaste si mi tiempo es posible atrasarlo.
Te respondí ardiendo como las llamas del infierno, debajo de nuestros cuerpos, entre tu espalda y
el ocaso, entre tu sudor y mi entrega:
Mi tiempo es tu tiempo en la medida de lo esperado.
Con las agujas de un reloj de arena.
Con tu figura como mi estela anunciada.
Con la necesidad de ser tuyo, y vos de no ser de nadie.
Entre la vida y la muerte.
Entre los segundos inmortales de sueños...
"POR EL CAMINO DE LAS ROSAS..."
Hay un suspiro que se parece a tu permanente compañía, lo bautice en una noche fría a la espera
de tu boca.
Me juramenté que no ibas a dormirte en brazos de cualquier luna, y le escupí el rostro a la cara del
ocaso para que se respete tu partida.
Hay un momento que se enreda entre mis sueños porque no quiere negarte.
Lo volqué por las alcantarillas de lo vano mientras miraba de reojo el tiempo muerto de tus ojos.
Soy ese juglar adolescente que no quiere elevar su voz mientras le hace el amor a tus silencios.
Me convierto en luz solamente cuando puedo fundirme en tu centro, en ese lugar secreto al que le
llamamos alma.
En ese lugar casi imperfecto me juramento palabras:
"Volveré con la nostalgia de la mañana para que tus cabellos se enreden entre mis dedos..."
"Si dejas abierta las puertas de tus miedos con seguridad robaré a la niña dormida que despierta
inocencia..."
"Me siento tiempo, y distancia, en la medida que tu corazón se vuelve fantasía porque descubre
mi cuerpo..."
Hay un suspiro que se parece a tu permanente compañía, lo bebí una y mil veces mientras te veía
dormida.
Lo inevitable sólo se sabe mentira.
Y tú camino de rosas un inevitable destino...
"MULTICOLORES..."
AZUL, es la infinitud de tus caricias cuando las dudas se apoderan de tus mejillas, y sólo un ROJO
suave se quiere convertir en el AMARILLO de mis desazones.
VERDE destello, es el color que más te sienta entre tus piernas, mientras el CELESTE cielo se
embriaga de tus misterios para saciar conmigo la sed de lo incierto.
BLANCO Y NEGRO es la antinomia de los días pasajeros, que saben que no eres mía simplemente
por los GRISES de tus partidas.
ROJO es la promesa de aquél invierno pasado, el silencio que se fundió en tu cuerpo a la espera
del VIOLETA incesante que me pidió por tu aliento mientras nos negábamos a todo.
MULTICOLORES es la consigna de batalla, para acariciar la luna a la espera de un amanecer
cercano.
MULTICOLORES del mundo uníos que con seguridad ella sólo liberará mi alma.
MULTICOLORES como blasfemia olvidada, para sabernos desnudos aunque nuestro arropar sea de
tarde.
Y finalmente MULTICOLORES para no seguir siendo injusto con tu figura añorada.
La que vela por vivir envuelta en COLORES que amamos.
"EN EL RINCÓN DE LOS SUEÑOS..."
Siempre me gusta la soledad de los rincones que se filtran de ilusiones.
Son los huecos oscuros a los cuales la luz del día sólo se filtra a escondidas.
Es un espacio donde las musas me piden susurrando que sólo sea fiel a mi conducta.
Son espacios necesarios para beber el néctar de los rituales milenarios.
El motivo inoportuno para sentenciar tu memoria.
La necesidad impostergable de mis sueños olvidados.
En ese rincón de ilusos, yo no pretendo lo imposible.
Sólo suponer que un ruego te puede desnudar sin tenerte.
Acariciar mi copa como lo haría con tu vientre, y declararme incorrupto de tus besos sin nombre.
En ese rincón perdido donde deposito mis auras, en el silencio del ocaso, entre lo oportuno de los
años.
Con la necesidad urgente, y el alma susurrando, es donde mejor me siento a vomitar frases:
"Cuando el paso de tu suerte se convierta en tu presente, es el momento oportuno de partir de lo
imposible..."
"Hasta que la necesidad le gane al pesimismo, Yo abriré la puerta de tus dudas como lecho..."
"Si no niego lo posible de tu sonrisa como pago, con seguridad estaremos a tiempo de robarnos la
nostalgia..."
En ese rincón perdido que me acuno desde siempre.
Con el traje de Romeo que le prestara Quijote.
A la sombra de los dioses que se cayeron de su Olimpo.
A partir de mi soledad que se pinta de Whitman.
Yo te declaro sueño por rebelde e incomprendido, y te siento entre mis piernas para que no me
olvide de ella.
"CUANDO EL SILENCIO SE ME VAYA CON EL ALMA..."
Cuando el silencio se me vaya con el alma, con seguridad planto bandera:
Y sonrió de las muecas de los afortunados porque mi fortuna no se encuentra en la superficie...
Y me voy hecho tiempo al costado de los ilusos porque la ilusión es un derecho, y por lo tanto no
se niega lo necesario...
Y recorro tu cuerpo desaforado, porque para tibios está tu pasado con otro nombre...
Y me rebelo ante la justicia de los sabios, porque sospecho que se oculta tras lo cotidiano...
Y me levanto en el medio de la nada, casi imperfecto, casi insensato, para besar la boca de tu
antojo que se cuela por mis heridas mientras le hace el amor a lo impensado...
Y te llamo patria hermosa, con el último aliento de los utópicos, para fundirme en tus entrañas
como aquél niño que se desviste de inocencia entre los brazos de su madre...
Y miro los ojos del pasado, casi atónito, por siempre enamorado, para llevarte en mi mochila de
los sueños junto a la necesidad de mis años...
Cuando el silencio se me vaya con el alma, con seguridad planto bandera.
Miro de reojo a las brumas, y con el correr de los pasos de un fantasma, me convierto en
trascendencia que es como quiero que me lleve la muerte.
Por siempre...por un momento.
"NO PIDO PERDÓN...SÓLO UN OCÉANO"
Hay un tiempo al que le llamo distancia, me apareció en una tarde de enero justo en el momento
que me negaba a lo afortunado.
Hay días que simplemente se podrían borrar del calendario, marcar con la cruz de nuestras
espaldas las noches, y esperar el amanecer desnudo frente al ritual de tu mirada.
Con seguridad, entre lo seguro de tu espanto, Yo me cubriré de ansia.
Un océano de oportunidades que sólo te demuestra lo imposible de su cauce:
"Ayer busque entre mis recuerdos, y un rayo de luz se apoderó de mis dudas cuando los aromas se
encaminaban a tu cuerpo..."
"Ayer te busqué en el bosque de los sueños, y parecías una sombra aniñada ante mis manos
convertidas en ogros desesperados..."
"Ayer me fundí en viento, sólo para sobrevolar tus miedos, y decirte por lo bajo que lo eterno no
existe, porque existe el desierto..."
Hay días sin tiempo que se expanden como un camino solitario, y de golpe se encuentran con la
puerta de tus ilusiones.
Es el momento exacto para negarme a las disculpas y los infortunios, porque nací pecador antes
que tus caricias fueran determinantes:
Un océano que se incrusta en tu cuerpo, y te bebe sin sed porque no se disculpa...
No pido perdón simplemente silencios.
No pido perdón sólo me voy con la bruma a escondidas.
No pido perdón si mis ojos sólo vieron tu alma.
No pido perdón si mis manos recorrieron tu universo.
No pido perdón sólo que cuando baje la luna te encuentre dormida.
Hay un tiempo al que le llamo distancia, me apareció en una tarde de enero, y sin esperar por mis
plegarias se convirtió en ateo para no rogarle más a nadie por un milagro.
"CUANDO EL AMANECER NOS DESCUBRA..."
Cuando el sol se convierta en un eterno peregrinar por la silueta oculta de tus suspiros, es cuando
me guardo la incertidumbre y te llamo eterna...
A ti que te descuidas con el simple aliento de mis días.
A ti que sueles mentirle a la desdicha para ser más cómplice de la alegría.
A ti que te empecinas en llamar al destino como te plazca.
A ti que bebes de noche el néctar prohibido de mis causas.
A ti compañera permanente de mis caricias.
A ti celosa guerrera de mis luchas.
Cuando el sol se convierta en un eterno peregrinar por la silueta oculta de tus suspiros, es cuando
me convierto en tu excusa y me arrojo soberano a tu goce.
A pesar de la sombra despiadada de lo antiguo.
A pesar del dolor amargo de los descuidos.
A pesar de la negación de lo inoportuno.
A pesar de la tozudez de lo oculto.
Allí me convierto en amanecer por derroche, por la insistencia de tus roces.
Por el camino inevitable del calor permanente de nuestros horizontes.
"A LA SOMBRA DE UNA DUDA..."
Me permites dudar del horizonte, se parece tanto a una bola de fuego que no deja que tus manos
se enfríen.
Me permites dudar de los interrogantes, se amontonan como pulgas en la oreja para que te
sientas vulnerable.
Me permites dudar de los remordimientos, se combinan con el ruido de la lluvia cuando caen
sobre los techos.
Uno se emborracha de dudas cuando la salida de la cordura se cierra como una puerta.
Uno es la palabra exacta en el momento menos oportuno, cuando se nos escapa una plegaria.
Uno es testigo de sus dudas.
Recuerdas aquella que bajamos en una noche de octubre.
La sentamos en tu vientre para que no creciera huérfana.
La acunamos a escondidas para que creciera tierna.
La soñamos inalcanzable para que no te arrepientas.
Ahora me permites una duda país...
Una pequeña como aurora de los pobres.
Una sencilla como los labios de tu ausencia.
Una permanente como los amoríos de la luna.
Uno complaciente como la ilusión de los urgentes.
Una milenaria como la existencia misma, que no se resigna a los olvidos, que permanentemente se
funde en tu esencia.
"QUIERO PERDERME EN TU CUERPO..."
Quiero perderme en tu cuerpo, y no es un capricho invertebrado, sino simplemente un derecho
divino:
Me lo gane en una tarde de nervios al costado de tus desdichas.
Me lo atesore entre mi costilla izquierda, junto al silencio que se colaba por lo incierto.
Me lo bebí de un sorbo esperando por la mañana.
Me lo comí sin saborearlo porque estaba dormido.
Hay días que se parecen a la mueca de lo permanente.
Son días sin calendario que se amontonan sobre tu falda.
Son los espejos rotos de tus justificaciones innecesarias:
"Ayer me fui y no quise mirar lo que dejaba..."
"Hoy miré la soledad de mi cuerpo, y es como el desierto sin arena..."
"Deslice mi mano sobre otro cuerpo, y sentí el fantasma de tu impotencia..."
"Me cobije en una luna desnuda, y le dije que no te sentía mientras se marchaba asustada..."
"Quiero estar sola, y sin palabras, mientras me consumo de años como una pasa de uva..."
Anoche la voluntad le jugó una mala pasada a la espera, se disfrazó de verdad en el medio de otro
cuerpo.
Se fundió en otros poros, sin que pudieras notarlo.
Se convirtió en derecho divino mientras me perdía por el desfiladero de tu cintura obligada.
"HAY UN POSIBLE AL QUE LLAMAMOS ENTREGA..."
Si en el medio de un suspiro todo se vuelve remolino, es cuando me calzo la armadura del ocaso y
me entrego sin preguntas.
Es el instante inesperado que jamás dudo en dispararte, el dolor de no tenerte como un tajo al
alma, la sensatez en cuenta gotas que se evapora con el alba.
Las melodías que tardan porque se fueron con pies descalzos...
Si en el medio de un suspiro todo se vuelve remolino, es el momento exacto de contarte algunas
cosas:
* A la sombra de tu cuerpo sólo se funde un recuerdo...
* A los pies de mis ilusiones siempre busco lo imposible...
* Cuando la luna duerme me convierto en tu sueño...
* Cada paso del destino se parece a tus cabellos...
* Nunca miro de reojo porque me ciega tu inocencia...
* Siempre rio a carcajadas porque lloro entre misterios...
* Soy custodio de utopías entre tu razón y la locura...
En el medio de un suspiro, cuando los ilusos se amontonan, se acobarda el más urgente si te besa
sin tenerte.
En el instante preciso, sin negarme a los reproches, soy la salida de tu escondite cuando el sudor
se evapora.
Un posible al que lo llamo y se pierde con la entrega...
Un ocaso sin retorno que permanece inalterable.
"REAFIRMO MIS ERRORES A PESAR DE TUS ACIERTOS..."
No acostumbro a robar sin permiso. Eso se lo dejo a la luna que no se sincera con el invierno
cuando el hielo de tus pretextos es innecesario.
No me arrepiento de lo entregado. Eso se lo dejo al rincón de lo imprevisto que se va de viaje en la
mochila de los afortunados.
No creo en tus razones. Eso se bebe como un vino dulce, siempre que tus ojos se embriaguen con
mi cuerpo, y soporten su resaca.
No me acostumbro a la injusticia. Eso se lo dejo a los miserables que se visten de oportunos
cuando la dicha es abundante.
No me siento solo. Eso es patrimonio de tu cuarto que sólo visité cuando la sombra de sus pasos
negó los míos.
No pido disculpas. Eso es inexorablemente revolucionario en la medida que mis manos se
incrusten en la tierra que sostiene tu cuerpo y alma.
No vuelvo a lugares perdidos. Eso es la vieja costumbre del nostálgico que sólo se conforma con el
hambre de unos besos que saben a oxido.
No necesito justificaciones. Eso lo negué en un tierno verano cuando desnudo de abrazos, me fui
al costado del camino para ver pasar los engaños.
No niego mis errores...
Son parte del silencio de la noche.
Son cuentagotas en canillas rotas.
Son esquirlas de un frío despecho.
Son ilusiones que se pegan como broches.
Son dolores que se evaporan con pasiones.
Son vida...dentro del ropaje que se convierte en polvo.
"CON LA FRENTE MARCHITA DE SILENCIO..."
Ayer descubrí que el silencio se suele convertir en excusa cuando sus alas se cortan en pleno
vuelo.
Ayer le pregunte a mis musas si se podían embarcar en una nave de sueños para impedirle a las
horas que se amontonen de espanto.
Soltar lo inevitable por sobre tu espalda ardiente, y pegarle un golpe a lo cotidiano hasta que
ruegue por nosotros.
No quiero ser testigo de tu ausencia cuando estás tan presente.
Quiero simplemente marchar por el camino de tus besos.
Morder el polvo de los recuerdos, y fundir mi rostro entre tus piernas para silenciar mis nervios.
Allí quiero doblegarme por tierno a la sombra de lo eterno.
Borrar lo poco que no supimos decirnos, y creer que la luna se disfraza de consejera para no
hacerle caso.
Allí me juramento en el milagro de ser solamente esto:
Una posibilidad que se ríe de tu excusa.
Un niño sin la inocencia que lo acuna.
Un soñador perdido en el medio de utopías.
Un descarado oportunista de tus días.
Un mentiroso empedernido de tus licencias.
La inevitable razón de vivir con la frente marchita de silencio.
"SOLO VEO A TRAVÉS DE TU SOMBRA..."
En el día que se bajen los sentidos, si acaso queda algún destino, yo sólo miraré tu sombra.
En el momento menos oportuno, con la sorpresa de algún ángel dormido, entre las sábanas que se
enredan sin permiso, yo sólo mirare tu sombra.
Y mirar no me salva de una melodía.
Y mirar no me quita la luz del día.
Y mirar no me condena al ostracismo.
Y mirar no me niega tus faldas.
Y mirar no me silencia el alma.
Y mirar no me convierte en delincuente.
¿Entonces porque no convertirnos en sombras mientras nos miramos sin sentido?
¿Por qué no saborear la poca intimidad de rayos perdidos, entre el horizonte como silbido y tu
vientre que se desvive?
Mirar por la cerradura de la cordura para no abrir esa puerta.
Mirar tus ojos que esperan por la sombra de algún día.
Mirar la finitud de mi cuerpo que se convierte en escaramuza.
Mirar la voluntad de lo permitido que se parte en infinitos.
Mirar tu espalda delgada, casi transparente, enormemente sencilla.
Mirar por mirar para sentirte observada.
Y deslizarme despacio hasta llegar a tu morada.
Allí donde el camino se hace angosto, y tus manos terremotos, es donde quiero estar...
Sólo entre mi mirada que te acaricia...y mi memoria que no olvida.
"AQUELLO QUE SUPERA MIS SENTIDOS..."
Me permitís que bese solamente tus ilusiones. Se trata de un capricho de otoño que se adeudo de
tu sonrisa, y aún me pesa varios kilos.
Soy la inevitable necesidad de tus caprichos:
Una oreja descolgada de sus audífonos.
Un disparo que rebota sin sentido.
La ilusión abierta como la luz entre tus piernas.
La mueca muda de tus pasos a la deriva.
El compromiso inalterable de mañanas sin abrigo.
El desconocimiento de mis llantos entre risas.
Me permites que sólo bese tus suspiros. Creo habérmelo ganado luego de dejar mi alma.
Soy la irreverencia de aquel que no ha partido:
El capitán de tu nave sin río.
El ruiseñor que se quedó sin canto.
El cantinero que no sabe que servirte.
El inesperado acento sin sentido.
A la sombra del bulevar de sueños rotos, con la virgen María que no es virgen.
Con el crucifico del Cardenal perdido.
A la espera que tu corazón se derrita. Yo te suplico no me esperes:
Porque oigo y no es ruido.
Porque canto y no es melodía.
Porque rio y no es alegría.
Porque miento y no se nota.
Porque bailo y sólo se mueve mi sombra.
Porque soy el restaurador de lo imposible, que se viste de milagros mientras te hace el amor
despacio...despacio...sin sentido.
"EL RESTAURADOR DE LOS SUEÑOS ROTOS..."
1, 2, 3, 4, 5...6...7...me permites dibujarte sin rostro, para que mis pinceladas sin odio te abracen
despacito.
1, 2, 3, 4, 5...6...7...8...en ese rincón que nadie descubre, justo entre las melodías que escuchas, y
el huracán de desdichas, están mis manos siempre convertidas en río para que navegues desnuda.
1, 2, 3, 4, 5...6...7...8...9...la sonrisa es desafiante, las caricias son enredaderas, la hipocresía un
simple destello, y mi aliento el condimento para que te embriagues sin pedir permiso.
1, 2, 3, 4, 5...6...7...8...9...10....allí, sin mirar atrás, con la simple voluntad como armadura, con la
piel curtidas de lunas, con la soledad de la compañía injusta, con la necesidad a flor de rabia, con
la plegaria menos oportuna, te beso sin disimulo hasta que nos convirtamos en años.
UNO, porque vengo de tu vientre y hacia tu vientre voy.
DOS, porque me siento paría sino te encuentro hoy.
TRES, porque la ceguera es eterna si sólo vomito orgullo.
CUATRO, porque la maldición eterna no es la condena sino la impotencia.
CINCO, si detrás del odio no aparece el amor que solo tu voluntad encierra.
SEIS, porque el mejor lugar sin dolor es el que tu sin razón le vomita a tu obligación.
SIETE, velos se encerrarán entre tus recuerdos a la espera de que los niegues.
OCHO, porque el río da muchas vueltas pero tarde o temprano sabe a dónde ir.
NUEVE, porque si no llueve en pleno verano, es la seguridad que tu tiempo no es en vano cuando
en el más crudo de los inviernos florece tu alma rebelada.
DIEZ, son los minutos, son los segundos, los miserables infinitos, los desgarradores imposibles, los
patéticos costumbristas, los innecesarios pretextos, los permanentes deseos sin deseo.
La necesidad impostergable para que el restaurador de sueños se pose sobre ti...allí donde las
heridas quieren que se fecunden, y la vida se burle de lo vivido.
"CUANDO TE ENVUELVA NOVIEMBRE..."
A la víspera de un soleado despertar que de a poco se incrusta de ti.
En el firme compromiso de la entrega por venir, YO me juramento:
Ser la pequeña luz que se coló en la inesperada soledad.
Ser el sostén sin desdén de tus ojos que se niegan a ver.
Ser lo imposible porque lo certero no te sienta bien.
Ser lo rebelde ante lo elocuente de tus días sin mí.
Ser la absoluta terquedad de tus años por venir.
Ser lo permanente por sobre lo insuficiente a la espera de tus besos.
Ser tu necesidad, porque tu ropaje de estatus te provoca malestar.
En la víspera de un día que no llega.
A la vista de todos que se empecinan en ignorarnos.
Con lo entrañable de tus ansias entre mis piernas.
Con el fuego sagrado de tu sexo en pleno invierno.
YO me declaro inocente:
Por haber bebido el jugo sagrado de tus remordimientos.
Por llegar en una noche de noviembre hasta la puerta de tu ocaso.
Por permitirme jugar con tus cabellos indomables.
Por conocer tus lágrimas acumuladas.
Por ser tu hombre necesario.
Por aquellos momentos a piel descarnada.
En el mismo instante que se alejaba tu alma.
Con la infinita bondad de quién avisa y no traiciona.
Déjame llevarte entre mis manos en un noviembre añorado.
Porque me empecino sino callo, y porque no niego lo pasado.
Simplemente obligo a ser adiós mientras te duermes con tu llegada.
"CUANDO EL RÍO DEJE DE SONAR A LA HORA QUE ESPERAS..."
Cuando el río deje de sonar a la hora que esperas:
Mis manos se habrán convertido en un simple destello.
Tus cabellos se agitarán sin que el viento los envuelva.
Mis caricias se evaporarán con la misma rapidez de tus sonrisas.
Tu vientre rebotará entre las paredes de un abismo.
Mi boca se negará a mojarte en cuentagotas.
Tu aliento me perseguirá como un fantasma hambriento.
Mis dedos te buscarán en el lugar menos escueto.
Tu mirada se marchará a beber lo cotidiano sin disimulo.
Mis caricias serán días eternos entre tus pechos.
Tu espalda el desfiladero de mis renuncias.
Mi indignación la mejor paga de tu ignorancia.
Tu desamor la mayor plegaria de los muertos.
Mi soledad la brutal verdad de los ilusos.
Cuando el río deje de sonar a la hora que esperas:
Brotará de lo imposible la sequedad de tu cintura.
Me abre convertido en un remanso arroyo sin cauce.
Soltaré el huracán de pasiones al viento.
Sentirás que lo que perdiste jamás lo tuviste.
Soñarás con mi armadura sin Rocinante.
Volverás envuelta en Baco por ser Dioniso.
Correrás por la gran vía porque vives a la vuelta.
Soñarás con mi Whitman hasta dejarme solo.
Serás la ternura, sin respiro, que se convirtió en luna.
Lamentablemente esperando que el amor simplemente exista.
"MIRAR POR LA CERRADURA DE TU ALMA..."
Estoy cansado de vestir pétalos sin rosa cuando tu ilusión se parece a mí desgano.
De caminar por el desfiladero de tus improperios a lo mundano, porque jamás soñaste despierta
debajo de lo incierto.
Cansado de soñar que el duende se vuelve viejo mientras le hace el amor a su altura.
Cansado de sentir que mil bocas no pueden rozar tus labios abiertos por desacato.
Cansado que tu cintura se pierda entre las brumas porque tu cobardía se siente luciérnaga.
Mirar por la cerradura de tu alma, es simplemente un vougear que se siente insignificante.
Un disparo que no tiene fuerza porque su pólvora se la cargó el diablo.
Un silencio cómplice cuando te levantas de tu cama, y miras alrededor sin que otro cuerpo
disimule.
Un cierre sin fábrica recuperada porque el patrón se quedó congelado entre el inventario.
La luz que no llega nunca, porque se convirtió en sombra.
Sabes cómo miro la cerradura de tu alma:
Con la pasión a flor de piel que se toma de a sorbos.
Con la irreverencia maldita de quién se comió lo prohibido.
Con la naturalidad de sentir mi cuerpo vació.
Con mis manos deslizadas entre tu espalda sin sentido.
Con la soledad despierta de quién se sintió un niño.
Con el permanente ninguneo de los versos escondidos.
Con Borges sin laberinto.
Con Marilyn sin suspiros.
Con el Gato con Botas sin la voz de Antonio.
Con Almodovar que te pinta de rojo.
Con Machado sin partida.
Con Silvio que no vuelve de su isla.
Con mi único sentido, que mira para no verte, y te espía desde hace siglos.
"PREGUNTAS INDECENTES..."
Un gato mira con desconfianza la luna, porque siempre teme que lo desnude de orgullo.
Sabrá el emperador de la noche, que no hay murmullo ni equilibrio de azotea cuando la noche se
incrusta.
Juan se pregunta por su nieta que se desviste a la luz de la sombra.
Sabrá su poesía que el desamor no pudo con la impenetrable geografía del amor blindado por
desaparecidos.
Andrés vuelve a la misma plaza que lo coloco en la estratosfera de los suspiros.
Sabrá que el aroma de sus melodías combinado con la osadía, es más penetrante que mil porros
sin filtro.
Ernesto le pregunta a Marcos si él también se bebe de un sorbo la utopía.
Son malditos por no querer saborear las mieles del estatus perdido.
Son libertad por entender que la pasión sólo se duerme cuando la devora la hipocresía.
El Negro se ríe de una de Woody, y cuando se despierta del sueño de los justos, lo castiga por lo
bajo hablando sin eses.
Es el ruiseñor de lo bizarro, y el más entrañable de mis instintos.
El Negro como Carlitos, el del Abasto, cada día canta mejor, aunque en mi país nos duelan los
oídos por los gritos descarrillados.
Diego es el amo del universo, porque lo sobornó al vigilante que se vestía de Dios, y con una sola
gambeta se cargó al cura del barrio, y a unas cuantas prostitutas compañeras.
Sabrá el compadrito disfrazado de pelusa, que siempre lloro cuando habla de Villa Fiorito.
Sabrá el hijo del mil Totas agazapadas, que cuando se enoja con todo, rompe todo, y vomita todo,
también me alegra mi sinrazón.
Todavía duermo con los ojos abiertos para verte desnuda en la lluvia.
Son sueños partidos por la brusquedad del tiempo.
Son ilusiones como urticaria que me rasco de a rato para saber que me infestaste de por vida.
Días blancos como los pañuelos de Hebe, la más rebelde de las preferidas de Jaime.
Sabrá el pastor de los rebaños hambrientos, que Francisco se quiere parecer a él en el medio del
horror de templos de oro.
Sabrá John que pedir por un sueño es como robarle un caramelo a Yoko que se compró a Alicia, en
el país de las maravillas, sólo para darle envidia a Paul.
Sabrá la impunidad de los tiempos que he sido un simple pecador.
Un arlequín de pasión.
Un decidor de tus miedos.
Un acompañante de vientos cuando el soplar es sólo intento.
Un rebelde de emoción que se niega a convertirse en emoticón.
Y una plegaria en tu falda, allí donde deambula el alma para recordarme mi origen, para seguir
interrogando a destiempo por el sentido de existir.
"EL TIEMPO PASA...NO HAY TIEMPO"
Quiero fundirme en un tiempo que sólo convoque a los tiempos imborrables.
Colocar uno por uno los segundos, apretar hasta la asfixia los infortunios, y dejar que las agujas del
reloj se conviertan en polvo.
Un tiempo para poder convertirme en beso mientras camino los laberintos eternos, los mismos
que no pudo evitar Borges.
Un tiempo que se parezca al infierno de Dante entre algodones de Macedonio Fernández.
Un tiempo sin luz, para reconocer tu sombra convertida en noche.
Un tiempo como sentencia que huela a juventud.
Que huela a trinchera mientras los lobos afuera esperan por su presa.
Un tiempo que roce tus mejillas mientras el sol se cuele por las rendijas de tus piernas dormidas.
Un tiempo que me devuelva camino y otro que me convierta en tierra.
Oler la humedad de tu cuerpo, mientras mis pies se convierten en descanso.
Un tiempo que te enrede soledades.
Un tiempo que vomite necesidades.
Ser el juglar de ocasiones mientras los conservadores se mueren aburridos.
Un tiempo inevitable.
Un tiempo parecido a los ojos dormidos de mis hijos.
Un sonar como tiempo de revancha.
Un escarnio para saber que lo agnóstico se disfraza de poderoso.
Un tiempo para seguir empecinado.
Un tiempo con la seguridad de lo inseguro.
Un tiempo en espera, mientras nos hacemos el amor afuera.
Un tiempo sin tiempo, que acomode las ideas que jamás aparecieron.
Un tiempo infinito para saciar lo finito del alma.
Quiero fundirme en un tiempo que sólo convoque a los tiempos imborrables.
Un borrón a lo probado, para seguir garabateando historia.
Que así sea...
"ODA A LO QUE VENDRÁ...Y TE LLEVA"
A veces pacto con duendes furtivos para ser solamente tu confidente de pasillo.
A veces me convierto en el vuelo de un gorrión sin aliento para posarme en tu espalda hasta que
me vuelva susurro.
Soy el eterno caminante de tu cintura desierta.
La razón permanente de tus días agridulces.
Y el sueño profundo de la maldición de Malinche.
Aquí estoy esperando por un disimulo que nos convierta en estatuas de sal.
Un desenfreno profundo que te devuelva mujer para no ser solamente recuerdo.
¿Se podrá gritar lo que llevo siglos esperando...?
Oíd señores que el grito sagrado no ha muerto.
Oíd la pasión de quién no cesa en su intento.
Oíd la ternura convertida en brisa para cubrir dudas.
Oíd el golpe de olas en el Malecón aquella noche estrellada.
Oíd la dulce decantación de tus piernas para que se abran a los vientos.
Oíd al despertador de sueños que se agrieta de tus silencios.
Oíd al vengador de improperios para que te haga el amor eterno.
A veces pacto con duendes furtivos para solamente ser tu confidente de pasillo.
A veces se me hace veces, y otras veces sencillamente a veces.
Allí donde el sonar de la necesidad le solicitó trabajo a mis dedos.
Y cada gota de sudor se convirtió en testigo de retirada.
Yo te canto mi dolor.
Yo te juro lo mejor.
A veces se me hace a veces, y otras veces sencillamente a veces.
"PRESAGIOS..."
Hay un sentido aproximado para saber que lo incierto es pecado.
Uno se empecina en dejar atado cabos sueltos como jirones en tu falda.
Se compromete a domesticar las costumbres sin entender que lo eterno es sólo un suspiro de lo
cotidiano.
Uno es el testigo oculto de tus presagios:
La luna se persignará ante el altar de lo prohibido.
Sentirás al río golpear en el medio de tu bahía.
Soñarás mil pecados por cometer, sin que se entere tu sonrisa.
A la sombra de un suspiro, con la aprobación de los santos, Yo te declaro universo.
Galaxias sin sentido en la vía láctea de tus miedos.
Pelotón de fusilamiento para los versos improbables.
Sentencia de muerte para el horizonte sin mañana.
Cuando todo se parezca a ese lugar dormido en el desierto.
Cuando tus castillos de hielo se derriten por mis recuerdos.
Cuando el resplandor le juegue una mala pasada a tu sombra.
Con mis pies descalzos sin freno.
Con tus caricias como trofeo.
Con la tenue luz de una vela.
Yo seré presagio.
Y tú simplemente el remanso que no sabe que lo verdadero es pequeño.
Como corta es la ausencia sino hay necios.
"BITÁCORA DE UN PAÍS AMADO..."
Cuando me siento a la espera de tu suerte, es cuando tu dolor se convierte en sin remedio y te
añoro Patria.
Te añoro por omnipresente a pesar de los inocentes.
Te añoro por vestirte de fiesta en medio de un velorio.
Te añoro por desubicada cada vez que balbuceas añoranzas.
Te añoro por contestataria cada vez que quisieron domesticarte.
Cuando me siento a la espera de tu suerte, es cuando tu dolor se convierte en sin remedio y me
dueles Patria.
Me dueles en tus silencios que se empecinan en llamar a los muertos.
Me dueles en tus laberintos que no consiguen la salida, y sin embargo vivimos.
Me dueles en cada paso sin retorno, en cada recodo, en ese lugar infinito al que llamamos
memoria.
Me dueles por obstinada, cuando no consigues que tus besos se conviertan en un dulce aguacero.
Me dueles porque te amo.
Cuando me siento a la espera de tu suerte, es cuando tu dolor se convierte en sin remedio y sueño
Patria.
Sueño que nuestros hijos regresan, y sin esperar por su entrega, te abrazan sin preguntas.
Sueño con tu aroma a distancia, ese que no espera, y te embriaga en cualquier parte.
Sueño con las ausencias que te hicieron parir sangre.
Somos hijos indefinidos de ausencias presentes.
Sueño con la utopía como alimento corriente, nos merecemos tener hambre cero de revoluciones.
Cuando me siento a la espera de tu suerte, es cuando tu dolor se convierte en sin remedio, y te
digo Patria.
Que Rodolfo nunca delató siempre contestó a carne viva.
Que Juan nunca partió todavía sigue llorando a la luna.
Que Norma jamás se quebró porque se convirtió en el fantasma que persigue a los hijoeputas.
Que María está allí, en la ventana que espera, a la sombra de la higuera, esperando por Joaquín.
Que volvimos por nacer, para joder las costumbres, para vomitar las incertidumbres, para saciar el
despojo.
Para seguir siendo suerte, y gritar a voz en cuello que te haremos el amor nuevamente hasta que
nos digas basta.
A la luz de los presentes, por ti....eternamente.
"A PESAR DE MI OLVIDO..." (Serenata sin testigos...)
Si miras para atrás verás el hilo conductor de tus ganas dormidas.
Uno es un simple decidor de tus momentos cuando tu cuerpo se empecina en mostrarse con el
traje de Eva.
Uno es el Quijote de contrapelo que no lleva a su Sancho simplemente por celos.
Uno es un juglar de canciones eternas, que sólo tuvieron un debut y mil despidos.
Lamento decretar que mi olvido es tu presente.
Lamento volver cada momento para cubrirte de deseos.
Ser la melodía inexacta que te cubre como inocencia cuando miras la noche.
Ser también noche.
Ser la multitud convocando a huelga.
Ser la necesidad a la vuelta de tu alma.
Ser el confidente de tus deseos más inapropiados.
Ser tu soledad.
Ser tus desvelos.
A pesar de mi olvido, y con la única garantía de un día de cierre.
Te proclamo mi tesoro.
Te fundo en el mismo lugar que nos oxidamos.
Y por ser la aurora de lo pasado, me entrego sin preguntas.
Si esperas mi arrepentimiento por ser el colador de tus sueños.
Por la piel mojada en un cuarto alquilado.
Por la encarnación desolada de mis manos.
Por la pulcritud de mis manchas.
Te olvido por necesaria.
Y te olvido por negarte al olvido.
Por empecinarte a vivir añorando.
Por cubrir tus dudas con simples afirmaciones dadas.
Por compartir tú goce en las antípodas de los goces.
Por encarcelar mí silencio.
Por beberte sin pensar en la resaca.
Por intentar negarte cada día, para sólo conseguir que me lleves adentro.
Será posible...
"INVENTARIO DE LAS COSAS PERDIDAS..."
Cuando coloco en lo alto de tu sonrisa lo obvio es cuando se me escapa un suspiro.
Cuando veo la distancia entre lo inevitable que se cuela por los dolores paridos, es cuando te
abrazo.
Sentir que cada sudor se acomoda a los delirios.
Enumerar cada paso perdido hasta llegar exhausto a tu misericordia.
Sentirme altivo cuando me pierdo en tu regazo, es bajar la estima hasta perderle por la
alcantarilla.
Arriba los ojos que miran sin saber que el comienzo fue incierto.
Al costado derecho los sinceros destellos de días sin luna.
Al costado izquierdo la armadura oxidada de pasiones perdidas.
