El informe Nuestro Futuro Común de 1987 estableció el concepto de desarrollo sostenible como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones. Identificó problemas como el crecimiento poblacional, la pobreza, la crisis energética, la pérdida de biodiversidad y el conflicto urbano, y propuso soluciones como el uso eficiente de recursos y la distribución equitativa de alimentos.