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Educación Especial, una modalidad
del Sistema Educativo en Argentina
Orientaciones 1.
2009
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Copyright © Ministerio de Educación /
Presidencia de la Nación, 2009
Pizzurno 935 C1020ACA
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Teléfono: (011) 4129-1000
Educación Especial
Pizzurno 935- Of. 302 "B". 3er. piso.
(ala M. T de Alvear) C1020ACA
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Teléfonos: (011) 4129-1519 / 1515
Correo electrónico: edespecial@me.gov.ar
Impreso en Argentina
Primera edición
Octubre 2009
Edición: Virginia Piera
Diseño gráfico: Nora Raimondo
Permitida la transcripción parcial de los textos
incluidos en este documento, hasta 1.000 pa-
labras, según Ley 11.723, art. 10º, colocando el
apartado consultado entre comillas y citando la
fuente; si éste excediera la extensión men-
cionada deberá solicitarse autorización a la
Coordinación Nacional de Educación Especial
Distribución gratuita. Prohibida su venta.
Educación Especial, una modalidad del sístema
educativo en Argentina: orientaciones I / coordina-
do por Daniel López. - 1a ed. - Buenos Aires:
Ministerio de Educación de la Nación, 2009.
64 p.; 28x20 cm.
ISBN 978-950-00-0728-3
1. Educación Especial. I. López, Daniel, coord.
CDD 371.9
Fecha de catalogación: 14/10/2009
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Presidenta de la Nación
Dra. Cristina Fernández de Kirchner
Ministro de Educación
Prof. Alberto E. Sileoni
Secretaria de Educación
Prof. María Inés Abrile de Vollmer
Subsecretaria de Equidad y Calidad
Lic. Mara Brawer
Dirección Nacional de Gestión Curricular
y Formación Docente
Prof. Marisa Díaz
Coordinación de Educación Especial
Lic. Ana María Moyano
A U T O R I D A D E S N A C I O N A L E S
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Este documento se elaboró con la participación de representantes del gobierno de
la educación de diferentes niveles y modalidades de todas las jurisdicciones en el
territorio nacional.
En un trabajo conjunto de todas las jurisdicciones, se desarrollaron el esquema de
obra, los contenidos, los materiales y la organización de las consultas a los equipos
docentes, la sistematización de las respuestas y las sucesivas reescrituras del docu-
mento hasta su versión final. Estas tareas fueron posibles gracias a la colaboración
de todas las jurisdicciones y por la dedicación de los representantes de cada región:
Adriana Díaz (Chubut), Flavia Mena (Entre Ríos), María de los Ángeles Romero
(Formosa), Silvia Cerutti (Mendoza) y Ana María Dato (Tucumán).
La primera versión de esta publicación fue analizada en cada jurisdicción en febrero-
marzo del año 2009. Las respuestas recibidas de equipos técnicos y docentes de
Buenos Aires, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Formosa, Mendoza, Misiones, La Rioja, Río
Negro, San Juan, Santa Cruz y Tucumán permitieron ampliar el documento.
La tarea fue coordinada por Daniel López, con la colaboración de Mariano
Ambrogetti, Adelina Canosa, Mercedes Gómez, Inés Lanusse, Nora Limeres, Andrea
Mirc, Susana Said, Silvana Veinberg y Julio Vergara, del equipo nacional de la
Modalidad. Participaron Verónica Travi y Corina Guardiola, por Desarrollo
Curricular del Ministerio de Educación de la Nación.
Educación Especial, una modalidad
del Sistema Educativo en Argentina
Orientaciones 1.
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Índice
Palabras introductorias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
La modalidad Educación Especial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Los marcos normativos y el Sistema Educativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
La modalidad Educación Especial en la Ley de Educación Nacional . . . . . . . . . . . 16
La inclusión, un enfoque y un desafío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Políticas de inclusión con integración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Las personas con discapacidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
La producción de información desde la Modalidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
El enfoque del sujeto de derecho . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
El diálogo en el Sistema Educativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Las trayectorias educativas desde la Modalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Una trayectoria educativa integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Repensar las trayectorias educativas integrales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Las “derivaciones” y las trayectorias educativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Las alternativas educativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Las configuraciones de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Fuentes de información y consulta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Instrumentos legales consultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 42
ANEXOS
Anexo I. Síntesis orientada a la elaboración de normativas . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Anexo II. El Modelo Social: una definición de la discapacidad . . . . . . . . . . . . . . . 51
Anexo III. Recomendaciones de la 48ª Reunión de la Conferencia
Internacional de Educación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
Anexo IV. Metas Educativas 2021. La educación que queremos para
la generación de los Bicentenarios (Extracto). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
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Palabras introductorias
El propósito del presente documento es sistematizar orientaciones respecto
de la modalidad Educación Especial y su proyección en el Sistema Educativo
nacional. Este material es producto de una elaboración conjunta por parte de
representantes de gobiernos educativos provinciales, responsables de la
Modalidad y de otros niveles. La convocatoria desde el proceso de reflexión
es clara; la Educación Especial debe pensarse en el marco de un contexto
mayor, real y factible en cuanto a expectativas y logros, coordinando acciones
al interior de cada nivel de enseñanza y haciendo posible trayectorias educa-
tivas integrales para las personas con discapacidad en el Sistema Educativo.
Las condiciones institucionales y curriculares deberán garantizar el pleno ejer-
cicio del derecho a la educación. En pos de ese objetivo, y en el marco del Plan
Nacional de Educación Obligatoria, se promueve una acción transformadora
coordinada entre los equipos nacionales y provinciales, a fin de priorizar obje-
tivos y metas que expresen acuerdos comunes. La modalidad Educación
Especial es parte de esa acción mancomunada, promoviendo líneas de acción
que incrementen los niveles de responsabilidad frente a los desafíos de la edu-
cación obligatoria.
La trayectoria educativa integral de todas y todos los estudiantes exige el tra-
bajo conjunto entre los equipos de los niveles y de las diferentes modalidades
como recorrido de aprendizajes en contextos institucionales. Esas travesías no
suponen un trayecto lineal, prefigurado, cada una de ellas constituye una
experiencia educativa. Es propósito que sus actores sean partícipes y tomen
decisiones que los implican y trascienden. En ese sentido, la modalidad
Educación Especial aporta capacidades para desarrollar configuraciones de
apoyo que hagan posible las trayectorias educativas de las personas con dis-
capacidad desde cada uno de los equipos y la escuela.
Este Ministerio presenta a la comunidad educativa una publicación que es pro-
ducto de debates y reflexiones ocurridas en el marco de un proceso que contó
con la amplia participación de supervisores, directivos y docentes junto a otros
profesionales de la educación. Al ponerlo en circulación, hacemos nuestras las
orientaciones que de él se derivan y que apuntan a la construcción de acuer-
dos nacionales sobre este capítulo esencial de la inclusión educativa, con cali-
dad y equidad, metas permanentes de nuestro trabajo cotidiano.
Prof. Alberto Sileoni
Ministro de Educación
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El documento Educación Especial, una
modalidad del Sistema Educativo en
Argentina, Orientaciones 1, es resultado
del trabajo en encuentros regionales y
nacionales organizados desde la modali-
dad de Educación Especial, Ministerio de
Educación de la Nación, con la partici-
pación de otros niveles y modalidades
educativas durante el año 2008 y el
primer semestre del año 2009. El desafío
ha sido generar una sistematización y un
documento reflexivo que exprese acuer-
dos con un alto nivel de consenso sobre la
modalidad Educación Especial en el
Sistema Educativo nacional. La reflexión
busca establecer relaciones entre la nueva
Ley de Educación Nacional, las políticas
públicas en educación y las prácticas
educativas en los procesos de cambio.
Este documento procura aportar orien-
taciones al proceso de cambio a nivel
nacional y en cada jurisdicción; también
pretende favorecer el conocimiento de
normas, políticas, sujetos y sentidos
sobre las intervenciones educativas y los
criterios para la toma de decisiones
desde una modalidad que debe trabajar
articuladamente dentro del Sistema
Educativo y con otras políticas públicas,
especialmente con salud.
Estas reflexiones concluyen con una
“Síntesis orientada a la elaboración de
normativas”, en el Anexo I, en este do-
cumento, para orientar las tareas
desde la modalidad Educación Especial
en el Sistema Educativo, atendiendo
aspectos fundamentales respecto de
los cambios orientados por la Ley de
Educación Nacional.
Al mismo tiempo, el trabajo pretende
ser una herramienta para la consulta al
interior de los Ministerios de Educación
nacional y provinciales; una producción
para seguir avanzando en cuestiones
pendientes que exigen mayor desarro-
llo, como los desafíos de la educación
temprana, la alta complejidad de las
escuelas especiales o los problemas de la
modalidad vinculados con la evaluación
y la acreditación.
La “modalidad” comprende una pers-
pectiva de transversalidad al Sistema
Educativo y, por eso, la articulación y la
coordinación son requisitos centrales en
su propio funcionamiento. Esta perspec-
tiva debería analizarse desde todos los
ámbitos, incluida la Educación Especial,
para desarrollar trayectorias educativas
integrales de alumnos con discapacidad
en todo el Sistema Educativo.
