El calcio forma parte principal del esqueleto y desempeña funciones importantes en los líquidos y células. Regula la permeabilidad de membranas y la excitabilidad neuromuscular. Es necesario para la transmisión de impulsos nerviosos y contracción muscular. Su absorción en el intestino depende del pH, proteínas, vitamina D y tres hormonas. Se distribuye en el plasma unido a proteínas o en forma ionizada, y existe un balance entre los niveles de calcio y fósforo en los líquidos.