En el centro sin disimulo se cobija lo oportuno.
Detrás de mi columna me sigue una bruma que se siente sombra.
Abajo se acomodan los extraños, las sinrazones, los proletarios mal pagos, los infelices sin
cómplices, las trincheras sin guerra.
Una a una mis caricias fueron diurnas.
Una a una tus mañanas se me fueron.
Una a una coloco la espera entre tus piernas.
Una a un cuento tu piel serena.
Uno por dos me siento a esperar por vos.
Dos, tres y cuatro, con seguridad me espanto.
Una y mil más, te veo llegar.
Dos, por un silbido se me hace melodía.
Una más y no despierto ya.
A la sombra de tus únicos deseos.
Aquellos que se prendieron fuego.
Con la rapidez del Correcaminos.
Con la estupidez del Coyote, sin sus trampas.
Me voy perdiendo vida...
Inexorablemente hasta decretar lo prohibido.
"NO HAY UN LUGAR SINO TUS RINCONES..."
Cuando la brisa doble sin prisa sólo por costumbre es cuando me fundo rincones.
Un recodo de ilusiones que te devuelven mujer.
Un infinito saber de tu cuerpo con nostalgia.
La finitud de mi memoria que se regodea en tu figura.
La lentitud de tus suspiros cuando le falta la luna.
Hay rincones que se parecen a tu paisaje desnudo.
El monte desolado de tu espalda.
El volcán apagado de tus terquedades.
La ilusión dormida de nuestro arroyo.
La voluntad permitida de un mar sin huracanes.
La ternura en destellos de una pradera de otoño.
Cuando la brisa doble sin prisa sólo por costumbre es cuando me fundo rincones...
Y tu boca es la llanura que espera.
Y tus manos los cómplices insatisfechos.
Y tu vientre es un viento.
Y tu sombra que se parece a mí sombra.
Y el lugar añorado se convierte en un universo de rincones.
Sólo por ti...
Sólo por mí...
"LA ESMERALDA"
Cuando el destino marque la sed de caminantes ilusionados.
Cuando un juglar se mezcle con el punteo de un Naco insolente.
Cuando el fantasma del billar se deslice en la butaca de imposibles.
Y con tres bandas se clave tu alma.
Con la rebeldía de los años que se disimulan entre tragos.
Por ser noche que quiere envolverte en luna.
Por ser ilusión jugando con tu suerte.
Por miradas que se cuelan entre sonrisas como estrellas.
Por el frenesí de la bohemia encubierta.
Por la pasión de no engañar lo negado.
Me levanto en el medio de lo incierto.
Me deslizo como agua entre tu cuerpo.
Me propongo el ritual de los amigos.
Me vuelvo aroma cuando reina el Mojito.
Y te bebo como el mar a sus costas.
Como la aurora que se baña de tus noches.
Con la música que se añeja en el mejor roble.
Como el vino que no entiende de pretextos.
Como "La Esmeralda" que renace de su historia.
"CON EL COMPROMISO DE LOS BUENOS AIRES POR LLEGAR"
Cuando se te caiga el horóscopo chino de tus manos, y ni siquiera los mayas se preocupen por tu
suerte...
Por lo bajo, sin pensarlo, toma mi mano y vamos a lo incierto.
Cuando las excusas se cansen de sílabas intrascendentes, y tus mejillas no puedan ocultar el
adulterio de tus ganas...
Por lo bajo, sin pensarlo, toma mi mano y vamos a lo incierto.
Cuando la desdicha se encargue de transmitir en vivo y directo, las afortunadas mascaras de tus
momentos sin aire.
Justo en el medio de la soledad que se empecina en morderte los talones.
Por lo bajo, sin pensarlo, toma mi mano y vamos a lo incierto.
Vamos a lo incierto compañero de utopías, muchacha de ojos brillantes.
Amores sin recetario.
Vamos a lo incierto en un sueño blanco, galopando bosquejos, garabateando insomnios.
Vamos a lo incierto cuando el reloj nos marque de nuevo.
Cuando la belleza se levante.
Cuando la sonrisa sea una costumbre.
Vamos a lo incierto, y ya nada será opaco, sólo nostalgia hecha tango.
Una novena sin Bethoven.
Una plegaria sin Bacco.
Una sentencia sin jueces.
La necesidad que se vuelca en tu lecho, para no dejarme partir.
Para que lo incierto sea lo más real de lo añorado.
Allí estaremos año viejo...año nuevo.
"POR EL AMANECER DE TU ESPALDA..."
No niegues mi camino cuando te arranque el destino incierto, y sin que te dieras cuenta me lo bebí
de un sorbo.
No niegues mis costumbres que se desnudan de rumores, en el mismo instante que me deslizo por
tu espalda.
Soy el conquistador de tus miedos, en el justo instante que los desvelos se empecinan en caer
como gotas de roció.
Soy el confidente de un amanecer incipiente.
La negación de lo permitido, porque tus suspiros me volvieron brisa.
La razón que se vuelve loca a pesar de su vestido de cordura innecesaria.
Un resplandor en plena noche, para que cuando nos encuentre la huida no te sueltes de mi mano.
Soy el pedestal de las buenas cosas que todavía no encontramos.
Aquel que beso tu boca cuando no sabías que también sonaba a música.
Y el violador de tus preguntas cuando no hay respuestas seguras.
Un amanecer para fundirme en pasos.
Un amanecer para creer en los milagros.
Un amanecer para curar el espanto.
Un amanecer con sabor a nostalgia.
Un amanecer encarnado en el alma.
La negación de tus suspiros cuando llega el alba, y sin pedirme permiso te devuelve nuevamente
envuelta en aurora.
Un silencio...tu espalda.
"DES-CONTRACTURAS PARA ALIVIAR ALMAS"
Ayer no estabas subida a la distancia de lo imposible.
Te baje con una mano, y mientras te curaba de espanto me miraste.
Des-contracturarte en pétalos para que el roció de invierno se convierta en alba.
Des-contracturarte en silencio para que con un guiño entre los dientes me permitas comerte en
cuotas.
Des-contracturarte por el filo de los años, en un huracán sin prisa, entre las olas sin mar cercano.
Des-contracturarte altiva, y radiante, con la comisura de un suspiro, entre tus piernas que se
abren.
Ayer no estabas subida a la distancia de lo imposible.
Caíste con la desgracia del olvido, y cuando tu silueta se partía en sombras, me pediste susurrar tu
nombre justo cuando cerraba mis ojos.
Desconceptuar al sentido para gritar libertad en medio del presidio.
Desconceptuar la riña y la hipocresía, para calar hondo en el medio de la utopía, y volver en patria
hasta saciar mis días.
Desconceptuar tu boca para regalarte sílabas, amar la necesidad de tu cuerpo, y no desesperar sin
guía.
Ayer te tomo mi aliento con derecho a goce.
Voló la pasión hasta convertirse en polvo.
Y como polvo fuimos y polvo seremos...me regodeé en tu desierto hasta que nos ilusionamos de
espejismos.
Un alivio...des-contracturando lo incierto.
"EL SERMÓN DE LAS COSAS PASAJERAS"
Si esperaba mirar debajo de su cuerpo, con seguridad la espera lo haría un ser de invierno.
Todas las mañanas, casi con la voluntad de quién no se pregunta, junto lo poco que lo mantenía
vivo y se fue a buscar el camino.
Ante la presencia de la inmensidad de lo incierto, se secó la transpiración con un simple desvelo, y
mirando a lo lejos se preguntó sin vueltas:
¿Espero por las oportunidades que se resbalaran nuevamente de los minutos acumulados...?
¿Volveré a ver la luz que se vistió de inocencia cuando me volqué a mis recuerdos sin necesidad de
anotarlos...?
Entonces sacó de su bolso marrón, viejo, y deshilachado, un cuenta cuentos que se mantenía
olvidado, y mirando a lo lejos recitó el sermón obligado:
Por los orígenes de los desafortunados, aquí me rebelo sin consuelo.
Por la finitud de almas sin misericordias, aquí me obligo y siento.
Por la necesidad de un cuerpo que explote, aquí me voy en tiempo mientras me convierto en
destellos.
Por las bocas que no bese, entre el sudor y la espera, con la sencillez de las viejas cosas y la
rebelión de los sueños me consumo tiempo.
Simplemente miró el camino, y el horizonte sin vuelo.
Se vació como quién se olvida de algún relleno.
Y ante la presencia majestuosa de la vida, se juramentó vivir.
Tan simple y llano.
Obstinadamente el sermón de las cosas pasajeras...
"CUANDO NADIE TE NOMBRE..."
Aún si la espera fuera la inmortalidad de mil piel seca.
Aún si los lobos se disfrazaran de sabuesos.
Aún si no pudiera besarte por las mañanas, y dejarme caer en el umbral de tu figura.
A pesar de mi cuerpo que se aleja, que te mira de reojo.
Que se acostumbra a la hipocresía de los ilusos.
A la desesperación de ojitos sin disimulo.
A la precariedad de discursos sin alma.
Quiero volver a sentir el calor de tu cintura.
La terquedad de tus ganas inconclusas.
La voluntad que se amalgama a mis angustias.
La necesidad de beberte en medio de un azul profundo.
Porque no hay razón que no contenga lujuria.
Porque el ruiseñor ya se acostó con sus dudas.
Porque los molinos de viento se convirtieron en refugios.
Porque te llevo conmigo desde que me besaste sin preguntas.
Ante el altar de mis oportunidades, cuando el re fusilo marque las doce campanadas.
Con la piel herida de desapariciones.
Con el llanto álgido que se cuela por tus sentidos.
Con mis manos rotas de apretar impotencias.
Con mi voz ronca de callar silencios.
Cuando nadie te nombre y te maldiga.
Cuando nadie te nombre y te escupa de envidia.
Cuando nadie te nombre y vomite lo establecido.
Cuando nadie te nombre y la sangre no llegue al río.
Cuando nadie te nombre y te vea altiva.
Cuando nadie te nombre y vuelva hacerte el amor colectivo.
Serás la vía láctea convertida en esquinas.
Serás cada rincón vació, y las estaciones vivas.
Serás mi mejor canción sin volverme juglar.
Y te acostarás conmigo a la distancia de un suspiro.
Bella y radiante como tus hijos...
"Revolución" por siempre...
"Revolución" de nuestros sueños perdidos...
"POEMARIO DE SENSACIONES A LA DERIVA..."
Justo en el medio de tus obligaciones, sencillamente cubierto de instinto, me obligo y te
propongo:
Una luna pequeña, para guardar ilusiones cuando tengas dudas.
Un sol de cabotaje, para que vueles bajo y te conviertas en bruma.
Una sonrisa eterna, para aplomar la inocencia mientras se convierte en tu refugio.
Justo a la distancia de un día añorado, entre cartas incendiarias, y palabras olvidadas, me obligo y
te propongo:
Recorrer tu cuerpo como si descubriera un nuevo mundo.
Señalarte las estrellas, para que tus ojos se fundan infinitos, mientras me apodero de tus suspiros.
Proclamar la libertad de tu boca rebelada.
Mentir las ilusiones para desnudarme en tus entrañas.
Señalar los siete mares para que conquistemos tesoros.
Sentir un remanso de aire fresco, para saciar mis pretextos.
Justo entre milagros de estaciones pasadas, a la sombra de mi cuerpo, por la voluntad de la
ausencia, me obligo y te pregunto:
¿No volverás a elegir sin ganas...?
¿Qué detendrá el laberinto de Fausto...?
¿Quién velará la muerte de los duendes...?
¿Cómo será la crónica de una muerte anunciada...?
Donde estarás cuando nuevamente se posen las golondrinas en verano.
"ME VERÁS VOLVER..." (A pesar...de los pesares)
Si te descuidas en una noche sin luna, desierto que no conlleva agua, ni océano que necesite de
orillas, me verás volver...
Volver...
Desnudo a la sobriedad de tus exabruptos que no se cansan de rodar de tu estatus.
Erguido como la terquedad de un niño que le quitó su comida, y sólo se vuelve tierno si lo cobija
un regazo.
Atento a la circunstancias menos oportunas, que se jactan de tu inocencia porque te envolvió
siendo silencio.
Impoluto a la voluntad de tus sueños, aquellos que se perdieron con el tiempo, y yo acosté sobre
mis piernas.
Inocente de toda lógica de occidente, que me niega tus mejillas porque un rosario las encierra en
su iglesia.
Altivo a las luces sin sentido, que se cuelan en rendijas de suspiros, y me regalan tu sexo infinito
para que me embriague.
Volver...
Sin la frente marchita...y acostado al costado del camino.
Sin la mejor de mis sonrisas...porque se me voló de olvido.
Sin mi alma inquieta, rebelde, impaciente...
Sencillamente volver en mis pasos, y caminar nuevamente.
Hasta la victoria de las utopías...
Hasta la necesidad de besar tus mentiras...
Hasta la obligación de silbar tú sombra...
Hasta la esperanza desnuda y atardecida...
Volver...Volver...Volver...
Hasta que me digas basta...hasta que me vaya entre imposibles.
"EL REY SIN TRONO...UN TIEMPO SIN TIEMPO"
Se levantó, como todas las mañanas, y con su dedo índice volvió a recorrer su espalda.
Ella no estaba para guiar su mano, pero el aroma de un otoño rebelde se posó sobre su imagen sin
tiempo.
Se miró en el espejo, y suavemente se acarició las dudas, para luego afeitar lo pesado de su
conciencia.
Tomó el tren a la misma hora que se fijó la cita, y antes de ver la fecha del diario, se subió a la
intemperie sin disimulo.
10 de Enero de 2014 se marcaba en letras negras y cursivas.
Una fecha más en el calendario ajeado de sus citas.
Una lejana monotonía le marcaba sus arrugas que no se notaban. Y a pesar de su delgadez cómica,
se vistió de azul Francia.
Apretó su mano izquierda sudorosa, porque su diestra estaba ocupada con las llaves de su casa.
Colocó la rosa blanca, como señal cómplice en el asiento cercano a la ventana que todavía seguía
rota.
Se apretó sus labios carnosos, y pensó por un segundo que ella podía olvidadlo.
Se quitó la modorra con un simple suspiro, y antes que el sol se incrustará por la ventanilla miró la
geografía colores sepia.
¿Es posible que con un simple recorrido de su cuerpo me haya consagrado el rey de su alma...?
¿Es posible que cuando mire sus ojos dormidos, y sólo le pedí un grito silencioso. Su voz me
pareció un eco...?
Miró al guardia que con siete velos se apiadó de su soledad.
Soltó las llaves apretadas con su mano derecha, para pedir un segundo que lo volviera eterno.
Bajo en la próxima estación, y sin la rosa marchita de blancura, se sentó en el viejo rincón de su
angustia.
Tomó el diario con la fecha y, sin ver su portada, se acordó de ella.
10 de Enero de 1814...
Un detalle para guardar nuevamente.
El mismo ritual que se perdió sin tiempo...
"EL PACTO IMBORRABLE..."
Cuando la noche se coloca en el medio de tus ojos, y a la cita le faltan dos duendes y se embriaga
la suerte, es cuando pacto el impacto.
Y entonces, por el desfiladero de tu norte, con el mismo derecho de tu cuerpo, se me abre lo
pactado:
Pacto no defraudar lo mundano para que cuando sonríes sólo lo hagas en mi cama...
Pacto con el escarabajo de la muerte, y entre la sabiduría de un sol naciente, te envuelvo sin
moverte...
Pacto las inclemencias del tiempo, para inundarnos inocentes hasta que la piel se nos seque de
arrumacos...
Pacto volver en cada bruma, y en cada espacio sin reserva, sencillamente condescendiente con tus
suspiros huérfanos...
Pacto la latitud menguante, para dibujarte entre mis huracanes, que no gozan de océanos porque
se amamantaron universo...
Pacto una silla para esperarte.
Un calendario para olvidarte.
Un silbido ronco de humedad.
Un esqueleto viejo de soledad.
Mis pies ajeados de caminar.
Mi nuca distraída por volar.
Mis manos tiesas de aguantar.
Mi pecho erguido de libertad.
Un día perdido sin nadie más...
En ese rincón oscuro de mi bar, cuando se desnuda mi musa y más.
Vuelvo a buscarte entre pretextos.
Vuelvo a mostrarme atento.
Vuelvo en tiempo, y en desierto.
Un pacto sin revelar a la luz de tu inseguridad.
Un pacto por rebelión.
Un pacto abierto al corazón...
"ELEGÍA PARA BESAR A MI PATRIA..."
Si por un milagroso instante te cobijaras entre mis brazos, a la perdida oscuridad de los santos, y a
la vigilia de los pecadores, con seguridad te cubriría de alma.
Allí donde los ejes cardinales se empecinan en dibujar altares.
Donde cada gota se resbala hasta el último aliento de tu espalda.
Donde me pides volver, y sentir que tus hijos pequeños serán privilegios.
En la inmensidad de tu cuerpo.
A la distancia de un puedo.
Yo te beso Patria...
Y cada instante es un reto a los pesimismos huérfanos.
Y cada revolución un designio de tu entraña.
Y la memoria es la restauración de lo justo entre lo pisado.
Con la intemperie de un sueño libertario.
Con la dulce melodía de un aluvión sin espanto.
Con la obligación de no traicionar las ausencias del pasado.
A la voluntad transformada.
Entre el abismo y el "no se puede".
Con la inexorable experiencia de las traiciones.
Yo te beso Patria...
Y mi boca dibuja gambetas a lo Maradona.
Y mis manos se disparan hasta fundirse Borges.
Y tu aliento se convierte en un nuevo rezo.
Y tú pelo esta convertido en rodete, para que Eva lo peine.
Y la risa se me cae hasta el corazón del negro Olmedo.
Y si no te digo amor no serás mi entrega.
Por los días que vendrán...
Por la lentitud de mis años que se me van en sombras...
Porque jamás nos engañamos, y sabes que antes que una traición prefiero el destierro de la nada.
En ese rincón iluminado por los justos,
Yo te beso Patria...
Yo te beso...
Yo te siento...
Nos fundimos en un nosotros...
Que más.
“CUANDO PIDAS AMANECERES DE REMATE”
Hay un retazo de mi liquidación esperando por ti.
La guarde en un revuelo de tiempo, casi sin pedir invierno, habitando lo necesario.
Uno a uno se apila los olvidos, y casi sin flor que perfume, me vuelvo cenizas.
¿Cómo se nos escapó el amanecer entre algodones...?
¿Cómo se dilapidó la memoria recordando ausencias...?
¿Cómo se desdibujo lo cotidiano en bolsas de consorcio...?
Hay un retazo de mi liquidación esperando por ti.
Una caricia sin filo...
Un destello que se parece a una estocada...
Un andar plausible de dudas...
Un vino añejo entre tus instintos...
Un camino sin caminante...
La necesidad que se viste de harapos, que se corre la máscara de lo impensado, y te extiende mis
manos.
Allí en el silencio más atroz de tu cuerpo depositado.
Entre la búsqueda de tu tesoro guardado, me convierto en alma y fuego.
Y no habrá oferta que valga...
Todo será al contado, y sin libro de quejas esperando.
El tiempo maullando a la luna, y mi ser en pedacitos que se incrustan.
“PREGUNTAS CON RESPUESTAS...”
¿Soledad...?
Es la necesidad cubierta de milagros, que hace imposible la compañía de quién pretende
consolarte, sin entender el abismo de tu angustia.
¿Amor...?
Es el instinto innecesario que juega con tus nostalgias cuando supones que la vida es simplemente
vida. Es el ritual fecundado por tu estima, que necesita de otra estima para fundirte eterno.
¿Perdón...?
Una laguna sin agua dulce, que sólo cubre tu inocencia, que se maldice de tu insistencia, que te
besa sin besarte.
La duda que cae entre tu infinito para volverte vuelo sin que poses tu sueño.
¿Patria...?
El corazón abierto, el sudor desierto a lo que nada importa. La permanente rebeldía de lo que
busco y cobijo.
El Dios sin mito.
La seguridad inesperada de lo que está, y casi siempre falta...
¿Nosotros...?
Un ritual a media altura. La locura enfrascada en medio de lo estrellado.
Pasión por volver al fuego sagrado.
Desdén por recorrer los mismos lugares, que todavía no conocimos.
¿Urgencia...?
Para caminar sin pies descalzos a la espera de tus años.
Para robarte en un suspiro, y no creer en ángeles.
Para revolverme en mis impurezas, sacudir mis plegarias, besar lo impresentable.
Para preguntar sin interrogar, porque las afirmaciones siempre duelen.
“CUANDO PIDAS AMANECERES DE REMATE”
Hay un retazo de mi liquidación esperando por ti.
La guarde en un revuelo de tiempo, casi sin pedir invierno, habitando lo necesario.
Uno a uno se apila los olvidos, y casi sin flor que perfume, me vuelvo cenizas.
¿Cómo se nos escapó el amanecer entre algodones...?
¿Cómo se dilapidó la memoria recordando ausencias...?
¿Cómo se desdibujo lo cotidiano en bolsas de consorcio...?
Hay un retazo de mi liquidación esperando por ti.
Una caricia sin filo...
Un destello que se parece a una estocada...
Un andar plausible de dudas...
Un vino añejo entre tus instintos...
Un camino sin caminante...
La necesidad que se viste de harapos, que se corre la máscara de lo impensado, y te extiende mis
manos.
Allí en el silencio más atroz de tu cuerpo depositado.
Entre la búsqueda de tu tesoro guardado, me convierto en alma y fuego.
Y no habrá oferta que valga...
Todo será al contado, y sin libro de quejas esperando.
El tiempo maullando a la luna, y mi ser en pedacitos que se incrustan.
“CUENTO CORTO...CORTO COMO UN SUSPIRO”
La mire desde lejos esperando que el viento hablara por mí.
Se soltó lo pocos misterios que le colgaban de su cabellera, y mirando por el retrovisor de su
inocencia me guiño un ojo.
Baje mi cabeza hasta que el suelo me devolviera un golpe certero.
Me cortó el paso siniestro con la misma soltura que desnudaba su cintura.
Sólo fueron 15 minutos, y algún que otro mirar nervioso por si las brujas.
Se levantó su universo para que sus constelaciones me cubrieran.
Soltó el pecado más perfecto, a la espera de un simple puedo.
Cerré los ojos para abrir mis años como quién se despide en un velorio.
Sonrió, gimió, gritó, y su adiós me envolvió con la última pitada del cigarrillo.
Comprobé definitivamente que el sexo es la última revolución de los sentidos, eterna, inesperada,
contestataria, ardiente, salvaje, omnipresente, inevitable, libertaria...
“CUANDO NADIE TE NOMBRE...”
El verano a veces nos trae un cierto despertar que se agrieta con sólo mirar sin haber abierto los
ojos.
Los viejos retoños, que se cuelan como gusanos, y hacen de tu tierra mi huerto.
Ella no esperaba otro verano que no fuera a sus ojos abiertos.
Ella no negaría sus ganas porque simplemente su cuerpo no se acostumbraba a su envoltura.
La noche es tan trágica cuando quiere ser engañada, que si la miras desde abajo, con seguridad te
sentirás un ladrón con el fuste de un aventurero.
Miró si su cuidador no la veía entre sonrisas, y con su piel a flor de partida, se deslizó hasta un
simple número sin guía.
Miró de reojo la fotografía familiar, y sólo atinó a un refugio en la soledad del cuadro que la
enmarcaba.
Sintió un cosquilleo tan imprudente como sus nervios que se huelen como agua en un estanque.
Volvió a tocar sus manos, se acomodó sus últimas angustias, se permitió un ave maría por las
dudas, y partió.
En ese instante, a plena luz sin menguante, con la máscara de un Pierrot sin lágrimas, se calzó su
blusa más ajustada, y por derecho liberado se declaró amante.
Volvió a ser la reina sin corona, la Magdalena de todas, la inocencia de una lujuria temprana, la
dueña segura de sus ganas acumuladas.
“UNICORNIOS SIN ESTRIBOS...”
Nada es nada. Todo combina con todo si tus colores tiñen.
Hasta el vuelo sin retorno se vuelve pesares si te alejas.
Ayer baje un cuentagotas desde tu cintura, y sobre tu espalda fecunda amontoné el roció de varias
noches.
Una gota se robó la nostalgia.
Dos más pequeñas se cubrieron con tus cabellos.
Algunas se deslizaron por tus piernas.
La mayoría de ellas se convirtió en aguacero de tu goce.
Le pido al más fuerte de la cuadra, que se olvide de mis debilidades.
Que no apabulle mis miserias, sino se encuentran de noche.
Que no desvele mi nombre, si preguntan por mi suerte.
Que me proteja desnudo como cuando me trajo existencia.
Nada es nada.
Todo se transforma con el mirar de tu alma.
Una conspiración de oportunidades me despertó de madrugada.
Un recelo inesperado se me coló por las entrañas.
La sinceridad de lo oculto, en el medio de lo llano.
La permanente dicha de no saber nada.
Cuando las golondrinas no hagan verano.
Si todavía vuelas envuelta en espanto.
Si tus vanidades se acaban cuando mis dedos se marcan.
Si de golpe robamos con la venía de los santos.
Entonces unicornios sin estribo con galope desbocado.
Unicornios sin estribo, en el medio de la nada.
“PRELUDIO DE BIENAVENTURANZAS OLVIDADAS”
Al caer de una pregunta, me levanto y camino.
Cuando la fe se disipa entre las brumas y los olvidos, me incrusto ciego.
Atardecer en medio de los lobos, es carne viva con aroma huérfano.
Yo me rebelo por eterno, y sólo me cobijo entre tus años.
La sonrisa que no estalla, porque tus besos lo calman.
Una revolución de ilusiones, en tiempos sin horizonte.
La mano extendida a mi hijo que se multiplica en otros hijos.
Sudor con sudor por el dolor de los ausentes.
Inmensidad entre la vista atenta de los miserables, y una aparición como Eva para vomitar
hipócritas.
Ante la plegaria dolorida de tus alas sin cielo.
Ante la necesidad milenaria de tus dudas olvidadas.
Acepto lo incierto, como el rincón entrañable, y proclamo:
Agua para los infortunados que no tienen garganta.
Fuego para los calmados que se convierten en hielo seco.
Tierra para los ancestros que no pagaron la cuenta.
Luna para los erráticos que no saben del sexo.
Mar para los desiertos que recorrí de tu cuerpo.
Al caer de una pregunta, me levanto y camino.
Por la negación de lo cierto.
Por tus mejillas sin verso.
Por mi roció en cuenta ganas.
Por la memoria que no olvida.
Por lo inevitable de mi camino...
“CUESTA ABAJO SE ENCUENTRA”
Como no declararme sortilegio entre las dudas del tiempo.
Sentir el silbido cómplice de tus latidos, y morir de a poco.
Ocultar las faltas entre abrazos y pecar por ingrato.
¿Es aquél sonar el incipiente cosquilleo de tu amnesia...?
¿Cuándo te permitiste sentir a la deriva de tus ansias...?
¿Ahora permites la sombra desgarrada de lo añorado...?
Recorro el mismo camino que no supo de atajos.
Soborno a los mismos puesteros que se colaban entre nostalgias.
Me caigo en el mismo abismo para que no me saques.
Me fundo en colores para pintar tu pasado.
Con el mismo deber de la guerra que no comenzamos.
Con la pirotecnia mojada por las dudas.
Con el alma necesaria para aspirar derrotas.
Te cuento que nada es eterno porque nacimos deuda.
Nada es permanente cuando la dinámica es humana.
Nada se cuece en habas si no palpitas de a ratos.
A la vuelta del ocaso, entre la mirada cuesta abajo.
Por decreto de los misterios, y el saber de los ignorantes.
Me subo a tu imperio, por gladiador y cobarde.
Me revuelvo en la desdicha para abrir la esperanza.
Me llamo a silencio para gritar lo que siento.
Y me voy cuesta abajo, hasta llegar a tu puerta.
“LA INFINITUD DE LO PACTADO... “
Cuando las palabras se amontonen sin sentido, y levantes el cáliz sin rezo permitido, habremos
pactado olvido.
Horas que si fueran fijas con seguridad se desvanecen.
Puertas sin cerrojo que abren laberintos rotos.
Alucinación sin paraíso para tus ojos vigías.
Pecados de altillo, que ya no reconocen tu torso.
Cuando las palabras se amontonen sin sentido, y levantes el cáliz sin rezo permitido, te irás con mi
vuelta.
A jugar con los duendes que ya se volvieron fósiles.
A beber del río manso que bajaba por mi cuerpo.
A soñar con ojos abiertos por si se nota tú antojo.
A querer que vuelva todo al principio de aquel beso.
Cuando las palabras se amontonan sin sentido, y levantes el cáliz sin rezo permitido, me habré
fundido en tu cuerpo.
Y lo permitido será un juego de niños.
Y mi voz se convertirá en la brisa de tus mañanas.
Y mis manos volverán a parir hazañas.
Y mi memoria se regodeará de tu alma.
Y el olvido será un pretexto para los desafortunados.
Cuando las palabras se amontonen sin sentido.
Las plegarias se convertirán en milagros para acallar sentidos.
Sin aire....a pura utopía.
“CON LOS AÑOS QUE ME QUEMAN” (a Jesús María Plaza)
Cuando camino por recovecos no le temo a la oscuridad.
La falta de un hueco siempre suena a invierno si en él, a veces, cae mi inmensidad.
Ayer me levanté con los ojos ausentes de tu figura.
La memoria es tan bella y desolada, que si le muerdo con seguridad me vuelvo tiempo.
Un tiempo de partidas sin llegadas, y una flor como jardín.
Un destello de tu piel que se convierte en aire perfumado, mientras por el fondo de tus ganas me
voy como cloaca.
La vida es inexorablemente ausencias con momentos fósiles.
Una inocencia que se viste de tango, para asaltar los milagros.
Y los milagros...y los milagros un mal chiste deseado.
Ayer abrí el corazón como quién escupe una brisa.
Hay brisas que se acumulan en mí, y se cuelan por mis huesos.
Soy un afortunado porque permanentemente peco de fortuna.
Soy un revelador de entuertos porque permanentemente le canto a los marginados.
Tierra ardiente que se vuelve noche eterna.
Mar sin calma que se convierte en ansia.
Amaneceres sin engaños, para que la aurora se pose en ti.
Y los milagros...y los milagros la necesidad de parir años.
La inevitable valentía de ser, a pesar de los pesares.
“SECRETO DESCIFRABLE “
En el medio de presagios de dos cuerpos que se buscan.
Cuando soborno a la noche para que me entregue lunas.
Porque me siento confidente de la ciencia de tu cuerpo.
Porque me embriago siempre entre las dudas de tus labios.
Quiero compartir mi secreto descifrable:
Y recostarme en la hierba que Whitman me presta.
Y gambetear tu cintura con la magia de Riquelme.
Y buscarte como a Rosendo en la justicia de Rodolfo.
Y llevarte entre mis goces como Macedonio a sus libros.
Y regalarte mi Olimpo como un simple ocaso.
Y hacerte el amor porque lo decretó la suerte.
En el medio de presagios de dos cuerpos que se buscan.
Ante la duda de Mahoma, y las heridas de Paco.
Me convierto en tu aliento de mujer-niña.
Y me subo a tu altura que es más baja que tus ganas.
Y te llamo entre suspiros sin que escuchen los gatos.
Y me voy haciendo brisa para cubrir tus plegarias.
Alrededor de tu mundo, en el centro de huracanes.
Tomo falta y envido.
Canto y lloro por las dudas.
Me levanto y te acuesto.
Te conjugo y me conjugas.
Porque me miras y no te veo.
Porque me sientes y no te envuelvo.
Porque me llamas y no te escucho.
Porque lo inexorable del desamor es des...amor.
Y mi secreto un simple invento para descifrar lo descifrable.
“APOLOGÍA AL DESEO”
Si tuviera dos pretextos, un recorrido de tu cuerpo, y el mapa de los olvidos, con seguridad te
deseo.
Si me voy en tiempo, coloco los silencios entre algodones, y te encuentro en el medio de mis
cosquillas, con seguridad te deseo.
Si abro el libro secreto, me voy con la noche sin invierno, y llego a la dicha de fundirme universo,
con seguridad te deseo.
Con seguridad te deseo, en el medio de conjuros, y saltando uno a uno la envoltura de viejas
costumbres.
Con seguridad te deseo, aguerrida a la temprana edad, desbocada en la eternidad, y brisa
empecinada por volar melodías.
Con seguridad te deseo:
A la vuelta de la esquina.
En la bocacalle de una penumbra marchita.
A la salida de un escaparate de fantasía.
En el infinito de tus latidos.
Con seguridad te deseo:
Con la llave que abre mi codicia.
Recorriendo el camino perdido.
Despampanante de noticias.
Tierna a la luz del día.
Con la templanza que nos es esquiva, con la revolución que quema y no lastima, y añorando por
tus mejillas.
Con suerte...sin detenerme:
Con seguridad te deseo...
“MISERICORDIAS A LA DERIVA”
Hay un sueño que todavía no recorre tus instintos más vulnerables.
Abre los surcos de tu maldita costilla, y me encuentra entre tus piernas.
Hay un amanecer que todavía no besamos.
Un rincón por lo bajo de tus promesas que se parece a un infinito.
Un desfiladero que no tiene fin porque no encuentra tus cabellos.
La voracidad de mis preguntas cuando caen de tu falda.
¿Ayer te fuiste con la melancolía a cuestas...?
¿Por qué no brillan tus suspiros cuando los aprieto...?
¿Cuándo fue el instante en que mis ojos no te convencieron...?
Soy la inmensidad que guardas entre tus pechos.
Soy el primer alumno de tu escuela derrumbada.
Soy la valoración de la necesidad olvidada.
Con la misma pasión que me encontró sobre tu cuerpo.
Con la misma necesidad que acunaron mis desvelos.
Con la sabiduría de no conocer lo hecho.
Con las mentiras que todavía no cometo.
Me voy a pesar de los entuertos.
Y tomo lo poco que no cobijó tu vientre.
Por los escaparates del tiempo.
Porque me siento multitud y rezo.
Antes que digas todo.
Antes que me sienta tierno.
Misericordias posibles...
Misericordias aún sin cielo.
“CON LA FRENTE SIN MARCHITAR”
Vuelvo vencido a la casa de tus ansias, en el mismo instante que no cantan los gorriones.
Un camino sin estrellas es como la mueca muda de la insistencia.
El filo helado de una brisa de Almagro se empecina en negarte.
Y entre tu piel desnuda le canto al misterio de la luna.
Me duele el país que no cobijamos en nuestra memoria.
Es como caminar con la vista hecha harapos, y de golpe volcar el alma.
Uno se va haciendo tripas muertas:
Sentir el helado adiós de la muerte.
Hacerle el amor a la distancia y disfrazar de arlequín la nada.
Callar las voces que no se cansan de ser hipócritas.
El pedestal borrado de una carcajada.
Tu sonrisa convertida en la reina del Plata.
A qué lugar nos llevará la búsqueda de un país soñado.
Borrón y cuenta nueva para mis hijos olvidados.
Borrón y cuenta nueva para las miserias acumuladas.
Borrón y cuenta nueva para los ilusos descalzos.
Vuelvo vencido a la casa de tus ansias, en el mismo instante que no cantan los gorriones.
Rebelión de sueños en el medio de la suerte.
Tu mirada niña para acariciar las heridas.
La desazón de lo eterno que se empecina.
Y la esquina que no ilumina el farol...
Se convirtió en estrellas de un tango huérfano.
Me fui entre tu aliento a nostalgia.
Sin descansar.
Abierto a cada baldosa suelta.
“HOJALATAS EN TU PIEL...”