En los comentarios sobre este documen-
to en su primera versión (febrero 2009),
desde varias provincias se planteó la
necesidad de profundizar la discusión
compartida entre los integrantes de la
modalidad con los diferentes niveles. Se
señaló que hace falta una mayor impli-
cación con los docentes del Nivel Inicial,
Nivel Primario y Nivel Secundario, y de
Presentación
1
Plan Nacional de Educación Obligatoria, aprobado por Resolución Nº 79/09 del Consejo Federal de Educación, Buenos Aires, 28
de mayo de 2009. La presentación del Plan contó con la valiosa colaboración de la Jefatura de Asesores del Ministerio de
Educación, de la Subsecretaría de Planificación, y de integrantes de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Federal de Educación, en
articulación con las Direcciones Nacionales, Directores, Coordinadores de Modalidad, Áreas y el equipo de la Subsecretaría de
Equidad y Calidad.
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las otras modalidades, para asegurar la
inclusión educativa y la articulación en
el trabajo docente.
En ese sentido debemos tener en cuenta
el Plan Nacional de Educación Obliga-
toria aprobado recientemente.1
La Pri-
mera Parte justifica la necesidad de dise-
ñar un Plan Nacional de Educación
Obligatoria, describe los objetivos
políticos, los principales problemas y
desafíos de la educación inicial y la
educación obligatoria, las estrategias
previstas para superarlos, las caracterís-
ticas del gobierno educativo y los
planes provinciales. La Segunda Parte
es una matriz que organiza la progra-
mación para los próximos tres años, en
torno a dos ejes centrales: las princi-
pales políticas educativas de igualdad,
calidad y fortalecimiento de la gestión
y los tres niveles educativos respon-
sables de su implementación: edu-
cación inicial, educación primaria y
educación secundaria. La incorporación
de las líneas de acción específicas de las
modalidades y de las áreas transver-
sales establecidas por la Ley, se define
por una lógica que reconoce las parti-
cularidades de cada nivel y los procesos
transversales que se despliegan a través
de toda la educación obligatoria.
Desde el Ministerio de Educación de la
Nación agradecemos los esfuerzos y
compromisos de quienes han querido
aportar a la reflexión y ser partícipes en
la elaboración de políticas. Especial-
mente señalamos la cooperación en el
trabajo desde las cinco regiones que
integran nuestro país y la responsabili-
dad asumida por cada responsable
regional elegido por los pares; también,
las respuestas sistematizadas y los
comentarios de los equipos docentes
desde cada provincia.
Lic. Ana Moyano
Coordinación de Educación Especial
Ministerio de Educación de la Nación
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15
Los marcos normativos y el Sistema
Educativo2
Los marcos normativos y las políticas
públicas procuran direccionar, desarrollar
y acompañar los cambios. Nuevos marcos
legales y políticas públicas favorables para
la inclusión educativa exigen a todos los
adultos repensar algunos problemas co-
tidianos, especialmente reformulando los
planteos elaborados desde paradigmas
contradictorios con esos marcos, para
analizar dispositivos y encuadres, generar
normas jurisdiccionales que deben ser
actualizadas, proponer políticas públicas
que se articulen desde las diferentes
áreas, etcétera.
La Constitución Nacional establece el
derecho de enseñar y aprender.3
Esta
consagración se ha visto reforzada con
la jerarquización constitucional de trata-
dos del derecho internacional de los
derechos humanos que contienen
artículos específicos relativos al derecho
a la educación.4
En ese marco, a fines del
año 2006 se sancionó la Ley de Edu-
cación Nacional Nº 26.206, en la cual se
establece que la educación y el cono-
cimiento son un bien público y un dere-
cho personal y social, garantizados por
el Estado.
La Ley de Educación Nacional afirma
que la educación es una prioridad
nacional y se constituye en política de
Estado para construir una sociedad
justa, reafirmar la soberanía y la identi-
dad nacional, profundizar el ejercicio de
la ciudadanía democrática, respetar los
derechos humanos y libertades funda-
mentales, y fortalecer el desarrollo
económico-social de la Nación.
La Ley establece que se debe garantizar la
inclusión educativa a través de políticas
universales y de estrategias pedagógicas y
de asignación de recursos que otorguen
prioridad a los sectores que más lo necesi-
tan. Se trata de medidas destinadas a
enfrentar situaciones de injusticia, mar-
ginación, estigmatización y otras formas
de discriminación, derivadas de factores
socioeconómicos, culturales, geográficos,
étnicos, de género o de cualquier otra
índole, que afecten el ejercicio pleno del
derecho a la educación, asegurando una
educación de calidad con igualdad de
posibilidades, sin desequilibrios regio-
nales, ni inequidades sociales. (Ley de
Educación Nacional, art. 79.)
El Sistema Educativo nacional se define
como el conjunto organizado de servicios
y acciones educativas regulados por el
Estado que posibilitan el ejercicio del
derecho a la educación. Lo integran los
servicios educativos de gestión estatal y
privada, de gestión cooperativa y social
de todas las jurisdicciones del país. La Ley
establece que la obligatoriedad escolar se
extiende desde los cinco años hasta la
finalización del Nivel Secundario.
2
Véase Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo: Educación integral de
adolescentes y jóvenes, Buenos Aires, 2008.
3
Constitución Nacional, art. 14, “Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos, conforme las leyes que
reglamenten su ejercicio, a saber: (…) de enseñar y aprender”.
4
Constitución Nacional, art. 75, inc. 22.
La modalidad Educación Especial
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En las prácticas educativas se recurre coti-
dianamente a los marcos legales vigentes
y se presentan cuestiones sobre qué se
debe hacer, qué no debe hacerse o cómo
intervenir a partir de normas –supuestas o
explícitas–. La práctica funciona como una
categoría legitimadora de ciertas deci-
siones educativas, a través de ella se natu-
ralizan intervenciones; muchas veces las
normas están supuestas en las prácticas
como costumbre o tradición. En el mismo
sentido, los actores perciben la distancia
de los marcos legales vigentes, lo cercano
son las normas “acostumbradas”. Por eso,
un proceso de cambio necesita habilitar la
participación para que pueda repensarse
las normas implícitas, especialmente cuan-
do contradicen las vigentes o cuando se
limitan derechos protegidos.
En más de una ocasión, las prácticas
resultan percibidas como ajenas a las
políticas. Sin embargo, los deberes que
cada práctica conlleva son resultado de
normativas, políticas, costumbres, y, por
tanto, requieren revisión. Por ejemplo,
se suele afirmar que “los padres tienen
poder de decisión sobre la educación de
sus niños y, muchas veces, no aceptan la
escolaridad especial, ni el apoyo de la
modalidad”. Sin embargo, este pro-
blema así formulado no puede dejar de
vincularse a las políticas de debilita-
miento del Sistema Educativo, a la per-
cepción de la Educación Especial como
un destino de marginación de sus alum-
nos, a la decisión puesta en los padres
para que elijan entre acciones que
deberían presentarse articuladas, etc.
De acuerdo con los nuevos marcos, las
propuestas que se comunican a las
familias deberían realizarse desde el
Sistema Educativo, de tal forma que
madres y padres puedan visualizar la
complementariedad entre el nivel y la
modalidad educativa; las orientaciones
a las familias habilitarían intervenciones
favorables para el desarrollo de las
trayectorias educativas.
El Plan Nacional de Educación
Obligatoria señala:
“Para dar cumplimiento a la política
educativa plasmada en las leyes
nacionales y garantizar una edu-
cación de calidad para todos, el
Sistema Educativo argentino debe
atender un conjunto de problemas y
desafíos que son consecuencia, entre
otros factores, de tres tendencias de
nuestra historia política y económica
reciente: creciente desigualdad so-
cial que comienza a revertirse en los
últimos años, fragmentación del
Sistema Educativo e importante in-
cremento de la matrícula en la edu-
cación inicial y secundaria. Los prin-
cipales problemas de la educación
obligatoria están relacionados con el
acceso a la escolarización, las trayec-
torias escolares de los alumnos y las
condiciones organizacionales y pe-
dagógicas en que se inscriben, la cali-
dad de los aprendizajes, la organi-
zación de las instituciones educativas,
el planeamiento y la gestión adminis-
trativa del Sistema. Estos problemas
atraviesan los tres niveles educativos,
en sus diferentes ámbitos y modali-
dades y adquieren en cada caso una
especificidad particular.”
La modalidad Educación Especial
en la Ley de Educación Nacional
La Ley de Educación Nacional establece
ocho modalidades de educación. En el
Plan Nacional de Obligatoriedad se
expresa la visión de unidad del Sistema
Educativo como base de un trabajo com-
partido entre niveles y modalidades.
“El Plan Nacional abarca la edu-
cación obligatoria definida por la
Ley 26.206: la sala de cinco, la edu-
cación primaria y la educación
secundaria con sus modalidades de
educación rural, especial, artística,
de jóvenes y adultos, intercultural
bilingüe, en contextos de privación
16
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de libertad y domiciliaria y hospita-
laria. Comprende la educación ini-
cial definida por la Ley como una
unidad pedagógica que atiende a
los/as niños/as desde los cuarenta y
cinco (45) días hasta los cinco (5)
años de edad. La educación técnico
profesional, de carácter obligatoria,
se rige por las disposiciones de la Ley
26.058, y como se trata de una
modalidad de la educación secun-
daria, el Plan Nacional establece
mecanismos de coordinación con las
políticas del Instituto Nacional de
Educación Tecnológica, organismo a
cargo de su planificación y gestión.
De la misma manera, debe tener
una estrecha vinculación con el
Instituto Nacional de Formación
Docente para articular acciones con
los profesorados de formación
docente inicial y las estrategias de
desarrollo profesional.”
