El artículo de Rebekah Branham Smith analiza la influencia de la música, en especial del rock and roll, en la espiritualidad y la adoración cristiana. A través de reflexiones personales y referencias bíblicas, se argumenta que la música debe estar en armonía con la palabra de Dios y que la música secular puede tener un impacto negativo en los creyentes. Se insta a los cristianos a ser críticos con la música que consumen, especialmente en un contexto donde el rock ha adquirido un estatus casi religioso.