Si todo fuera tan sencillo entonces sencillez sería diluvio.
Si me convierto en iluso entonces la magia se convierte en horizonte y tus dedos dibujados me
dibujan.
Amanecer con el sonido de los sospechosos, es oler la agitación de lo agitable.
Irme por la vereda sin cordón cuneta y asfaltar mis ganas.
Un sol despreocupado no hace verano.
Un pretexto guardado no te denuncia.
Un silencio dormido no te despierta.
Un sentir desbocado no te desnuda.
Una sonrisa cómplice no te regala.
Entonces si todo se parece a todo, porque el amor es suerte.
El rebelde amarillo de tu alma.
Las noticias que llegan tarde cuando se desvanece la luna.
Las caricaturas abiertas de nuestros permitidos puedo.
Un adiós con llegada.
La impostura que se coloca entre nuestros cuerpos.
Entonces si todo se parece a todo, porque el amor es suerte:
Ante la desdicha de los inoportunos, Yo me convierto en utópico.
Ante lo latente y lo justo, Yo me permito un disimulo.
Ante la mirada de los dioses, Yo te construyo mi Olimpo.
Ante la ausencia de un beso, Yo me inundo sin naufragio.
Ante tus cabellos azabaches, Yo me fundo noche.
Entonces si todo se parece a todo, porque el amor es suerte.
Porque lo inevitable se construye con ladrillos humanos.
A una cuadra de tus pasos.
A dos bocacalles de tu ilusión.
A inciertos segundos.
A la permanente búsqueda de una pasión que se desvele, y sin pretender volverse cadena te
petrifique eternamente.
Que así sea...
“POR EL FILO DE TUS MIEDOS...”
Viste que casi no se despierta el jilguero que se posaba en nuestra ventana.
El sonido es como tus manos frías, inseguras, desprovistas, sentidas.
Se escucha tan fuerte como tus dudas, y se va en bruma sino lo detengo.
¿Me escuchará de noche cuando lo nombro casi desierto...?
¿Se vestirá con la misma camisa que no cubre su torso...?
¿Se desprenderá de los miedos con la misma facilidad que oculta lo que siento...?
Hay un cielo para los desesperados y otro para los tiernos recuerdos.
El primero me pide por tu sonrisa como mi aliento.
El segundo me disfraza de viento sur hasta cubrirte tus días.
El infierno es sólo del Dante, y con eso me doy tiempo.
El amor es sólo circunstancia, y con eso te envuelvo en confianza.
Cuando lo que temes no permita más abusos.
Cuando la puerta se abra, porque yo tengo tu picaporte.
Cuando busquemos sin mirar tesoros inexistentes.
Y el viejo jilguero se sienta un ave con vuelo:
Masticando la bronca por bocas que llaman, y no gritan.
Estrecho de sangre por la finitud de nuestros cuerpos.
Condenado a un silencio que me aturde por las noches.
Revolución y paz por los caídos en combate.
Hasta la victoria de nuestros sexos.
Una chispa que encienda nuestra cama.
Proletarios uníos por la evolución de nuestra paga.
Amor o muerte...
Liberación o miedo...
No temas aquí se siente.
“DESTELLOS EN LA NOCHE...”
A la altura de un rasguño que se desdibujo con tu cintura, me pregunto:
¿Y si los peces no nadan, tiene sentido un mar sereno...?
¿Y si los lobos no aúllan, tiene sentido la luna redonda...?
¿Y si tus labios están vedados, tiene sentido mi lujuria...?
Preso sin número en una cárcel sin barrotes.
Desnudo de intemperie por la elección de los inviernos.
Acantilado de lunas en el medio de mi pecho, te imploro un silencio.
Y tus muecas se me convierten en desfiladeros.
Niña de amor por la calesita de los sueños.
Mujer pasión con la venia de tus miedos.
Hombre sudor por el capricho de los caminos.
A la luz de los ilusos.
Entre la inevitable levedad de tu ser, y ese ignoto sendero.
Practicando lo imposible.
Desnudando los intentos.
Marchitando los cipreses.
Vuelo y recojo simplemente universo.
Vuelo y recojo lo que se me fue negado.
Vuelo y recojo la inmensidad de tus latidos.
Vuelo y recojo lo que se llevó el espantapájaros.
Vuelo y recojo tus labios rojos.
Vuelo y recojo mis entrañas en gotas.
Vuelo y recojo lo que ayer me pediste.
A la altura de un rasguño que se desdibujo de tu cintura.
Me afirmo y continúo:
Abrazándote sin destino.
Empecinado con tus latidos...
Inmensamente infinito.
“CANCIÓN DE CUNA PARA UN DESEO DORMIDO...”
Al bajar por el cauce descontrolado de tu pasado, me convierto en presente.
Una melodía antojadiza que se resbala entre nuestros cuerpos, y sin máscara te envuelve en
suaves sueños.
Ternura hecha carne para los lobos hambrientos.
Soledad sin anestesia para mirarnos las tripas.
Memoria como mochila para colgarte despacio.
Infinitud de milagros para pedirte rocío.
Relámpago amanecido que se evapora con el alba.
Hay un lugar sin espacio específico, que queda debajo de tu aliento.
Un lugar al que regreso sin que nadie me lo pida:
Uno se ha convertido en un rufián o una brisa sin prisa.
Uno se ha fumado el mejor habano sin Malecón de testigo.
Uno te ha bebido como mojito a la espera de la menta y el azúcar.
Uno se arrepiente de lo hecho porque sabe que es inevitable.
Uno se ufana de los testigos porque jamás delató a nadie.
Al bajar por el cauce descontrolado de tu pasado, me convierto en presente.
Y levanto las sobras de lo que fue y no quiso serlo.
Y me jacto de tu inocencia porque me enseñaste años.
Y te nombro como Judas sin que me crucifiquen.
Y soy el ruiseñor de tu amanecer roto.
Entre la terquedad de mis desvelos, cuando tu sombra no escapa.
Por la voluntad divina de un Dios pagano.
Hazme silencio...
Vuélcame entre tu lecho...
Respira hondo y traga mi aliento...
Duerme mi niña...duerme.
“CON LA SEGURIDAD DE TUS INSEGUROS...”
No le temas al destino, porque lo comeremos a gritos para que se espanten los misterios.
No permitas lo oportuno, porque se disfraza de moraleja cuando no existe cuento alguno.
No me niegues tu pasado, porque lo coloco sobre mis penas para que se adormezca de a ratos.
No me cierres lo pactado, porque se abre la puerta que nos conduce sin frenos.
Ayer me sobrevoló tu inseguridad certera, y como el cazador al acecho disparé palabras:
"Es imposible que mires a la luna cuando el universo te cobijó sin estelas..."
"Nada se parece a una plegaria que se niega de santos porque pecaron con tu encanto..."
"Todo lo descubro en tu rostro que me llega como fotografía a pesar del sudor de tus manos..."
"Si la velocidad es más certera que la tentación, entonces en un segundo nos fundimos sexo..."
Con la seguridad de tus inseguros.
A la misma distancia de los conjuros.
En el paladar exquisito de tus recetas caseras.
Con la firme voluntad de insistir como un rezo.
Te sobrevuelo sin vuelo hasta romper la fuente de lo seguro.
Y ya nada detendrá la madrugada...
Y ya nada soltará un sin saberlo...
Y ya nada volverá con la cordura de tus años...
Y ya nada nos separará de artilugios...
Con la seguridad de tus inseguros...
Te desnudo y te visto.
Me permito un sorbo y me emborracho.
Te descubro piel y brisa incipiente.
Me envuelvo en tus miedos...
Me convierto en lo único certero.
“Y SI ME DEJO LLEVAR...QUÉ...?“
Ante los presentes que se empecinan en beber tu suerte, me declaro revolución y goce:
Fusil para disparar frases y balas de ternura para ojitos mudos...
Cuchilla desafilada por tu armadura y el sonar de tus dientes cuando me muerdes desnuda...
Carril por donde se cruzó la luna, mientras me convertía en sendero...
Ante los ingenuos que se empecinan en beber tu suerte, me declaro huracán y sexo:
Intriga de un tiempo que se maquillo de inocencia.
Necesidad de recorrer cada poro sudado, y no saber dónde estamos.
Multitud de colores olvidados.
Suerte a los cuatro vientos, entre la cruz del desierto y mis manos como altares.
Ante los devenires y los inviernos, me declaro revolución y muerte:
Dolor por las voces que derramaron silencios.
Paz y guerra.
Ilusión a la luz de una vela.
Mosaico que me encuentra entre tus pechos.
Amor y sentencia.
Soledad para suavizar tus gemidos.
Ternura abierta para saciar mi alma.
Y la seguridad que no asegura que cuando el mar no moja.
Es cuando la espuma llega a tu costa y se convierte en fuego...
Y qué...?.
Yo espero.
“MELODÍAS SOBRE TU DESNUDO AMANECER”
Aquí estoy...silenciado, casi desnudo de vocabulario, a la intemperie de lo cotidiano, entre la
fuente de tus vanidades.
Aquí estoy...sencillamente abecedario, infinito y cabizbajo, urgente como liberación de los
marginados.
Aquí estoy...irreverente, altivo y condescendiente, suave como las espumas de tus atardeceres,
melancólico como tus labios.
Aquí estoy...Y todo se vuelve probable, energía y sueños, caricias encontradas, la levedad de tus
silencios cuando caen los pretextos.
Aquí estoy...en el lugar que no se encuentra, en ese universo sin estrellas, con la obligación que no
se escribe, con el tesón de robarte un beso.
Aquí estoy...en el mismo espacio que no deja aliento, desnudo e incierto, la multitud de lo obvio
cuando las caricias se marchan.
Aquí estoy...y nada será cierto porque lo verdadero es falso.
Porque te acostumbraste a mis garabatos.
Porque te ilusionaste de a ratos.
Porque me bebiste de un sorbo.
Porque la luna fue mi cómplice.
Porque eternamente me entrego.
Porque no se bailar sin melodías viejas.
Porque me llevaste adentro, a la luz de la multitud de encuentros, sonrisas y destellos, nacer y
vuelos.
Aquí estoy...
Aquí me quedo...
Aquí te espero...
Aquí donde se siembra tu recuerdo.
“AL SENTIR CON LA PRIMERA VISTA...ME DOY”
La vista se clava en el horizonte de tus ganas, y sin desnudarte en la mañana, me vuelvo carcelero
del deseo.
Lamento que no quieras caminar por mis pasos. A veces se vuelven francos.
Lamento que no quieras beber mis aromas. A veces deambulan por escenarios infinitos a la espera
de milagros.
Lamento que no beses auroras. A veces se disfrazan de ilusiones, y se encojen como niños cuando
te ven indiferente.
Lamento la terquedad de tu universo. A veces me convierto en espuma, que no conoce orilla, pero
que se embriago de luna.
Lamento el alquiler de tus goces. Porque no conocen el límite de lo permitido, y siempre se caen
por el piso.
Lamento que mi cielo no cobije tus celos. A veces el amor es un juego sin jugadores, un partido
con final eterno.
Lamento los lamentos sin poder tenerte.
Uno se desdibuja si el color esperanza se desvanece con el azul profundo en el medio del gris
repertorio.
Y por sobre todo lamento que mi cuerpo no encierre tu cuerpo.
Que lo deje con la garganta ronca.
Con las manos como gaviotas.
Con la lengua sin palabras.
Con las miradas animadas.
Con tu vientre ocupado.
Que no sepas que con la primera vista fuiste mía.
“REMEMBRANZAS DE LOS DÍAS POR VENIR”
El cuarto azul espera que no destiña tu aroma.
La blanca primavera no sabe de nostalgias.
¿Será posible encontrarnos en estado de espera?
¿Cuántos soldados más deberán caer en la batalla?
Si me dices, con disimulo, que no mire tus desdeños.
Si te bebes de a sorbos, la pequeña luz que nos calienta.
Si recitas de memoria el manual de buena señora, y de golpe te doblegas cuando se cae la noche.
Remembranzas por venir, sin que espere el alba.
Remembranzas en tu piel para saciar mi hambre.
Camino con la frente en alto porque nací de abajo.
Siento poco dolor porque sufrí de a ratos.
Me convierto en un silbido por desconocer el grito.
Te recito mil plegarias porque dudo en el habla.
Y me voy haciendo carne si me dejas un posible.
Y te sigo como perro sin siquiera oler tu rastro.
Y maldigo el porcentaje que cuantifica tu alma.
Y te borro como soplo si caminas adelante.
El cuarto azul espera que no destiña tu aroma.
La casa se prepara para que no la uses nunca.
Mi cama se perdió en un adiós de almohadas.
Tu vida se jugó a que no te acune suave.
Mi memoria se jactó que tu presente importa.
Tu cuerpo se embebió en mi vasija de cobre.
“POR LA DESNUDEZ DE TUS HORAS”
Si miras por el costado de tu irreverente pasado me contarás las costillas.
Pero si vuelcas dolores por la comisura de tus labios, entonces me preparo para tu entrega.
Nada detiene lo que se ha dado por dado. Salvo que evitemos la bruma por la mañana.
Nada se convierte en recuerdos. Salvo que la música que no se escucha, tenga pentagramas
inciertos.
Nada avasalla el universo. Salvo que los ejércitos de sueños, se dirigían a tu Normandía y no
declare la guerra.
Nada negará mi amor oculto. Salvo que conviertas en rodajas, los pocos momentos que se
marchitaron a oscuras.
Nadie te besará para siempre. Salvo que me supliques un desierto, y sin la menor cascada de agua
dulce, te cubra de roció esperando el aguacero.
Entonces soy esto y por esto soy:
Pan que no se bendice en tu mesa.
Mar que no se convierte en río manso, porque sus olas son ciertas.
Noche embriagada de poetas.
Maldad inocente y espesa.
Caricias como frotar de pretextos.
Ilusiones con cara de presagios.
Amaneceres en el medio de un orgasmo.
Si miras por el costado de tus horas que caen como avalancha.
Si te importa lo superfluo porque lo correcto te indigesta.
Si me devoras por segundos a la espera de lo eterno.
Entonces soy esto y por esto soy...
Entonces soy esto y por tu ser voy.
“AHORA QUE ESTAS AQUÍ...”
Ahora que estas aquí...y no se escapa tu verborragia de mañana, puedo desearte una plegaria.
Ahora que estás aquí...y se me planchan los desvelos, que recorro tu infinito universo, que me
regodeo entre tus brazos, puedo desearte una mañana.
Ahora que estás aquí...que no le temes a los infiernos, que me clavaste la daga del aliento, que te
reías de mis pucheros, puedo desearte un mar sereno.
Ahora que estás aquí...que reinas en mi dormir, que te fuiste adentro de mí, que me susurras en el
invierno, puedo desearte un tierno trozo de mi cielo.
Ahora que estás aquí...que renuncias a recorrer los sin fin, que te devuelves envuelta en luna, que
me castigas cuando no besas mi aroma, puedo desearte seguir allí.
Ahora que estás aquí...multicolores por venir, soledad que no sabe de mí, remanso de
tempestades por venir, puedo desearte ser sólo mía.
Ahora es aquí.
La lentitud y la furia sin fin.
El repentino tocar de campanas.
La negligencia de los que no supieron amarte.
La inoperancia de quienes no supieron tocarte.
El ruiseñor que no se posa en tu estandarte.
Las sábanas rotas de nuestros cuerpos al revolcarse.
El gozo perdido que me trague con un beso.
La dulce melancolía que me colgué como rezo.
El camino recorrido, entre las orillas de los destinos, y un sólo veredicto de la corte:
"Se los condena a ser unidos, fregados, uniformados, caprichosos, y alocados, amantes, y
transgresores...
Se los condena al destierro de las buenas costumbres, por pasión y eterno sentimiento"
“AMAPOLAS SIN AROMA”
Shhhhhh.... me pasas el salero que se esconde debajo de tu alba.
Se agrietaron tus melancolías en el medio de caprichos.
Shhhhhh....no escuchas el corazón delator debajo de tu almohada.
La permanente necedad de goteos a la hora de la siesta.
El último terremoto que significó tu cuerpo hacía la nada.
Mi voluntad suprema de aferrarme a tu pasado.
La insistente premisa de sabernos obligados.
Shhhhhh....no quieres un sorbo de mi vino añejado.
Sabe a tiempo de espera.
Se huele como la hierba húmeda.
Se cuela en vasijas en el medio de la noche.
Se inunda de goce cuando tus horas se embeben.
Se convierte en poderoso si tu boca se abre.
Se apodera de tu cuerpo si mi cuerpo se niega.
Shhhhhh....ahora me pasas tu arrogancia.
La siento inocente cuando se evapora entre llantos.
La blasfemo en cuentagotas para no herir sus penas.
La deslizo como agua por el medio de tus pechos.
Me la coloco entre mis piernas para que se sienta nueva.
Shhhhhhh....
Shhhhhhh....
Ya llegó la pasión con corbata nueva.
Ya me levante despacio para no negar lo añorado.
Ya me coloque tu aroma ahora que no huele.
Ya te dije lo siento, y te empecinaste en creerlo.
“RECORRIENDO TUS OLVIDOS ME RECUERDO”
Una sola campanada me hace falta para que retumbe la nostalgia.
Colocar los ladrillos acodados como memoria, y dejarte sin habla.
Abril se vistió de una doncella, pero su caballero armado no llegó a la cita.
Otoño se pintó de un gris desierto, y con el viento norte te desnude de a poco.
Azul fue el color inesperado, mientras te ibas sin verano a dar vueltas, y vueltas.
Entonces si en un desliz, sin reproches, recorro tus olvidos:
Podré sobornar al portero sin su cerrojo.
Patear el tablero de tus latidos roncos.
Incrustarme en las veredas de tu mundo sin noche.
Blasfemar a los santos que te protegen, y te acosan.
Sonreír con tu sonrisa como lo hacíamos de tarde.
Una sola campanada me hace falta para que retumbe la nostalgia.
Capricho que se bebe sin sorbo.
Inocencia marchita por no pecar temprano.
Hojalata oxidada por el calor de las ganas.
Aprendiz de tu locura que se evapora con el aire.
Caballero sin luna, a la espera del carruaje.
¿Cuándo se permite que lo prohibido se acueste entre nosotros?
Cuando los pájaros ya no canten.
Cuando el silencio se convierta en polvo.
Cuando el camino se ensanche sin marcas.
Cuando tu espalda se me deslice por mis manos.
Cuando el partir se convierta en vuelta.
Cuando la mañana se haga volcán sin lava.
Cuando la mirada se nos aleje sin mirarnos...
Brutal, descarnada, arrogante, impura.
Innecesaria.
“EL JARDÍN QUE NO MARCHITARA JAMÁS”
A la salida del sol nos espera el goce sin agonía.
La firme voluntad de caminar sin reproches, y velar por las acciones.
Un pincel pinta de colores tiernos los rostros ausentes, y presentes.
Blanco para la Norma que se enreda entre panfletos.
Rojo para Marcial que llora la partida.
Verde para la Gringa que parió a Eva y la amamantó de justicia.
Gris para Tito que todavía se despierta a gritos.
Anaranjado brisa para Ernesto que se inunda de luz cuando besa nietos.
Amarillo otoño para Rodolfo que mira de reojo la distancia.
A la salida del sol nos espera el goce sin agonía.
La inquebrantable terquedad de fusilar olvidos.
Mano armada para los insultos con balas de ternura.
Corazón delator para los infortunios.
Misericordia sin rosario para los evadidos sin tiempo.
Mar sin oleaje para los miserables.
Finitud de dolores para los inescrupulosos.
Sangre derramada para cosechar tempestades.
Revolución inconclusa para sabernos existencia.
A la salida del sol nos espera el goce sin agonía.
Universo partido en dos para vivir sin salida.
Patria que amo y me dueles.
Rinconcito de luz debajo de mi almohada.
Horizonte a la vuelta de mis ganas.
Dolor sin doler la finitud de mis años.
Allí, en el mismo lugar que gastó historia.
Allí, con la frente en alto de banderas claras.
Allí, sin respirar cuando vale todo.
Allí, en el olfato profundo de las equivocaciones y los glosarios.
Allí, me vuelvo hijo, padre, hermano, madre, tierra, fusil, gloria y hambre.
Allí, te espero...
Con el jardín que no marchita.
Con la voluntad que resiste y millones de flores nuevas.
“EN TU REGAZO ME VUELVO INCIERTO”
Si la Magdalena me cantara al oído con seguridad soñaría plegarias.
Si tu verde parecer me guardara niño, en tu regazo amanecer me convierto en vuelo.
A la intemperie del saber, sin justificar el porqué.
Con la tormenta sin llegar, con el tiempo sin frotar.
Altivo un suspiro, y me convierto en goce.
Y de la nada aparecen rostros.
Y junto a tu rosario blasfemo dioses.
Y en el medio de la noche te canto sin reproches.
Y sin decir lo lamento, me río de tus humores.
Si todo se convirtiera en un pasaje sin retorno.
A la misma distancia que camino hasta mi sombra.
Desafió de otros tiempos que se volcaron de tus faldas.
En el medio del destierro que borraron otros:
Juego a ser brisa y no regreso.
Brinco en tus días y no añoro.
Salto al vació y no perdono.
Rio de gloria y te soborno.
Muerte sin difunto a la claridad de la luna.
Niño que duerme en tu regazo, hasta convertirse en hombre.
Mujer congoja que espera su suerte...
Suerte...
Suerte...
“MENSAJE PROHIBIDO”
Si el mar me negara la arena, la playa, el infinito oleaje, con seguridad te robaría tierna.
Si elijes fumar lo poco que se huele en el aire, a lo mejor me hago tabaco o incienso para
convertirme en ritual.
No niego a quién ocupa el lugar.
No maldigo a quién duerme de más.
No palpito por quién no quiere palpitar.
Sólo te pido compasión a la hora de besar.
Un indiferente final.
Un suspiro sin suspirar.
El lugar que vos pisas.
La mirada que mira sin mirar.
Si la vida fuera un juego, y nos toca jugar.
Maldigo a las circunstancias que se esconden y no perdonan.
A los indiferentes momentos.
A tu cabellera de luz.
A mi intromisión, y mi salvoconducto.
Me maldigo por injusto, mientras duermes.
Te sueño sin que ni siquiera llame a Morfeo.
Te presiento a pesar que no te enteres.
Me regodeo en tu aliento...Y llamo a lo prohibido justo.
Un deseo entre paños muertos.
El mejor desenlace sin final abierto.
Simplemente lo negable.
“POR ASALTO SIN SORPRESAS”
Hay un silencio dormido en el medio de tus ojos.
Un inconsciente colectivo se empecina en negarme tus momentos.
¿Quieres negar lo negable?
¿Qué hueco oscuro se volvió luz de golpe?
¿Cuánto sabemos de los momentos inoportunos?
Caminando por el filo de la aurora uno se hace bruma.
Sonriendo a la luna ebria uno calma tus egos.
Sortilegio de suspiros te vuelven loca.
Una catarsis de goces te devuelve carne.
Soy guerrero por costumbre.
Y te declaro desierto porque me bebí tu espejismo.
Soy ardiente a media noche.
Y te envuelvo en rocío para fundirme en lluvia.
Soy ladronzuelo de escaparates.
Y te asalto en tu escondite para saciar mi aliento.
Soy provocador por ingrato.
Y te marchito entre verdes que no conocen agobios.
Hay un silencio dormido en el medio de tus ojos.
Noche y fuego.
Mar y pies descalzos.
Huracán y saltos.
Hojalata sin óxido, entre tu siembra y mi cosecha.
Entre tu siembra y mi cosecha.
“DESAFIÓ A LA ILUSIÓN...”
Si en una tarde de Abril me encuentras espiando tus ansias, pido perdón por insistir:
Somos la niebla perdida que se niega al olvido.
La penetrante imaginación de tenerte infinita.
El vuelo rasante de mi adiós sin destino.
Si en un cercano amanecer, a la vuelta de la esquina, me encuentras espiando tus ansias, pido
perdón por insistir:
Revolución que se niega a perder.
Ilusión en tu ventana que no dejas abrir.
Piel desgarrada por la vida, que sabe a miel.
Velocidad de tortuga para fingir que "no sé..."
Si en una noche de invierno, dentro de un callejón con piedras, me encuentras espiando tus
ansias, pido perdón por insistir:
Por tu boca que no bese.
Por tus cabellos que no enrede.
Por tus entrañas que no palpite.
Por la memoria que no construí.
Por los juramentos que evite.
Por las mentiras que no suplique.
Por los desvelos que no envolví.
Si en un lejano volver, me construyo futuro, inexorable orgullo, incontrolable pasión, y me
encuentras espiando tus ansias, déjame insistir:
El niño que va conmigo sabrá crecer.
La imaginación se cansará de sentir.
El aroma a tu piel se volverá piel.
La mirada perdida encontrará su fin.
El deseo profundo flotará hasta allí.
Lo inexplicable dejara paso a lo innegable. Todo se fundirá en todo.
Y entonces...
Y entonces...
Mis silencios dirán lo que tus silencios no quieren decir.
“DUDAS BAJO EL AGUA NO SON DUDAS”
Aún la leve soledad de tu mirada se parece al mar.
Un huracán que no puede encallar en el océano, es presa de impotencia.
Arena entre mis dedos, y tu silueta que se aleja.
Viento con aroma a mar abierto, es como juramentar despierto.
Agua que no se bebe, no limpia la claridad de tus dudas.
Me arrojo a ese vacío que llamamos vida:
Entre los pétalos sin rosa que florecieron en mi cama.
Entre la música sin rima que se llevó tu risa.
Entre los muertos que viven, porque lo finito se vuelve imposible.
Entre las paredes de tu bóveda que se abre con mi llave.
Me arrojo a ese vacío que llamamos vida:
Y mis hijos son los hijos que no llegan.
Y todo es una gran manzana que no tiene luces.
Y por lo bajo de tu falda se me cuelan burbujas.
Y si te pido misericordia nos fundimos pecadores.
Agua que no haz de beber, no corre sino se pierde.
¿Entonces dónde está la sal y pimienta de lo posible?
¿Dónde se guarda la pericia de los permitidos?
¿Hasta dónde llega la paz que sólo consigues en mi abrazo?
Al norte del sur más remoto.
Al este de paraísos rotos.
En la sudestada de un Plata sin plata.
Con la frente marchita por excusas.
Planto bandera y me convierto en Rey Arturo.
En Macedonio dormido.
En Arlt sin pergamino.
En Romeo sin Julieta, aunque el veneno no mate...
“TRES PALABRAS Y UN UNIVERSO”
Sueño abierto a lo desconocido, es juramentar imposibles en tu alma:
Ser, voluntad y entrega para sanar viejas heridas.
Ser...
Lo trascendental envuelto en pequeños acertijos, junto a mi corazón sin vueltas.
Soledad de caricias, y la posibilidad de parir infinitos cuando te alejas.
Voluntad...
A la hora señalada, entre el ruido intenso de mañanas, y mi piel que se ajea con los años.
La puerta abierta al amigo.
Un desafió como testigo.
Mil caricias como mariposas.
Un vino que se evapora en mi boca.
El canto de sirenas sin Homero.
Entrega...
Para desnudar pretextos sin causa abierta.
Un rincón donde las oraciones se enredan, y tus ojos se convierten en galaxias.
Mi desdén, y mis espermas.
Sentir a cara descubierta.
Compartir la risa como bandera, y cegar la hipocresía de los muertos.
Allí, en ese universo que espera, con el sonar de palabras nuevas y viejas, me deslizo en brisa:
Por la cintura cósmica de tu piel sin luna.
Por tu boca abierta y sin mordaza.
Por tus poros que no secan, y aún transpiran.
Porque soy y jamás me escondiste.
Porque soy universo vivo...
Ser...
Voluntad...
Y entrega.
“REMEMBRANZAS DE UN OTOÑO AL CAER”
Un destello se convierte en universo si los planetas deciden confesar penas.
Un pequeño silencio es la afirmación de sueños si el barco consigue puerto.
Te vi...
A la caída de un estero que con un verde pálido rozó tus cabellos.
Eras altiva, disimuladamente niña, peligrosamente quieta.
¿Y si el destino no fuera lo que tú quieres que sea...?
¿Y cuándo todo se declara testimonio se evaporaran las razones...?
Te vi...
Casi indulgente sin santos pendientes.
Remolino de fuegos y carceleros.
La paz convertida en guerra.
La indomable voluntad de beber tu fuego.
Las manos ungidas en el néctar de tu cuerpo.
Ayer me fui en tiempo, mar, arena, y sol sin brillo.
Busque en lo profundo y me quede dormido.
Me levantó el sonar de tus gemidos, y no estabas.
Deslicé mi lengua sobre mis labios, y el sabor era salado.
Se hundió el otoño sin amarillo, y no volviste.
Pacte con la noche que me volvía suerte.
Me juramenté que tus ojos se cegaran con un beso.
Me proclame rey de los castillos que levantaste.
Te vi...
Te vi...
Te vi...
Y el otoño se me hizo verano.
“PERFUMES Y NOSTALGIAS”
Me subo por un instante a la memoria perdida, y entonces todo se reproduce:
Un aroma con canela de mañana, para su cuerpo que no supo que estuve.
La luna me la había regalado entre la música folclórica, y la pubertad universitaria.
Un aroma como incienso oriental, para sus cabellos en la almohada, y sus manos en mi cadera.
Un abril empecinado en amaneceres, la depositó entre musas y ella sólo jugaba con la música.
Un aroma con sabor a whisky, y el humo que se filtra, en el medio de sus pechos.
La obscenidad de la dulzura me la convirtió en princesa, cuando ella sólo acariciaba clientes.
Un aroma a pan caliente, a humedad ardiente, a roció frecuente.
Un atardecer se deslizó entre sus piernas, y sin pedirme permiso se lo llevó a su nido para darle
comida a sus pichones.
Un aroma a fuego lento, a cenizas incandescentes, a brisa urgente, a miradas complacientes.
Un Octubre a la vuelta de un se puede, me la desvistió sin necesidad de besarle para que mi alma
duerma.
Un aroma a río sin cauce, a espejismos y altares, a labios que se desvanecen en mi boca.
La codicia de lo oportuno supo de su negro azabache, de sus ojos grandes, de sus manos suaves,
del infinito instante en que dijo, "ahora puedo".
Quiero aromas y roces.
La voluntad convertida en goce, y la liberación de los temores.
Quiero años y multicolores.
La finitud de lo desconocido, y la arrogancia de lo prohibido.
Y quiero perfumes...aromas en carne viva.
La igualdad de lo eterno, y la galaxia de lo posible.
La memoria como olfato.
La impostergable necesidad de oler la nostalgia, y fumarme el destino.
“LLUEVE...LLUEVE...Y PASA”
Cae la lluvia como un pretexto divino, y todo es incierto.
Una gota se vuelve aguacero, y todo pasa...
Un delirio se vuelve monótono, y todo pasa...
La soledad se descompone de gastritis aguda, y todo pasa...
La memoria se junta en cuentagotas, y todo pasa...
¿Se podrán inundar las dudas que se acumulan en los techos?
¿A qué hora se levantó la bruma que te vestía desnuda?
Cae la lluvia como un pretexto divino, y todo es gris y melancólico.
A la vuelta de un suspiro me vuelvo luna.
Entre lágrimas de angustia te pido.
Con la voluntad maltrecha me vuelvo justo.
Orgullosamente antiguo me voy tejiendo nuevo.
Soledad que estás latente se me incrusta como miseria.
El gato que no maúlla se convirtió en niebla.
Tu desnudes entre mis manos se evapora como estrellas.
A la altura del ocaso, y mientras la lluvia juega:
Sueño y conjuro.
Adiós y reencuentro.
Infinito y cordura.
Ilusión y utopía.
Rebelión de mis ojos ante mis acertijos, y mi país añorado.
Rebelión de gotas que caen al lado de mi cama, entre infinitos inciertos tan lejanos de tu cuerpo.
Llueve...y todo pasa.
Llueve...y todo pasa.
Llueve...
¿Todo pasa...?
“NADA EN LA NADA Y TODO”
Un gato mira de reojos mis zapatos...
Nada es todo.
Ella sabe que mis recomendaciones se cuelan entre sus faldas.
Nada es todo.
Me levanto con las mismas guerras que cavaron trincheras, y sólo dispararon palabras.
Nada es todo.
Me miro con arrugas que no pueden acariciarte, y sin embargo te me arrugas entre suspiros rotos.
Nada es todo.
Ahora que mi país se convierte en grieta, y casi se escuchan el replicar de huesos rotos.
La campanada de lo que pudo ser, y negaron por goce.
Nada es todo.
Si nada es todo, y te multiplicas en colores.
Si el invierno no es frío, sino espera.
Si apuntalaron tus heridas con tabiques de memoria.
Si aún el gato sigue jugando con tus zapatos.
Si tus labios se envuelven entre mi razón, y mi misericordia.
Entonces, nada es todo.
Una pequeña grieta que deja correr mi aliento.
La excusa perfecta para visualizar la aurora.
El inexorable camino hasta hacerle el amor a la muerte.
La verdadera razón sin razones.
El fugitivo empecinar de que nada sea todo.
Todo o nada.
“PERFUMES Y NOSTALGIAS”
Me subo por un instante a la memoria perdida, y entonces todo se reproduce:
Un aroma con canela de mañana, para su cuerpo que no supo que estuve.
La luna me la había regalado entre la música folclórica, y la pubertad universitaria.
Un aroma como incienso oriental, para sus cabellos en la almohada, y sus manos en mi cadera.
Un abril empecinado en amaneceres, la depositó entre musas y ella sólo jugaba con la música.
Un aroma con sabor a whisky, y el humo que se filtra, en el medio de sus pechos.
La obscenidad de la dulzura me la convirtió en princesa, cuando ella sólo acariciaba clientes.
Un aroma a pan caliente, a humedad ardiente, a roció frecuente.
Un atardecer se deslizó entre sus piernas, y sin pedirme permiso se lo llevó a su nido para darle
comida a sus pichones.
Un aroma a fuego lento, a cenizas incandescentes, a brisa urgente, a miradas complacientes.
Un Octubre a la vuelta de un se puede, me la desvistió sin necesidad de besarle para que mi alma
duerma.
Un aroma a río sin cauce, a espejismos y altares, a labios que se desvanecen en mi boca.
La codicia de lo oportuno supo de su negro azabache, de sus ojos grandes, de sus manos suaves,
del infinito instante en que dijo, "ahora puedo".
Quiero aromas y roces.
La voluntad convertida en goce, y la liberación de los temores.
Quiero años y multicolores.
La finitud de lo desconocido, y la arrogancia de lo prohibido.
Y quiero perfumes...aromas en carne viva.
La igualdad de lo eterno, y la galaxia de lo posible.
La memoria como olfato.
La impostergable necesidad de oler la nostalgia, y fumarme el destino.
“CON AROMA A CAFÉ Y HUMEDAD”
No hay agua bendita que sale heridas.
El café se pone frío si la espera se vuelve abrigo.
En el medio del olvido, a veces, sólo a veces, se cae mi instinto.
Humedad en una mesa vacía, es como que mi corazón vuele en la brisa.
Uno a uno cosecho la siembra de mis infortunios, y todo se vuelve mar sereno:
A pedir de tu boca.
En el medio de una bocanada de sueños.
Infinidad de "buenas noches", "hasta aquí llegaste", "todo se parece a lo lejano", "nadie pidió por
tu presencia".
En el medio del olvido, a veces, sólo a veces, se caen caricias.
Y lo que ayer era incierto se abofetea de presencia.
Y lo que ayer eran melodías ahora son canciones y sirenas.