La Educación Especial es la modalidad del
Sistema Educativo destinada a asegurar el
derecho a la educación de las personas
con discapacidades, temporales o perma-
nentes, en todos los niveles y modali-
dades del Sistema. Se rige por el principio
de inclusión educativa y brinda atención
educativa en todas aquellas problemáti-
cas específicas que no puedan ser abor-
dadas por la educación común. Se debe
garantizar la integración de los/as alum-
nos/as con discapacidades en todos los
niveles y modalidades según las posibili-
dades de cada persona. (Ley de Educación
Nacional, art. 42.)
Las autoridades jurisdiccionales, con el
propósito de asegurar el derecho a la
educación, la integración escolar y la
inserción de las personas con discapaci-
dades, dispondrán las medidas nece-
sarias para:
a) Posibilitar una trayectoria educativa
integral con acceso a saberes tec-
nológicos, artísticos y culturales.
b) Contar con personal especializado
que trabaje en equipo con docentes
de la escuela común.
c) Asegurar la cobertura de los servicios
educativos especiales –transporte,
recursos técnicos y materiales para el
desarrollo del currículo.
d) Propiciar alternativas de continuidad
para la formación a lo largo de toda
la vida.
e) Garantizar la accesibilidad física de
todos los edificios escolares. (Ley de
Educación Nacional, art. 44.)
Se deberá crear instancias institu-
cionales y técnicas para la orientación de
la trayectoria escolar más adecuada de
alumnos/as con discapacidades, en todos
los niveles de la enseñanza obligatoria,
así como las normas que regirán los pro-
cesos de evaluación y certificación esco-
lar. Deben articularse los organismos del
Estado que atienden a personas con dis-
capacidades para garantizar un servicio
de mayor calidad. (Ley de Educación
Nacional, art. 45.)
Las provincias y la Ciudad de Buenos
Aires, en el marco de la articulación de
niveles de gestión y funciones de los
organismos competentes para la apli-
cación de la Ley Nº 26.061, establecerán
los procedimientos y recursos para iden-
tificar tempranamente las necesidades
educativas derivadas de la discapacidad
o de trastornos en el desarrollo, a fin de
darles la atención interdisciplinaria y
educativa para lograr la inclusión desde
el Nivel Inicial.
Los equipos docentes que analizaron la
primera versión de este documento pro-
ponen repensar los proyectos educativos
teniendo en cuenta las normas y sus je-
rarquías, los sujetos de la educación y los
fines institucionales. Partiendo de este
análisis plantean:
- la educación inclusiva como un desafío
de trabajo conjunto al interior del
Sistema Educativo y en relación con el
conjunto de políticas públicas;
- interrogantes sobre las configuraciones
prácticas que pueden adoptar cada
uno de los apoyos que se brindan
desde la Modalidad;
- preguntas sobre los apoyos de Educa-
ción Especial y los aportes específicos
17
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18
5
UNESCO (2005). Guidelines for Inclusión: Ensuring Access to Education for All, París, Ediciones de la UNESCO, pág. 12.
6
Ibid.
para la educación inicial, primaria,
secundaria, técnica, formación laboral
y adultos;
- considerar los indicadores que dan
cuenta de dificultades sociales, educa-
tivas, materiales, simbólicas que inci-
den en las trayectorias escolares;
- relacionar permanentemente las nece-
sidades educativas de las personas con
discapacidad con las barreras para la
participación en cada contexto;
- estrategias de educación para las per-
sonas con discapacidad temporal o
permanente para cada nivel del
Sistema Educativo;
- definir propuestas desde la Modalidad
favoreciendo los acuerdos entre institu-
ciones educativas y familias;
- generar estrategias pedagógicas alter-
nativas y mayor asignación de recur-
sos que otorguen prioridad a los sec-
tores que más lo necesitan.
La inclusión, un enfoque y un desafío
La inclusión se presenta como un enfo-
que filosófico, social, político, económi-
co y especialmente pedagógico para:
• La aceptación y la valoración de las
diferencias en una escuela que es de
todos, para todos y para cada uno.
• La definición de políticas que protejan
el interés superior del niño y de los
sujetos de la educación.
• El desarrollo del sentido de comuni-
dad, solidaridad y pertenencia plural.
• La promoción de las alfabetizaciones
múltiples.
• El aprendizaje constructivo y la valo-
ración de las capacidades de todos los
estudiantes.
• Una cultura educativa, en la cual todos
se sientan partícipes.
La Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) define la inclusión como “una
estrategia dinámica para responder en
forma proactiva a la diversidad de los
estudiantes y concebir las diferencias
individuales no como problema sino
como oportunidades para enriquecer el
aprendizaje”.5
Las diferencias en edu-
cación son lo común y no la excepción, y
la inclusión consiste precisamente en
transformar los sistemas educativos y
otros entornos de aprendizaje para
responder a las diferentes necesidades
de los estudiantes.
La inclusión es, por tanto, una nueva
visión de la educación basada en la
diversidad, en la que se destacan cuatro
elementos fundamentales:
• La inclusión es un proceso, una
búsqueda permanente de la mejor
manera de responder a las diferencias.
• La inclusión busca identificar y
remover barreras, estar atentos a los
obstáculos al aprendizaje y la partici-
pación, y hallar la mejor manera de
eliminarlos.
• La inclusión se refiere tanto a la pre-
sencia como a la participación y el
logro de todos los estudiantes.
• La inclusión pone especial cuidado en
aquellos grupos de estudiantes con
mayor riesgo de ser marginados,
excluidos o de tener rendimientos
menores a los esperados.6
La educación inclusiva se refiere a la
capacidad del Sistema Educativo de
atender a todos, niñas y niños, sin exclu-
siones de ningún tipo. Para ello, es nece-
sario abordar la amplia gama de dife-
rencias que presentan los estudiantes y
asegurar la participación y el aprendiza-
je de cada uno de ellos en el marco de
servicios comunes y universales. En
definitiva, la educación inclusiva apunta
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19
a que todos los estudiantes de una
determinada comunidad aprendan jun-
tos independientemente de sus condi-
ciones personales, sociales o culturales.
Los equipos consultados señalan que la
inclusión debe ser una responsabilidad
de todo el Sistema Educativo, de cada
uno de los niveles y modalidades del
Sistema, también de la educación supe-
rior. Pero sostienen que en reiteradas
situaciones se identifican problemas de
inclusión con responsabilidades exclusi-
vas de la Educación Especial. Proponen
entonces el desarrollo compartido de
culturas y políticas para el logro de prác-
ticas inclusivas. Afirman la necesidad de
trabajar el concepto en los diferentes
ámbitos para profundizar acuerdos
respecto de su interpretación. Asimismo,
consideran que en este marco debe
repensarse el concepto de integración.
También vinculan el concepto inclusión
educativa a la formación que deben
recibir los docentes de todo el Sistema
para trabajar con las diferencias y la
integración educativa.
El proyecto institucional o escolar, la
propuesta curricular, el proyecto de aula
y el plan de atención individual deben
aportar a una verdadera inclusión
educativa, constituyen un marco de
reglas y criterios, habilitan el tratamien-
to de los desacuerdos entre los partici-
pantes –incluidos los alumnos–, confor-
man los encuadres para la tarea coti-
diana de enseñar. Así, el currículo podrá
ser una herramienta dinámica y flexible,
y atender al desarrollo de cada niño
tomando en cuenta la realidad social y
cultural del entorno.
Algunos equipos consultados reflexio-
nan y advierten que, al procurar
“incluir” a alumnos de culturas dife-
rentes, no se dé tratamiento a esas
diferencias culturales y se termine
“patologizando” conductas relativas a
formas de vida propias de la cultura de
origen. Pareciera necesario explicitar
mejor las concepciones de integración e
inclusión, para progresar en las discu-
siones y los debates acerca de “quiénes”
son los alumnos que se incluyen y/o se
integran. ¿Son los mismos? ¿Son todos?
O la pregunta debería centrarse en las
instituciones: ¿cuáles son las escuelas
inclusivas/integradoras?, ¿son las mis-
mas?, ¿son todas?
El enfoque de inclusión desde las institu-
ciones educativas debería plantear
dimensiones de análisis:
• Crear culturas inclusivas. Orientadas
hacia la creación de una comunidad
escolar segura, acogedora, colabo-
radora y estimulante, en la que cada
uno sea valorado, fundamentalmente
para que todos los alumnos tengan
mayores niveles de logro. Se pretende
desarrollar valores inclusivos, compar-
tidos por todos los docentes, los estu-
diantes, los miembros del consejo
escolar y las familias, de tal forma que
impliquen a todos los miembros de la
comunidad escolar.
• Elaborar políticas inclusivas. Asegurar
que la inclusión esté en el corazón de
los procesos, el proyecto escolar, para
que mejore el aprendizaje y la partici-
pación de todos los estudiantes. Estas
políticas aumentan la capacidad de
una escuela para atender las diferen-
cias del alumnado, hacen que los
apoyos desde la Modalidad se desa-
rrollen desde la perspectiva del dere-
cho a la educación de los estudiantes.
• Desarrollar prácticas inclusivas. Las
prácticas de las instituciones abordan
la cultura y las políticas inclusivas. Se
intenta asegurar que las actividades
en el aula y las actividades extraesco-
lares motiven la participación de
todos los alumnos y tengan en cuenta
el conocimiento y la experiencia de los
estudiantes fuera del contexto escolar.
La docencia y los apoyos se integran
de tal forma que se puedan superar
las barreras para el aprendizaje y la
participación.
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20
7
Anexo III, Recomendaciones de la 48ª Reunión de la Conferencia Internacional de Educación (extracto), 2008, en este documento.
