Las neuronas espejo fueron descubiertas accidentalmente en 1996 por Giacomo Rizzolatti y sus colegas mientras realizaban experimentos con monos macacos. Observaron que algunas neuronas en la corteza frontal de los monos se activaban no solo cuando realizaban una acción, sino también cuando observaban a otros realizar la misma acción. Posteriormente se ha confirmado la existencia de neuronas espejo en humanos, las cuales permiten comprender y replicar las acciones y estados emocionales de otros a través de la imitación y la empatía.