Y lo que ayer me permitió tu goce hoy es ternura expuesta.
Y lo que no miraron tus ojos, la voracidad de los segundos le devoraron lo mutuo.
No hay agua bendita que sale heridas.
Pero hay miradas que se babean entre risas.
Pero hay cuerpitos que caminan a escondidas.
Pero todo se vuelve verde si la esperanza no destiñe.
Pero nunca digas nunca si no sabes de partidas.
Pero te espero dormida, casi huérfana de envidia, en la soledad de mi laberinto, envuelta en
aliento, y sencillamente mía.
Sólo mía...
“SINFONÍA PARA EL REENCUENTRO”
Estoy boca arriba para poder mirar tu espejo.
Los colores de otoños dentro de tu inocencia impune.
Los escaparates de tus deseos que se caen de tu almohada.
Do, re, mi....estás?
Fa, sol...te vas?
La, si...venís?
Do, re, mi, fa, sol, la, si...sentís?
Un invierno no se hace hielo porque se apodera de lo incierto.
Un invierno es frío porque se cuelan espantos.
Un invierno es la paz, y el infierno, si tus ojos me niegan.
Entonces cuando será posible que lo imposible sea un derecho.
Que mis manos puedan abrir tus piernas excusas.
Que mi instinto llame a las melodías...y entonces:
Dejaré que Don Juan Tenorio se disfrace de cotidiano.
Que Amadeus se vuelva cuerdo por un rato.
Que Beethoven nos escuche gozando.
A la gran María Callas silenciarla.
Y a tu pitonisa convertirla en sexo.
Para escuchar la música de tu cuerpo.
Para que toque melodías desde adentro.
Do, re, mi...estás?
Fa, sol...te vas?
La, si...venís?
Do, re, mi, fa, sol, la, si...sentís?
Do, re, mi, fa, sol, la, si...melodías que no se niegan a venir.
“UN ACORAZADO DE PALABRAS NO ES GUERRA”
Hace un infinito que te miro a la distancia, y lo prohibido se desvanece si no miro.
Un pecado no hace primavera, si el vuelo alado de tus suspiros no tiene nido.
La guerra de cien días en el medio de tus pechos, y la soledad aspirada como humo.
Prohibir que tus miedos sólo sean gacetillas y no declamaciones.
Prohibir que el amor dedicado se lo lleve en un maletín al trabajo.
Prohibir la humedad y el desvelo.
Prohibir que los besos sean sólo para amamantar ternuras.
Prohibir que tu sal sólo cubra otro mar.
Prohibir que tu rojo despertar no escuche mi murmullo.
Hace tiempo que observo tus gestos, y no hay disimulo:
El ojo izquierdo delata al derecho que no duerme.
Tus manos frescas dejan de tocarse cuando el sonido se eleva.
Tu boca seca está pidiendo un dulce encanto.
Tus piernas ebrias se sacuden sin tiempo.
El vientre fulgente es sospechoso en la trasnoche.
Tu cabellera color verano es dócil sino se peina.
La firmeza de tus palabras son melodías cuando callas.
Hace tiempo que la taba cayó de costado.
Hace momentos que no sé qué camino pisan tus pasos.
La utopía se convierte en ansia.
Y el acorazado palabras se prepara sin batallas.
Para que sacies mis dudas.
Para que te vea sin verte con disimulo.
Para recorrer tu ignorancia.
Para lamer la posibilidad alejada, y decirte al oído:
"Algún día...en estado de sitio...todo estará permitido"
“RÉQUIEM PARA UN VIERNES SIN HOJARASCA”
El rompe-nieblas sin aguacero no es efectivo.
Se permite señor la injusticia pero no el voraz incendio de la dicha.
Se permite un padre nuestro a la intemperie.
Y se salan las heridas oxidadas de los sin suerte.
¿Todavía guardas, en la oscuridad de tus suspiros, el remanso de mi río?
A la voluntad de los santos y sus necedades se cuecen amantes.
Entre el llanto prostituto, y la carne volcada me siento padre.
A la luz de tu universo me construyo humano.
En el medio de tu alma me siento niño.
Cuando nadie se haya apagado, y el caminar sea un reproche.
Cuando lo establecido se diluya como el agua.
Cuando tu fiebre de goce me resbale hasta mi suerte.
Cuando el diluvio llegue porque Noé se fue de copas.
Entonces, y por la sola voluntad amasada a golpes.
Grito y castigo.
Rebelión y crisis.
Necesidad y risas.
Amanecer de un día triste.
Locura de fundirme en caminos.
¿Todavía guardas, en la oscuridad de tus suspiros, el remanso de mi río?
Déjalo latir al corazón que finge.
Déjalo subir al amanecer entre tus piernas.
Déjalo sentarme en el umbral a la espera.
Permite mi réquiem aunque los santos no sepan de augurios.
“PEQUEÑAS PRETENSIONES”
Si te propones que los laberintos se detengan en sus giros, entonces pretendo un vuelo raso.
Un simple murmullo que me detenga el apuro.
El complicado sortilegio de beberme silencios.
Viste como se levanta el muro de los lamentos:
Por la insistencia de una caricia.
Por el apagón a tiempo de mis neuronas.
Hasta la victoria de la próxima luna.
Hace infinitas brisas que me acuesto con tu sombra.
Me revuelco a cada instante de tu boca.
Estorbo los pasos de tus pies en el agua.
Te robo dormida cuando todos callan.
Un incipiente invierno se parece a cada limosna de tu mirada.
A cada mensaje que te negaste a enviarme.
A cada sonrisa que se fue con el alba.
A esa manía rota de coquetear con la suerte.
Y entonces pretendo...
Volar por los aires la putrefacción de lo amable.
Sepultarme en el medio de tu jardín sin riego.
Maldecir con palabrotas la sala contigua de tu decencia.
Parir sin remordimientos tu hipocresía.
Jactarme de la ignorancia de tu sexo prohibido.
Relajarme en los nervios de tu piel desnuda.
Allí pretendo...
La luz en gotitas de roció.
Los labios con una sola exclamación de ternura.
Añoranzas y fisuras.
Un manto para cobijar alabanzas.
Para añorar que vuelves a tu partida.
Para pretender que lo permanente se haga furtivo, y lo necesario un juego que me lleva al triunfo.
“CELEBRACIONES A LA DERIVA”
No siempre una gota más otra gota hacen aguacero, aunque siempre mojan incertidumbres.
No siempre cuando se llena el cántaro se rompe, casi siempre rebalsa de olvido.
Una golondrina no hace verano, si antes sus alas añoranzas no se congelaron de invierno.
Celebro la alegría cuando se rebela en tus mejillas.
Celebro tus dudas cuando se depositan en mi luna.
Celebro a mis pies desnudos porque se niegan a caminar recto.
Celebro los infortunios si antes no se confesaron en un reformatorio.
Celebro tu piel en mi piel porque duerme desnuda.
Celebro el gemido de la utopía cuando se abre tu ventana.
Celebro mi silueta nocturna que se cuela siempre debajo de tu almohada.
Por más que se vaya la soledad envuelta en suspiros, no siempre se descuida.
Por los caminos del tiempo, a veces se distrae un silbido.
Recuerdas el sol que se manchó sin lluvia, es el mismo que frota a mi país espera.
Recuerdas el pedestal de sueños rotos, es el mismo que se tejió de hijos sin fortuna.
Celebro la tristeza de los rostros en paños menores.
Celebro la historia que sabe a jugo ácido.
Celebro el instante en que tu boca me pago con monedas.
Celebro la borrachera que me di sin beber una gota.
Celebro la revolución que nace desde lo inoportuno.
Celebro al carcelero que te cerro entre mi comisura.
Por más que me niegues fortuna, con la complicidad de mi sombra, sin que te enteres nunca, te
celebro por frescura.
Y te juro no descansar hasta que celebremos juntos.
“CON LA AURORA QUE SE DISIPA AMANECIDA”
Hay una alegoría que se empecina en convertirse en fiesta:
"Le llamamos la dulcinea del viento, porque se sabe escasa de suerte"
Hay un pequeño silbido que te levanta la falda:
"Le llamo el rompe-nueces del olvido, porque se empecina en jugar con tus cabellos"
Hay una aurora que espera tu diluvio:
"Se me incrustó debajo de la barbilla, y no quiere asomarse cuando tu juegas con mis desdichas"
Hay una lista en el almacén de sueños partidos, y quiero que busques los mejores precios:
Dos lunas, y cuatro suspiros a bajo costo.
Una medida de vino ensueño, y cinco onzas de mañana desvelada.
Tu rostro sorpresa, y ese sonrojar despierto.
La ternura de tu espalda infinito con una simple medida de azúcar impalpable.
El mejor sueño de estación, que florezca entre tus manos.
Un grito alado de noche, que despierte sin piedad tu goce.
Hay una alegoría que se empecina en convertirse en fiesta...
Una posibilidad remota que me enlace tu vientre.
Un disparo certero que me mate mi engaño.
Una cuchillada sin filo que me presente.
Un desarticulado discurso que no practico desde niño.
El maldecido destino que me negó ser parte.
La inquebrantable voluntad de sentirme vivo.
La aurora que nació y se acostó a tu lado.
“POR LA GEOGRAFÍA DE TU ESPALDA SUBO Y SIGO”
En el medio de un delirio que se acongoja por un suspiro me vuelvo conquista.
Y entonces, sin la necedad de tu impronta, y sólo con el dibujo de tus rutas te recorro:
Por la ancha avenida de tus pechos sin tiempo.
Entre los baldíos rotos que se desnudan de a poco.
Con la noche abierta para poder ver tus curvas.
Con la bocacalle que se incrusta.
Entre el viejo palpitar de avenidas sin número.
A la altura de tus cabellos recios.
Por la voluntad de mis pasos como sexo.
¿No somos fácil presa de un deseo que nunca llega?
¿En qué momento la finitud nos hizo vomitar deseos?
Ahora que duermes abrazada a otro sueño.
Ahora que disparas balas de salva.
Ahora que no necesitas de un alma en llamas.
Yo subo a tu espalda y te recorro sin pausa:
Con el guiño cómplice que me da un ruiseñor despierto.
Ante la mirada de curiosos que se agolpan.
Con este cuento-moraleja:
"Un día, como un descuido, como un simple sonido, la tomo entre sus brazos, la depositó como
luna, siempre boca arriba. Miró de reojo la puerta que nunca se cerraba. Abrió su encanto que
estaba fingido. Y cuando se decidió a beberla, ella se convirtió en niebla, y partió por la ventana
para no regresar jamás a buscar lo eterno..."
“CON EL ALMA DESBOCADO”
¿Y....?
¿Dónde...?
¿Ahora...?
Con seguridad no se abre la muralla, si tu incipiente munición gruesa no se mojó por la lluvia.
Hasta ese pequeño chasquido te aturde sin disimulo cuando caes en mis brazos.
Quiero declararme multitud y estamparte en tu mirada un sin saldo.
Quiero volverme huracán para que tus gemidos no provoquen estampidas.
Quiero saber de tu escondite más recóndito para decretar "piedra libre".
Quiero ser mar revuelto para que tu barca se choque con mis mareas.
¿Y...?
¿Dónde...?
¿Ahora...?
Levantar polvareda a los archivos de mis ansias.
Uno a uno se coló olvidos.
Un simple verano no se vuelve golondrina, si antes tu vuelo no surca mis desvelos.
¿Y entonces...?
Mirar tus arrugas que se dibujan en mi memoria.
Oler nuevamente tu aliento cuando se escapaba en mi boca.
Sentir tus manos que se convierten en brumas.
Apretar a la imprudencia hasta sacarle todo el aire.
Solicitar permiso para asesinar el desdén de tu oportunismo.
¿Y...?
¿Dónde...?
¿Ahora...?
Volver al principio de la nada.
Sentir que el tiempo se me escondió en el bolsillo.
Reírme de todo por todo y todos.
Gritar que se puede, a pesar de los puentes colgantes.
Y mirarme al espejo, para saber que no miento.
Para abolir la esclavitud, y liberarme hasta que las cadenas vuelvan a enredarme.
“EXPRESO SIN FRENO”
Hojalata sin filo, es como un perro sin aullido.
¿Y entonces lo obvio se convierte en imprescindible?
Un sonar de tu escote, me hace sombra de madrugada.
Camino sin pausa por el tiempo de la cornisa, y el abismo va conmigo.
Camino sin freno por la nostalgia de tus ansias, y cada luna desvelada se hace madrugada.
Y entonces lo obvio se hace imprescindible:
Para hacer el amor sin pedir permiso.
Para tomar su brazo y fundirlo al mío.
Para mirar la tristeza sin desvanecer de frío.
Para llorar por la noche con lágrimas de roció.
Para beberme el olvido en sorbos medidos.
Para jactarme de tu tiempo cuando le faltan segundos.
Para sufrir de apuro a la medianoche de todo.
Para morir suavemente hasta convertirme en humo.
Para pasar desapercibido entre sábanas prestadas.
Para robar sin disimulo cuando todo se guarda.
Para vestirme de niño cuando juego en tu mundo.
Hojalata sin filo, es como un río sin orilla.
¿Y entonces?
Me injurio y contradigo para saberlo todo.
Me envuelvo en suspiros para sentirme eterno.
Me caigo y levanto para borrar mis dudas.
Me entrego completo hasta que sacie tu cordura.
Me voy hecho arruga para ser sólo surco.
Y me juramento presente para no olvidar el futuro.
“EL TIEMPO SIN FIN DE TU AROMA”
Tormento de decisión en el medio de un desierto: ¿No sabe a poco?
Huracán de desvelos en el medio de la noche: ¿No encierra entuertos?
Manantial de dulzuras con caramelos: ¿No engolosina el agridulce de mis labios?
El tiempo siempre tan viejo, y a la vuelta de un salto.
¿Y nuestro ocaso...?
Lo llevo prendido en la solapa como una margarita marchita.
Me lo sacudo con un pañuelo como cuando estoy resfriado.
Lo entierro en el patio cuando no hay vecinos.
Me lo envuelvo entre pañales para que no se convierta en huérfano.
Lo sacudo con mis dientes para que la rabia lo contenga.
Me lo llevo en la mochila para saber que parto.
El tiempo siempre tan astuto en el medio del todo.
¿Y entonces?
Te desfilo con mis huestes hasta que no haya guerra.
Compro sólo lo posible porque te saboree desnuda.
Me levanto entre tus piernas para ver la luna.
Mantengo el secreto sólo por disimulo.
Y te pido que no te detengas.
Ahora que ya nada importa...
“CUANDO BAJE EL ALBA...”
Cuando baje el alba, me encontrarás tan sediento que no alcanzará el mar abierto para saciar la
sed milenaria.
Cuando baje el alba, me guardaré mi catalejo de siete mares que sólo surcaron tu cuerpo.
Un cuerpo es una naranja partida al medio.
Un sabor que se evapora con desvelos mientras por el suelo crece la hiedra.
Un despertar sin condena, a la espera del veredicto más sincero.
Una noche estrellada.
Un suspiro a contramano.
Cuando baje el alba, no sabré que contarte.
No sabré si estas denuda o arropada.
No detendré al espanto.
No me confesaré con ningún santo.
No permitiré que te vayas envuelta en llamas.
Me iré contigo a ninguna parte.
Cuando baje el alba, no podré besarte.
Y mi boca se desvanecerá de angustia.
Y mis pies sólo podrán denunciarme.
Y mi estrella fugaz parecerá un eclipse.
Y tu rostro se partirá en mil pedazos.
Y mi sexo se guardará como un engendró.
Y la risa despertará a los más cuerdos.
Cuando baje el alba, en el medio de la nada.
Clavaré un poste que no esté enjabonado.
Seduciré al guardia-cárcel que te encerró por años.
Y blasfemare al sacristán que te casó aquella tarde.
Y entonces sí...
Podré partir a oscuras entre el rayo de luz, y la voluntad de tenerte.
“SEÑORA CON PERFUME CORRECTION SPRAY”
Si sólo fuera una estela que te persigue sin norte, lo dejaría ahí.
Si sólo te levantaras con interrogantes perfumados, lo dejaría ahí.
Si en medio de un verano tu desnudes se evapora, lo dejaría ahí.
Si entre el sepulcro de los años te evades, lo dejaría ahí.
Sin embargo...
No soporto tu andar políticamente correcto, cuando tus movimientos se hacen viento.
No soporto que te mires en un amanecer roto, y tu sonrisa te estorbe.
No soporto las estampillas de santos.
No soporto que hables de goce, si tu mirada se esconde.
No soporto que tus manos sólo justifiquen caricias añejas.
No soporto que te emborraches sin siquiera beberte.
Y sabes por qué?
Porque la distancia es la hipocresía con bufanda.
Porque mi revolución te liberó sin presos.
Porque cuando se fue el silencio, abrimos la puerta del universo.
Porque tus piernas se convirtieron en río, y me hicieron navegar sin pasaporte.
Porque lo previsible es un estúpido conventillo.
Porque el Santo Grial es de madera.
Porque Mafalda sería una señora entrada en años.
Porque Freud sería ibérico.
Y ante todo, y por todo, sin que tu piel me calce, me enredo en tus puedo.
Y entonces sí, no habrá perfume sin cuerpo.
Ni Mafalda, ni Freud, ni Santo Grial que alcance.
“SI PUEDO VUELVO VERDE OTOÑAL...”
Me permites un consejo a vuelo de presagios:
"Si te detienes entre la escalera sin escalones, y la mirada que se inunda de mañana, es el
momento preciso de llamarme el alma..."
Me permites un desvelo sólo por incierto:
"Cuando la luna se apiade de lo añorado, y tus suspiros se parezcan al roció, es cuando debes
colocar la proa hacia el muelle de mi instinto...”
Me permites arroparte sólo cuando gimes:
Y volverme hacía los pasos dados, para ignorarlos.
Y cachetear la suerte que te alejó de mi lado.
Y mentirle al vigilante que te pidió registrarte.
Y saltar al vació de tus ojos como mares.
Y sacarme el despojo de no conocer tus años.
Y convertirme en infinito para cargarme el universo.
Y ser un guerrillero de la toma de tu sexo.
Cuando uno más uno se convierte en diluvio.
Ante la persistente ignorancia de aquellos que no vieron.
Por la simple experiencia de volcar tus rulos.
Por haberme llevado lo único que siento.
Aquí te espero...
Como verde otoño con el ocaso de la bruma.
Penetrante y altivo para despejar dudas.
Anochecer sin luna, y con un dejo.
Amanecer de aurora que desvanece.
Verde otoñal que se dibuja...
Capricho de cuerpos que ansían fundirse.
Silencio...silencio...silencio.
“PEQUEÑAS COSAS DE INMENSIDAD...”
Me gusta saborear el invierno. Siento que cuando se congela el aliento, es la llave abierta a un
corazón caliente.
Me gusta tu espalda desnuda. Añoro desfilar sin ataduras, y deslizarme en silencio hasta perderme
sin apuro.
Me gusta leer al viejo Norman Mailer. Entiendo porque la rebeldía no tiene nación soberana, sino
al estúpido autoritarismo de los que callan.
Me gusta llorar sin testigos. Me asume cobarde mientras recorro la valentía de un cuerpo con
caminos convexos.
Me gusta llamarte de noche. Hace que mis manos se disfracen, y con la máscara de un arlequín
malhumorado, te haga el amor sin que estés conmigo.
Me gusta fumarme un puro. Será porque el humo tierno, sin espera ni apuro, recorre el Malecón
de tus ojos que lo vieron todo.
Me gusta abrazar con un simple aliento. Es la medida justa, que permite al sabio volverse
ignorante para saberse padre.
Me gusta el silencio del viento. Es la inmensidad sin precio, el mar más oscuro que deja a los peces
atónitos de lunas llenas.
Me gusta volverme años. Hace que mi rostro se agriete de brisas, que mi caminar se vaya sin prisa,
y que mi memoria se acuerde de olvidos.
Me gusta un horizonte teñido de bruma. Hace que lo establecido se caiga como testigo falso, que
tus labios me aprieten ansias, y que cuando me jacto de todo lo predecible sea una utopía en alza.
Y me gusta lo pequeño.
Lo que no se nota.
Lo que parece infinito.
La envoltura de tu cuerpo que descubro como un caramelo.
La persistente manía de magnificar lo absurdo.
El destino final que se guarda entre algodones.
“LA UTOPÍA DEL AMANECER”
Ayer partí una esperanza en el medio de un suspiro:
Tenía un corazón pequeño y oculto.
Dos gajos de chocolate.
Y un color rojizo que se parecía al rubor de tus mejillas.
La sorpresa, siempre se cuela por abajo:
Además tenía el color sublime de tus ojos.
El entrelineas de tus palabras.
Y la necesidad corporal de mi luna.
Ayer me puse a tiro de lo oportuno:
Coloqué varias cuentas pendientes sobre mis piernas.
Le pasé el plumero a la intemperie de lo ausente.
Me volví inocencia cuando me dormí en tus pechos.
¿Entonces siempre el amanecer sabe a utopía?
A la sal que no sala heridas.
A la voluntad suprema de vivir despierto.
A la revolución certera que marchita el ocaso.
A las ausencias fraternas que cosechamos de historia.
A la distancia mentirosa que no separa sino acerca.
Hoy abrí la ventana a un mar en calma:
Y me volví naufrago sin siquiera tener puerto.
Y me fundí en sueños para no despertar sospechas.
Y camine por tu cintura para tener vértigo.
Y tome mi fusil sincero, apunté al medio del miedo, y disparé sin remordimiento, hasta ver como
tu cuerpo caía en mi lecho.
Claro, "Hasta la victoria siempre..."
“DEUDAS PENDIENTES EN LA NIEBLA...”
Si todo fuera un torbellino de excusas, con seguridad tengo condena.
Si todo se reduce a un todo, con seguridad estaría inseguro.
Si me declaro universo, con seguridad me abro de estrellas.
¿Y entonces...?
Un segundo para saciar mi hambre.
Un atardecer rojizo para descubrirte en mi cama.
Dos medialunas para un desayuno.
Una medida de opuesto para descubrir tu llanto.
Una noche sin venganza.
La partida sin estela para seguir tu sombra.
Y mis pasos ciegos, para cobijarte a oscuras.
Si todo fuera un torbellino de excusas, con seguridad tengo condena.
A pesar de haberme entregado sin prólogo.
A pesar de no volverme ansia.
A pesar de viajar entre miradas.
A pesar de saltar la cuerda de tu falda.
A la distancia de mis manos.
A la moraleja de un cuento roto:
"Levanto la vista de su alma, entre sollozos de angustia.
Su cabello le jugaba entre su espalda.
Se miró al espejo más incierto.
Apretó los labios como presa.
Decidió partir a la nada.
Se fundió en la niebla.
No quiso ser feliz.
Ella estaba apurada de costumbres..."
¿Y qué...?
“A PESAR DE LOS MIEDOS UN TODO...”
Si abres la ventana es casi seguro que te envuelvo en brisa.
Una suave excusa para apagar sin agua tus miedos.
La necesaria oportunidad de completarnos en opuestos.
El silencio dormido que te adeudan desde niña.
La vuelta de rosca para el amanecer ocaso.
Si golpeo en tu puerta, no la cierres desde adentro.
Mira primero por la cerradura de la vida, y entonces:
Mis ojos mirarán tu horizonte.
Mis manos se embriagarán de tu espalda.
Mis pies desnudos recorrerán tus dudas.
Mi boca tierna te endulzará las heridas.
Mi sexo urgente se dormirá con una caricia.
Mis parecidos se agotarán con Dionisio.
Mis miedos se jactarán de los tuyos.
A la vuelta de la esquina, que se convierte en luna.
Con la profana manía de sepultar excusas.
Entre el aullido de lobos que no encuentran noche.
Con el espejo roto de mirar de espalda.
Con el rugir de latas que despertaron al sereno.
Yo te busco...
Por la inmensa corriente de un mar sereno.
A la par de los impares.
Entre ojos que se vistieron de cosecha.
Con el vientre curtido de dar vida.
Hasta el cansancio de la desnudez de tu instinto.
Yo te busco...
Y sólo el olvido me negará el encuentro.
“CON EL DISIMULO DEL VIENTO SOPLO...”
Viste que se puede colocar cada nostalgia dentro de una bocanada.
Reír en el medio de una plaza, y no ahuyentar pájaros.
Caerse en medio de la explanada, y evitar preguntas.
Volcar una angustia, sin el remordimiento de saber excusas.
Creerse el cielo abierto, sólo para espiar desnudo.
Viste que se puede colocar cada nostalgia debajo de la cama.
Saberse libre con todas las cadenas juntas.
Morir de un beso, hasta la reencarnación de tu mirada.
Vestirte de noche, con lentejuelas rotas.
Malentender lo obvio, para volverse acierto.
Entonces contamos los posibles... ¿Uno a uno me dejas un soplo...?
Con el aire asfixiante de un todo.
Con la multitud en espera, hasta la batalla.
Con esa razón quimera que me devolvió tu goce.
Con mi simple adiós de una tarde cualquiera.
Con la torpe voluntad de poseerte tierna.
Con la locura desatada que se niega en secreto.
Con la vista clavada en el horizonte interminable.
A - Dios le pido nacimiento.
A - Dios le imploro sobrevivientes.
A - Dios se construye de abismos.
A - Dios se levanta con la siembra.
A - Dios le señalo lo que viene. Y entonces, adiós se hace infinita esperanza.
“EL AURA DE COSAS POSIBLES...”
Hay noches que me convierten en viento.
Las mismas noches que se abren de piernas para gemir sonidos.
Las mismas noches que me delatan de insomnio, a la luz de un suspiro.
Hay noches que me convierten en viento.
Soplo sin necesidad de origen.
Soplo hasta levantar tu falda.
Soplo por si alguien se espanta.
Soplo hasta emborrachar el alma.
Soplo por si no se espera nada.
Hay noches que me convierten en viento.
¿Y entonces me esperas...?
¿Y desde cuando ya no abres tu ventana...?
¿En qué oscuridad desolada te negaste a mi brisa...?
Hay noches que me convierten en viento.
Desolado rincón que nos devuelve universo.
"Aparición con vida" de nuestros instintos muertos.
Libertad o muerte, para los ausentes.
Conjuros raros para los alquimistas serios.
Negación de tus cabellos cuando juegan en la almohada.
Apertura de sumario para que no haya secretos.
Y soplo helado para congelar tu cuerpo cuando sintió mi invierno, y a pesar de todo no pudiste
retenerlo.
“ELEGÍA PARA UN ROCE ESPERADO...”
El tiempo es un disimulo del alma si antes no caes hecha rocío en mis manos.
¿A veces, lo trascendente se come a destajo lo poco afortunado?
Mil veces se evapora el último aliento de tu boca.
Y es cuando, lo permitido se convierte en añorado:
Para colarme despacio entre tus sábanas.
Para volcar las palabras que negaron los duendes.
Para cubrirte en sombras hasta que irrumpa la mañana.
Para levantar en vuelo si antes nos convertimos en pájaros.
Para secar el manantial que alimentaba tu cuerpo.
El tiempo es un disimulo del alma.
Cruje como la madera que arrastra cadenas.
Se instala desde adentro, y te mira con su ojo tuerto.
Palpita lo mundano con un corazón prestado.
No le importa si tus labios se aprietan sin ganas.
Te declara soberana sin siquiera tener trono.
Sabe de mi distancia, porque me recojo con su canto.
El tiempo...
El tiempo...
Me permite que llore sin siquiera derramar una lágrima.
Me seduce entre auroras con su traje de luna.
Me llama a su cuna para nacer desnudo.
Me proclama tu necesidad, y me regala lo oportuno.
Se hace cómplice de mi roce, que te envuelve sin tocarte.
“RESISTIR LO OBVIO CON LO OPUESTO”
Abrir los ojos como un manifiesto a la intemperie.
Sentir sin disimulo el aire fresco de lo inoportuno, y saldar deudas.
Creer que si me deslizo por tus recuerdos jamás caeré preso.
Soñar con un silencio de almohada para que tu mirada me lleve.
Apostar sin dinero por la fija.
Acariciar lo robusto del desierto para saciar espejismos.
Lo obvio con lo opuesto...
Y si me pides un acierto?
Y si te maldices por no jugar mi juego?
Y si miras para adentro y no hay nada?
Y si vuelcas un destello y no alumbra nada?
Y si aclaras lo oscuro y quedas ciego?
Lo obvio con lo opuesto...
Subiendo la cuesta con pies inciertos.
Atardecer sin otoño para liberar tu vuelo.
Multitud de interrogantes sin derecho a huelga.
Caricias en la bañera para jabonar la inocencia.
Pulcritud de lo sucio que nos cobijó en años.
Liberación u olvido para seguir la lucha.
Abrir los ojos como un manifiesto a la intemperie.
Abolir la esclavitud como un dejo.
Y entre sudor y sudor...sentir que nada importa.
Calzar el fusil con las manos pequeñas.
Y disparar hasta morir...sólo en el centro de tus sueños.
Será lo obvio con lo opuesto.
“AÑORAR EL TODO CON TODO...”
Añoranzas que se disfrazan de simples remedios es convalecencia segura.
Añorar el todo con todo...
Y soltar mis manos para que se empecinen en desfilar sin marcha militar.
Y disparar un "por si puedo" antes que tu imposible caiga muerto.
Y disipar las dudas como si abriera la niebla.
Y bostezar de angustia porque la película es vieja.
Añorar el todo con todo...
Fundir lo opuesto con lo nuevo, y disparar hasta lo inmenso.
Un mar de sueños en medio de un espejo.
El "hasta cuando" que se colgó en un recuerdo.
La infinitud de los cuerpos.
El subterráneo de mi sexo.
La verde ternura que se me coló en besos.
Un universo en el medio de tus ojos.
El rugir de la luna cuando no puede abrazar cuerpos.
Añorar el todo con todo...
Caminando un verano sin sobresaltos.
Derrotando la opacidad de tu alma.
Declarar "la absoluta libertad" de tus miedos.
Volverme años, y no disimular colores.
Registrar las deudas que aún no pagamos.
Y revolucionarnos para parir revolución.
La vida es eso.
La vida es todo.
La vida es nada.
La vida es otro.
La vida es vida.
La vida, esa inexorable manía de sabernos obvios...
“EL PUENTE NECESARIO”
Anoche me apile en hilera para que la carne viva se cubriera de espera.
Anoche junte, de a poco, con disimulo, cual fantoche, un puñado de estrellas como mezcla.
Anoche construí un puente:
Un puente para unir las gotas que todavía no caen de tu cuerpo.
Un puente para recorrer la ruta de tu silueta sinuosa.
Un puente como un camino extenso hacia la nada.
Un puente convertido en manifiesto para declarar mis deseos.
Un puente, sin ruido a óxido, para astillar almas.
Un puente que una tu apariencia, y te devuelva mi entrega.
Anoche construí un puente...
Silbido que sólo escucha tu silencio.
Cables rotos que distorsionan tu imagen.
Necesidad urgente para apostar por lo incierto.
Cabellos en mi almohada para que no mientas.
Despertar sin horas, para cronometrar sin segundos.
Anoche construí un puente, y entonces:
Me volví humo.
Me sume a la bruma hasta besar tu inocencia.
Me senté en la puerta para esperar tu carruaje.
Me convertí en calabaza para que no olvides al príncipe.
Toque doce campanadas hasta fundirme en tu regazo.
“SI ME DEJAS...LLEGO...”
Cuando el peregrinar de tu alma le haga un "jamás quise" a la estrechez de tus heridas...
Si me dejas...llego.
Ante la primera duda.
Con la frente marchita de sustos.
Entre la mirada atenta y mis pies descalzos.
Como un juglar que ya no canta.
Remolino hecho pasión por insistencia.
Voz altiva, para los que se calla todo.
Cuando el miedo se vaya por cobarde, y cada minuto se evapore en sollozos...
Si me dejas...llego.
Y sólo la luna servirá de "sacamuertos".
Y ante lo oculto beberé desnudo.
Y si te beso, lo habré hecho sin rozarte.
Y si me buscas, me convertiré en silencio.
En el viejo continente de tu piel de espera.
Reina de un reinado de castillos alquilados.
Enfermedad perdida porque no tiene cura.
Si me dejas...llego.
Porque no hay puente sin un simple río.
Oscuridad que no contenga su salida.
Porque lo que se desecha, siempre vuelve rejuvenecido.
Porque, sin esperar, que nada detenga, lo que se detiene, y no marcha:
Manifiesto ser esclavo perdido.
Manifiesto volverme bruma para pasar desapercibido.
Manifiesto que te veo aunque no contenga formas.
Manifiesto liberar.
Manifiesto ser obsecuente de tu instinto.
Y por sobre todo:
Se llegar...aunque vengas siempre conmigo.
“HACIA TU CENTRO SIN ESCALA NI PERMISO”
Me construyo un vuelo corto y rasante, para sobrevolar tus deseos.
Calculo las coordenadas de tus pechos, y entonces me inmuto.
¿Alguien olvido la puerta abierta de la lógica para enloquecer sin mordaza?
¿Alguien se empecina en negarte de a poco para saborear tu silueta?
Desde aquí comienzo vuelo:
Hacia el destello de lo acostumbrado.
Risa oculta de bostezo.
Plegaria herida por lo encubierto.
Necesidad de parir lo que no mezcla.
Inmortalidad de sudores a la incomodidad de un no puedo.
Fertilidad de tu boca cuando se cae en mi boca.
La sin razón permitida si no te conozco...
El vuelo eterno.
Vuelvo a sobrevolar tus deseos en un acto corto y sincero:
Y el adiós es "buen día".
Y cada piel curtida se convierte en río.
Y me permito.
Y te permito.
Y si la vida es una encrucijada infinita, porque los duendes ya no quieren esfuerzo.
Es el momento de necesitar tu aroma.
Es el instante para negar lo obvio.
Es la posibilidad remota de que llegando a tu centro, nada importe.
“A PRIMERA NOSTALGIA ME ENVUELVES”
Si cada capítulo escrito te tuviera manifiesto entonces...
Lamento lo impostergable de segundos al aire.
Si el camino se parecía a un desfiladero entonces...
Lamento las piedras interpuestas que jamás permitieron cruzarte.
Si lo sencillo de un pretexto se hubiera convertido en carne viva entonces...
Cuánto es el pesar que no cubrieron tus risas.
Fue tan simple la mirada que se clavaron en tus cabellos.
Fue tan simple la memoria que se apoderó de los sentidos.
Fue tan simple cerrar los ojos que no escaparon dudas.
Fue tan simple la ignorancia que no pudo abrazarte nunca.
A primera nostalgia me envuelves...
Porque jamás lo supiste.
Porque se vuela sin tener alas.
Porque se invierte siempre la prueba.
Porque se calla lo que luego no existe.
Porque se goza sin besar tu espalda.
A primera nostalgia me envuelves...
Y una dulce melodía se hace tango.
Y recorro los laberintos que no me marearon.
Perdón por no entender lo oportuno.
Soledad que jamás acompañó soledades.
Aire con sol sin luna.
Paredón y después sin rambla.
Un sin sabor amargo.
Un padrenuestro sin creyente.
Una apuesta sin cobro.
Tu aura perdida sin que mi aura se una.
Nostalgia que envuelve, y no quiere negarte nunca.
Ignorancia absoluta de no embriagarme con tu aroma.
Nostalgia...