Políticas de inclusión con integración7
La Educación Especial como modalidad
se rige por el principio de inclusión y
exige una clara comprensión de la
necesidad de articular creación de cul-
turas, elaboración de políticas y desa-
rrollo de prácticas inclusivas, para evitar
procesos y experiencias diseñadas e
implementadas sólo desde un ámbito
como lo fue hasta ahora la escuela/edu-
cación especial. Muchos docentes de
Educación Especial consideran que los
planteos de integración e inclusión
educativa se han asociado exclusiva-
mente a la Educación Especial.
La Educación Especial se concibe como
un conjunto de propuestas educativas y
recursos de apoyo educativo, especiali-
zados y complementarios, orientados a
la mejora de las condiciones de enseñan-
za y aprendizaje para quienes presenten
discapacidades. La educación inclusiva
centra su preocupación en el contexto
educativo y en cómo mejorar las condi-
ciones de enseñanza y aprendizaje para
que los estudiantes participen y se bene-
ficien de una educación de calidad.
La inclusión supone un sistema unifica-
do e integrado para todos, lo que impli-
ca la exigencia de un currículum común
con la posibilidad de desarrollar adapta-
ciones curriculares para atender las
diferencias y las particularidades de
cada estudiante. Ese currículum procura
garantizar la igualdad en el derecho a la
educación. Y, en un sentido amplio, las
adaptaciones curriculares son parte de
la tarea diaria de cualquier docente.
El concepto de integración ha sido clave,
con suma frecuencia se ha resaltado su
dimensión ética en relación con el dere-
cho de los estudiantes a ser admitidos, a
estar en los mismos espacios o a que
todas y todos disfruten de los mismos
servicios. En el proceso de integración, el
Sistema permanece más o menos intac-
to, mientras que los estudiantes tienen
la tarea de adaptarse con el acompa-
ñamiento de quienes los asisten y/o los
educan. Muchas veces las políticas de in-
tegración han asumido que la exclusión
de las personas con discapacidad “por
razones de normalidad” se podía modi-
ficar desde la Educación Especial.
En cambio, la educación inclusiva re-
quiere de un marco institucional que con-
jugue la educación en general y la
Educación Especial para ser parte de un
sistema único. Las políticas educativas
inclusivas exigen intervenciones coordi-
nadas desde el Sistema Educativo y políti-
cas públicas concurrentes. La inclusión no
significa una ruptura de los fines que per-
siguen los procesos de integración; impli-
ca una reorganización de todo el Sistema
Educativo, para posibilitar el acceso, la
permanencia y los logros de todos los
alumnos. Las necesidades de los estudian-
tes son vistas como necesidades de la
institución y las diferencias están dadas
por los estilos, ritmos, motivaciones para
el aprendizaje.
Inclusión e integración deben vincularse
y repensarse en las prácticas. Entonces,
la inclusión es principio, proceso, acción
social, colectiva, que resulta de una cons-
trucción simbólica de los grupos
humanos, de las comunidades educati-
vas, contribuyendo a mejorar las condi-
ciones de los entornos para acoger a to-
dos. Proponemos pensar la integración
como “un medio estratégico-metodo-
lógico”. La integración es una estrategia
educativa que hace posible la inclusión
de muchos sujetos con discapacidad en
la escuela común.
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“El debate sobre la educación inclusiva
y la integración no se refiere a una
dicotomía entre políticas y modelos de
integración e inclusión –como si se
pudiera integrar sin incluir o incluir sin
integrar–, sino más bien a determinar
en qué medida se está avanzando en
el entendimiento de que toda escuela
tiene la responsabilidad moral de
incluir a todos y cada uno. En los últi-
mos quince años aproximadamente, el
concepto de educación inclusiva ha
evolucionado hacia la idea de que
todos los niños y jóvenes, no obstante
las diversidades culturales, sociales y
de aprendizaje, deberían tener opor-
tunidades de aprendizaje equivalentes
en todos los tipos de escuelas.
“El centro de atención se sitúa en la
creación de entornos inclusivos, lo cual
implica: a) el respeto, la comprensión y
la atención a la diversidad cultural,
social e individual (respuesta de los sis-
temas educativos, escuelas y docentes
a las expectativas y necesidades de los
alumnos); b) el acceso en condiciones
de igualdad a una educación de cali-
dad; c) la estrecha coordinación con
otras políticas sociales.
“En todos estos puntos se debe tomar
en cuenta las expectativas y las
demandas de las partes interesadas y
los actores sociales.”8
Las personas con discapacidad
Entre los fines y objetivos de la política
educativa, la Ley de Educación Nacional
establece que se debe brindar a las per-
sonas con discapacidades, temporales o
permanentes, una propuesta pedagógi-
ca que les permita el máximo desarrollo
de sus posibilidades, la integración y el
pleno ejercicio de sus derechos. (Ley de
Educación Nacional, art. 11.)
La Convención sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad9
también ase-
gura un sistema de educación inclusivo
para todos los niveles de enseñanza y a
lo largo de la vida. Se trata de:
• Desarrollar plenamente el potencial
humano y el sentido de la dignidad y
la autoestima y reforzar el respeto por
los derechos humanos (…).
• Desarrollar al máximo la personalidad,
los talentos y la creatividad de las per-
sonas con discapacidad, así como sus
aptitudes mentales y físicas.
• Hacer posible que las personas con dis-
capacidad participen de manera efec-
tiva en una sociedad libre.
Los Estados deben asegurar que: a) las
personas con discapacidad no queden
excluidas del sistema general de edu-
cación; b) accedan a una educación pri-
maria y secundaria inclusiva, en igual-
dad de condiciones en la comunidad en
la que vivan; c) se hagan ajustes razo-
nables en función de las necesidades
individuales; d) se preste el apoyo nece-
sario en el marco del sistema general de
educación para facilitar su formación
efectiva; e) se faciliten medidas de
apoyo personalizadas en entornos que
fomenten al máximo el desarrollo
académico y social, de conformidad con
el objetivo de la plena inclusión.
Debe propiciarse la participación plena y
en igualdad de condiciones en educación
y en cada comunidad, facilitar el apren-
dizaje del Braille, la escritura alternativa,
otros modos, medios y formatos de comu-
nicación aumentativos o alternativos, y
habilidades de orientación y de movili-
21
8
UNESCO, Conferencia Internacional de Educación. “La educación inclusiva: el camino hacia el futuro”. Ginebra, 25 - 28 de
noviembre de 2008, cuadragésima octava Conferencia.
9
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo fueron aprobados por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 13 de diciembre de 2006, y quedaron abiertos a la firma el 30 de marzo de 2007. La Convención
y su Protocolo Facultativo entraron en vigor el 3 de mayo de 2008.
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22
10
OMS (1980), Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías. Manual de Clasificación de las consecuen-
cias de la enfermedad.
11
CIE-10 es la Clasificación Internacional de Enfermedades, décima revisión, de la OMS.
12
P. Ibáñez (2002). Las discapacidades. Orientación e intervención educativa, Madrid, Editorial Dykinson.
dad, así como la tutoría y el apoyo entre
pares; alentar el aprendizaje de la lengua
de señas y la promoción de la identidad
lingüística de las personas sordas; asegu-
rar que la educación de las personas cie-
gas, sordas o sordociegos se imparta en
los lenguajes y los modos y medios de
comunicación más apropiados y en
entornos que permitan alcanzar su máxi-
mo desarrollo académico y social.
Los Estados asegurarán que las personas
con discapacidad tengan acceso general
a la educación superior, la formación
profesional, la educación para adultos y
el aprendizaje durante toda la vida sin
discriminación y en igualdad de condi-
ciones con las demás.
Definimos la discapacidad desde el mo-
delo social sostenido por la Organi-
zación Mundial de la Salud (OMS) y por
el marco de las Convenciones y princi-
pios de derechos humanos. Para este
modelo, la discapacidad no es un atribu-
to de la persona, sino un conjunto de
condiciones que responden a la interac-
ción entre las características del indivi-
duo y el contexto social.
Las diferentes definiciones de discapaci-
dad en el ámbito internacional mues-
tran una marcada evolución hacia un
modelo social. Las diferencias entre las
clasificaciones establecidas por la OMS
pueden ilustrar esta evolución. En 1980,
cuando se publica la Clasificación
Internacional de Deficiencias, Discapa-
cidades y Minusvalías, la discapacidad se
define como “toda restricción o ausen-
cia (debida a una deficiencia) de la capa-
cidad de realizar una actividad en la
forma o dentro del margen que se con-
sidera normal para un ser humano”.10
La discapacidad desde un modelo bio-
médico es un problema de la persona,
directamente causado por una enfer-
medad, trauma o condición de salud.
Varios equipos docentes relacionan dicho
modelo con algunas prácticas, por ejem-
plo, cuando la intervención educativa
está totalmente determinada desde los
equipos de salud que también diagnosti-
can la necesidad educativa. Asimismo,
cuando un certificado médico habilita o
no la intervención educativa desde la
modalidad. A veces, cuando la admisión
de un niño a la escuela (Educación
Especial) se deriva de una consulta neu-
rológica. En cuanto a los niños sordos,
cuando se trabaja partiendo del déficit o
pensando en rehabilitar al alumno.
En cambio, en la Clasificación Interna-
cional del Funcionamiento, de la Disca-
pacidad y de la Salud (2001), la OMS
incluyó en su definición de discapaci-
dad los factores contextuales en los que
vive el individuo.11
La inclusión de los
factores contextuales es de gran rele-
vancia.12
Se puede decir que esta evolu-
ción ha ido de la mano con una mirada
que ha dejado de centrarse en el déficit
y se ha enfocado en la evaluación de
necesidades. No importa tanto la defi-
ciencia del individuo como sus poten-
cialidades y lo que pueda llegar a hacer
mediante la eliminación de barreras
contextuales y el apoyo necesario.
