El documento describe la evolución del madrigal en el siglo XVI y principios del XVII, con figuras como Arcadelt y Willaert como máximos exponentes. Menciona que el madrigal se extendió por Europa, especialmente por el norte, y que en el siglo XVII, compositores como Luca Marenzio y Carlo Gesualdo introdujeron disonancias atrevidas y cromatismos. También resume la obra de Claudio Monteverdi y la evolución de su estilo a través de sus nueve libros de madrigales entre 1587 y 1651.