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Cosas de word resumen para examen basicas

"Menta y Ron" (Poemas íntimos)

  • 2. “Menta y Ron” (poemas cortos a la deriva) Este es un libro/bitácora con “poemas cortos” realizados para la página en Facebook “Directo al Corazón” durante el año 2014. El autor es periodista y reside en la localidad de Zapala, en el centro de la provincia patagónica de Neuquén (Argentina)… A la deriva…
  • 3. "ELLA BUSCA EL HORIZONTE..." Cuando su silueta se funde en el mismo horizonte que se evapora entre los dedos, es cuando la inmensidad de la nada se parece a un simple destello sin muchas explicaciones. Ella es la guía de lo incierto en un vuelo espacial a la nada. Es la Capitana de la nave absurda de mis años, y la confidente más esquiva que llevo en mi cordura. Ella es insoportablemente inquieta porque su silencio se enreda entre mis horas, para que su aliento se convierta en luna. Ella es la virtud inesperada que se cuela por mi nostalgia para beber mis ansias convertidas en néctar. Ella es la fundadora de lo inesperado: El ojo atento sin vigía... La sonrisa perfecta entre lo brusco... La melodía oculta de mis lamentos... Lo inevitable de mis sueños... La finitud de mis llantos... La mañana esperada de mis ilusiones. Cuando su silueta se funde en el mismo horizonte que se evapora entre los dedos, es cuando tomó la palabra añorada y sin más excusas, que sólo la ausencia de mi sombra, le digo al tiempo que espera: "Ella es horizonte...por favor...que no busque nada..."
  • 4. "EN EL MISMO RINCÓN TE ESPERO..." Si tengo que sobornar la imaginación de las pequeñas escaramuzas, con seguridad te espero afortunada. Si tengo que soportar que olvides el pasado, con seguridad me habré bebido los años de tu murmullo que se parecía a un simple eco. Quiero esperarte en el mismo rincón de la inocencia: Apretando los dientes como cuando cortabas angustia. Silbando bajito para no enloquecer tus ansias. Tomando tú cintura que se me volvió suspiro entre mis manos... Allí estaré, entre los bocetos que dibujaste de mi rostro. Entre miradas que se parecen a lo añorado. Entre la misericordia de un día a puro sexo. Entre la luz que se escapó de tu rostro.
  • 5. Si tengo que sobornar la imaginación de las pequeñas escaramuzas, con seguridad no espero por tu entrega. Me sentaré en el rincón de lo esperado. Separaré una a una las gotas del roció entre tu almohada. Me incrustaré sin permiso entre tus miedos. Y me llevaré lo mejor de ti....para que nadie envidie lo que perdiste. "SOLO ME CONVIERTO EN BRISA..." En el umbral de los milagros, esos que llevamos desbocados a cada rincón de nuestros ánimos, es donde te cubro con mi brisa. En ese lugar remoto, donde el amanecer se hace un simple destello, Yo te cubro con mi brisa.
  • 6. Te envuelvo lentamente para que no desesperes. Suavemente me enrosco entre tus sueños para besar tu silueta. Me aferro a tus pies descalzos para caminar a tu lado. Y me fundo en tus poros desnudos para sabernos humanos. En el umbral de los milagros, a las puertas de la gran muralla de las sorpresas, Yo construyo nuestra casa. Un hogar con aroma a posible. Una suave caricia del destino que se embriaga de suspiros. Tus manos que se convierten en destinos. Y mi corazón desolado que se evapora como brisa. Cuando la sinrazón le juegue una mala pasada a la cordura. Cuando la pequeña luna quiera convertirse en luna llena. Cuando la mirada dormida se despierte asustada por la voz de mi llegada. Cuando todo parezca perdido, y nada se someta a juramento. Yo me vestiré nuevamente de brisa. Recorreré tus siestas y trasnochadas. Me subiré hasta tu cama idolatrada. Y sin que te despiertes de tus ansias. Te llevaré conmigo aunque tú no partas.
  • 7. "TIEMPO..." Me preguntaste si mis manos eran testigo afortunado de tus engaños. Te respondí en una noche de otoño, entre la caída de tus ganas, en el medio de lo inoportuno, entre la rendija de lo inseguro: Mis manos son el tiempo sin tiempo que se funde entre tu cuerpo. Es la rebelión acrecentada por los siglos sin guerra. Es la infinitud de tu sonrisa cuando se posa entre mis labios. Es la sed que se apacigua cuando te bebe de noche. Me preguntaste si mis pies pueden silenciosamente convertirse en fantasmas. Te respondí debajo de tus ansias, entre tu último suspiro, y el aroma fértil de los amaneceres: Mis pies son los últimos mohicanos que no se rinden ante nadie. Son la necedad de un andar oculto. Son lo necesario para construir un camino de orgullo. Son la firmeza que necesito para no caer ante tus dudas.
  • 8. Me preguntaste si mi tiempo es posible atrasarlo. Te respondí ardiendo como las llamas del infierno, debajo de nuestros cuerpos, entre tu espalda y el ocaso, entre tu sudor y mi entrega: Mi tiempo es tu tiempo en la medida de lo esperado. Con las agujas de un reloj de arena. Con tu figura como mi estela anunciada. Con la necesidad de ser tuyo, y vos de no ser de nadie. Entre la vida y la muerte. Entre los segundos inmortales de sueños... "POR EL CAMINO DE LAS ROSAS..." Hay un suspiro que se parece a tu permanente compañía, lo bautice en una noche fría a la espera de tu boca.
  • 9. Me juramenté que no ibas a dormirte en brazos de cualquier luna, y le escupí el rostro a la cara del ocaso para que se respete tu partida. Hay un momento que se enreda entre mis sueños porque no quiere negarte. Lo volqué por las alcantarillas de lo vano mientras miraba de reojo el tiempo muerto de tus ojos. Soy ese juglar adolescente que no quiere elevar su voz mientras le hace el amor a tus silencios. Me convierto en luz solamente cuando puedo fundirme en tu centro, en ese lugar secreto al que le llamamos alma. En ese lugar casi imperfecto me juramento palabras: "Volveré con la nostalgia de la mañana para que tus cabellos se enreden entre mis dedos..." "Si dejas abierta las puertas de tus miedos con seguridad robaré a la niña dormida que despierta inocencia..." "Me siento tiempo, y distancia, en la medida que tu corazón se vuelve fantasía porque descubre mi cuerpo..." Hay un suspiro que se parece a tu permanente compañía, lo bebí una y mil veces mientras te veía dormida. Lo inevitable sólo se sabe mentira. Y tú camino de rosas un inevitable destino...
  • 10. "MULTICOLORES..." AZUL, es la infinitud de tus caricias cuando las dudas se apoderan de tus mejillas, y sólo un ROJO suave se quiere convertir en el AMARILLO de mis desazones. VERDE destello, es el color que más te sienta entre tus piernas, mientras el CELESTE cielo se embriaga de tus misterios para saciar conmigo la sed de lo incierto. BLANCO Y NEGRO es la antinomia de los días pasajeros, que saben que no eres mía simplemente por los GRISES de tus partidas. ROJO es la promesa de aquél invierno pasado, el silencio que se fundió en tu cuerpo a la espera del VIOLETA incesante que me pidió por tu aliento mientras nos negábamos a todo. MULTICOLORES es la consigna de batalla, para acariciar la luna a la espera de un amanecer cercano. MULTICOLORES del mundo uníos que con seguridad ella sólo liberará mi alma. MULTICOLORES como blasfemia olvidada, para sabernos desnudos aunque nuestro arropar sea de tarde.
  • 11. Y finalmente MULTICOLORES para no seguir siendo injusto con tu figura añorada. La que vela por vivir envuelta en COLORES que amamos. "EN EL RINCÓN DE LOS SUEÑOS..." Siempre me gusta la soledad de los rincones que se filtran de ilusiones. Son los huecos oscuros a los cuales la luz del día sólo se filtra a escondidas. Es un espacio donde las musas me piden susurrando que sólo sea fiel a mi conducta. Son espacios necesarios para beber el néctar de los rituales milenarios. El motivo inoportuno para sentenciar tu memoria.
  • 12. La necesidad impostergable de mis sueños olvidados. En ese rincón de ilusos, yo no pretendo lo imposible. Sólo suponer que un ruego te puede desnudar sin tenerte. Acariciar mi copa como lo haría con tu vientre, y declararme incorrupto de tus besos sin nombre. En ese rincón perdido donde deposito mis auras, en el silencio del ocaso, entre lo oportuno de los años. Con la necesidad urgente, y el alma susurrando, es donde mejor me siento a vomitar frases: "Cuando el paso de tu suerte se convierta en tu presente, es el momento oportuno de partir de lo imposible..." "Hasta que la necesidad le gane al pesimismo, Yo abriré la puerta de tus dudas como lecho..." "Si no niego lo posible de tu sonrisa como pago, con seguridad estaremos a tiempo de robarnos la nostalgia..." En ese rincón perdido que me acuno desde siempre. Con el traje de Romeo que le prestara Quijote. A la sombra de los dioses que se cayeron de su Olimpo. A partir de mi soledad que se pinta de Whitman. Yo te declaro sueño por rebelde e incomprendido, y te siento entre mis piernas para que no me olvide de ella.
  • 13. "CUANDO EL SILENCIO SE ME VAYA CON EL ALMA..." Cuando el silencio se me vaya con el alma, con seguridad planto bandera: Y sonrió de las muecas de los afortunados porque mi fortuna no se encuentra en la superficie... Y me voy hecho tiempo al costado de los ilusos porque la ilusión es un derecho, y por lo tanto no se niega lo necesario... Y recorro tu cuerpo desaforado, porque para tibios está tu pasado con otro nombre... Y me rebelo ante la justicia de los sabios, porque sospecho que se oculta tras lo cotidiano... Y me levanto en el medio de la nada, casi imperfecto, casi insensato, para besar la boca de tu antojo que se cuela por mis heridas mientras le hace el amor a lo impensado... Y te llamo patria hermosa, con el último aliento de los utópicos, para fundirme en tus entrañas como aquél niño que se desviste de inocencia entre los brazos de su madre... Y miro los ojos del pasado, casi atónito, por siempre enamorado, para llevarte en mi mochila de los sueños junto a la necesidad de mis años...
  • 14. Cuando el silencio se me vaya con el alma, con seguridad planto bandera. Miro de reojo a las brumas, y con el correr de los pasos de un fantasma, me convierto en trascendencia que es como quiero que me lleve la muerte. Por siempre...por un momento. "NO PIDO PERDÓN...SÓLO UN OCÉANO" Hay un tiempo al que le llamo distancia, me apareció en una tarde de enero justo en el momento que me negaba a lo afortunado. Hay días que simplemente se podrían borrar del calendario, marcar con la cruz de nuestras espaldas las noches, y esperar el amanecer desnudo frente al ritual de tu mirada.
  • 15. Con seguridad, entre lo seguro de tu espanto, Yo me cubriré de ansia. Un océano de oportunidades que sólo te demuestra lo imposible de su cauce: "Ayer busque entre mis recuerdos, y un rayo de luz se apoderó de mis dudas cuando los aromas se encaminaban a tu cuerpo..." "Ayer te busqué en el bosque de los sueños, y parecías una sombra aniñada ante mis manos convertidas en ogros desesperados..." "Ayer me fundí en viento, sólo para sobrevolar tus miedos, y decirte por lo bajo que lo eterno no existe, porque existe el desierto..." Hay días sin tiempo que se expanden como un camino solitario, y de golpe se encuentran con la puerta de tus ilusiones. Es el momento exacto para negarme a las disculpas y los infortunios, porque nací pecador antes que tus caricias fueran determinantes: Un océano que se incrusta en tu cuerpo, y te bebe sin sed porque no se disculpa... No pido perdón simplemente silencios. No pido perdón sólo me voy con la bruma a escondidas. No pido perdón si mis ojos sólo vieron tu alma. No pido perdón si mis manos recorrieron tu universo. No pido perdón sólo que cuando baje la luna te encuentre dormida. Hay un tiempo al que le llamo distancia, me apareció en una tarde de enero, y sin esperar por mis plegarias se convirtió en ateo para no rogarle más a nadie por un milagro.
  • 16. "CUANDO EL AMANECER NOS DESCUBRA..." Cuando el sol se convierta en un eterno peregrinar por la silueta oculta de tus suspiros, es cuando me guardo la incertidumbre y te llamo eterna... A ti que te descuidas con el simple aliento de mis días. A ti que sueles mentirle a la desdicha para ser más cómplice de la alegría. A ti que te empecinas en llamar al destino como te plazca. A ti que bebes de noche el néctar prohibido de mis causas. A ti compañera permanente de mis caricias. A ti celosa guerrera de mis luchas.
  • 17. Cuando el sol se convierta en un eterno peregrinar por la silueta oculta de tus suspiros, es cuando me convierto en tu excusa y me arrojo soberano a tu goce. A pesar de la sombra despiadada de lo antiguo. A pesar del dolor amargo de los descuidos. A pesar de la negación de lo inoportuno. A pesar de la tozudez de lo oculto. Allí me convierto en amanecer por derroche, por la insistencia de tus roces. Por el camino inevitable del calor permanente de nuestros horizontes. "A LA SOMBRA DE UNA DUDA..." Me permites dudar del horizonte, se parece tanto a una bola de fuego que no deja que tus manos se enfríen. Me permites dudar de los interrogantes, se amontonan como pulgas en la oreja para que te sientas vulnerable. Me permites dudar de los remordimientos, se combinan con el ruido de la lluvia cuando caen sobre los techos. Uno se emborracha de dudas cuando la salida de la cordura se cierra como una puerta.
  • 18. Uno es la palabra exacta en el momento menos oportuno, cuando se nos escapa una plegaria. Uno es testigo de sus dudas. Recuerdas aquella que bajamos en una noche de octubre. La sentamos en tu vientre para que no creciera huérfana. La acunamos a escondidas para que creciera tierna. La soñamos inalcanzable para que no te arrepientas. Ahora me permites una duda país... Una pequeña como aurora de los pobres. Una sencilla como los labios de tu ausencia. Una permanente como los amoríos de la luna. Uno complaciente como la ilusión de los urgentes. Una milenaria como la existencia misma, que no se resigna a los olvidos, que permanentemente se funde en tu esencia. "QUIERO PERDERME EN TU CUERPO..."
  • 19. Quiero perderme en tu cuerpo, y no es un capricho invertebrado, sino simplemente un derecho divino: Me lo gane en una tarde de nervios al costado de tus desdichas. Me lo atesore entre mi costilla izquierda, junto al silencio que se colaba por lo incierto. Me lo bebí de un sorbo esperando por la mañana. Me lo comí sin saborearlo porque estaba dormido. Hay días que se parecen a la mueca de lo permanente. Son días sin calendario que se amontonan sobre tu falda. Son los espejos rotos de tus justificaciones innecesarias: "Ayer me fui y no quise mirar lo que dejaba..." "Hoy miré la soledad de mi cuerpo, y es como el desierto sin arena..." "Deslice mi mano sobre otro cuerpo, y sentí el fantasma de tu impotencia..." "Me cobije en una luna desnuda, y le dije que no te sentía mientras se marchaba asustada..." "Quiero estar sola, y sin palabras, mientras me consumo de años como una pasa de uva..." Anoche la voluntad le jugó una mala pasada a la espera, se disfrazó de verdad en el medio de otro cuerpo. Se fundió en otros poros, sin que pudieras notarlo. Se convirtió en derecho divino mientras me perdía por el desfiladero de tu cintura obligada.
  • 20. "HAY UN POSIBLE AL QUE LLAMAMOS ENTREGA..." Si en el medio de un suspiro todo se vuelve remolino, es cuando me calzo la armadura del ocaso y me entrego sin preguntas. Es el instante inesperado que jamás dudo en dispararte, el dolor de no tenerte como un tajo al alma, la sensatez en cuenta gotas que se evapora con el alba. Las melodías que tardan porque se fueron con pies descalzos...
  • 21. Si en el medio de un suspiro todo se vuelve remolino, es el momento exacto de contarte algunas cosas: * A la sombra de tu cuerpo sólo se funde un recuerdo... * A los pies de mis ilusiones siempre busco lo imposible... * Cuando la luna duerme me convierto en tu sueño... * Cada paso del destino se parece a tus cabellos... * Nunca miro de reojo porque me ciega tu inocencia... * Siempre rio a carcajadas porque lloro entre misterios... * Soy custodio de utopías entre tu razón y la locura... En el medio de un suspiro, cuando los ilusos se amontonan, se acobarda el más urgente si te besa sin tenerte. En el instante preciso, sin negarme a los reproches, soy la salida de tu escondite cuando el sudor se evapora. Un posible al que lo llamo y se pierde con la entrega... Un ocaso sin retorno que permanece inalterable.
  • 22. "REAFIRMO MIS ERRORES A PESAR DE TUS ACIERTOS..." No acostumbro a robar sin permiso. Eso se lo dejo a la luna que no se sincera con el invierno cuando el hielo de tus pretextos es innecesario. No me arrepiento de lo entregado. Eso se lo dejo al rincón de lo imprevisto que se va de viaje en la mochila de los afortunados. No creo en tus razones. Eso se bebe como un vino dulce, siempre que tus ojos se embriaguen con mi cuerpo, y soporten su resaca. No me acostumbro a la injusticia. Eso se lo dejo a los miserables que se visten de oportunos cuando la dicha es abundante. No me siento solo. Eso es patrimonio de tu cuarto que sólo visité cuando la sombra de sus pasos negó los míos. No pido disculpas. Eso es inexorablemente revolucionario en la medida que mis manos se incrusten en la tierra que sostiene tu cuerpo y alma. No vuelvo a lugares perdidos. Eso es la vieja costumbre del nostálgico que sólo se conforma con el hambre de unos besos que saben a oxido. No necesito justificaciones. Eso lo negué en un tierno verano cuando desnudo de abrazos, me fui al costado del camino para ver pasar los engaños. No niego mis errores... Son parte del silencio de la noche. Son cuentagotas en canillas rotas. Son esquirlas de un frío despecho. Son ilusiones que se pegan como broches. Son dolores que se evaporan con pasiones. Son vida...dentro del ropaje que se convierte en polvo.
  • 23. "CON LA FRENTE MARCHITA DE SILENCIO..." Ayer descubrí que el silencio se suele convertir en excusa cuando sus alas se cortan en pleno vuelo. Ayer le pregunte a mis musas si se podían embarcar en una nave de sueños para impedirle a las horas que se amontonen de espanto. Soltar lo inevitable por sobre tu espalda ardiente, y pegarle un golpe a lo cotidiano hasta que ruegue por nosotros. No quiero ser testigo de tu ausencia cuando estás tan presente. Quiero simplemente marchar por el camino de tus besos. Morder el polvo de los recuerdos, y fundir mi rostro entre tus piernas para silenciar mis nervios. Allí quiero doblegarme por tierno a la sombra de lo eterno. Borrar lo poco que no supimos decirnos, y creer que la luna se disfraza de consejera para no hacerle caso. Allí me juramento en el milagro de ser solamente esto: Una posibilidad que se ríe de tu excusa.
  • 24. Un niño sin la inocencia que lo acuna. Un soñador perdido en el medio de utopías. Un descarado oportunista de tus días. Un mentiroso empedernido de tus licencias. La inevitable razón de vivir con la frente marchita de silencio.
  • 25. "SOLO VEO A TRAVÉS DE TU SOMBRA..." En el día que se bajen los sentidos, si acaso queda algún destino, yo sólo miraré tu sombra. En el momento menos oportuno, con la sorpresa de algún ángel dormido, entre las sábanas que se enredan sin permiso, yo sólo mirare tu sombra. Y mirar no me salva de una melodía. Y mirar no me quita la luz del día. Y mirar no me condena al ostracismo. Y mirar no me niega tus faldas. Y mirar no me silencia el alma. Y mirar no me convierte en delincuente. ¿Entonces porque no convertirnos en sombras mientras nos miramos sin sentido? ¿Por qué no saborear la poca intimidad de rayos perdidos, entre el horizonte como silbido y tu vientre que se desvive? Mirar por la cerradura de la cordura para no abrir esa puerta. Mirar tus ojos que esperan por la sombra de algún día. Mirar la finitud de mi cuerpo que se convierte en escaramuza. Mirar la voluntad de lo permitido que se parte en infinitos. Mirar tu espalda delgada, casi transparente, enormemente sencilla. Mirar por mirar para sentirte observada. Y deslizarme despacio hasta llegar a tu morada. Allí donde el camino se hace angosto, y tus manos terremotos, es donde quiero estar... Sólo entre mi mirada que te acaricia...y mi memoria que no olvida.
  • 26. "AQUELLO QUE SUPERA MIS SENTIDOS..." Me permitís que bese solamente tus ilusiones. Se trata de un capricho de otoño que se adeudo de tu sonrisa, y aún me pesa varios kilos. Soy la inevitable necesidad de tus caprichos: Una oreja descolgada de sus audífonos. Un disparo que rebota sin sentido. La ilusión abierta como la luz entre tus piernas. La mueca muda de tus pasos a la deriva. El compromiso inalterable de mañanas sin abrigo. El desconocimiento de mis llantos entre risas. Me permites que sólo bese tus suspiros. Creo habérmelo ganado luego de dejar mi alma. Soy la irreverencia de aquel que no ha partido: El capitán de tu nave sin río. El ruiseñor que se quedó sin canto.
  • 27. El cantinero que no sabe que servirte. El inesperado acento sin sentido. A la sombra del bulevar de sueños rotos, con la virgen María que no es virgen. Con el crucifico del Cardenal perdido. A la espera que tu corazón se derrita. Yo te suplico no me esperes: Porque oigo y no es ruido. Porque canto y no es melodía. Porque rio y no es alegría. Porque miento y no se nota. Porque bailo y sólo se mueve mi sombra. Porque soy el restaurador de lo imposible, que se viste de milagros mientras te hace el amor despacio...despacio...sin sentido. "EL RESTAURADOR DE LOS SUEÑOS ROTOS..." 1, 2, 3, 4, 5...6...7...me permites dibujarte sin rostro, para que mis pinceladas sin odio te abracen despacito.
  • 28. 1, 2, 3, 4, 5...6...7...8...en ese rincón que nadie descubre, justo entre las melodías que escuchas, y el huracán de desdichas, están mis manos siempre convertidas en río para que navegues desnuda. 1, 2, 3, 4, 5...6...7...8...9...la sonrisa es desafiante, las caricias son enredaderas, la hipocresía un simple destello, y mi aliento el condimento para que te embriagues sin pedir permiso. 1, 2, 3, 4, 5...6...7...8...9...10....allí, sin mirar atrás, con la simple voluntad como armadura, con la piel curtidas de lunas, con la soledad de la compañía injusta, con la necesidad a flor de rabia, con la plegaria menos oportuna, te beso sin disimulo hasta que nos convirtamos en años. UNO, porque vengo de tu vientre y hacia tu vientre voy. DOS, porque me siento paría sino te encuentro hoy. TRES, porque la ceguera es eterna si sólo vomito orgullo. CUATRO, porque la maldición eterna no es la condena sino la impotencia. CINCO, si detrás del odio no aparece el amor que solo tu voluntad encierra. SEIS, porque el mejor lugar sin dolor es el que tu sin razón le vomita a tu obligación. SIETE, velos se encerrarán entre tus recuerdos a la espera de que los niegues. OCHO, porque el río da muchas vueltas pero tarde o temprano sabe a dónde ir. NUEVE, porque si no llueve en pleno verano, es la seguridad que tu tiempo no es en vano cuando en el más crudo de los inviernos florece tu alma rebelada. DIEZ, son los minutos, son los segundos, los miserables infinitos, los desgarradores imposibles, los patéticos costumbristas, los innecesarios pretextos, los permanentes deseos sin deseo. La necesidad impostergable para que el restaurador de sueños se pose sobre ti...allí donde las heridas quieren que se fecunden, y la vida se burle de lo vivido.
  • 29. "CUANDO TE ENVUELVA NOVIEMBRE..." A la víspera de un soleado despertar que de a poco se incrusta de ti. En el firme compromiso de la entrega por venir, YO me juramento: Ser la pequeña luz que se coló en la inesperada soledad. Ser el sostén sin desdén de tus ojos que se niegan a ver. Ser lo imposible porque lo certero no te sienta bien. Ser lo rebelde ante lo elocuente de tus días sin mí. Ser la absoluta terquedad de tus años por venir. Ser lo permanente por sobre lo insuficiente a la espera de tus besos. Ser tu necesidad, porque tu ropaje de estatus te provoca malestar. En la víspera de un día que no llega. A la vista de todos que se empecinan en ignorarnos. Con lo entrañable de tus ansias entre mis piernas. Con el fuego sagrado de tu sexo en pleno invierno. YO me declaro inocente: Por haber bebido el jugo sagrado de tus remordimientos.
  • 30. Por llegar en una noche de noviembre hasta la puerta de tu ocaso. Por permitirme jugar con tus cabellos indomables. Por conocer tus lágrimas acumuladas. Por ser tu hombre necesario. Por aquellos momentos a piel descarnada. En el mismo instante que se alejaba tu alma. Con la infinita bondad de quién avisa y no traiciona. Déjame llevarte entre mis manos en un noviembre añorado. Porque me empecino sino callo, y porque no niego lo pasado. Simplemente obligo a ser adiós mientras te duermes con tu llegada. "CUANDO EL RÍO DEJE DE SONAR A LA HORA QUE ESPERAS..."
  • 31. Cuando el río deje de sonar a la hora que esperas: Mis manos se habrán convertido en un simple destello. Tus cabellos se agitarán sin que el viento los envuelva. Mis caricias se evaporarán con la misma rapidez de tus sonrisas. Tu vientre rebotará entre las paredes de un abismo. Mi boca se negará a mojarte en cuentagotas. Tu aliento me perseguirá como un fantasma hambriento. Mis dedos te buscarán en el lugar menos escueto. Tu mirada se marchará a beber lo cotidiano sin disimulo. Mis caricias serán días eternos entre tus pechos. Tu espalda el desfiladero de mis renuncias. Mi indignación la mejor paga de tu ignorancia. Tu desamor la mayor plegaria de los muertos. Mi soledad la brutal verdad de los ilusos. Cuando el río deje de sonar a la hora que esperas: Brotará de lo imposible la sequedad de tu cintura. Me abre convertido en un remanso arroyo sin cauce. Soltaré el huracán de pasiones al viento. Sentirás que lo que perdiste jamás lo tuviste. Soñarás con mi armadura sin Rocinante. Volverás envuelta en Baco por ser Dioniso. Correrás por la gran vía porque vives a la vuelta. Soñarás con mi Whitman hasta dejarme solo. Serás la ternura, sin respiro, que se convirtió en luna. Lamentablemente esperando que el amor simplemente exista.
  • 32. "MIRAR POR LA CERRADURA DE TU ALMA..." Estoy cansado de vestir pétalos sin rosa cuando tu ilusión se parece a mí desgano. De caminar por el desfiladero de tus improperios a lo mundano, porque jamás soñaste despierta debajo de lo incierto. Cansado de soñar que el duende se vuelve viejo mientras le hace el amor a su altura. Cansado de sentir que mil bocas no pueden rozar tus labios abiertos por desacato. Cansado que tu cintura se pierda entre las brumas porque tu cobardía se siente luciérnaga. Mirar por la cerradura de tu alma, es simplemente un vougear que se siente insignificante. Un disparo que no tiene fuerza porque su pólvora se la cargó el diablo. Un silencio cómplice cuando te levantas de tu cama, y miras alrededor sin que otro cuerpo disimule. Un cierre sin fábrica recuperada porque el patrón se quedó congelado entre el inventario. La luz que no llega nunca, porque se convirtió en sombra.
  • 33. Sabes cómo miro la cerradura de tu alma: Con la pasión a flor de piel que se toma de a sorbos. Con la irreverencia maldita de quién se comió lo prohibido. Con la naturalidad de sentir mi cuerpo vació. Con mis manos deslizadas entre tu espalda sin sentido. Con la soledad despierta de quién se sintió un niño. Con el permanente ninguneo de los versos escondidos. Con Borges sin laberinto. Con Marilyn sin suspiros. Con el Gato con Botas sin la voz de Antonio. Con Almodovar que te pinta de rojo. Con Machado sin partida. Con Silvio que no vuelve de su isla. Con mi único sentido, que mira para no verte, y te espía desde hace siglos.
  • 34. "PREGUNTAS INDECENTES..." Un gato mira con desconfianza la luna, porque siempre teme que lo desnude de orgullo. Sabrá el emperador de la noche, que no hay murmullo ni equilibrio de azotea cuando la noche se incrusta. Juan se pregunta por su nieta que se desviste a la luz de la sombra. Sabrá su poesía que el desamor no pudo con la impenetrable geografía del amor blindado por desaparecidos. Andrés vuelve a la misma plaza que lo coloco en la estratosfera de los suspiros. Sabrá que el aroma de sus melodías combinado con la osadía, es más penetrante que mil porros sin filtro. Ernesto le pregunta a Marcos si él también se bebe de un sorbo la utopía.
  • 35. Son malditos por no querer saborear las mieles del estatus perdido. Son libertad por entender que la pasión sólo se duerme cuando la devora la hipocresía. El Negro se ríe de una de Woody, y cuando se despierta del sueño de los justos, lo castiga por lo bajo hablando sin eses. Es el ruiseñor de lo bizarro, y el más entrañable de mis instintos. El Negro como Carlitos, el del Abasto, cada día canta mejor, aunque en mi país nos duelan los oídos por los gritos descarrillados. Diego es el amo del universo, porque lo sobornó al vigilante que se vestía de Dios, y con una sola gambeta se cargó al cura del barrio, y a unas cuantas prostitutas compañeras. Sabrá el compadrito disfrazado de pelusa, que siempre lloro cuando habla de Villa Fiorito. Sabrá el hijo del mil Totas agazapadas, que cuando se enoja con todo, rompe todo, y vomita todo, también me alegra mi sinrazón. Todavía duermo con los ojos abiertos para verte desnuda en la lluvia. Son sueños partidos por la brusquedad del tiempo. Son ilusiones como urticaria que me rasco de a rato para saber que me infestaste de por vida. Días blancos como los pañuelos de Hebe, la más rebelde de las preferidas de Jaime. Sabrá el pastor de los rebaños hambrientos, que Francisco se quiere parecer a él en el medio del horror de templos de oro. Sabrá John que pedir por un sueño es como robarle un caramelo a Yoko que se compró a Alicia, en el país de las maravillas, sólo para darle envidia a Paul. Sabrá la impunidad de los tiempos que he sido un simple pecador. Un arlequín de pasión. Un decidor de tus miedos. Un acompañante de vientos cuando el soplar es sólo intento. Un rebelde de emoción que se niega a convertirse en emoticón. Y una plegaria en tu falda, allí donde deambula el alma para recordarme mi origen, para seguir interrogando a destiempo por el sentido de existir.
  • 36. "EL TIEMPO PASA...NO HAY TIEMPO" Quiero fundirme en un tiempo que sólo convoque a los tiempos imborrables. Colocar uno por uno los segundos, apretar hasta la asfixia los infortunios, y dejar que las agujas del reloj se conviertan en polvo. Un tiempo para poder convertirme en beso mientras camino los laberintos eternos, los mismos que no pudo evitar Borges. Un tiempo que se parezca al infierno de Dante entre algodones de Macedonio Fernández. Un tiempo sin luz, para reconocer tu sombra convertida en noche. Un tiempo como sentencia que huela a juventud. Que huela a trinchera mientras los lobos afuera esperan por su presa. Un tiempo que roce tus mejillas mientras el sol se cuele por las rendijas de tus piernas dormidas. Un tiempo que me devuelva camino y otro que me convierta en tierra. Oler la humedad de tu cuerpo, mientras mis pies se convierten en descanso. Un tiempo que te enrede soledades.
  • 37. Un tiempo que vomite necesidades. Ser el juglar de ocasiones mientras los conservadores se mueren aburridos. Un tiempo inevitable. Un tiempo parecido a los ojos dormidos de mis hijos. Un sonar como tiempo de revancha. Un escarnio para saber que lo agnóstico se disfraza de poderoso. Un tiempo para seguir empecinado. Un tiempo con la seguridad de lo inseguro. Un tiempo en espera, mientras nos hacemos el amor afuera. Un tiempo sin tiempo, que acomode las ideas que jamás aparecieron. Un tiempo infinito para saciar lo finito del alma. Quiero fundirme en un tiempo que sólo convoque a los tiempos imborrables. Un borrón a lo probado, para seguir garabateando historia. Que así sea... "ODA A LO QUE VENDRÁ...Y TE LLEVA"
  • 38. A veces pacto con duendes furtivos para ser solamente tu confidente de pasillo. A veces me convierto en el vuelo de un gorrión sin aliento para posarme en tu espalda hasta que me vuelva susurro. Soy el eterno caminante de tu cintura desierta. La razón permanente de tus días agridulces. Y el sueño profundo de la maldición de Malinche. Aquí estoy esperando por un disimulo que nos convierta en estatuas de sal. Un desenfreno profundo que te devuelva mujer para no ser solamente recuerdo. ¿Se podrá gritar lo que llevo siglos esperando...? Oíd señores que el grito sagrado no ha muerto. Oíd la pasión de quién no cesa en su intento. Oíd la ternura convertida en brisa para cubrir dudas. Oíd el golpe de olas en el Malecón aquella noche estrellada. Oíd la dulce decantación de tus piernas para que se abran a los vientos. Oíd al despertador de sueños que se agrieta de tus silencios. Oíd al vengador de improperios para que te haga el amor eterno. A veces pacto con duendes furtivos para solamente ser tu confidente de pasillo. A veces se me hace veces, y otras veces sencillamente a veces. Allí donde el sonar de la necesidad le solicitó trabajo a mis dedos. Y cada gota de sudor se convirtió en testigo de retirada. Yo te canto mi dolor. Yo te juro lo mejor. A veces se me hace a veces, y otras veces sencillamente a veces.
  • 39. "PRESAGIOS..." Hay un sentido aproximado para saber que lo incierto es pecado. Uno se empecina en dejar atado cabos sueltos como jirones en tu falda. Se compromete a domesticar las costumbres sin entender que lo eterno es sólo un suspiro de lo cotidiano. Uno es el testigo oculto de tus presagios: La luna se persignará ante el altar de lo prohibido. Sentirás al río golpear en el medio de tu bahía. Soñarás mil pecados por cometer, sin que se entere tu sonrisa.
  • 40. A la sombra de un suspiro, con la aprobación de los santos, Yo te declaro universo. Galaxias sin sentido en la vía láctea de tus miedos. Pelotón de fusilamiento para los versos improbables. Sentencia de muerte para el horizonte sin mañana. Cuando todo se parezca a ese lugar dormido en el desierto. Cuando tus castillos de hielo se derriten por mis recuerdos. Cuando el resplandor le juegue una mala pasada a tu sombra. Con mis pies descalzos sin freno. Con tus caricias como trofeo. Con la tenue luz de una vela. Yo seré presagio. Y tú simplemente el remanso que no sabe que lo verdadero es pequeño. Como corta es la ausencia sino hay necios.
  • 41. "BITÁCORA DE UN PAÍS AMADO..." Cuando me siento a la espera de tu suerte, es cuando tu dolor se convierte en sin remedio y te añoro Patria. Te añoro por omnipresente a pesar de los inocentes. Te añoro por vestirte de fiesta en medio de un velorio. Te añoro por desubicada cada vez que balbuceas añoranzas. Te añoro por contestataria cada vez que quisieron domesticarte. Cuando me siento a la espera de tu suerte, es cuando tu dolor se convierte en sin remedio y me dueles Patria.