Los docentes que hicieron una lectura
crítica de este documento en su versión
preliminar afirman que se aborda un
modelo social cuando se permite generar
espacios para llevar a cabo integraciones e
inclusiones, en un trabajo educativo sobre
las potencialidades de los niños y no sobre
sus dificultades. Comentan que en una
escuela de campo los niños hipoacúsicos
son abordados en forma integral y para
garantizar su inclusión no se los excluye de
su contexto cultural, sino que se trabaja
junto con otras instituciones en la flexibi-
lización del currículo y en la revisión de las
prácticas pedagógicas tradicionales.
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23
13
ONU (2006), Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
14
Ibid.
15
Naciones Unidas, Asamblea General, Consejo de Derechos Humanos, Informe del Relator Especial sobre el Derecho a la
Educación, Vernor Muñoz (2007). Aplicación de la Resolución 60/251 de la Asamblea General, 15 de marzo de 2006, El derecho a
la educación de las personas con discapacidades.
Los mismos docentes señalan que fre-
cuentemente desde los quehaceres esco-
lares, tanto de escuelas comunes como
especiales, se evidencian prácticas entre-
cruzadas entre un “modelo médico” y
uno social. Destacan que para transitar
hacia un modelo social es importante
pasar de una mirada puesta en las
“necesidades educativas especiales” a
otra de “barreras para el aprendizaje
relacionadas con la participación”, de
esta forma se permite redefinir las difi-
cultades que los alumnos encuentran.
Desde una perspectiva de derechos es
particularmente relevante conocer la
definición de la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapa-
cidad, primera Convención del siglo XXI.
En su artículo Nº 1, señala que “las per-
sonas con discapacidad incluyen aquellas
que tengan deficiencias físicas, mentales,
intelectuales o sensoriales a largo plazo
que, al interactuar con distintas barreras,
puedan impedir su participación plena y
efectiva en igualdad de condiciones con
las demás”.13
En esta definición queda en
evidencia la adopción de un modelo
social de discapacidad. En este sentido, la
discapacidad es un resultado negativo de
la interacción entre una condición per-
sonal (la deficiencia) y el medio (debido a
sus barreras).
Las barreras son fundamentalmente cul-
turales, se manifiestan en aspectos lega-
les o normativos, arquitectónicos, de
acceso a bienes culturales (por falta de
apoyos, por ejemplo, ausencia de me-
dios y lenguajes alternativos de comuni-
cación, tecnológicos, etc.). Los gobiernos
deberán revisar las barreras existentes
en todos los órdenes con el fin de elimi-
narlas, prevenir obstáculos e impedi-
mentos para la participación de las per-
sonas con discapacidad, apuntando al
diseño universal de productos, entornos,
programas y servicios que puedan uti-
lizar todas las personas, en la mayor
medida posible sin necesidad de adap-
tación, ni diseño especializado. El diseño
universal no excluirá las ayudas técnicas.
Un desafío consiste en formular las
condiciones de una “escuela para todas
y todos”. Las personas tienen derecho,
sin exclusiones, a una educación de cali-
dad y son los sistemas educativos los que
deben ajustarse para satisfacer las nece-
sidades de todos.14
Esto marca la impe-
riosa necesidad de dar la oportunidad,
por ejemplo, a todos los niños de apren-
der junto a sus pares, siempre que sea
posible. En el avance hacia este nuevo
enfoque, juegan un papel fundamental
la legislación y las políticas que los paí-
ses llevan adelante, y en este contexto la
información se transforma en un ele-
mento fundamental.
La producción de información
desde la Modalidad
Vernor Muñoz pone énfasis en la notoria
ausencia de información estadística sobre
la cantidad de población con discapaci-
dad y aun menos datos sobre la cantidad
de personas con discapacidad escola-
rizadas.15
También son escasas las informa-
ciones sobre los índices de abandono o
deserción escolar de niños, niñas y adoles-
centes con discapacidad, datos sobre
éxito o fracaso escolar, movimientos insti-
tucionales de esta población, etcétera.
La falta de información dificulta la defini-
ción y la retroalimentación de políticas,
así como la estimación de los recursos
necesarios para atender de forma integral
las necesidades educativas de este colecti-
vo. Precisamente es la UNESCO quien
tiene el mandato de coordinar y dina-
mizar actividades de cooperación en pro
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24
16
“Marco de Acción. Educación para todos: cumplir nuestro compromisos comunes”, texto aprobado por el Foro Mundial de la
Educación, Dakar, Senegal, 26-28 abril de 2000.
17
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente, Unidad de
Información (2007), “Educación Especial, Información estadística para la toma de decisiones: Un camino recorrido y por recorrer”,
Buenos Aires.
de la educación para todos. El Programa
de Educación para Todos es un compro-
miso de los países con el logro de una
educación de calidad a la que toda la
población tenga acceso sin exclusiones, y
los compromisos adquiridos en Dakar
contemplan un monitoreo permanente
de los resultados logrados con los obje-
tivos propuestos.16
En la Argentina, recientemente se pro-
dujo un documento resultado de un
esfuerzo coordinado entre el Área de
Educación Especial y la Dirección
Nacional de Información y Evaluación de
la Calidad Educativa (DINIECE) del
Ministerio de Educación de la Nación. El
objetivo final fue introducir los cambios
necesarios a fin de obtener información
relevante del área para la toma de deci-
siones en el marco de la Ley de
Educación Nacional. A través de
reuniones se trabajó con representantes
provinciales en la modificación del
cuadernillo del Relevamiento Anual de
Estadísticas Educativas que completan
los establecimientos.17
En ese documento se proponen defini-
ciones para las categorías de rele-
vamiento que surgen de los aportes de
los responsables de Educación Especial y
de los equipos técnicos de cada jurisdic-
ción. En relación con la matrícula, se
acuerdan definiciones para la discapaci-
dad; entre otras, la discapacidad visual,
la auditiva, la motora pura o asociada
con otras problemáticas, las personas
con más de una discapacidad, el retardo
mental, los trastornos generalizados del
desarrollo. También se hizo necesario
incluir la categoría alumnos sin dis-
capacidad, para evitar que se fuercen
las actuales definiciones sobre alumnos
que actualmente asisten a la escuela
especial o reciben apoyo de ella. La ca-
tegoría se refiere, por ejemplo, a la
matrícula que, dependiendo de cada
jurisdicción, era consignada en “desvia-
ciones normales de la inteligencia” y/o
“alto riesgo social”.
Al mismo tiempo, se proponen defini-
ciones en relación con Niveles / Estrate-
gias de Enseñanza. La categoría inte-
gración se analiza según el tipo de asis-
tencia a la escuela común o de adultos;
los talleres de capacitación en el nivel
primario; otro cambio altamente con-
sensuado fue el de la denominación
educación temprana; la educación inte-
gral para adolescentes y jóvenes. Al
mismo tiempo, se revisaron definiciones
en relación con los docentes –maestro
de apoyo a la integración, maestro de
educación temprana, preceptor/celador,
maestro de apoyo pedagógico en
talleres.
Se espera que los cambios y precisiones
alcanzados permitan mejorar los rele-
vamientos y los datos producidos desde el
Sistema Educativo para el desarrollo de
políticas de inclusión para todas y todos, y
para las personas con discapacidad.
El Plan Nacional de Educación Obliga-
toria establece, entre otras cuestiones,
fortalecer los sistemas de información y
evaluación:
“La Subsecretaría de Planeamiento
Educativo ha elaborado informes por
jurisdicción como un aporte sustantivo
para la construcción de la línea de
base de las metas del Plan Nacional de
Educación Obligatoria. Los datos faci-
litan la identificación de los princi-
pales problemas utilizando las últimas
series estadísticas elaboradas por la
DINIECE y constituyen el punto de par-
tida para el diseño e implementación
del monitoreo y evaluación de las ac-
ciones del Plan Trienal que tengan en
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25
18
Op. cit.
19
OREALC/UNESCO (2007). Educación de calidad para todos: un asunto de derechos humanos. Santiago, Chile.
cuenta las problemáticas particulares y
específicas de cada jurisdicción, vincu-
ladas a aspectos de carácter local.”
El enfoque del sujeto de derecho
Diversos grupos docentes explicitan que
el sujeto que aprende es un sujeto de
derecho, pero que cotidianamente se
encuentran prácticas docentes y profe-
sionales con ausencia de mirada hacia el
niño como ese sujeto de derecho.
El derecho a la educación de las personas
con discapacidad requiere de una forma-
ción específica desde los profesorados de
las distintas áreas y niveles educativos en
conceptos clave como sistemas de protec-
ción, relaciones entre igualdad y diferen-
cias, el derecho a ser escuchados y otros
conceptos para potenciar la formación de
sujetos de derecho. La capacitación debe
favorecer la desnaturalización de ciertas
prácticas discriminatorias.
El estrechamiento de la alianza entre los
movimientos de "derechos humanos" y
los de "discapacitados" se produce a fin
de reaccionar ante la exclusión y ha pro-
movido el paradigma educativo actual de
educación inclusiva. Según el informe de
Vernor Muñoz,18
la educación inclusiva se
basa en el principio de que siempre que
sea posible todos los niños deben estu-
diar juntos, sin establecer ningún tipo de
diferencias. El planteo reconoce que todo
niño tiene características, intereses,
capacidades y necesidades de aprendizaje
particulares, y que los alumnos con nece-
sidades educativas deben tener acceso al
sistema de educación general mediante
una pedagogía centrada en el niño.
