Este documento discute la necesidad de nuevas formas de formular políticas públicas y tomar decisiones de manera más democrática e inclusiva. Propone la creación de "espacios de articulación" que involucren a más actores, incluidos aquellos que no parecen interesados tradicionalmente, para anticipar problemas en la implementación de políticas. También argumenta que los movimientos sociales emergentes y las redes mixtas gobierno-sociedad pueden ayudar a gestionar mejor los cambios urbanos en el contexto de la globalización.