  • 42. Me dueles en tus silencios que se empecinan en llamar a los muertos. Me dueles en tus laberintos que no consiguen la salida, y sin embargo vivimos. Me dueles en cada paso sin retorno, en cada recodo, en ese lugar infinito al que llamamos memoria. Me dueles por obstinada, cuando no consigues que tus besos se conviertan en un dulce aguacero. Me dueles porque te amo. Cuando me siento a la espera de tu suerte, es cuando tu dolor se convierte en sin remedio y sueño Patria. Sueño que nuestros hijos regresan, y sin esperar por su entrega, te abrazan sin preguntas. Sueño con tu aroma a distancia, ese que no espera, y te embriaga en cualquier parte. Sueño con las ausencias que te hicieron parir sangre. Somos hijos indefinidos de ausencias presentes. Sueño con la utopía como alimento corriente, nos merecemos tener hambre cero de revoluciones. Cuando me siento a la espera de tu suerte, es cuando tu dolor se convierte en sin remedio, y te digo Patria. Que Rodolfo nunca delató siempre contestó a carne viva. Que Juan nunca partió todavía sigue llorando a la luna. Que Norma jamás se quebró porque se convirtió en el fantasma que persigue a los hijoeputas. Que María está allí, en la ventana que espera, a la sombra de la higuera, esperando por Joaquín. Que volvimos por nacer, para joder las costumbres, para vomitar las incertidumbres, para saciar el despojo. Para seguir siendo suerte, y gritar a voz en cuello que te haremos el amor nuevamente hasta que nos digas basta. A la luz de los presentes, por ti....eternamente.
  • 43. "A PESAR DE MI OLVIDO..." (Serenata sin testigos...) Si miras para atrás verás el hilo conductor de tus ganas dormidas. Uno es un simple decidor de tus momentos cuando tu cuerpo se empecina en mostrarse con el traje de Eva. Uno es el Quijote de contrapelo que no lleva a su Sancho simplemente por celos. Uno es un juglar de canciones eternas, que sólo tuvieron un debut y mil despidos. Lamento decretar que mi olvido es tu presente. Lamento volver cada momento para cubrirte de deseos. Ser la melodía inexacta que te cubre como inocencia cuando miras la noche. Ser también noche. Ser la multitud convocando a huelga. Ser la necesidad a la vuelta de tu alma. Ser el confidente de tus deseos más inapropiados. Ser tu soledad.
  • 44. Ser tus desvelos. A pesar de mi olvido, y con la única garantía de un día de cierre. Te proclamo mi tesoro. Te fundo en el mismo lugar que nos oxidamos. Y por ser la aurora de lo pasado, me entrego sin preguntas. Si esperas mi arrepentimiento por ser el colador de tus sueños. Por la piel mojada en un cuarto alquilado. Por la encarnación desolada de mis manos. Por la pulcritud de mis manchas. Te olvido por necesaria. Y te olvido por negarte al olvido. Por empecinarte a vivir añorando. Por cubrir tus dudas con simples afirmaciones dadas. Por compartir tú goce en las antípodas de los goces. Por encarcelar mí silencio. Por beberte sin pensar en la resaca. Por intentar negarte cada día, para sólo conseguir que me lleves adentro. Será posible...
  • 45. "INVENTARIO DE LAS COSAS PERDIDAS..." Cuando coloco en lo alto de tu sonrisa lo obvio es cuando se me escapa un suspiro. Cuando veo la distancia entre lo inevitable que se cuela por los dolores paridos, es cuando te abrazo. Sentir que cada sudor se acomoda a los delirios. Enumerar cada paso perdido hasta llegar exhausto a tu misericordia. Sentirme altivo cuando me pierdo en tu regazo, es bajar la estima hasta perderle por la alcantarilla. Arriba los ojos que miran sin saber que el comienzo fue incierto.
  • 46. Al costado derecho los sinceros destellos de días sin luna. Al costado izquierdo la armadura oxidada de pasiones perdidas. En el centro sin disimulo se cobija lo oportuno. Detrás de mi columna me sigue una bruma que se siente sombra. Abajo se acomodan los extraños, las sinrazones, los proletarios mal pagos, los infelices sin cómplices, las trincheras sin guerra. Una a una mis caricias fueron diurnas. Una a una tus mañanas se me fueron. Una a una coloco la espera entre tus piernas. Una a un cuento tu piel serena. Uno por dos me siento a esperar por vos. Dos, tres y cuatro, con seguridad me espanto. Una y mil más, te veo llegar. Dos, por un silbido se me hace melodía. Una más y no despierto ya. A la sombra de tus únicos deseos. Aquellos que se prendieron fuego. Con la rapidez del Correcaminos. Con la estupidez del Coyote, sin sus trampas. Me voy perdiendo vida... Inexorablemente hasta decretar lo prohibido.
  • 47. "NO HAY UN LUGAR SINO TUS RINCONES..." Cuando la brisa doble sin prisa sólo por costumbre es cuando me fundo rincones. Un recodo de ilusiones que te devuelven mujer. Un infinito saber de tu cuerpo con nostalgia. La finitud de mi memoria que se regodea en tu figura. La lentitud de tus suspiros cuando le falta la luna. Hay rincones que se parecen a tu paisaje desnudo. El monte desolado de tu espalda. El volcán apagado de tus terquedades. La ilusión dormida de nuestro arroyo. La voluntad permitida de un mar sin huracanes. La ternura en destellos de una pradera de otoño. Cuando la brisa doble sin prisa sólo por costumbre es cuando me fundo rincones... Y tu boca es la llanura que espera. Y tus manos los cómplices insatisfechos.
  • 48. Y tu vientre es un viento. Y tu sombra que se parece a mí sombra. Y el lugar añorado se convierte en un universo de rincones. Sólo por ti... Sólo por mí... "LA ESMERALDA" Cuando el destino marque la sed de caminantes ilusionados. Cuando un juglar se mezcle con el punteo de un Naco insolente. Cuando el fantasma del billar se deslice en la butaca de imposibles. Y con tres bandas se clave tu alma. Con la rebeldía de los años que se disimulan entre tragos. Por ser noche que quiere envolverte en luna.
  • 49. Por ser ilusión jugando con tu suerte. Por miradas que se cuelan entre sonrisas como estrellas. Por el frenesí de la bohemia encubierta. Por la pasión de no engañar lo negado. Me levanto en el medio de lo incierto. Me deslizo como agua entre tu cuerpo. Me propongo el ritual de los amigos. Me vuelvo aroma cuando reina el Mojito. Y te bebo como el mar a sus costas. Como la aurora que se baña de tus noches. Con la música que se añeja en el mejor roble. Como el vino que no entiende de pretextos. Como "La Esmeralda" que renace de su historia. "CON EL COMPROMISO DE LOS BUENOS AIRES POR LLEGAR"
  • 50. Cuando se te caiga el horóscopo chino de tus manos, y ni siquiera los mayas se preocupen por tu suerte... Por lo bajo, sin pensarlo, toma mi mano y vamos a lo incierto. Cuando las excusas se cansen de sílabas intrascendentes, y tus mejillas no puedan ocultar el adulterio de tus ganas... Por lo bajo, sin pensarlo, toma mi mano y vamos a lo incierto. Cuando la desdicha se encargue de transmitir en vivo y directo, las afortunadas mascaras de tus momentos sin aire. Justo en el medio de la soledad que se empecina en morderte los talones. Por lo bajo, sin pensarlo, toma mi mano y vamos a lo incierto. Vamos a lo incierto compañero de utopías, muchacha de ojos brillantes. Amores sin recetario. Vamos a lo incierto en un sueño blanco, galopando bosquejos, garabateando insomnios. Vamos a lo incierto cuando el reloj nos marque de nuevo. Cuando la belleza se levante. Cuando la sonrisa sea una costumbre. Vamos a lo incierto, y ya nada será opaco, sólo nostalgia hecha tango. Una novena sin Bethoven. Una plegaria sin Bacco. Una sentencia sin jueces. La necesidad que se vuelca en tu lecho, para no dejarme partir. Para que lo incierto sea lo más real de lo añorado. Allí estaremos año viejo...año nuevo.
  • 51. "POR EL AMANECER DE TU ESPALDA..." No niegues mi camino cuando te arranque el destino incierto, y sin que te dieras cuenta me lo bebí de un sorbo. No niegues mis costumbres que se desnudan de rumores, en el mismo instante que me deslizo por tu espalda. Soy el conquistador de tus miedos, en el justo instante que los desvelos se empecinan en caer como gotas de roció. Soy el confidente de un amanecer incipiente. La negación de lo permitido, porque tus suspiros me volvieron brisa. La razón que se vuelve loca a pesar de su vestido de cordura innecesaria. Un resplandor en plena noche, para que cuando nos encuentre la huida no te sueltes de mi mano. Soy el pedestal de las buenas cosas que todavía no encontramos. Aquel que beso tu boca cuando no sabías que también sonaba a música. Y el violador de tus preguntas cuando no hay respuestas seguras. Un amanecer para fundirme en pasos. Un amanecer para creer en los milagros. Un amanecer para curar el espanto.
  • 52. Un amanecer con sabor a nostalgia. Un amanecer encarnado en el alma. La negación de tus suspiros cuando llega el alba, y sin pedirme permiso te devuelve nuevamente envuelta en aurora. Un silencio...tu espalda. "DES-CONTRACTURAS PARA ALIVIAR ALMAS" Ayer no estabas subida a la distancia de lo imposible. Te baje con una mano, y mientras te curaba de espanto me miraste. Des-contracturarte en pétalos para que el roció de invierno se convierta en alba. Des-contracturarte en silencio para que con un guiño entre los dientes me permitas comerte en cuotas. Des-contracturarte por el filo de los años, en un huracán sin prisa, entre las olas sin mar cercano. Des-contracturarte altiva, y radiante, con la comisura de un suspiro, entre tus piernas que se abren. Ayer no estabas subida a la distancia de lo imposible.
  • 53. Caíste con la desgracia del olvido, y cuando tu silueta se partía en sombras, me pediste susurrar tu nombre justo cuando cerraba mis ojos. Desconceptuar al sentido para gritar libertad en medio del presidio. Desconceptuar la riña y la hipocresía, para calar hondo en el medio de la utopía, y volver en patria hasta saciar mis días. Desconceptuar tu boca para regalarte sílabas, amar la necesidad de tu cuerpo, y no desesperar sin guía. Ayer te tomo mi aliento con derecho a goce. Voló la pasión hasta convertirse en polvo. Y como polvo fuimos y polvo seremos...me regodeé en tu desierto hasta que nos ilusionamos de espejismos. Un alivio...des-contracturando lo incierto. "EL SERMÓN DE LAS COSAS PASAJERAS" Si esperaba mirar debajo de su cuerpo, con seguridad la espera lo haría un ser de invierno.
  • 54. Todas las mañanas, casi con la voluntad de quién no se pregunta, junto lo poco que lo mantenía vivo y se fue a buscar el camino. Ante la presencia de la inmensidad de lo incierto, se secó la transpiración con un simple desvelo, y mirando a lo lejos se preguntó sin vueltas: ¿Espero por las oportunidades que se resbalaran nuevamente de los minutos acumulados...? ¿Volveré a ver la luz que se vistió de inocencia cuando me volqué a mis recuerdos sin necesidad de anotarlos...? Entonces sacó de su bolso marrón, viejo, y deshilachado, un cuenta cuentos que se mantenía olvidado, y mirando a lo lejos recitó el sermón obligado: Por los orígenes de los desafortunados, aquí me rebelo sin consuelo. Por la finitud de almas sin misericordias, aquí me obligo y siento. Por la necesidad de un cuerpo que explote, aquí me voy en tiempo mientras me convierto en destellos. Por las bocas que no bese, entre el sudor y la espera, con la sencillez de las viejas cosas y la rebelión de los sueños me consumo tiempo. Simplemente miró el camino, y el horizonte sin vuelo. Se vació como quién se olvida de algún relleno. Y ante la presencia majestuosa de la vida, se juramentó vivir. Tan simple y llano. Obstinadamente el sermón de las cosas pasajeras...
  • 55. "CUANDO NADIE TE NOMBRE..." Aún si la espera fuera la inmortalidad de mil piel seca. Aún si los lobos se disfrazaran de sabuesos. Aún si no pudiera besarte por las mañanas, y dejarme caer en el umbral de tu figura. A pesar de mi cuerpo que se aleja, que te mira de reojo. Que se acostumbra a la hipocresía de los ilusos. A la desesperación de ojitos sin disimulo. A la precariedad de discursos sin alma. Quiero volver a sentir el calor de tu cintura. La terquedad de tus ganas inconclusas. La voluntad que se amalgama a mis angustias. La necesidad de beberte en medio de un azul profundo. Porque no hay razón que no contenga lujuria. Porque el ruiseñor ya se acostó con sus dudas.
  • 56. Porque los molinos de viento se convirtieron en refugios. Porque te llevo conmigo desde que me besaste sin preguntas. Ante el altar de mis oportunidades, cuando el re fusilo marque las doce campanadas. Con la piel herida de desapariciones. Con el llanto álgido que se cuela por tus sentidos. Con mis manos rotas de apretar impotencias. Con mi voz ronca de callar silencios. Cuando nadie te nombre y te maldiga. Cuando nadie te nombre y te escupa de envidia. Cuando nadie te nombre y vomite lo establecido. Cuando nadie te nombre y la sangre no llegue al río. Cuando nadie te nombre y te vea altiva. Cuando nadie te nombre y vuelva hacerte el amor colectivo. Serás la vía láctea convertida en esquinas. Serás cada rincón vació, y las estaciones vivas. Serás mi mejor canción sin volverme juglar. Y te acostarás conmigo a la distancia de un suspiro. Bella y radiante como tus hijos... "Revolución" por siempre... "Revolución" de nuestros sueños perdidos...
  • 57. "POEMARIO DE SENSACIONES A LA DERIVA..." Justo en el medio de tus obligaciones, sencillamente cubierto de instinto, me obligo y te propongo: Una luna pequeña, para guardar ilusiones cuando tengas dudas. Un sol de cabotaje, para que vueles bajo y te conviertas en bruma. Una sonrisa eterna, para aplomar la inocencia mientras se convierte en tu refugio. Justo a la distancia de un día añorado, entre cartas incendiarias, y palabras olvidadas, me obligo y te propongo: Recorrer tu cuerpo como si descubriera un nuevo mundo. Señalarte las estrellas, para que tus ojos se fundan infinitos, mientras me apodero de tus suspiros. Proclamar la libertad de tu boca rebelada. Mentir las ilusiones para desnudarme en tus entrañas. Señalar los siete mares para que conquistemos tesoros. Sentir un remanso de aire fresco, para saciar mis pretextos. Justo entre milagros de estaciones pasadas, a la sombra de mi cuerpo, por la voluntad de la ausencia, me obligo y te pregunto:
  • 58. ¿No volverás a elegir sin ganas...? ¿Qué detendrá el laberinto de Fausto...? ¿Quién velará la muerte de los duendes...? ¿Cómo será la crónica de una muerte anunciada...? Donde estarás cuando nuevamente se posen las golondrinas en verano. "ME VERÁS VOLVER..." (A pesar...de los pesares) Si te descuidas en una noche sin luna, desierto que no conlleva agua, ni océano que necesite de orillas, me verás volver... Volver... Desnudo a la sobriedad de tus exabruptos que no se cansan de rodar de tu estatus. Erguido como la terquedad de un niño que le quitó su comida, y sólo se vuelve tierno si lo cobija un regazo.
  • 59. Atento a la circunstancias menos oportunas, que se jactan de tu inocencia porque te envolvió siendo silencio. Impoluto a la voluntad de tus sueños, aquellos que se perdieron con el tiempo, y yo acosté sobre mis piernas. Inocente de toda lógica de occidente, que me niega tus mejillas porque un rosario las encierra en su iglesia. Altivo a las luces sin sentido, que se cuelan en rendijas de suspiros, y me regalan tu sexo infinito para que me embriague. Volver... Sin la frente marchita...y acostado al costado del camino. Sin la mejor de mis sonrisas...porque se me voló de olvido. Sin mi alma inquieta, rebelde, impaciente... Sencillamente volver en mis pasos, y caminar nuevamente. Hasta la victoria de las utopías... Hasta la necesidad de besar tus mentiras... Hasta la obligación de silbar tú sombra... Hasta la esperanza desnuda y atardecida... Volver...Volver...Volver... Hasta que me digas basta...hasta que me vaya entre imposibles. "EL REY SIN TRONO...UN TIEMPO SIN TIEMPO" Se levantó, como todas las mañanas, y con su dedo índice volvió a recorrer su espalda. Ella no estaba para guiar su mano, pero el aroma de un otoño rebelde se posó sobre su imagen sin tiempo.
  • 60. Se miró en el espejo, y suavemente se acarició las dudas, para luego afeitar lo pesado de su conciencia. Tomó el tren a la misma hora que se fijó la cita, y antes de ver la fecha del diario, se subió a la intemperie sin disimulo. 10 de Enero de 2014 se marcaba en letras negras y cursivas. Una fecha más en el calendario ajeado de sus citas. Una lejana monotonía le marcaba sus arrugas que no se notaban. Y a pesar de su delgadez cómica, se vistió de azul Francia. Apretó su mano izquierda sudorosa, porque su diestra estaba ocupada con las llaves de su casa. Colocó la rosa blanca, como señal cómplice en el asiento cercano a la ventana que todavía seguía rota. Se apretó sus labios carnosos, y pensó por un segundo que ella podía olvidadlo. Se quitó la modorra con un simple suspiro, y antes que el sol se incrustará por la ventanilla miró la geografía colores sepia. ¿Es posible que con un simple recorrido de su cuerpo me haya consagrado el rey de su alma...? ¿Es posible que cuando mire sus ojos dormidos, y sólo le pedí un grito silencioso. Su voz me pareció un eco...? Miró al guardia que con siete velos se apiadó de su soledad. Soltó las llaves apretadas con su mano derecha, para pedir un segundo que lo volviera eterno. Bajo en la próxima estación, y sin la rosa marchita de blancura, se sentó en el viejo rincón de su angustia. Tomó el diario con la fecha y, sin ver su portada, se acordó de ella. 10 de Enero de 1814... Un detalle para guardar nuevamente. El mismo ritual que se perdió sin tiempo... "EL PACTO IMBORRABLE..."
  • 61. Cuando la noche se coloca en el medio de tus ojos, y a la cita le faltan dos duendes y se embriaga la suerte, es cuando pacto el impacto. Y entonces, por el desfiladero de tu norte, con el mismo derecho de tu cuerpo, se me abre lo pactado: Pacto no defraudar lo mundano para que cuando sonríes sólo lo hagas en mi cama... Pacto con el escarabajo de la muerte, y entre la sabiduría de un sol naciente, te envuelvo sin moverte... Pacto las inclemencias del tiempo, para inundarnos inocentes hasta que la piel se nos seque de arrumacos... Pacto volver en cada bruma, y en cada espacio sin reserva, sencillamente condescendiente con tus suspiros huérfanos... Pacto la latitud menguante, para dibujarte entre mis huracanes, que no gozan de océanos porque se amamantaron universo... Pacto una silla para esperarte. Un calendario para olvidarte. Un silbido ronco de humedad. Un esqueleto viejo de soledad. Mis pies ajeados de caminar. Mi nuca distraída por volar. Mis manos tiesas de aguantar. Mi pecho erguido de libertad. Un día perdido sin nadie más... En ese rincón oscuro de mi bar, cuando se desnuda mi musa y más. Vuelvo a buscarte entre pretextos. Vuelvo a mostrarme atento. Vuelvo en tiempo, y en desierto. Un pacto sin revelar a la luz de tu inseguridad.
  • 62. Un pacto por rebelión. Un pacto abierto al corazón... "ELEGÍA PARA BESAR A MI PATRIA..." Si por un milagroso instante te cobijaras entre mis brazos, a la perdida oscuridad de los santos, y a la vigilia de los pecadores, con seguridad te cubriría de alma. Allí donde los ejes cardinales se empecinan en dibujar altares. Donde cada gota se resbala hasta el último aliento de tu espalda. Donde me pides volver, y sentir que tus hijos pequeños serán privilegios. En la inmensidad de tu cuerpo. A la distancia de un puedo. Yo te beso Patria... Y cada instante es un reto a los pesimismos huérfanos. Y cada revolución un designio de tu entraña. Y la memoria es la restauración de lo justo entre lo pisado. Con la intemperie de un sueño libertario. Con la dulce melodía de un aluvión sin espanto. Con la obligación de no traicionar las ausencias del pasado. A la voluntad transformada. Entre el abismo y el "no se puede". Con la inexorable experiencia de las traiciones. Yo te beso Patria... Y mi boca dibuja gambetas a lo Maradona. Y mis manos se disparan hasta fundirse Borges.
  • 63. Y tu aliento se convierte en un nuevo rezo. Y tú pelo esta convertido en rodete, para que Eva lo peine. Y la risa se me cae hasta el corazón del negro Olmedo. Y si no te digo amor no serás mi entrega. Por los días que vendrán... Por la lentitud de mis años que se me van en sombras... Porque jamás nos engañamos, y sabes que antes que una traición prefiero el destierro de la nada. En ese rincón iluminado por los justos, Yo te beso Patria... Yo te beso... Yo te siento... Nos fundimos en un nosotros... Que más. “CUANDO PIDAS AMANECERES DE REMATE” Hay un retazo de mi liquidación esperando por ti. La guarde en un revuelo de tiempo, casi sin pedir invierno, habitando lo necesario. Uno a uno se apila los olvidos, y casi sin flor que perfume, me vuelvo cenizas. ¿Cómo se nos escapó el amanecer entre algodones...? ¿Cómo se dilapidó la memoria recordando ausencias...? ¿Cómo se desdibujo lo cotidiano en bolsas de consorcio...?
  • 64. Hay un retazo de mi liquidación esperando por ti. Una caricia sin filo... Un destello que se parece a una estocada... Un andar plausible de dudas... Un vino añejo entre tus instintos... Un camino sin caminante... La necesidad que se viste de harapos, que se corre la máscara de lo impensado, y te extiende mis manos. Allí en el silencio más atroz de tu cuerpo depositado. Entre la búsqueda de tu tesoro guardado, me convierto en alma y fuego. Y no habrá oferta que valga... Todo será al contado, y sin libro de quejas esperando. El tiempo maullando a la luna, y mi ser en pedacitos que se incrustan. “PREGUNTAS CON RESPUESTAS...” ¿Soledad...? Es la necesidad cubierta de milagros, que hace imposible la compañía de quién pretende consolarte, sin entender el abismo de tu angustia. ¿Amor...? Es el instinto innecesario que juega con tus nostalgias cuando supones que la vida es simplemente vida. Es el ritual fecundado por tu estima, que necesita de otra estima para fundirte eterno.
  • 65. ¿Perdón...? Una laguna sin agua dulce, que sólo cubre tu inocencia, que se maldice de tu insistencia, que te besa sin besarte. La duda que cae entre tu infinito para volverte vuelo sin que poses tu sueño. ¿Patria...? El corazón abierto, el sudor desierto a lo que nada importa. La permanente rebeldía de lo que busco y cobijo. El Dios sin mito. La seguridad inesperada de lo que está, y casi siempre falta... ¿Nosotros...? Un ritual a media altura. La locura enfrascada en medio de lo estrellado. Pasión por volver al fuego sagrado. Desdén por recorrer los mismos lugares, que todavía no conocimos. ¿Urgencia...? Para caminar sin pies descalzos a la espera de tus años. Para robarte en un suspiro, y no creer en ángeles. Para revolverme en mis impurezas, sacudir mis plegarias, besar lo impresentable. Para preguntar sin interrogar, porque las afirmaciones siempre duelen.
  • 66. “CUANDO PIDAS AMANECERES DE REMATE” Hay un retazo de mi liquidación esperando por ti. La guarde en un revuelo de tiempo, casi sin pedir invierno, habitando lo necesario. Uno a uno se apila los olvidos, y casi sin flor que perfume, me vuelvo cenizas. ¿Cómo se nos escapó el amanecer entre algodones...? ¿Cómo se dilapidó la memoria recordando ausencias...? ¿Cómo se desdibujo lo cotidiano en bolsas de consorcio...? Hay un retazo de mi liquidación esperando por ti. Una caricia sin filo... Un destello que se parece a una estocada... Un andar plausible de dudas... Un vino añejo entre tus instintos... Un camino sin caminante... La necesidad que se viste de harapos, que se corre la máscara de lo impensado, y te extiende mis manos. Allí en el silencio más atroz de tu cuerpo depositado. Entre la búsqueda de tu tesoro guardado, me convierto en alma y fuego. Y no habrá oferta que valga... Todo será al contado, y sin libro de quejas esperando. El tiempo maullando a la luna, y mi ser en pedacitos que se incrustan. “CUENTO CORTO...CORTO COMO UN SUSPIRO”
  • 67. La mire desde lejos esperando que el viento hablara por mí. Se soltó lo pocos misterios que le colgaban de su cabellera, y mirando por el retrovisor de su inocencia me guiño un ojo. Baje mi cabeza hasta que el suelo me devolviera un golpe certero. Me cortó el paso siniestro con la misma soltura que desnudaba su cintura. Sólo fueron 15 minutos, y algún que otro mirar nervioso por si las brujas. Se levantó su universo para que sus constelaciones me cubrieran. Soltó el pecado más perfecto, a la espera de un simple puedo. Cerré los ojos para abrir mis años como quién se despide en un velorio. Sonrió, gimió, gritó, y su adiós me envolvió con la última pitada del cigarrillo. Comprobé definitivamente que el sexo es la última revolución de los sentidos, eterna, inesperada, contestataria, ardiente, salvaje, omnipresente, inevitable, libertaria... “CUANDO NADIE TE NOMBRE...” El verano a veces nos trae un cierto despertar que se agrieta con sólo mirar sin haber abierto los ojos. Los viejos retoños, que se cuelan como gusanos, y hacen de tu tierra mi huerto. Ella no esperaba otro verano que no fuera a sus ojos abiertos. Ella no negaría sus ganas porque simplemente su cuerpo no se acostumbraba a su envoltura. La noche es tan trágica cuando quiere ser engañada, que si la miras desde abajo, con seguridad te sentirás un ladrón con el fuste de un aventurero. Miró si su cuidador no la veía entre sonrisas, y con su piel a flor de partida, se deslizó hasta un simple número sin guía. Miró de reojo la fotografía familiar, y sólo atinó a un refugio en la soledad del cuadro que la enmarcaba. Sintió un cosquilleo tan imprudente como sus nervios que se huelen como agua en un estanque.
  • 68. Volvió a tocar sus manos, se acomodó sus últimas angustias, se permitió un ave maría por las dudas, y partió. En ese instante, a plena luz sin menguante, con la máscara de un Pierrot sin lágrimas, se calzó su blusa más ajustada, y por derecho liberado se declaró amante. Volvió a ser la reina sin corona, la Magdalena de todas, la inocencia de una lujuria temprana, la dueña segura de sus ganas acumuladas. “UNICORNIOS SIN ESTRIBOS...” Nada es nada. Todo combina con todo si tus colores tiñen. Hasta el vuelo sin retorno se vuelve pesares si te alejas. Ayer baje un cuentagotas desde tu cintura, y sobre tu espalda fecunda amontoné el roció de varias noches. Una gota se robó la nostalgia. Dos más pequeñas se cubrieron con tus cabellos. Algunas se deslizaron por tus piernas. La mayoría de ellas se convirtió en aguacero de tu goce. Le pido al más fuerte de la cuadra, que se olvide de mis debilidades. Que no apabulle mis miserias, sino se encuentran de noche. Que no desvele mi nombre, si preguntan por mi suerte. Que me proteja desnudo como cuando me trajo existencia. Nada es nada. Todo se transforma con el mirar de tu alma. Una conspiración de oportunidades me despertó de madrugada. Un recelo inesperado se me coló por las entrañas. La sinceridad de lo oculto, en el medio de lo llano.
  • 69. La permanente dicha de no saber nada. Cuando las golondrinas no hagan verano. Si todavía vuelas envuelta en espanto. Si tus vanidades se acaban cuando mis dedos se marcan. Si de golpe robamos con la venía de los santos. Entonces unicornios sin estribo con galope desbocado. Unicornios sin estribo, en el medio de la nada. “PRELUDIO DE BIENAVENTURANZAS OLVIDADAS” Al caer de una pregunta, me levanto y camino. Cuando la fe se disipa entre las brumas y los olvidos, me incrusto ciego. Atardecer en medio de los lobos, es carne viva con aroma huérfano. Yo me rebelo por eterno, y sólo me cobijo entre tus años. La sonrisa que no estalla, porque tus besos lo calman. Una revolución de ilusiones, en tiempos sin horizonte. La mano extendida a mi hijo que se multiplica en otros hijos. Sudor con sudor por el dolor de los ausentes. Inmensidad entre la vista atenta de los miserables, y una aparición como Eva para vomitar hipócritas. Ante la plegaria dolorida de tus alas sin cielo. Ante la necesidad milenaria de tus dudas olvidadas. Acepto lo incierto, como el rincón entrañable, y proclamo: Agua para los infortunados que no tienen garganta.
  • 70. Fuego para los calmados que se convierten en hielo seco. Tierra para los ancestros que no pagaron la cuenta. Luna para los erráticos que no saben del sexo. Mar para los desiertos que recorrí de tu cuerpo. Al caer de una pregunta, me levanto y camino. Por la negación de lo cierto. Por tus mejillas sin verso. Por mi roció en cuenta ganas. Por la memoria que no olvida. Por lo inevitable de mi camino... “CUESTA ABAJO SE ENCUENTRA” Como no declararme sortilegio entre las dudas del tiempo. Sentir el silbido cómplice de tus latidos, y morir de a poco. Ocultar las faltas entre abrazos y pecar por ingrato. ¿Es aquél sonar el incipiente cosquilleo de tu amnesia...? ¿Cuándo te permitiste sentir a la deriva de tus ansias...? ¿Ahora permites la sombra desgarrada de lo añorado...? Recorro el mismo camino que no supo de atajos. Soborno a los mismos puesteros que se colaban entre nostalgias. Me caigo en el mismo abismo para que no me saques. Me fundo en colores para pintar tu pasado.
  • 71. Con el mismo deber de la guerra que no comenzamos. Con la pirotecnia mojada por las dudas. Con el alma necesaria para aspirar derrotas. Te cuento que nada es eterno porque nacimos deuda. Nada es permanente cuando la dinámica es humana. Nada se cuece en habas si no palpitas de a ratos. A la vuelta del ocaso, entre la mirada cuesta abajo. Por decreto de los misterios, y el saber de los ignorantes. Me subo a tu imperio, por gladiador y cobarde. Me revuelvo en la desdicha para abrir la esperanza. Me llamo a silencio para gritar lo que siento. Y me voy cuesta abajo, hasta llegar a tu puerta. “LA INFINITUD DE LO PACTADO... “ Cuando las palabras se amontonen sin sentido, y levantes el cáliz sin rezo permitido, habremos pactado olvido. Horas que si fueran fijas con seguridad se desvanecen. Puertas sin cerrojo que abren laberintos rotos. Alucinación sin paraíso para tus ojos vigías. Pecados de altillo, que ya no reconocen tu torso. Cuando las palabras se amontonen sin sentido, y levantes el cáliz sin rezo permitido, te irás con mi vuelta. A jugar con los duendes que ya se volvieron fósiles.
  • 72. A beber del río manso que bajaba por mi cuerpo. A soñar con ojos abiertos por si se nota tú antojo. A querer que vuelva todo al principio de aquel beso. Cuando las palabras se amontonan sin sentido, y levantes el cáliz sin rezo permitido, me habré fundido en tu cuerpo. Y lo permitido será un juego de niños. Y mi voz se convertirá en la brisa de tus mañanas. Y mis manos volverán a parir hazañas. Y mi memoria se regodeará de tu alma. Y el olvido será un pretexto para los desafortunados. Cuando las palabras se amontonen sin sentido. Las plegarias se convertirán en milagros para acallar sentidos. Sin aire....a pura utopía. “CON LOS AÑOS QUE ME QUEMAN” (a Jesús María Plaza) Cuando camino por recovecos no le temo a la oscuridad. La falta de un hueco siempre suena a invierno si en él, a veces, cae mi inmensidad. Ayer me levanté con los ojos ausentes de tu figura. La memoria es tan bella y desolada, que si le muerdo con seguridad me vuelvo tiempo. Un tiempo de partidas sin llegadas, y una flor como jardín. Un destello de tu piel que se convierte en aire perfumado, mientras por el fondo de tus ganas me voy como cloaca.
  • 73. La vida es inexorablemente ausencias con momentos fósiles. Una inocencia que se viste de tango, para asaltar los milagros. Y los milagros...y los milagros un mal chiste deseado. Ayer abrí el corazón como quién escupe una brisa. Hay brisas que se acumulan en mí, y se cuelan por mis huesos. Soy un afortunado porque permanentemente peco de fortuna. Soy un revelador de entuertos porque permanentemente le canto a los marginados. Tierra ardiente que se vuelve noche eterna. Mar sin calma que se convierte en ansia. Amaneceres sin engaños, para que la aurora se pose en ti. Y los milagros...y los milagros la necesidad de parir años. La inevitable valentía de ser, a pesar de los pesares. “SECRETO DESCIFRABLE “ En el medio de presagios de dos cuerpos que se buscan. Cuando soborno a la noche para que me entregue lunas. Porque me siento confidente de la ciencia de tu cuerpo. Porque me embriago siempre entre las dudas de tus labios. Quiero compartir mi secreto descifrable: Y recostarme en la hierba que Whitman me presta. Y gambetear tu cintura con la magia de Riquelme. Y buscarte como a Rosendo en la justicia de Rodolfo. Y llevarte entre mis goces como Macedonio a sus libros.
  • 74. Y regalarte mi Olimpo como un simple ocaso. Y hacerte el amor porque lo decretó la suerte. En el medio de presagios de dos cuerpos que se buscan. Ante la duda de Mahoma, y las heridas de Paco. Me convierto en tu aliento de mujer-niña. Y me subo a tu altura que es más baja que tus ganas. Y te llamo entre suspiros sin que escuchen los gatos. Y me voy haciendo brisa para cubrir tus plegarias. Alrededor de tu mundo, en el centro de huracanes. Tomo falta y envido. Canto y lloro por las dudas. Me levanto y te acuesto. Te conjugo y me conjugas. Porque me miras y no te veo. Porque me sientes y no te envuelvo. Porque me llamas y no te escucho. Porque lo inexorable del desamor es des...amor. Y mi secreto un simple invento para descifrar lo descifrable. “APOLOGÍA AL DESEO” Si tuviera dos pretextos, un recorrido de tu cuerpo, y el mapa de los olvidos, con seguridad te deseo.
  • 75. Si me voy en tiempo, coloco los silencios entre algodones, y te encuentro en el medio de mis cosquillas, con seguridad te deseo. Si abro el libro secreto, me voy con la noche sin invierno, y llego a la dicha de fundirme universo, con seguridad te deseo. Con seguridad te deseo, en el medio de conjuros, y saltando uno a uno la envoltura de viejas costumbres. Con seguridad te deseo, aguerrida a la temprana edad, desbocada en la eternidad, y brisa empecinada por volar melodías. Con seguridad te deseo: A la vuelta de la esquina. En la bocacalle de una penumbra marchita. A la salida de un escaparate de fantasía. En el infinito de tus latidos. Con seguridad te deseo: Con la llave que abre mi codicia. Recorriendo el camino perdido. Despampanante de noticias. Tierna a la luz del día. Con la templanza que nos es esquiva, con la revolución que quema y no lastima, y añorando por tus mejillas. Con suerte...sin detenerme: Con seguridad te deseo...