La educación inclusiva, al tener en cuenta
la diversidad existente entre los alumnos,
trata de luchar contra actitudes discrimi-
natorias, crear comunidades donde sean
bien acogidos, lograr una educación para
todos, así como mejorar la calidad y la efi-
cacia de la educación en la enseñanza.
Los sistemas educativos deberían dejar de
considerar a las personas con discapaci-
dad como “problemas que hay que solu-
cionar”, y actuar de manera positiva ante
la diversidad del alumnado, reconociendo
las diferencias individuales como otras
tantas oportunidades para enriquecer la
enseñanza para todos. En el informe
antes mencionado se sostiene que el
parámetro por considerar es justamente
el criterio de participación plena, autode-
terminación, interdependencia y autono-
mía, como también el concepto de traba-
jar por la calidad de vida de las personas
con discapacidad, con especial atención a
las necesidades que fueran presentando.
Todas las personas tienen derecho a la
educación. El ser humano necesita ayuda
y dirección de otros; es a través de la edu-
cación que el ser humano se constituye en
“plenamente humano”. Este carácter
humanizador otorga a la educación un
valor en sí misma y la constituye en dere-
cho humano fundamental para todas las
personas. La principal finalidad que
establecen los instrumentos del derecho
internacional de derechos humanos,
como la Declaración Universal de Dere-
chos Humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Cultu-
rales, la Convención sobre los Derechos
del Niño o la Convención sobre los Dere-
chos de las Personas con Discapacidad, es
precisamente el pleno desarrollo de la
persona humana.19
Pero, además de ser el motor del desa-
rrollo humano individual, lo es del
desarrollo colectivo: así como a través
de la educación se desarrollan las per-
sonas, a través de la educación se
desarrollan las sociedades. A esta ver-
tiente se vincula directamente un
segundo argumento a favor de un
enfoque de derechos en educación: el
derecho a la educación está estrecha-
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26
20
K. Tomasevski (2004). Manual on Rights Based Education, Bangkok, Ediciones de la UNESCO.
21
UNESCO (2005). Guidelines for inclusión: Ensuring Access to Education for All, París, Ediciones de la UNESCO.
22
El concepto de calidad de la educación de este marco conceptual está extraído de OREALC/UNESCO (2007), Educación de cali-
dad para todos: un asunto de derechos humanos, Chile, Santiago.
mente relacionado con la ciudadanía,
hace posible el ejercicio de otros dere-
chos. Que el derecho a la educación sea
un derecho humano implica que es exi-
gible y justiciable, y que el Estado está
obligado a respetarlo, asegurarlo, pro-
tegerlo y promoverlo.
Desde el derecho internacional se con-
sidera que la educación en todas sus for-
mas y en todos los niveles presenta las
siguientes cuatro características:
a) Disponibilidad: debe haber institu-
ciones y programas de enseñanza en
cantidad suficiente.
b) Accesibilidad: las instituciones y los
programas de enseñanza han de ser
accesibles a todos, sin discriminación.
La accesibilidad consta de tres di-
mensiones:
i) No discriminación.
ii) Accesibilidad material.
iii) Accesibilidad económica.
c) Aceptabilidad: las personas tienen
derecho a acceder a una educación
de calidad; refiere a criterios de cali-
dad educativa.
d) Adaptabilidad: la educación ha de
tener la flexibilidad necesaria para
adaptarse a las necesidades de socie-
dades y comunidades, y responder a
esas necesidades en contextos cultu-
rales y sociales diferentes.20
Los cuatro factores mencionados se
pueden agrupar en tres principios que
sustentan un enfoque de educación
basado en los derechos:
1. Acceso a una educación obligatoria
y gratuita.
2. El derecho a una educación de cali-
dad.
3. Igualdad, inclusión y no discrimi-
nación.21
El derecho a la educación ha de ser, para
que cumpla su cometido, el derecho a
una educación de calidad.22
Desde una
perspectiva coherente con un enfoque de
derechos, una educación de calidad nece-
sariamente tiene que ser equitativa. El
concepto de equidad alude a la idea de
igualdad de oportunidades. También
tiene que ser relevante: es fundamental
plantearse cuáles son las finalidades de la
educación, y si estas finalidades represen-
tan las aspiraciones del conjunto de la
sociedad y no sólo de algunos grupos.
Además, la calidad se relaciona con lo
pertinente, tiene que cobrar significado
para las diferentes comunidades y las
diferentes personas involucradas, tiene
que adaptarse a las necesidades de los
diferentes contextos sociales y personas,
atendiendo a sus diferencias. La eficacia y
la eficiencia pueden ser considerados
atributos de la acción pública y responden
a la necesaria rendición de cuentas a los
ciudadanos. Por eso, si bien son impor-
tantes, no son suficientes para hablar de
calidad educativa, y tienen que ir acom-
pañados de los demás atributos.
El derecho a la educación implica igual-
dad, inclusión y no discriminación. La
Convención relativa a la lucha contra las
discriminaciones en la esfera de la ense-
ñanza entiende por discriminación toda
distinción, exclusión, limitación o prefe-
rencia que tenga por finalidad o por
efecto destruir o alterar la igualdad de
trato en la esfera de la enseñanza. No
discriminar implica que los individuos y
grupos accedan a una educación de cali-
dad en cualquier nivel educativo, sea
donde fuere que estén escolarizados, la
zona geográfica en la que habiten, sus
características personales, o su proce-
dencia social y cultural.
La no discriminación en educación exige
eliminar las prácticas que limitan no sólo
el acceso a la educación, sino también la
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27
continuidad de estudios y el pleno desa-
rrollo y aprendizaje de cada persona.
Asimismo, implica no segregar mediante
sistemas de enseñanza separados, y edu-
car juntos a los niños de la comunidad,
independientemente de su condición
social, cultural o individual. En definiti-
va, la no discriminación exige el desa-
rrollo de escuelas inclusivas.23
Los valores que promueve el paradigma
de la inclusión se basan en el recono-
cimiento de la persona con discapacidad
como sujeto de derecho. Ello implica en la
ética profesional el ejercicio del derecho a
expresarse y a opinar, y la exigencia de
escuchar atentamente al otro para que
sea partícipe en la toma de decisiones.
Dado que la representación de la persona
con discapacidad y sus lazos sociales es
una construcción social, para generar
prácticas que habiliten el mayor grado de
protagonismo se necesita revisar acti-
tudes, creencias, acciones y relaciones con
la alteridad; rever sentidos y prácticas con
la “alteridad deficiente” –el otro consi-
derado desde el déficit–; también poder
formular una autocrítica a los valores
imperantes desde la “normalidad”, y una
crítica a todo enunciado que excluya a
otros seres humanos porque los considera
“cuasi humanos”, no “seres humanos
completos”.
El Plan Nacional de Educación
Obligatoria señala:
“Mejorar la calidad implica colocar la
enseñanza en el centro de las preocu-
paciones y desafíos de la política educa-
tiva, a los efectos de garantizar el dere-
cho de todos los niños, niñas, jóvenes y
adultos a acceder a los conocimientos
necesarios para la participación en la
vida de manera crítica y transformado-
ra. Esto supone desarrollar políticas que
tengan como preocupación las pro-
puestas que la escuela ofrece, no sólo
en términos de contenidos sino tam-
bién respecto de los procesos de trans-
misión, las formas de organización así
como las condiciones pedagógicas y
materiales en que tiene lugar. Producir
mejores condiciones para el cotidiano
escolar tanto para alumnos como para
docentes implica una preocupación
por los modos en que es posible veri-
ficar la igualdad en el acceso a los
conocimientos para todos los niños,
jóvenes y adultos.”
El diálogo en el Sistema Educativo
La vigencia del derecho a la educación de
las personas con discapacidad exige una
coordinación de las políticas de edu-
cación, ciencia y tecnología con las de cul-
tura, salud, trabajo, desarrollo social,
deportes y comunicaciones, para atender
integralmente las necesidades de los suje-
tos, aprovechando al máximo los recursos
estatales, sociales y comunitarios.24
Al mismo tiempo, el diálogo como he-
rramienta, la comunicación y el deseo de
construir modelos institucionales y rela-
cionales basados en una cultura de la
participación, deberían atravesar todas
las instancias de las políticas educativas:
desde los niveles superiores de gestión
hasta los contextos del cotidiano escolar
y familiar.
Un sistema educativo que se rige por el
principio de educación inclusiva debe
trabajar de modo articulado y co-
responsablemente, para lo cual habrá
de definir, construir y sostener acciones
conjuntas hacia el interior y exterior del
mismo. Nos referimos a los distintos ni-
veles, modalidades y ámbitos en los que
se desarrolla la educación, y a los orga-
nismos nacionales, provinciales y muni-
cipales que garantizan los derechos.
El principio de inclusión requiere de una
acción mancomunada de las distintas
instancias políticas y jerárquicas de de-
cisión. En este sentido, la propuesta para
23
OREALC/UNESCO (2007), Educación de calidad para todos: un asunto de derechos humanos. Chile, Santiago.
24
Ley de Educación de la Nación, artículo 11, “Fines y objetivos de la política educativa”.
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28
comenzar a transitar la misma se basa
en el respeto y la aceptación por la
diferencia, la participación plena de las
familias, de los alumnos dentro de sus
posibilidades y de los docentes.
El Plan Nacional de Educación
Obligatoria propone políticas
de fortalecimiento institucional:
“El fortalecimiento institucional procu-
ra reforzar el vínculo entre los gobier-
nos educativos jurisdiccionales de cada
nivel y sus instituciones, con estrategias
dirigidas a los equipos políticos y técni-
cos de las provincias y de las institu-
ciones. Acompañar a las instituciones en
sus procesos de cambio requiere del for-
talecimiento de los equipos y de su for-
mación en herramientas para el diseño,
desarrollo y evaluación de las políticas.
