Azerbaiyán, bajo el control autoritario de Ilham Aliyev, ha consolidado su poder a través de redes clientelares, mientras experimenta un aumento de su influencia geopolítica tras la victoria sobre Nagorno-Karabaj en septiembre de 2023. La economía del país es altamente dependiente de los hidrocarburos, pero enfrenta desafíos a largo plazo debido a la volatilidad de los precios. El régimen está marcado por corrupción y represión, y aunque se convocan elecciones, estas son cuestionadas por falta de pluralismo y acusaciones de manipulación.