  • 76. “MISERICORDIAS A LA DERIVA” Hay un sueño que todavía no recorre tus instintos más vulnerables. Abre los surcos de tu maldita costilla, y me encuentra entre tus piernas. Hay un amanecer que todavía no besamos. Un rincón por lo bajo de tus promesas que se parece a un infinito. Un desfiladero que no tiene fin porque no encuentra tus cabellos. La voracidad de mis preguntas cuando caen de tu falda. ¿Ayer te fuiste con la melancolía a cuestas...? ¿Por qué no brillan tus suspiros cuando los aprieto...? ¿Cuándo fue el instante en que mis ojos no te convencieron...? Soy la inmensidad que guardas entre tus pechos. Soy el primer alumno de tu escuela derrumbada. Soy la valoración de la necesidad olvidada. Con la misma pasión que me encontró sobre tu cuerpo. Con la misma necesidad que acunaron mis desvelos. Con la sabiduría de no conocer lo hecho. Con las mentiras que todavía no cometo. Me voy a pesar de los entuertos. Y tomo lo poco que no cobijó tu vientre. Por los escaparates del tiempo. Porque me siento multitud y rezo. Antes que digas todo.
  • 77. Antes que me sienta tierno. Misericordias posibles... Misericordias aún sin cielo. “CON LA FRENTE SIN MARCHITAR” Vuelvo vencido a la casa de tus ansias, en el mismo instante que no cantan los gorriones. Un camino sin estrellas es como la mueca muda de la insistencia. El filo helado de una brisa de Almagro se empecina en negarte. Y entre tu piel desnuda le canto al misterio de la luna. Me duele el país que no cobijamos en nuestra memoria. Es como caminar con la vista hecha harapos, y de golpe volcar el alma. Uno se va haciendo tripas muertas: Sentir el helado adiós de la muerte. Hacerle el amor a la distancia y disfrazar de arlequín la nada. Callar las voces que no se cansan de ser hipócritas. El pedestal borrado de una carcajada. Tu sonrisa convertida en la reina del Plata. A qué lugar nos llevará la búsqueda de un país soñado. Borrón y cuenta nueva para mis hijos olvidados. Borrón y cuenta nueva para las miserias acumuladas. Borrón y cuenta nueva para los ilusos descalzos. Vuelvo vencido a la casa de tus ansias, en el mismo instante que no cantan los gorriones. Rebelión de sueños en el medio de la suerte. Tu mirada niña para acariciar las heridas.
  • 78. La desazón de lo eterno que se empecina. Y la esquina que no ilumina el farol... Se convirtió en estrellas de un tango huérfano. Me fui entre tu aliento a nostalgia. Sin descansar. Abierto a cada baldosa suelta. “HOJALATAS EN TU PIEL...” Si todo fuera tan sencillo entonces sencillez sería diluvio. Si me convierto en iluso entonces la magia se convierte en horizonte y tus dedos dibujados me dibujan. Amanecer con el sonido de los sospechosos, es oler la agitación de lo agitable. Irme por la vereda sin cordón cuneta y asfaltar mis ganas. Un sol despreocupado no hace verano. Un pretexto guardado no te denuncia. Un silencio dormido no te despierta. Un sentir desbocado no te desnuda. Una sonrisa cómplice no te regala. Entonces si todo se parece a todo, porque el amor es suerte. El rebelde amarillo de tu alma. Las noticias que llegan tarde cuando se desvanece la luna. Las caricaturas abiertas de nuestros permitidos puedo. Un adiós con llegada.
  • 79. La impostura que se coloca entre nuestros cuerpos. Entonces si todo se parece a todo, porque el amor es suerte: Ante la desdicha de los inoportunos, Yo me convierto en utópico. Ante lo latente y lo justo, Yo me permito un disimulo. Ante la mirada de los dioses, Yo te construyo mi Olimpo. Ante la ausencia de un beso, Yo me inundo sin naufragio. Ante tus cabellos azabaches, Yo me fundo noche. Entonces si todo se parece a todo, porque el amor es suerte. Porque lo inevitable se construye con ladrillos humanos. A una cuadra de tus pasos. A dos bocacalles de tu ilusión. A inciertos segundos. A la permanente búsqueda de una pasión que se desvele, y sin pretender volverse cadena te petrifique eternamente. Que así sea... “POR EL FILO DE TUS MIEDOS...” Viste que casi no se despierta el jilguero que se posaba en nuestra ventana. El sonido es como tus manos frías, inseguras, desprovistas, sentidas. Se escucha tan fuerte como tus dudas, y se va en bruma sino lo detengo. ¿Me escuchará de noche cuando lo nombro casi desierto...?
  • 80. ¿Se vestirá con la misma camisa que no cubre su torso...? ¿Se desprenderá de los miedos con la misma facilidad que oculta lo que siento...? Hay un cielo para los desesperados y otro para los tiernos recuerdos. El primero me pide por tu sonrisa como mi aliento. El segundo me disfraza de viento sur hasta cubrirte tus días. El infierno es sólo del Dante, y con eso me doy tiempo. El amor es sólo circunstancia, y con eso te envuelvo en confianza. Cuando lo que temes no permita más abusos. Cuando la puerta se abra, porque yo tengo tu picaporte. Cuando busquemos sin mirar tesoros inexistentes. Y el viejo jilguero se sienta un ave con vuelo: Masticando la bronca por bocas que llaman, y no gritan. Estrecho de sangre por la finitud de nuestros cuerpos. Condenado a un silencio que me aturde por las noches. Revolución y paz por los caídos en combate. Hasta la victoria de nuestros sexos. Una chispa que encienda nuestra cama. Proletarios uníos por la evolución de nuestra paga. Amor o muerte... Liberación o miedo... No temas aquí se siente. “DESTELLOS EN LA NOCHE...”
  • 81. A la altura de un rasguño que se desdibujo con tu cintura, me pregunto: ¿Y si los peces no nadan, tiene sentido un mar sereno...? ¿Y si los lobos no aúllan, tiene sentido la luna redonda...? ¿Y si tus labios están vedados, tiene sentido mi lujuria...? Preso sin número en una cárcel sin barrotes. Desnudo de intemperie por la elección de los inviernos. Acantilado de lunas en el medio de mi pecho, te imploro un silencio. Y tus muecas se me convierten en desfiladeros. Niña de amor por la calesita de los sueños. Mujer pasión con la venia de tus miedos. Hombre sudor por el capricho de los caminos. A la luz de los ilusos. Entre la inevitable levedad de tu ser, y ese ignoto sendero. Practicando lo imposible. Desnudando los intentos. Marchitando los cipreses. Vuelo y recojo simplemente universo. Vuelo y recojo lo que se me fue negado. Vuelo y recojo la inmensidad de tus latidos. Vuelo y recojo lo que se llevó el espantapájaros. Vuelo y recojo tus labios rojos. Vuelo y recojo mis entrañas en gotas. Vuelo y recojo lo que ayer me pediste. A la altura de un rasguño que se desdibujo de tu cintura.
  • 82. Me afirmo y continúo: Abrazándote sin destino. Empecinado con tus latidos... Inmensamente infinito. “CANCIÓN DE CUNA PARA UN DESEO DORMIDO...” Al bajar por el cauce descontrolado de tu pasado, me convierto en presente. Una melodía antojadiza que se resbala entre nuestros cuerpos, y sin máscara te envuelve en suaves sueños. Ternura hecha carne para los lobos hambrientos. Soledad sin anestesia para mirarnos las tripas. Memoria como mochila para colgarte despacio. Infinitud de milagros para pedirte rocío. Relámpago amanecido que se evapora con el alba. Hay un lugar sin espacio específico, que queda debajo de tu aliento. Un lugar al que regreso sin que nadie me lo pida: Uno se ha convertido en un rufián o una brisa sin prisa. Uno se ha fumado el mejor habano sin Malecón de testigo. Uno te ha bebido como mojito a la espera de la menta y el azúcar. Uno se arrepiente de lo hecho porque sabe que es inevitable. Uno se ufana de los testigos porque jamás delató a nadie. Al bajar por el cauce descontrolado de tu pasado, me convierto en presente.
  • 83. Y levanto las sobras de lo que fue y no quiso serlo. Y me jacto de tu inocencia porque me enseñaste años. Y te nombro como Judas sin que me crucifiquen. Y soy el ruiseñor de tu amanecer roto. Entre la terquedad de mis desvelos, cuando tu sombra no escapa. Por la voluntad divina de un Dios pagano. Hazme silencio... Vuélcame entre tu lecho... Respira hondo y traga mi aliento... Duerme mi niña...duerme. “CON LA SEGURIDAD DE TUS INSEGUROS...” No le temas al destino, porque lo comeremos a gritos para que se espanten los misterios. No permitas lo oportuno, porque se disfraza de moraleja cuando no existe cuento alguno. No me niegues tu pasado, porque lo coloco sobre mis penas para que se adormezca de a ratos. No me cierres lo pactado, porque se abre la puerta que nos conduce sin frenos. Ayer me sobrevoló tu inseguridad certera, y como el cazador al acecho disparé palabras: "Es imposible que mires a la luna cuando el universo te cobijó sin estelas..." "Nada se parece a una plegaria que se niega de santos porque pecaron con tu encanto..." "Todo lo descubro en tu rostro que me llega como fotografía a pesar del sudor de tus manos..." "Si la velocidad es más certera que la tentación, entonces en un segundo nos fundimos sexo..." Con la seguridad de tus inseguros. A la misma distancia de los conjuros.
  • 84. En el paladar exquisito de tus recetas caseras. Con la firme voluntad de insistir como un rezo. Te sobrevuelo sin vuelo hasta romper la fuente de lo seguro. Y ya nada detendrá la madrugada... Y ya nada soltará un sin saberlo... Y ya nada volverá con la cordura de tus años... Y ya nada nos separará de artilugios... Con la seguridad de tus inseguros... Te desnudo y te visto. Me permito un sorbo y me emborracho. Te descubro piel y brisa incipiente. Me envuelvo en tus miedos... Me convierto en lo único certero. “Y SI ME DEJO LLEVAR...QUÉ...?“ Ante los presentes que se empecinan en beber tu suerte, me declaro revolución y goce: Fusil para disparar frases y balas de ternura para ojitos mudos... Cuchilla desafilada por tu armadura y el sonar de tus dientes cuando me muerdes desnuda... Carril por donde se cruzó la luna, mientras me convertía en sendero... Ante los ingenuos que se empecinan en beber tu suerte, me declaro huracán y sexo: Intriga de un tiempo que se maquillo de inocencia. Necesidad de recorrer cada poro sudado, y no saber dónde estamos. Multitud de colores olvidados. Suerte a los cuatro vientos, entre la cruz del desierto y mis manos como altares.
  • 85. Ante los devenires y los inviernos, me declaro revolución y muerte: Dolor por las voces que derramaron silencios. Paz y guerra. Ilusión a la luz de una vela. Mosaico que me encuentra entre tus pechos. Amor y sentencia. Soledad para suavizar tus gemidos. Ternura abierta para saciar mi alma. Y la seguridad que no asegura que cuando el mar no moja. Es cuando la espuma llega a tu costa y se convierte en fuego... Y qué...?. Yo espero. “MELODÍAS SOBRE TU DESNUDO AMANECER” Aquí estoy...silenciado, casi desnudo de vocabulario, a la intemperie de lo cotidiano, entre la fuente de tus vanidades. Aquí estoy...sencillamente abecedario, infinito y cabizbajo, urgente como liberación de los marginados. Aquí estoy...irreverente, altivo y condescendiente, suave como las espumas de tus atardeceres, melancólico como tus labios. Aquí estoy...Y todo se vuelve probable, energía y sueños, caricias encontradas, la levedad de tus silencios cuando caen los pretextos. Aquí estoy...en el lugar que no se encuentra, en ese universo sin estrellas, con la obligación que no se escribe, con el tesón de robarte un beso.
  • 86. Aquí estoy...en el mismo espacio que no deja aliento, desnudo e incierto, la multitud de lo obvio cuando las caricias se marchan. Aquí estoy...y nada será cierto porque lo verdadero es falso. Porque te acostumbraste a mis garabatos. Porque te ilusionaste de a ratos. Porque me bebiste de un sorbo. Porque la luna fue mi cómplice. Porque eternamente me entrego. Porque no se bailar sin melodías viejas. Porque me llevaste adentro, a la luz de la multitud de encuentros, sonrisas y destellos, nacer y vuelos. Aquí estoy... Aquí me quedo... Aquí te espero... Aquí donde se siembra tu recuerdo. “AL SENTIR CON LA PRIMERA VISTA...ME DOY” La vista se clava en el horizonte de tus ganas, y sin desnudarte en la mañana, me vuelvo carcelero del deseo. Lamento que no quieras caminar por mis pasos. A veces se vuelven francos. Lamento que no quieras beber mis aromas. A veces deambulan por escenarios infinitos a la espera de milagros. Lamento que no beses auroras. A veces se disfrazan de ilusiones, y se encojen como niños cuando te ven indiferente.
  • 87. Lamento la terquedad de tu universo. A veces me convierto en espuma, que no conoce orilla, pero que se embriago de luna. Lamento el alquiler de tus goces. Porque no conocen el límite de lo permitido, y siempre se caen por el piso. Lamento que mi cielo no cobije tus celos. A veces el amor es un juego sin jugadores, un partido con final eterno. Lamento los lamentos sin poder tenerte. Uno se desdibuja si el color esperanza se desvanece con el azul profundo en el medio del gris repertorio. Y por sobre todo lamento que mi cuerpo no encierre tu cuerpo. Que lo deje con la garganta ronca. Con las manos como gaviotas. Con la lengua sin palabras. Con las miradas animadas. Con tu vientre ocupado. Que no sepas que con la primera vista fuiste mía. “REMEMBRANZAS DE LOS DÍAS POR VENIR” El cuarto azul espera que no destiña tu aroma. La blanca primavera no sabe de nostalgias. ¿Será posible encontrarnos en estado de espera? ¿Cuántos soldados más deberán caer en la batalla? Si me dices, con disimulo, que no mire tus desdeños.
  • 88. Si te bebes de a sorbos, la pequeña luz que nos calienta. Si recitas de memoria el manual de buena señora, y de golpe te doblegas cuando se cae la noche. Remembranzas por venir, sin que espere el alba. Remembranzas en tu piel para saciar mi hambre. Camino con la frente en alto porque nací de abajo. Siento poco dolor porque sufrí de a ratos. Me convierto en un silbido por desconocer el grito. Te recito mil plegarias porque dudo en el habla. Y me voy haciendo carne si me dejas un posible. Y te sigo como perro sin siquiera oler tu rastro. Y maldigo el porcentaje que cuantifica tu alma. Y te borro como soplo si caminas adelante. El cuarto azul espera que no destiña tu aroma. La casa se prepara para que no la uses nunca. Mi cama se perdió en un adiós de almohadas. Tu vida se jugó a que no te acune suave. Mi memoria se jactó que tu presente importa. Tu cuerpo se embebió en mi vasija de cobre. “POR LA DESNUDEZ DE TUS HORAS” Si miras por el costado de tu irreverente pasado me contarás las costillas. Pero si vuelcas dolores por la comisura de tus labios, entonces me preparo para tu entrega. Nada detiene lo que se ha dado por dado. Salvo que evitemos la bruma por la mañana.
  • 89. Nada se convierte en recuerdos. Salvo que la música que no se escucha, tenga pentagramas inciertos. Nada avasalla el universo. Salvo que los ejércitos de sueños, se dirigían a tu Normandía y no declare la guerra. Nada negará mi amor oculto. Salvo que conviertas en rodajas, los pocos momentos que se marchitaron a oscuras. Nadie te besará para siempre. Salvo que me supliques un desierto, y sin la menor cascada de agua dulce, te cubra de roció esperando el aguacero. Entonces soy esto y por esto soy: Pan que no se bendice en tu mesa. Mar que no se convierte en río manso, porque sus olas son ciertas. Noche embriagada de poetas. Maldad inocente y espesa. Caricias como frotar de pretextos. Ilusiones con cara de presagios. Amaneceres en el medio de un orgasmo. Si miras por el costado de tus horas que caen como avalancha. Si te importa lo superfluo porque lo correcto te indigesta. Si me devoras por segundos a la espera de lo eterno. Entonces soy esto y por esto soy... Entonces soy esto y por tu ser voy. “AHORA QUE ESTAS AQUÍ...”
  • 90. Ahora que estas aquí...y no se escapa tu verborragia de mañana, puedo desearte una plegaria. Ahora que estás aquí...y se me planchan los desvelos, que recorro tu infinito universo, que me regodeo entre tus brazos, puedo desearte una mañana. Ahora que estás aquí...que no le temes a los infiernos, que me clavaste la daga del aliento, que te reías de mis pucheros, puedo desearte un mar sereno. Ahora que estás aquí...que reinas en mi dormir, que te fuiste adentro de mí, que me susurras en el invierno, puedo desearte un tierno trozo de mi cielo. Ahora que estás aquí...que renuncias a recorrer los sin fin, que te devuelves envuelta en luna, que me castigas cuando no besas mi aroma, puedo desearte seguir allí. Ahora que estás aquí...multicolores por venir, soledad que no sabe de mí, remanso de tempestades por venir, puedo desearte ser sólo mía. Ahora es aquí. La lentitud y la furia sin fin. El repentino tocar de campanas. La negligencia de los que no supieron amarte. La inoperancia de quienes no supieron tocarte. El ruiseñor que no se posa en tu estandarte. Las sábanas rotas de nuestros cuerpos al revolcarse. El gozo perdido que me trague con un beso. La dulce melancolía que me colgué como rezo. El camino recorrido, entre las orillas de los destinos, y un sólo veredicto de la corte: "Se los condena a ser unidos, fregados, uniformados, caprichosos, y alocados, amantes, y transgresores... Se los condena al destierro de las buenas costumbres, por pasión y eterno sentimiento" “AMAPOLAS SIN AROMA”
  • 91. Shhhhhh.... me pasas el salero que se esconde debajo de tu alba. Se agrietaron tus melancolías en el medio de caprichos. Shhhhhh....no escuchas el corazón delator debajo de tu almohada. La permanente necedad de goteos a la hora de la siesta. El último terremoto que significó tu cuerpo hacía la nada. Mi voluntad suprema de aferrarme a tu pasado. La insistente premisa de sabernos obligados. Shhhhhh....no quieres un sorbo de mi vino añejado. Sabe a tiempo de espera. Se huele como la hierba húmeda. Se cuela en vasijas en el medio de la noche. Se inunda de goce cuando tus horas se embeben. Se convierte en poderoso si tu boca se abre. Se apodera de tu cuerpo si mi cuerpo se niega. Shhhhhh....ahora me pasas tu arrogancia. La siento inocente cuando se evapora entre llantos. La blasfemo en cuentagotas para no herir sus penas. La deslizo como agua por el medio de tus pechos. Me la coloco entre mis piernas para que se sienta nueva. Shhhhhhh.... Shhhhhhh.... Ya llegó la pasión con corbata nueva. Ya me levante despacio para no negar lo añorado.
  • 92. Ya me coloque tu aroma ahora que no huele. Ya te dije lo siento, y te empecinaste en creerlo. “RECORRIENDO TUS OLVIDOS ME RECUERDO” Una sola campanada me hace falta para que retumbe la nostalgia. Colocar los ladrillos acodados como memoria, y dejarte sin habla. Abril se vistió de una doncella, pero su caballero armado no llegó a la cita. Otoño se pintó de un gris desierto, y con el viento norte te desnude de a poco. Azul fue el color inesperado, mientras te ibas sin verano a dar vueltas, y vueltas. Entonces si en un desliz, sin reproches, recorro tus olvidos: Podré sobornar al portero sin su cerrojo. Patear el tablero de tus latidos roncos. Incrustarme en las veredas de tu mundo sin noche. Blasfemar a los santos que te protegen, y te acosan. Sonreír con tu sonrisa como lo hacíamos de tarde. Una sola campanada me hace falta para que retumbe la nostalgia. Capricho que se bebe sin sorbo. Inocencia marchita por no pecar temprano. Hojalata oxidada por el calor de las ganas. Aprendiz de tu locura que se evapora con el aire. Caballero sin luna, a la espera del carruaje. ¿Cuándo se permite que lo prohibido se acueste entre nosotros?
  • 93. Cuando los pájaros ya no canten. Cuando el silencio se convierta en polvo. Cuando el camino se ensanche sin marcas. Cuando tu espalda se me deslice por mis manos. Cuando el partir se convierta en vuelta. Cuando la mañana se haga volcán sin lava. Cuando la mirada se nos aleje sin mirarnos... Brutal, descarnada, arrogante, impura. Innecesaria. “EL JARDÍN QUE NO MARCHITARA JAMÁS” A la salida del sol nos espera el goce sin agonía. La firme voluntad de caminar sin reproches, y velar por las acciones. Un pincel pinta de colores tiernos los rostros ausentes, y presentes. Blanco para la Norma que se enreda entre panfletos. Rojo para Marcial que llora la partida. Verde para la Gringa que parió a Eva y la amamantó de justicia. Gris para Tito que todavía se despierta a gritos. Anaranjado brisa para Ernesto que se inunda de luz cuando besa nietos. Amarillo otoño para Rodolfo que mira de reojo la distancia. A la salida del sol nos espera el goce sin agonía. La inquebrantable terquedad de fusilar olvidos.
  • 94. Mano armada para los insultos con balas de ternura. Corazón delator para los infortunios. Misericordia sin rosario para los evadidos sin tiempo. Mar sin oleaje para los miserables. Finitud de dolores para los inescrupulosos. Sangre derramada para cosechar tempestades. Revolución inconclusa para sabernos existencia. A la salida del sol nos espera el goce sin agonía. Universo partido en dos para vivir sin salida. Patria que amo y me dueles. Rinconcito de luz debajo de mi almohada. Horizonte a la vuelta de mis ganas. Dolor sin doler la finitud de mis años. Allí, en el mismo lugar que gastó historia. Allí, con la frente en alto de banderas claras. Allí, sin respirar cuando vale todo. Allí, en el olfato profundo de las equivocaciones y los glosarios. Allí, me vuelvo hijo, padre, hermano, madre, tierra, fusil, gloria y hambre. Allí, te espero... Con el jardín que no marchita. Con la voluntad que resiste y millones de flores nuevas. “EN TU REGAZO ME VUELVO INCIERTO”
  • 95. Si la Magdalena me cantara al oído con seguridad soñaría plegarias. Si tu verde parecer me guardara niño, en tu regazo amanecer me convierto en vuelo. A la intemperie del saber, sin justificar el porqué. Con la tormenta sin llegar, con el tiempo sin frotar. Altivo un suspiro, y me convierto en goce. Y de la nada aparecen rostros. Y junto a tu rosario blasfemo dioses. Y en el medio de la noche te canto sin reproches. Y sin decir lo lamento, me río de tus humores. Si todo se convirtiera en un pasaje sin retorno. A la misma distancia que camino hasta mi sombra. Desafió de otros tiempos que se volcaron de tus faldas. En el medio del destierro que borraron otros: Juego a ser brisa y no regreso. Brinco en tus días y no añoro. Salto al vació y no perdono. Rio de gloria y te soborno. Muerte sin difunto a la claridad de la luna. Niño que duerme en tu regazo, hasta convertirse en hombre. Mujer congoja que espera su suerte... Suerte... Suerte...
  • 96. “MENSAJE PROHIBIDO” Si el mar me negara la arena, la playa, el infinito oleaje, con seguridad te robaría tierna. Si elijes fumar lo poco que se huele en el aire, a lo mejor me hago tabaco o incienso para convertirme en ritual. No niego a quién ocupa el lugar. No maldigo a quién duerme de más. No palpito por quién no quiere palpitar. Sólo te pido compasión a la hora de besar. Un indiferente final. Un suspiro sin suspirar. El lugar que vos pisas. La mirada que mira sin mirar. Si la vida fuera un juego, y nos toca jugar. Maldigo a las circunstancias que se esconden y no perdonan. A los indiferentes momentos. A tu cabellera de luz. A mi intromisión, y mi salvoconducto. Me maldigo por injusto, mientras duermes. Te sueño sin que ni siquiera llame a Morfeo. Te presiento a pesar que no te enteres. Me regodeo en tu aliento...Y llamo a lo prohibido justo. Un deseo entre paños muertos. El mejor desenlace sin final abierto. Simplemente lo negable.
  • 97. “POR ASALTO SIN SORPRESAS” Hay un silencio dormido en el medio de tus ojos. Un inconsciente colectivo se empecina en negarme tus momentos. ¿Quieres negar lo negable? ¿Qué hueco oscuro se volvió luz de golpe? ¿Cuánto sabemos de los momentos inoportunos? Caminando por el filo de la aurora uno se hace bruma. Sonriendo a la luna ebria uno calma tus egos. Sortilegio de suspiros te vuelven loca. Una catarsis de goces te devuelve carne. Soy guerrero por costumbre. Y te declaro desierto porque me bebí tu espejismo. Soy ardiente a media noche. Y te envuelvo en rocío para fundirme en lluvia. Soy ladronzuelo de escaparates. Y te asalto en tu escondite para saciar mi aliento. Soy provocador por ingrato. Y te marchito entre verdes que no conocen agobios. Hay un silencio dormido en el medio de tus ojos. Noche y fuego. Mar y pies descalzos. Huracán y saltos. Hojalata sin óxido, entre tu siembra y mi cosecha.
  • 98. Entre tu siembra y mi cosecha. “DESAFIÓ A LA ILUSIÓN...” Si en una tarde de Abril me encuentras espiando tus ansias, pido perdón por insistir: Somos la niebla perdida que se niega al olvido. La penetrante imaginación de tenerte infinita. El vuelo rasante de mi adiós sin destino. Si en un cercano amanecer, a la vuelta de la esquina, me encuentras espiando tus ansias, pido perdón por insistir: Revolución que se niega a perder. Ilusión en tu ventana que no dejas abrir. Piel desgarrada por la vida, que sabe a miel. Velocidad de tortuga para fingir que "no sé..." Si en una noche de invierno, dentro de un callejón con piedras, me encuentras espiando tus ansias, pido perdón por insistir: Por tu boca que no bese. Por tus cabellos que no enrede. Por tus entrañas que no palpite. Por la memoria que no construí. Por los juramentos que evite. Por las mentiras que no suplique. Por los desvelos que no envolví. Si en un lejano volver, me construyo futuro, inexorable orgullo, incontrolable pasión, y me encuentras espiando tus ansias, déjame insistir:
  • 99. El niño que va conmigo sabrá crecer. La imaginación se cansará de sentir. El aroma a tu piel se volverá piel. La mirada perdida encontrará su fin. El deseo profundo flotará hasta allí. Lo inexplicable dejara paso a lo innegable. Todo se fundirá en todo. Y entonces... Y entonces... Mis silencios dirán lo que tus silencios no quieren decir. “DUDAS BAJO EL AGUA NO SON DUDAS” Aún la leve soledad de tu mirada se parece al mar. Un huracán que no puede encallar en el océano, es presa de impotencia. Arena entre mis dedos, y tu silueta que se aleja. Viento con aroma a mar abierto, es como juramentar despierto. Agua que no se bebe, no limpia la claridad de tus dudas. Me arrojo a ese vacío que llamamos vida: Entre los pétalos sin rosa que florecieron en mi cama. Entre la música sin rima que se llevó tu risa. Entre los muertos que viven, porque lo finito se vuelve imposible. Entre las paredes de tu bóveda que se abre con mi llave. Me arrojo a ese vacío que llamamos vida: Y mis hijos son los hijos que no llegan.
  • 100. Y todo es una gran manzana que no tiene luces. Y por lo bajo de tu falda se me cuelan burbujas. Y si te pido misericordia nos fundimos pecadores. Agua que no haz de beber, no corre sino se pierde. ¿Entonces dónde está la sal y pimienta de lo posible? ¿Dónde se guarda la pericia de los permitidos? ¿Hasta dónde llega la paz que sólo consigues en mi abrazo? Al norte del sur más remoto. Al este de paraísos rotos. En la sudestada de un Plata sin plata. Con la frente marchita por excusas. Planto bandera y me convierto en Rey Arturo. En Macedonio dormido. En Arlt sin pergamino. En Romeo sin Julieta, aunque el veneno no mate... “TRES PALABRAS Y UN UNIVERSO” Sueño abierto a lo desconocido, es juramentar imposibles en tu alma: Ser, voluntad y entrega para sanar viejas heridas. Ser... Lo trascendental envuelto en pequeños acertijos, junto a mi corazón sin vueltas. Soledad de caricias, y la posibilidad de parir infinitos cuando te alejas. Voluntad...
  • 101. A la hora señalada, entre el ruido intenso de mañanas, y mi piel que se ajea con los años. La puerta abierta al amigo. Un desafió como testigo. Mil caricias como mariposas. Un vino que se evapora en mi boca. El canto de sirenas sin Homero. Entrega... Para desnudar pretextos sin causa abierta. Un rincón donde las oraciones se enredan, y tus ojos se convierten en galaxias. Mi desdén, y mis espermas. Sentir a cara descubierta. Compartir la risa como bandera, y cegar la hipocresía de los muertos. Allí, en ese universo que espera, con el sonar de palabras nuevas y viejas, me deslizo en brisa: Por la cintura cósmica de tu piel sin luna. Por tu boca abierta y sin mordaza. Por tus poros que no secan, y aún transpiran. Porque soy y jamás me escondiste. Porque soy universo vivo... Ser... Voluntad... Y entrega. “REMEMBRANZAS DE UN OTOÑO AL CAER” Un destello se convierte en universo si los planetas deciden confesar penas.
  • 102. Un pequeño silencio es la afirmación de sueños si el barco consigue puerto. Te vi... A la caída de un estero que con un verde pálido rozó tus cabellos. Eras altiva, disimuladamente niña, peligrosamente quieta. ¿Y si el destino no fuera lo que tú quieres que sea...? ¿Y cuándo todo se declara testimonio se evaporaran las razones...? Te vi... Casi indulgente sin santos pendientes. Remolino de fuegos y carceleros. La paz convertida en guerra. La indomable voluntad de beber tu fuego. Las manos ungidas en el néctar de tu cuerpo. Ayer me fui en tiempo, mar, arena, y sol sin brillo. Busque en lo profundo y me quede dormido. Me levantó el sonar de tus gemidos, y no estabas. Deslicé mi lengua sobre mis labios, y el sabor era salado. Se hundió el otoño sin amarillo, y no volviste. Pacte con la noche que me volvía suerte. Me juramenté que tus ojos se cegaran con un beso. Me proclame rey de los castillos que levantaste. Te vi... Te vi... Te vi... Y el otoño se me hizo verano.
  • 103. “PERFUMES Y NOSTALGIAS” Me subo por un instante a la memoria perdida, y entonces todo se reproduce: Un aroma con canela de mañana, para su cuerpo que no supo que estuve. La luna me la había regalado entre la música folclórica, y la pubertad universitaria. Un aroma como incienso oriental, para sus cabellos en la almohada, y sus manos en mi cadera. Un abril empecinado en amaneceres, la depositó entre musas y ella sólo jugaba con la música. Un aroma con sabor a whisky, y el humo que se filtra, en el medio de sus pechos. La obscenidad de la dulzura me la convirtió en princesa, cuando ella sólo acariciaba clientes. Un aroma a pan caliente, a humedad ardiente, a roció frecuente. Un atardecer se deslizó entre sus piernas, y sin pedirme permiso se lo llevó a su nido para darle comida a sus pichones. Un aroma a fuego lento, a cenizas incandescentes, a brisa urgente, a miradas complacientes. Un Octubre a la vuelta de un se puede, me la desvistió sin necesidad de besarle para que mi alma duerma. Un aroma a río sin cauce, a espejismos y altares, a labios que se desvanecen en mi boca. La codicia de lo oportuno supo de su negro azabache, de sus ojos grandes, de sus manos suaves, del infinito instante en que dijo, "ahora puedo". Quiero aromas y roces. La voluntad convertida en goce, y la liberación de los temores. Quiero años y multicolores. La finitud de lo desconocido, y la arrogancia de lo prohibido. Y quiero perfumes...aromas en carne viva. La igualdad de lo eterno, y la galaxia de lo posible. La memoria como olfato.
  • 104. La impostergable necesidad de oler la nostalgia, y fumarme el destino. “LLUEVE...LLUEVE...Y PASA” Cae la lluvia como un pretexto divino, y todo es incierto. Una gota se vuelve aguacero, y todo pasa... Un delirio se vuelve monótono, y todo pasa... La soledad se descompone de gastritis aguda, y todo pasa... La memoria se junta en cuentagotas, y todo pasa... ¿Se podrán inundar las dudas que se acumulan en los techos? ¿A qué hora se levantó la bruma que te vestía desnuda? Cae la lluvia como un pretexto divino, y todo es gris y melancólico. A la vuelta de un suspiro me vuelvo luna. Entre lágrimas de angustia te pido. Con la voluntad maltrecha me vuelvo justo. Orgullosamente antiguo me voy tejiendo nuevo. Soledad que estás latente se me incrusta como miseria. El gato que no maúlla se convirtió en niebla. Tu desnudes entre mis manos se evapora como estrellas. A la altura del ocaso, y mientras la lluvia juega: Sueño y conjuro. Adiós y reencuentro. Infinito y cordura.
  • 105. Ilusión y utopía. Rebelión de mis ojos ante mis acertijos, y mi país añorado. Rebelión de gotas que caen al lado de mi cama, entre infinitos inciertos tan lejanos de tu cuerpo. Llueve...y todo pasa. Llueve...y todo pasa. Llueve... ¿Todo pasa...? “NADA EN LA NADA Y TODO” Un gato mira de reojos mis zapatos... Nada es todo. Ella sabe que mis recomendaciones se cuelan entre sus faldas. Nada es todo. Me levanto con las mismas guerras que cavaron trincheras, y sólo dispararon palabras. Nada es todo. Me miro con arrugas que no pueden acariciarte, y sin embargo te me arrugas entre suspiros rotos. Nada es todo. Ahora que mi país se convierte en grieta, y casi se escuchan el replicar de huesos rotos. La campanada de lo que pudo ser, y negaron por goce. Nada es todo. Si nada es todo, y te multiplicas en colores. Si el invierno no es frío, sino espera. Si apuntalaron tus heridas con tabiques de memoria. Si aún el gato sigue jugando con tus zapatos.
  • 106. Si tus labios se envuelven entre mi razón, y mi misericordia. Entonces, nada es todo. Una pequeña grieta que deja correr mi aliento. La excusa perfecta para visualizar la aurora. El inexorable camino hasta hacerle el amor a la muerte. La verdadera razón sin razones. El fugitivo empecinar de que nada sea todo. Todo o nada. “PERFUMES Y NOSTALGIAS” Me subo por un instante a la memoria perdida, y entonces todo se reproduce: Un aroma con canela de mañana, para su cuerpo que no supo que estuve. La luna me la había regalado entre la música folclórica, y la pubertad universitaria. Un aroma como incienso oriental, para sus cabellos en la almohada, y sus manos en mi cadera. Un abril empecinado en amaneceres, la depositó entre musas y ella sólo jugaba con la música. Un aroma con sabor a whisky, y el humo que se filtra, en el medio de sus pechos. La obscenidad de la dulzura me la convirtió en princesa, cuando ella sólo acariciaba clientes. Un aroma a pan caliente, a humedad ardiente, a roció frecuente. Un atardecer se deslizó entre sus piernas, y sin pedirme permiso se lo llevó a su nido para darle comida a sus pichones. Un aroma a fuego lento, a cenizas incandescentes, a brisa urgente, a miradas complacientes. Un Octubre a la vuelta de un se puede, me la desvistió sin necesidad de besarle para que mi alma duerma.