Los desafíos se orientan a brindar a las
instituciones condiciones para renovar
sus proyectos políticos para la igualdad
y la calidad, democratizar su gobierno y
la vida institucional, renovar los for-
matos institucionales y las condiciones
pedagógicas en que se inscribe el traba-
jo docente y la organización de los
equipos docentes y las trayectorias esco-
lares de los alumnos. Este acom-
pañamiento apuesta al desarrollo de
dispositivos de trabajo conjunto con las
instituciones, espacios horizontales de
cooperación entre las instituciones y
entre las jurisdicciones, así como am-
pliar el horizonte del gobierno para la
participación de otros sectores, ámbitos
del gobierno y organizaciones de la
sociedad que puedan contribuir con el
desarrollo institucional.”
Los dispositivos para la inclusión deben
abordar la conflictividad de las situa-
ciones con decisiones no coactivas. El sis-
tema educativo que se rige por el princi-
pio de educación inclusiva debería traba-
jar de modo articulado y no como suele
suceder, la Educación Especial por un
lado, y la común por otro, en sus distintos
niveles y modalidades. Para modificar
esta situación, es necesario superar la
fragmentación desde las instancias políti-
cas y jerárquicas de decisión.
Los encuentros regionales y federales de
Educación Especial han favorecido la
reflexión sobre las políticas educativas, la
revisión de los dispositivos y las estrate-
gias propios de la Modalidad. En los
encuentros participaron las direcciones
provinciales y la Coordinación Nacional
de Educación Especial, también los
equipos técnicos que trabajan en esta
Modalidad, como los funcionarios provin-
ciales y técnicos de otros niveles y moda-
lidades.25
Se considera indispensable recu-
perar algunos debates y acuerdos:
• Una primera cuestión es que desde la
Modalidad se trata de pensar e inter-
venir para hacer posible la trayectoria
educativa integral de personas con
discapacidad. La educación integral
debe realizarse en el desarrollo de
una trayectoria en el Sistema Educa-
tivo; se habilitan entonces diferentes
intervenciones que deben estar coor-
dinadas en relación con los tiempos,
recursos y necesidades educativas de
alumnas y alumnos.
• El Estado debe actuar con celeridad en
las situaciones de inclusión en las cuales
resulta imperioso desplegar recursos
que permitan los apoyos específicos,
para asegurar una educación que
responda a las necesidades educativas
de la personas y, especialmente, de las
personas con discapacidades.
• El principio de inclusión debe transi-
tarse desde las instancias políticas y
jerárquicas de decisión, ya que si hay
fragmentación, es difícil la inte-
gración y el respeto a las diferencias
en el Sistema Educativo.
• Los procesos inclusivos que se han ini-
ciado desde otros niveles educativos y
requieren apoyos desde la Educación
25
Encuentros regionales Centro, Cuyo, NEA, NOA y Patagonia, y encuentros nacionales de la modalidad Educación Especial en
Argentina durante los años 2007 y 2008.
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Especial se deben regular y sistematizar.
También se deberá revisar el paradigma
inclusivo hacia adentro de la Educación
Especial; entre otras cuestiones, el crite-
rio de organización de las escuelas
especiales por discapacidad.
• Se deberá continuar con la revisión de
las políticas para la evaluación, la pro-
moción, la acreditación y la certifi-
cación desde la Modalidad y con las
instancias de cada Ministerio de Edu-
cación en el territorio nacional, proce-
so ya iniciado entre todos los niveles y
modalidades.
• La trayectoria educativa integral es
trazada para y con cada alumno. Así
se determinan las distintas etapas del
proceso escolar en función de las
mejores posibilidades, necesidades y
aspiraciones; se define la continuidad
en los servicios con estrategias que
implican al Sistema Educativo en su
conjunto.
• Se debe acordar la configuración de
servicios de apoyo y las políticas relati-
vas a la atención, la orientación, el
asesoramiento, la capacitación, la pro-
visión de recursos, la cooperación y el
seguimiento.
• La Educación Especial deberá desarro-
llar su actividad en diferentes ámbitos
según el nivel por el que transite el
alumno, en función de sus posibili-
dades de participación.
• Todas las personas poseen necesidades
educativas; pero se procura revisar
enfoques, representaciones y prácticas
sobre las “necesidades educativas” y las
“necesidades educativas especiales”.
En relación con la necesidad de revisar
los términos propios de determinadas
políticas, se recuperan dos párrafos de la
Conferencia Internacional de Educación:
“Tradicionalmente e incluso en la ac-
tualidad en distintas regiones del
mundo –por ejemplo, en Europa orien-
tal y Sureste europeo, así como en la
Comunidad de Estados Indepen-
dientes (CEI) y en algunas partes de
Asia–, el concepto y la práctica relativos
a la educación inclusiva se han limitado
principalmente a los estudiantes cate-
gorizados como alumnos con necesi-
dades especiales, lo que significa princi-
palmente los discapacitados físicos y/o
mentales, así como los refugiados.
Desde este punto de vista, los enfoques
y las respuestas que se dan a las necesi-
dades de los alumnos han sido funda-
mentalmente medidas remediales y
correctivas, estableciendo y aumentan-
do el número de escuelas especiales, de
estructuras curriculares diferenciadas, y
de docentes de Educación Especial.
“Una consecuencia significativa de las
estructuras curriculares e institucio-
nales diferenciadas para los estudian-
tes categorizados como alumnos con
necesidades especiales ha sido su se-
gregación y aislamiento en el Sistema
Educativo. No obstante, la premisa en
que se basa, es decir, que hay niños con
“necesidades especiales” es discutible,
ya que todos los niños pueden tener
dificultades de aprendizaje, muchos
niños con discapacidad no tienen pro-
blema alguno para aprender, y es fre-
cuente que niños con insuficiencias in-
telectuales se desempeñen muy bien en
determinadas áreas de estudio.”26
29
26
UNESCO, Conferencia Internacional de Educación. “La educación inclusiva: el camino hacia el futuro”, Ginebra, 25 - 28 de
noviembre de 2008, cuadragésima octava Conferencia.
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31
27
Leandro de Lajonquiere (2008), “Sobre el derecho a la educación”, en Infancia, legalidad y juego en la trama del lenguaje,
Buenos Aires, Noveduc.
28
Martha Nussbaum (2006), El ocultamiento de lo humano. Repugnancia, vergüenza y ley, Buenos Aires, Katz Editores.
Una trayectoria educativa integral
“Una educación acaba de hecho siendo
posible más allá de su propia imposibili-
dad… Todos nosotros –pequeños de otro-
ra– nos embarcamos en la travesía en la
medida en que invertimos la demanda
educativa, tallando, cada cual, un lugar
para sí en los sueños de otros.”27
Pro-
ponemos asir la educación, no entendida
como una lógica de certezas, sino como
un encuentro que posibilita la incer-
tidumbre, la duda, la crítica y la creación;
el descubrir al “Otro” en su condición de
diferente, un encuentro desde un estar
siendo únicos y singulares.
La formación integral es un concepto que
está presente en todos los principios que
rigen los proyectos educativos como
política universal y como enfoque peda-
gógico; consiste en una preparación para
el ejercicio como ciudadanos, es un mode-
lo personalizado, crítico y activo. La for-
mación integral es estímulo de diversas
potencialidades intelectuales, físicas, éti-
cas, estéticas. Implica garantizar un proce-
so de desarrollo de capacidades de
encuentro entre personas para ser
partícipes de un proyecto colectivo y de la
vida pública.28
El concepto trayectoria educativa integral
hace referencia a múltiples formas de
atravesar la experiencia educativa, ellas
no implican recorridos lineales por el
Sistema Educativo. Un conjunto de imá-
genes simbolizan y suponen itinerarios
“normales” configurados a partir de una
particular geometría escolar: escaleras,
peldaños y pirámides, cúspides o vértices
que prevalecen en un espacio simbólico.
Hay un camino prefigurado trazado con
independencia de quienes son los cami-
nantes, donde las rectas se ubican en un
lugar privilegiado. En contraste, lo sinuo-
so y curvo del camino se percibe como
déficit, desvío o atajo del caminante.
Las formas en las que se configuran las
trayectorias educativas de cada estu-
diante dependen de un conjunto comple-
jo de factores que han experimentado
decisivas transformaciones y sobre los
cuales es imprescindible profundizar la
mirada. Pensamos las trayectorias como
Las trayectorias educativas desde la Modalidad
En períodos de “crisis”, tal como se acostumbra decir, de decadencia o
renovación, cuando una institución está en parpadeo, la provocación a
pensar reúne en ese preciso instante el deseo de memoria y la exposi-
ción de un porvenir, la fidelidad de un guardián lo suficientemente fiel
como para querer mantener hasta la posibilidad del porvenir (…)
Ahora bien, ¿es posible guardar memoria y mantener la posibilidad?
¿Cómo sentirse responsable de lo que no se tiene y que además
todavía no está? (…) no sé si es posible guardar memoria y a la vez
mantener posibilidad. Más bien me siento tentado a pensar que una
no se guarda ni se mantiene sin la otra.
Jacques Derrida (1990).
