El niño Pedro era caprichoso y no respetaba a sus padres. Un día les gritó que quería estar solo. A la mañana siguiente se despertó solo, pero empezó a extrañar a sus padres. Apareció un troll llamado Trollingo que le dijo que sus deseos se habían hecho realidad. Pedro pidió perdón y dijo que ya no quería estar solo. Trollingo le devolvió a sus padres y desde entonces Pedro los ayudó y honró. La moraleja es que no sabemos lo valiosos que son nuestros padres hasta que los perdem