  • 107. Un aroma a río sin cauce, a espejismos y altares, a labios que se desvanecen en mi boca. La codicia de lo oportuno supo de su negro azabache, de sus ojos grandes, de sus manos suaves, del infinito instante en que dijo, "ahora puedo". Quiero aromas y roces. La voluntad convertida en goce, y la liberación de los temores. Quiero años y multicolores. La finitud de lo desconocido, y la arrogancia de lo prohibido. Y quiero perfumes...aromas en carne viva. La igualdad de lo eterno, y la galaxia de lo posible. La memoria como olfato. La impostergable necesidad de oler la nostalgia, y fumarme el destino. “CON AROMA A CAFÉ Y HUMEDAD” No hay agua bendita que sale heridas. El café se pone frío si la espera se vuelve abrigo. En el medio del olvido, a veces, sólo a veces, se cae mi instinto. Humedad en una mesa vacía, es como que mi corazón vuele en la brisa. Uno a uno cosecho la siembra de mis infortunios, y todo se vuelve mar sereno: A pedir de tu boca. En el medio de una bocanada de sueños. Infinidad de "buenas noches", "hasta aquí llegaste", "todo se parece a lo lejano", "nadie pidió por tu presencia". En el medio del olvido, a veces, sólo a veces, se caen caricias.
  • 108. Y lo que ayer era incierto se abofetea de presencia. Y lo que ayer eran melodías ahora son canciones y sirenas. Y lo que ayer me permitió tu goce hoy es ternura expuesta. Y lo que no miraron tus ojos, la voracidad de los segundos le devoraron lo mutuo. No hay agua bendita que sale heridas. Pero hay miradas que se babean entre risas. Pero hay cuerpitos que caminan a escondidas. Pero todo se vuelve verde si la esperanza no destiñe. Pero nunca digas nunca si no sabes de partidas. Pero te espero dormida, casi huérfana de envidia, en la soledad de mi laberinto, envuelta en aliento, y sencillamente mía. Sólo mía... “SINFONÍA PARA EL REENCUENTRO” Estoy boca arriba para poder mirar tu espejo. Los colores de otoños dentro de tu inocencia impune. Los escaparates de tus deseos que se caen de tu almohada. Do, re, mi....estás? Fa, sol...te vas? La, si...venís? Do, re, mi, fa, sol, la, si...sentís? Un invierno no se hace hielo porque se apodera de lo incierto.
  • 109. Un invierno es frío porque se cuelan espantos. Un invierno es la paz, y el infierno, si tus ojos me niegan. Entonces cuando será posible que lo imposible sea un derecho. Que mis manos puedan abrir tus piernas excusas. Que mi instinto llame a las melodías...y entonces: Dejaré que Don Juan Tenorio se disfrace de cotidiano. Que Amadeus se vuelva cuerdo por un rato. Que Beethoven nos escuche gozando. A la gran María Callas silenciarla. Y a tu pitonisa convertirla en sexo. Para escuchar la música de tu cuerpo. Para que toque melodías desde adentro. Do, re, mi...estás? Fa, sol...te vas? La, si...venís? Do, re, mi, fa, sol, la, si...sentís? Do, re, mi, fa, sol, la, si...melodías que no se niegan a venir. “UN ACORAZADO DE PALABRAS NO ES GUERRA” Hace un infinito que te miro a la distancia, y lo prohibido se desvanece si no miro. Un pecado no hace primavera, si el vuelo alado de tus suspiros no tiene nido. La guerra de cien días en el medio de tus pechos, y la soledad aspirada como humo. Prohibir que tus miedos sólo sean gacetillas y no declamaciones.
  • 110. Prohibir que el amor dedicado se lo lleve en un maletín al trabajo. Prohibir la humedad y el desvelo. Prohibir que los besos sean sólo para amamantar ternuras. Prohibir que tu sal sólo cubra otro mar. Prohibir que tu rojo despertar no escuche mi murmullo. Hace tiempo que observo tus gestos, y no hay disimulo: El ojo izquierdo delata al derecho que no duerme. Tus manos frescas dejan de tocarse cuando el sonido se eleva. Tu boca seca está pidiendo un dulce encanto. Tus piernas ebrias se sacuden sin tiempo. El vientre fulgente es sospechoso en la trasnoche. Tu cabellera color verano es dócil sino se peina. La firmeza de tus palabras son melodías cuando callas. Hace tiempo que la taba cayó de costado. Hace momentos que no sé qué camino pisan tus pasos. La utopía se convierte en ansia. Y el acorazado palabras se prepara sin batallas. Para que sacies mis dudas. Para que te vea sin verte con disimulo. Para recorrer tu ignorancia. Para lamer la posibilidad alejada, y decirte al oído: "Algún día...en estado de sitio...todo estará permitido" “RÉQUIEM PARA UN VIERNES SIN HOJARASCA”
  • 111. El rompe-nieblas sin aguacero no es efectivo. Se permite señor la injusticia pero no el voraz incendio de la dicha. Se permite un padre nuestro a la intemperie. Y se salan las heridas oxidadas de los sin suerte. ¿Todavía guardas, en la oscuridad de tus suspiros, el remanso de mi río? A la voluntad de los santos y sus necedades se cuecen amantes. Entre el llanto prostituto, y la carne volcada me siento padre. A la luz de tu universo me construyo humano. En el medio de tu alma me siento niño. Cuando nadie se haya apagado, y el caminar sea un reproche. Cuando lo establecido se diluya como el agua. Cuando tu fiebre de goce me resbale hasta mi suerte. Cuando el diluvio llegue porque Noé se fue de copas. Entonces, y por la sola voluntad amasada a golpes. Grito y castigo. Rebelión y crisis. Necesidad y risas. Amanecer de un día triste. Locura de fundirme en caminos. ¿Todavía guardas, en la oscuridad de tus suspiros, el remanso de mi río? Déjalo latir al corazón que finge. Déjalo subir al amanecer entre tus piernas. Déjalo sentarme en el umbral a la espera. Permite mi réquiem aunque los santos no sepan de augurios.
  • 112. “PEQUEÑAS PRETENSIONES” Si te propones que los laberintos se detengan en sus giros, entonces pretendo un vuelo raso. Un simple murmullo que me detenga el apuro. El complicado sortilegio de beberme silencios. Viste como se levanta el muro de los lamentos: Por la insistencia de una caricia. Por el apagón a tiempo de mis neuronas. Hasta la victoria de la próxima luna. Hace infinitas brisas que me acuesto con tu sombra. Me revuelco a cada instante de tu boca. Estorbo los pasos de tus pies en el agua. Te robo dormida cuando todos callan. Un incipiente invierno se parece a cada limosna de tu mirada. A cada mensaje que te negaste a enviarme. A cada sonrisa que se fue con el alba. A esa manía rota de coquetear con la suerte. Y entonces pretendo... Volar por los aires la putrefacción de lo amable. Sepultarme en el medio de tu jardín sin riego. Maldecir con palabrotas la sala contigua de tu decencia. Parir sin remordimientos tu hipocresía. Jactarme de la ignorancia de tu sexo prohibido. Relajarme en los nervios de tu piel desnuda. Allí pretendo...
  • 113. La luz en gotitas de roció. Los labios con una sola exclamación de ternura. Añoranzas y fisuras. Un manto para cobijar alabanzas. Para añorar que vuelves a tu partida. Para pretender que lo permanente se haga furtivo, y lo necesario un juego que me lleva al triunfo. “CELEBRACIONES A LA DERIVA” No siempre una gota más otra gota hacen aguacero, aunque siempre mojan incertidumbres. No siempre cuando se llena el cántaro se rompe, casi siempre rebalsa de olvido. Una golondrina no hace verano, si antes sus alas añoranzas no se congelaron de invierno. Celebro la alegría cuando se rebela en tus mejillas. Celebro tus dudas cuando se depositan en mi luna. Celebro a mis pies desnudos porque se niegan a caminar recto. Celebro los infortunios si antes no se confesaron en un reformatorio. Celebro tu piel en mi piel porque duerme desnuda. Celebro el gemido de la utopía cuando se abre tu ventana. Celebro mi silueta nocturna que se cuela siempre debajo de tu almohada. Por más que se vaya la soledad envuelta en suspiros, no siempre se descuida. Por los caminos del tiempo, a veces se distrae un silbido. Recuerdas el sol que se manchó sin lluvia, es el mismo que frota a mi país espera. Recuerdas el pedestal de sueños rotos, es el mismo que se tejió de hijos sin fortuna.
  • 114. Celebro la tristeza de los rostros en paños menores. Celebro la historia que sabe a jugo ácido. Celebro el instante en que tu boca me pago con monedas. Celebro la borrachera que me di sin beber una gota. Celebro la revolución que nace desde lo inoportuno. Celebro al carcelero que te cerro entre mi comisura. Por más que me niegues fortuna, con la complicidad de mi sombra, sin que te enteres nunca, te celebro por frescura. Y te juro no descansar hasta que celebremos juntos. “CON LA AURORA QUE SE DISIPA AMANECIDA” Hay una alegoría que se empecina en convertirse en fiesta: "Le llamamos la dulcinea del viento, porque se sabe escasa de suerte" Hay un pequeño silbido que te levanta la falda: "Le llamo el rompe-nueces del olvido, porque se empecina en jugar con tus cabellos" Hay una aurora que espera tu diluvio: "Se me incrustó debajo de la barbilla, y no quiere asomarse cuando tu juegas con mis desdichas" Hay una lista en el almacén de sueños partidos, y quiero que busques los mejores precios: Dos lunas, y cuatro suspiros a bajo costo. Una medida de vino ensueño, y cinco onzas de mañana desvelada. Tu rostro sorpresa, y ese sonrojar despierto. La ternura de tu espalda infinito con una simple medida de azúcar impalpable. El mejor sueño de estación, que florezca entre tus manos.
  • 115. Un grito alado de noche, que despierte sin piedad tu goce. Hay una alegoría que se empecina en convertirse en fiesta... Una posibilidad remota que me enlace tu vientre. Un disparo certero que me mate mi engaño. Una cuchillada sin filo que me presente. Un desarticulado discurso que no practico desde niño. El maldecido destino que me negó ser parte. La inquebrantable voluntad de sentirme vivo. La aurora que nació y se acostó a tu lado. “POR LA GEOGRAFÍA DE TU ESPALDA SUBO Y SIGO” En el medio de un delirio que se acongoja por un suspiro me vuelvo conquista. Y entonces, sin la necedad de tu impronta, y sólo con el dibujo de tus rutas te recorro: Por la ancha avenida de tus pechos sin tiempo. Entre los baldíos rotos que se desnudan de a poco. Con la noche abierta para poder ver tus curvas. Con la bocacalle que se incrusta. Entre el viejo palpitar de avenidas sin número. A la altura de tus cabellos recios. Por la voluntad de mis pasos como sexo. ¿No somos fácil presa de un deseo que nunca llega? ¿En qué momento la finitud nos hizo vomitar deseos? Ahora que duermes abrazada a otro sueño. Ahora que disparas balas de salva.
  • 116. Ahora que no necesitas de un alma en llamas. Yo subo a tu espalda y te recorro sin pausa: Con el guiño cómplice que me da un ruiseñor despierto. Ante la mirada de curiosos que se agolpan. Con este cuento-moraleja: "Un día, como un descuido, como un simple sonido, la tomo entre sus brazos, la depositó como luna, siempre boca arriba. Miró de reojo la puerta que nunca se cerraba. Abrió su encanto que estaba fingido. Y cuando se decidió a beberla, ella se convirtió en niebla, y partió por la ventana para no regresar jamás a buscar lo eterno..." “CON EL ALMA DESBOCADO” ¿Y....? ¿Dónde...? ¿Ahora...? Con seguridad no se abre la muralla, si tu incipiente munición gruesa no se mojó por la lluvia. Hasta ese pequeño chasquido te aturde sin disimulo cuando caes en mis brazos. Quiero declararme multitud y estamparte en tu mirada un sin saldo. Quiero volverme huracán para que tus gemidos no provoquen estampidas. Quiero saber de tu escondite más recóndito para decretar "piedra libre". Quiero ser mar revuelto para que tu barca se choque con mis mareas. ¿Y...? ¿Dónde...?
  • 117. ¿Ahora...? Levantar polvareda a los archivos de mis ansias. Uno a uno se coló olvidos. Un simple verano no se vuelve golondrina, si antes tu vuelo no surca mis desvelos. ¿Y entonces...? Mirar tus arrugas que se dibujan en mi memoria. Oler nuevamente tu aliento cuando se escapaba en mi boca. Sentir tus manos que se convierten en brumas. Apretar a la imprudencia hasta sacarle todo el aire. Solicitar permiso para asesinar el desdén de tu oportunismo. ¿Y...? ¿Dónde...? ¿Ahora...? Volver al principio de la nada. Sentir que el tiempo se me escondió en el bolsillo. Reírme de todo por todo y todos. Gritar que se puede, a pesar de los puentes colgantes. Y mirarme al espejo, para saber que no miento. Para abolir la esclavitud, y liberarme hasta que las cadenas vuelvan a enredarme.
  • 118. “EXPRESO SIN FRENO” Hojalata sin filo, es como un perro sin aullido. ¿Y entonces lo obvio se convierte en imprescindible? Un sonar de tu escote, me hace sombra de madrugada. Camino sin pausa por el tiempo de la cornisa, y el abismo va conmigo. Camino sin freno por la nostalgia de tus ansias, y cada luna desvelada se hace madrugada. Y entonces lo obvio se hace imprescindible: Para hacer el amor sin pedir permiso. Para tomar su brazo y fundirlo al mío. Para mirar la tristeza sin desvanecer de frío. Para llorar por la noche con lágrimas de roció. Para beberme el olvido en sorbos medidos. Para jactarme de tu tiempo cuando le faltan segundos. Para sufrir de apuro a la medianoche de todo. Para morir suavemente hasta convertirme en humo. Para pasar desapercibido entre sábanas prestadas. Para robar sin disimulo cuando todo se guarda. Para vestirme de niño cuando juego en tu mundo. Hojalata sin filo, es como un río sin orilla. ¿Y entonces? Me injurio y contradigo para saberlo todo. Me envuelvo en suspiros para sentirme eterno. Me caigo y levanto para borrar mis dudas.
  • 119. Me entrego completo hasta que sacie tu cordura. Me voy hecho arruga para ser sólo surco. Y me juramento presente para no olvidar el futuro. “EL TIEMPO SIN FIN DE TU AROMA” Tormento de decisión en el medio de un desierto: ¿No sabe a poco? Huracán de desvelos en el medio de la noche: ¿No encierra entuertos? Manantial de dulzuras con caramelos: ¿No engolosina el agridulce de mis labios? El tiempo siempre tan viejo, y a la vuelta de un salto. ¿Y nuestro ocaso...? Lo llevo prendido en la solapa como una margarita marchita. Me lo sacudo con un pañuelo como cuando estoy resfriado. Lo entierro en el patio cuando no hay vecinos. Me lo envuelvo entre pañales para que no se convierta en huérfano. Lo sacudo con mis dientes para que la rabia lo contenga. Me lo llevo en la mochila para saber que parto. El tiempo siempre tan astuto en el medio del todo. ¿Y entonces? Te desfilo con mis huestes hasta que no haya guerra. Compro sólo lo posible porque te saboree desnuda. Me levanto entre tus piernas para ver la luna. Mantengo el secreto sólo por disimulo. Y te pido que no te detengas. Ahora que ya nada importa...
  • 120. “CUANDO BAJE EL ALBA...” Cuando baje el alba, me encontrarás tan sediento que no alcanzará el mar abierto para saciar la sed milenaria. Cuando baje el alba, me guardaré mi catalejo de siete mares que sólo surcaron tu cuerpo. Un cuerpo es una naranja partida al medio. Un sabor que se evapora con desvelos mientras por el suelo crece la hiedra. Un despertar sin condena, a la espera del veredicto más sincero. Una noche estrellada. Un suspiro a contramano. Cuando baje el alba, no sabré que contarte. No sabré si estas denuda o arropada. No detendré al espanto. No me confesaré con ningún santo. No permitiré que te vayas envuelta en llamas. Me iré contigo a ninguna parte. Cuando baje el alba, no podré besarte. Y mi boca se desvanecerá de angustia. Y mis pies sólo podrán denunciarme. Y mi estrella fugaz parecerá un eclipse. Y tu rostro se partirá en mil pedazos. Y mi sexo se guardará como un engendró. Y la risa despertará a los más cuerdos. Cuando baje el alba, en el medio de la nada. Clavaré un poste que no esté enjabonado. Seduciré al guardia-cárcel que te encerró por años.
  • 121. Y blasfemare al sacristán que te casó aquella tarde. Y entonces sí... Podré partir a oscuras entre el rayo de luz, y la voluntad de tenerte. “SEÑORA CON PERFUME CORRECTION SPRAY” Si sólo fuera una estela que te persigue sin norte, lo dejaría ahí. Si sólo te levantaras con interrogantes perfumados, lo dejaría ahí. Si en medio de un verano tu desnudes se evapora, lo dejaría ahí. Si entre el sepulcro de los años te evades, lo dejaría ahí. Sin embargo... No soporto tu andar políticamente correcto, cuando tus movimientos se hacen viento. No soporto que te mires en un amanecer roto, y tu sonrisa te estorbe. No soporto las estampillas de santos. No soporto que hables de goce, si tu mirada se esconde. No soporto que tus manos sólo justifiquen caricias añejas. No soporto que te emborraches sin siquiera beberte. Y sabes por qué? Porque la distancia es la hipocresía con bufanda. Porque mi revolución te liberó sin presos. Porque cuando se fue el silencio, abrimos la puerta del universo.
  • 122. Porque tus piernas se convirtieron en río, y me hicieron navegar sin pasaporte. Porque lo previsible es un estúpido conventillo. Porque el Santo Grial es de madera. Porque Mafalda sería una señora entrada en años. Porque Freud sería ibérico. Y ante todo, y por todo, sin que tu piel me calce, me enredo en tus puedo. Y entonces sí, no habrá perfume sin cuerpo. Ni Mafalda, ni Freud, ni Santo Grial que alcance. “SI PUEDO VUELVO VERDE OTOÑAL...” Me permites un consejo a vuelo de presagios: "Si te detienes entre la escalera sin escalones, y la mirada que se inunda de mañana, es el momento preciso de llamarme el alma..." Me permites un desvelo sólo por incierto: "Cuando la luna se apiade de lo añorado, y tus suspiros se parezcan al roció, es cuando debes colocar la proa hacia el muelle de mi instinto...” Me permites arroparte sólo cuando gimes: Y volverme hacía los pasos dados, para ignorarlos. Y cachetear la suerte que te alejó de mi lado. Y mentirle al vigilante que te pidió registrarte. Y saltar al vació de tus ojos como mares. Y sacarme el despojo de no conocer tus años. Y convertirme en infinito para cargarme el universo.
  • 123. Y ser un guerrillero de la toma de tu sexo. Cuando uno más uno se convierte en diluvio. Ante la persistente ignorancia de aquellos que no vieron. Por la simple experiencia de volcar tus rulos. Por haberme llevado lo único que siento. Aquí te espero... Como verde otoño con el ocaso de la bruma. Penetrante y altivo para despejar dudas. Anochecer sin luna, y con un dejo. Amanecer de aurora que desvanece. Verde otoñal que se dibuja... Capricho de cuerpos que ansían fundirse. Silencio...silencio...silencio. “PEQUEÑAS COSAS DE INMENSIDAD...” Me gusta saborear el invierno. Siento que cuando se congela el aliento, es la llave abierta a un corazón caliente. Me gusta tu espalda desnuda. Añoro desfilar sin ataduras, y deslizarme en silencio hasta perderme sin apuro. Me gusta leer al viejo Norman Mailer. Entiendo porque la rebeldía no tiene nación soberana, sino al estúpido autoritarismo de los que callan.
  • 124. Me gusta llorar sin testigos. Me asume cobarde mientras recorro la valentía de un cuerpo con caminos convexos. Me gusta llamarte de noche. Hace que mis manos se disfracen, y con la máscara de un arlequín malhumorado, te haga el amor sin que estés conmigo. Me gusta fumarme un puro. Será porque el humo tierno, sin espera ni apuro, recorre el Malecón de tus ojos que lo vieron todo. Me gusta abrazar con un simple aliento. Es la medida justa, que permite al sabio volverse ignorante para saberse padre. Me gusta el silencio del viento. Es la inmensidad sin precio, el mar más oscuro que deja a los peces atónitos de lunas llenas. Me gusta volverme años. Hace que mi rostro se agriete de brisas, que mi caminar se vaya sin prisa, y que mi memoria se acuerde de olvidos. Me gusta un horizonte teñido de bruma. Hace que lo establecido se caiga como testigo falso, que tus labios me aprieten ansias, y que cuando me jacto de todo lo predecible sea una utopía en alza. Y me gusta lo pequeño. Lo que no se nota. Lo que parece infinito. La envoltura de tu cuerpo que descubro como un caramelo. La persistente manía de magnificar lo absurdo. El destino final que se guarda entre algodones. “LA UTOPÍA DEL AMANECER” Ayer partí una esperanza en el medio de un suspiro: Tenía un corazón pequeño y oculto. Dos gajos de chocolate.
  • 125. Y un color rojizo que se parecía al rubor de tus mejillas. La sorpresa, siempre se cuela por abajo: Además tenía el color sublime de tus ojos. El entrelineas de tus palabras. Y la necesidad corporal de mi luna. Ayer me puse a tiro de lo oportuno: Coloqué varias cuentas pendientes sobre mis piernas. Le pasé el plumero a la intemperie de lo ausente. Me volví inocencia cuando me dormí en tus pechos. ¿Entonces siempre el amanecer sabe a utopía? A la sal que no sala heridas. A la voluntad suprema de vivir despierto. A la revolución certera que marchita el ocaso. A las ausencias fraternas que cosechamos de historia. A la distancia mentirosa que no separa sino acerca. Hoy abrí la ventana a un mar en calma: Y me volví naufrago sin siquiera tener puerto. Y me fundí en sueños para no despertar sospechas. Y camine por tu cintura para tener vértigo. Y tome mi fusil sincero, apunté al medio del miedo, y disparé sin remordimiento, hasta ver como tu cuerpo caía en mi lecho. Claro, "Hasta la victoria siempre..."
  • 126. “DEUDAS PENDIENTES EN LA NIEBLA...” Si todo fuera un torbellino de excusas, con seguridad tengo condena. Si todo se reduce a un todo, con seguridad estaría inseguro. Si me declaro universo, con seguridad me abro de estrellas. ¿Y entonces...? Un segundo para saciar mi hambre. Un atardecer rojizo para descubrirte en mi cama. Dos medialunas para un desayuno. Una medida de opuesto para descubrir tu llanto. Una noche sin venganza. La partida sin estela para seguir tu sombra. Y mis pasos ciegos, para cobijarte a oscuras. Si todo fuera un torbellino de excusas, con seguridad tengo condena. A pesar de haberme entregado sin prólogo. A pesar de no volverme ansia. A pesar de viajar entre miradas. A pesar de saltar la cuerda de tu falda. A la distancia de mis manos. A la moraleja de un cuento roto: "Levanto la vista de su alma, entre sollozos de angustia. Su cabello le jugaba entre su espalda. Se miró al espejo más incierto.
  • 127. Apretó los labios como presa. Decidió partir a la nada. Se fundió en la niebla. No quiso ser feliz. Ella estaba apurada de costumbres..." ¿Y qué...? “A PESAR DE LOS MIEDOS UN TODO...” Si abres la ventana es casi seguro que te envuelvo en brisa. Una suave excusa para apagar sin agua tus miedos. La necesaria oportunidad de completarnos en opuestos. El silencio dormido que te adeudan desde niña. La vuelta de rosca para el amanecer ocaso. Si golpeo en tu puerta, no la cierres desde adentro. Mira primero por la cerradura de la vida, y entonces: Mis ojos mirarán tu horizonte. Mis manos se embriagarán de tu espalda. Mis pies desnudos recorrerán tus dudas. Mi boca tierna te endulzará las heridas. Mi sexo urgente se dormirá con una caricia. Mis parecidos se agotarán con Dionisio. Mis miedos se jactarán de los tuyos. A la vuelta de la esquina, que se convierte en luna. Con la profana manía de sepultar excusas.
  • 128. Entre el aullido de lobos que no encuentran noche. Con el espejo roto de mirar de espalda. Con el rugir de latas que despertaron al sereno. Yo te busco... Por la inmensa corriente de un mar sereno. A la par de los impares. Entre ojos que se vistieron de cosecha. Con el vientre curtido de dar vida. Hasta el cansancio de la desnudez de tu instinto. Yo te busco... Y sólo el olvido me negará el encuentro. “CON EL DISIMULO DEL VIENTO SOPLO...” Viste que se puede colocar cada nostalgia dentro de una bocanada. Reír en el medio de una plaza, y no ahuyentar pájaros. Caerse en medio de la explanada, y evitar preguntas. Volcar una angustia, sin el remordimiento de saber excusas. Creerse el cielo abierto, sólo para espiar desnudo. Viste que se puede colocar cada nostalgia debajo de la cama. Saberse libre con todas las cadenas juntas. Morir de un beso, hasta la reencarnación de tu mirada.
  • 129. Vestirte de noche, con lentejuelas rotas. Malentender lo obvio, para volverse acierto. Entonces contamos los posibles... ¿Uno a uno me dejas un soplo...? Con el aire asfixiante de un todo. Con la multitud en espera, hasta la batalla. Con esa razón quimera que me devolvió tu goce. Con mi simple adiós de una tarde cualquiera. Con la torpe voluntad de poseerte tierna. Con la locura desatada que se niega en secreto. Con la vista clavada en el horizonte interminable. A - Dios le pido nacimiento. A - Dios le imploro sobrevivientes. A - Dios se construye de abismos. A - Dios se levanta con la siembra. A - Dios le señalo lo que viene. Y entonces, adiós se hace infinita esperanza. “EL AURA DE COSAS POSIBLES...” Hay noches que me convierten en viento. Las mismas noches que se abren de piernas para gemir sonidos. Las mismas noches que me delatan de insomnio, a la luz de un suspiro. Hay noches que me convierten en viento. Soplo sin necesidad de origen. Soplo hasta levantar tu falda.
  • 130. Soplo por si alguien se espanta. Soplo hasta emborrachar el alma. Soplo por si no se espera nada. Hay noches que me convierten en viento. ¿Y entonces me esperas...? ¿Y desde cuando ya no abres tu ventana...? ¿En qué oscuridad desolada te negaste a mi brisa...? Hay noches que me convierten en viento. Desolado rincón que nos devuelve universo. "Aparición con vida" de nuestros instintos muertos. Libertad o muerte, para los ausentes. Conjuros raros para los alquimistas serios. Negación de tus cabellos cuando juegan en la almohada. Apertura de sumario para que no haya secretos. Y soplo helado para congelar tu cuerpo cuando sintió mi invierno, y a pesar de todo no pudiste retenerlo. “ELEGÍA PARA UN ROCE ESPERADO...” El tiempo es un disimulo del alma si antes no caes hecha rocío en mis manos. ¿A veces, lo trascendente se come a destajo lo poco afortunado? Mil veces se evapora el último aliento de tu boca. Y es cuando, lo permitido se convierte en añorado:
  • 131. Para colarme despacio entre tus sábanas. Para volcar las palabras que negaron los duendes. Para cubrirte en sombras hasta que irrumpa la mañana. Para levantar en vuelo si antes nos convertimos en pájaros. Para secar el manantial que alimentaba tu cuerpo. El tiempo es un disimulo del alma. Cruje como la madera que arrastra cadenas. Se instala desde adentro, y te mira con su ojo tuerto. Palpita lo mundano con un corazón prestado. No le importa si tus labios se aprietan sin ganas. Te declara soberana sin siquiera tener trono. Sabe de mi distancia, porque me recojo con su canto. El tiempo... El tiempo... Me permite que llore sin siquiera derramar una lágrima. Me seduce entre auroras con su traje de luna. Me llama a su cuna para nacer desnudo. Me proclama tu necesidad, y me regala lo oportuno. Se hace cómplice de mi roce, que te envuelve sin tocarte. “RESISTIR LO OBVIO CON LO OPUESTO” Abrir los ojos como un manifiesto a la intemperie. Sentir sin disimulo el aire fresco de lo inoportuno, y saldar deudas. Creer que si me deslizo por tus recuerdos jamás caeré preso.
  • 132. Soñar con un silencio de almohada para que tu mirada me lleve. Apostar sin dinero por la fija. Acariciar lo robusto del desierto para saciar espejismos. Lo obvio con lo opuesto... Y si me pides un acierto? Y si te maldices por no jugar mi juego? Y si miras para adentro y no hay nada? Y si vuelcas un destello y no alumbra nada? Y si aclaras lo oscuro y quedas ciego? Lo obvio con lo opuesto... Subiendo la cuesta con pies inciertos. Atardecer sin otoño para liberar tu vuelo. Multitud de interrogantes sin derecho a huelga. Caricias en la bañera para jabonar la inocencia. Pulcritud de lo sucio que nos cobijó en años. Liberación u olvido para seguir la lucha. Abrir los ojos como un manifiesto a la intemperie. Abolir la esclavitud como un dejo. Y entre sudor y sudor...sentir que nada importa. Calzar el fusil con las manos pequeñas. Y disparar hasta morir...sólo en el centro de tus sueños. Será lo obvio con lo opuesto. “AÑORAR EL TODO CON TODO...”
  • 133. Añoranzas que se disfrazan de simples remedios es convalecencia segura. Añorar el todo con todo... Y soltar mis manos para que se empecinen en desfilar sin marcha militar. Y disparar un "por si puedo" antes que tu imposible caiga muerto. Y disipar las dudas como si abriera la niebla. Y bostezar de angustia porque la película es vieja. Añorar el todo con todo... Fundir lo opuesto con lo nuevo, y disparar hasta lo inmenso. Un mar de sueños en medio de un espejo. El "hasta cuando" que se colgó en un recuerdo. La infinitud de los cuerpos. El subterráneo de mi sexo. La verde ternura que se me coló en besos. Un universo en el medio de tus ojos. El rugir de la luna cuando no puede abrazar cuerpos. Añorar el todo con todo... Caminando un verano sin sobresaltos. Derrotando la opacidad de tu alma. Declarar "la absoluta libertad" de tus miedos. Volverme años, y no disimular colores. Registrar las deudas que aún no pagamos. Y revolucionarnos para parir revolución. La vida es eso. La vida es todo. La vida es nada. La vida es otro.
  • 134. La vida es vida. La vida, esa inexorable manía de sabernos obvios... “EL PUENTE NECESARIO” Anoche me apile en hilera para que la carne viva se cubriera de espera. Anoche junte, de a poco, con disimulo, cual fantoche, un puñado de estrellas como mezcla. Anoche construí un puente: Un puente para unir las gotas que todavía no caen de tu cuerpo. Un puente para recorrer la ruta de tu silueta sinuosa. Un puente como un camino extenso hacia la nada. Un puente convertido en manifiesto para declarar mis deseos. Un puente, sin ruido a óxido, para astillar almas. Un puente que una tu apariencia, y te devuelva mi entrega. Anoche construí un puente... Silbido que sólo escucha tu silencio. Cables rotos que distorsionan tu imagen. Necesidad urgente para apostar por lo incierto. Cabellos en mi almohada para que no mientas. Despertar sin horas, para cronometrar sin segundos. Anoche construí un puente, y entonces: Me volví humo. Me sume a la bruma hasta besar tu inocencia. Me senté en la puerta para esperar tu carruaje. Me convertí en calabaza para que no olvides al príncipe.
  • 135. Toque doce campanadas hasta fundirme en tu regazo. “SI ME DEJAS...LLEGO...” Cuando el peregrinar de tu alma le haga un "jamás quise" a la estrechez de tus heridas... Si me dejas...llego. Ante la primera duda. Con la frente marchita de sustos. Entre la mirada atenta y mis pies descalzos. Como un juglar que ya no canta. Remolino hecho pasión por insistencia. Voz altiva, para los que se calla todo. Cuando el miedo se vaya por cobarde, y cada minuto se evapore en sollozos... Si me dejas...llego. Y sólo la luna servirá de "sacamuertos". Y ante lo oculto beberé desnudo. Y si te beso, lo habré hecho sin rozarte. Y si me buscas, me convertiré en silencio. En el viejo continente de tu piel de espera. Reina de un reinado de castillos alquilados. Enfermedad perdida porque no tiene cura. Si me dejas...llego. Porque no hay puente sin un simple río. Oscuridad que no contenga su salida. Porque lo que se desecha, siempre vuelve rejuvenecido.
  • 136. Porque, sin esperar, que nada detenga, lo que se detiene, y no marcha: Manifiesto ser esclavo perdido. Manifiesto volverme bruma para pasar desapercibido. Manifiesto que te veo aunque no contenga formas. Manifiesto liberar. Manifiesto ser obsecuente de tu instinto. Y por sobre todo: Se llegar...aunque vengas siempre conmigo. “HACIA TU CENTRO SIN ESCALA NI PERMISO” Me construyo un vuelo corto y rasante, para sobrevolar tus deseos. Calculo las coordenadas de tus pechos, y entonces me inmuto. ¿Alguien olvido la puerta abierta de la lógica para enloquecer sin mordaza? ¿Alguien se empecina en negarte de a poco para saborear tu silueta? Desde aquí comienzo vuelo: Hacia el destello de lo acostumbrado. Risa oculta de bostezo. Plegaria herida por lo encubierto. Necesidad de parir lo que no mezcla. Inmortalidad de sudores a la incomodidad de un no puedo. Fertilidad de tu boca cuando se cae en mi boca. La sin razón permitida si no te conozco...
  • 137. El vuelo eterno. Vuelvo a sobrevolar tus deseos en un acto corto y sincero: Y el adiós es "buen día". Y cada piel curtida se convierte en río. Y me permito. Y te permito. Y si la vida es una encrucijada infinita, porque los duendes ya no quieren esfuerzo. Es el momento de necesitar tu aroma. Es el instante para negar lo obvio. Es la posibilidad remota de que llegando a tu centro, nada importe. “A PRIMERA NOSTALGIA ME ENVUELVES” Si cada capítulo escrito te tuviera manifiesto entonces... Lamento lo impostergable de segundos al aire. Si el camino se parecía a un desfiladero entonces... Lamento las piedras interpuestas que jamás permitieron cruzarte. Si lo sencillo de un pretexto se hubiera convertido en carne viva entonces... Cuánto es el pesar que no cubrieron tus risas. Fue tan simple la mirada que se clavaron en tus cabellos. Fue tan simple la memoria que se apoderó de los sentidos. Fue tan simple cerrar los ojos que no escaparon dudas. Fue tan simple la ignorancia que no pudo abrazarte nunca. A primera nostalgia me envuelves... Porque jamás lo supiste.
  • 138. Porque se vuela sin tener alas. Porque se invierte siempre la prueba. Porque se calla lo que luego no existe. Porque se goza sin besar tu espalda. A primera nostalgia me envuelves... Y una dulce melodía se hace tango. Y recorro los laberintos que no me marearon. Perdón por no entender lo oportuno. Soledad que jamás acompañó soledades. Aire con sol sin luna. Paredón y después sin rambla. Un sin sabor amargo. Un padrenuestro sin creyente. Una apuesta sin cobro. Tu aura perdida sin que mi aura se una. Nostalgia que envuelve, y no quiere negarte nunca. Ignorancia absoluta de no embriagarme con tu aroma. Nostalgia... Nostalgia...