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32
un recorrido de vida, de aprendizajes en
contextos institucionales (familiar, escolar,
laboral). Los recorridos posibles de los
sujetos son singulares, pero en el seno del
Sistema Educativo deben ser articulados,
acompañados e historizados. Son desa-
rrollados en sucesivas propuestas organi-
zadas curricularmente, diseñadas y eva-
luadas por los equipos escolares interdisci-
plinares con un posicionamiento de cada
uno como sujeto.
En este sentido, se destaca la importan-
cia de la participación de los alumnos en
la toma de decisiones que los involucren
habilitando la palabra y escuchándolos
activamente, propiciando desde la es-
cuela la formación para una ciudadanía
plena en el ejercicio de los derechos
culturales, políticos, civiles, sociales, y
una educación que les permita desarro-
llar su proyecto de vida. Ello supone el
análisis de condiciones institucionales y
curriculares para ofrecer a los alumnos
todas las posibilidades que brinda el
Sistema Educativo de cada provincia.
Asimismo, implica la articulación inter-
sectorial con otros organismos provin-
ciales, nacionales y de la sociedad civil.
La trayectoria educativa integral de los
alumnos requiere:
1. Itinerarios personalizados (desde un
máximo de singularidad posible).
2. La atención de las necesidades educa-
tivas, sociales y subjetivas de los dis-
tintos momentos de la vida del estu-
diante.
3. La adopción de un modelo social de dis-
capacidad para transformar las ba-
rreras. Proponer y desarrollar los apo-
yos para la participación de las per-
sonas con discapacidad, apuntando al
diseño universal de productos, entor-
nos, programas y servicios, precisando
las ayudas técnicas.
4. Que el Sistema Educativo en su con-
junto considere al alumno como un
sujeto con derecho a educarse.
5. Co-responsabilidades entre niveles y
modalidades entre escuela común,
escuela especial y apoyos desde la
Modalidad; trabajo colaborativo
entre los actores involucrados y com-
plementariedad de los equipos en el
Sistema Educativo en pos de alcanzar
una educación inclusiva.
Algunos docentes afirman: ”Creemos
que es algo complejo pero no imposible,
se necesita el accionar de todos los
agentes que deben intervenir, los cuales
deben comprometerse y asumir el rol
que a cada uno le compete”.
Repensar las trayectorias educativas
integrales
¿Quiénes intervienen en las decisiones
sobre la trayectoria educativa integral?
¿Quiénes asumen qué responsabili-
dades? La trayectoria educativa integral
deberá definirse al igual que los apoyos
requeridos con la participación de los
equipos interdisciplinarios de cada nivel
y/o modalidad; supervisores técnicos de
cada nivel o modalidad; familia y alum-
no. Debe realizarse conforme a la lega-
lidad, atendiendo el principio de jerar-
quía normativa y las políticas públicas de
cada jurisdicción.
La Modalidad ha desarrollado una gran
experiencia de trabajo compartido con el
Nivel Primario y con el Nivel Inicial. Sin
embargo, las nociones de trayectoria
educativa integral se diferencian en los
niveles, ya que están estrechamente vin-
culadas a los sujetos que atienden, a los
modelos organizativos y a las finalidades
educativas. La experiencia con Primaria
responde generalmente a modelos insti-
tucionales muy instalados en el propio
nivel (gradualidad y anualización, por
ejemplo). En Inicial, por otro lado, el tra-
bajo conjunto es más reciente y sujeto a la
revisión de nuevas categorías y legalidad.
En el Nivel Secundario, la experiencia es
menor y se plantean varios desafíos vincu-
lados a su obligatoriedad y a la educación
integral de jóvenes y adultos.
Los procesos de reflexión y planificación
conjunta entre los diferentes niveles y
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33
29
Flavia Terigi (2008), “Los desafíos que plantean las trayectorias escolares”. III Foro Latinoamericano de Educación: “Jóvenes y
docentes en el mundo de hoy”, Buenos Aires, Fundación Santillana.
30
Ole Briseid y Françoise Caillods (2004), “Trends in secondary education in industrialized countries: are they relevant for African
countries?”, Paris, IIEP- UNESCO.
modalidades del Sistema Educativo per-
mitirán la elaboración de propuestas
para el diseño de las trayectorias educa-
tivas integrales.
A partir de un artículo de F. Terigi,29
reflexionamos sobre cuestiones vincu-
ladas a las trayectorias educativas:
- Las trayectorias escolares de muchos que
asisten a las escuelas en calidad de alum-
nos están desacopladas de los recorridos
esperados por el Sistema. Lo que había
sido catalogado como problema indivi-
dual fue reformulado como problema
del Sistema Educativo general que debe
ser atendido sistemáticamente.
- Es necesario introducir la distinción
entre trayectorias teóricas y trayectorias
reales. El Sistema Educativo define, a
través de su organización y sus determi-
nantes, lo que llamamos trayectorias
escolares teóricas. Éstas expresan itine-
rarios en el Sistema que siguen la pro-
gresión lineal prevista y los tiempos mar-
cados por una periodización estándar.
- Las trayectorias teóricas se caracterizan
principalmente por tres rasgos del
Sistema Educativo: la organización del
Sistema por niveles; la gradualidad del
currículo; y la anualización de los grados
de instrucción. La organización del
Sistema por niveles es una disposición
centenaria del sistema escolar; la gra-
dualidad establece el ordenamiento de
los aprendizajes de todas las asignaturas
que componen el currículo en etapas o
grados de instrucción, y determina la
secuenciación temporal del aprendizaje
de saberes y la progresión por etapas,
mediando evaluaciones que acreditan la
satisfacción de los criterios de logro. El
avance por grados, el acoplamiento de
todas las asignaturas del currículo en
pasos sucesivos, tiene efectos sobre las
trayectorias teóricas. El tercer rasgo es la
anualización de los grados de instruc-
ción, que establece el tiempo previsto
para el cumplimiento de esos grados.
- Los rasgos que operan en la determi-
nación de las trayectorias teóricas son
tres arreglos independientes, que
cuando se combinan pueden derivar en
resultados indeseados. Por ejemplo,
contra lo que suele considerarse, la
gradualidad no produce per se la repi-
tencia: la misma combinada con la anua-
lización produce la repitencia. Nume-
rosos países no incluyen la repitencia
entre las trayectorias teóricas de sus
estudiantes secundarios, porque no
asocian gradualidad y anualización. La
regla es la promoción conjunta de los
alumnos pertenecientes a un mismo
grupo, y la diferenciación de los reco-
rridos de aprendizaje dentro de los
grupos, en el marco de sólidos cues-
tionamientos a la eficacia de la repeti-
ción. Estas prácticas, que en nuestro
país serían catalogadas rápidamente
de "disminución en las exigencias", las
aplican países de resonante éxito
educativo en las mediciones internacio-
nales, como Finlandia, Noruega y
Australia (Briseid y Caillods, 2004).30
- Nuestros desarrollos didácticos se apo-
yan en los ritmos que prevén las trayec-
torias teóricas y continúan basándose
en el supuesto de la biografía lineal
estándar. Suponen que enseñamos al
mismo tiempo los mismos contenidos a
sujetos de la misma edad, con disper-
siones mínimas. No se trata de que no
sepamos que en las aulas se agrupan
chicas y chicos de distintas edades; se
trata de la relativa inflexibilidad de
nuestros desarrollos pedagógico-didác-
ticos para dar respuestas eficaces
frente a la heterogeneidad.
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34
31
Ibid. Este análisis aporta a los intercambios de la modalidad Educación Especial con los niveles de enseñanza y con otras moda-
lidades.
32
Kessler (2004), en F. Terigi (2008), op.cit.
Las ideas anteriores centran la atención
sobre puntos críticos en los recorridos de
los adolescentes y jóvenes en las escue-
las, y sugieren la importancia de dar vi-
sibilidad a ciertas problemáticas.31
El mismo texto toma, además, la expre-
sión "escolaridad de baja intensidad"
para caracterizar los modos de permanen-
cia en la escuela de adolescentes y jóvenes
en conflicto con la ley (Terigi, 2008). Se
trata de una escolaridad caracterizada
por el “desenganche de las actividades
escolares”. En líneas generales, continúan
inscriptos, concurren de manera más o
menos frecuente según los casos, pero sin
realizar casi ninguna de las actividades
escolares: jamás estudian una lección ni
cumplen las tareas, no llevan los útiles y
no les importa mucho las consecuencias
de no hacerlas.32
- El “desenganche” presenta dos ver-
siones: disciplinada, el estudiante no
realiza las actividades escolares, pero
tampoco genera problemas de con-
vivencia; indisciplinada, desde el punto
de vista de la escuela, el estudiante
participa en problemas de disciplina
y/o faltas graves a los regímenes de
convivencia. En ambos casos, hay un
vínculo tenso con la escuela, siempre
cerca de la ruptura o de la implosión
violenta.
- La caracterización podría extenderse a
otros adolescentes y jóvenes que desa-
rrollan una relación con la escuela que
también puede considerarse de “baja
intensidad”. Muchos chicos y chicas in-
gresan a la escuela media pero no lo-
gran "enganchar" con ella; viven una
experiencia escolar desdibujada y el no
involucrarse en las actividades de
aprendizaje. El abandono de la escuela
es un desenlace al que se llega paulati-
namente.
Se hace necesario considerar el análisis
anterior y la diversidad de prácticas para
repensar las intervenciones desde la
Modalidad. El itinerario escolar es único,
personal, intransferible, es constitutivo de
la identidad. El ritmo, la solvencia, la
motivación con la cual se transita el itine-
rario educativo, influye directamente en
la construcción de la auto-percepción; en
definitiva, en la construcción de la propia
subjetividad. Se deben proponer estrate-
gias institucionales basadas en diferentes
agrupamientos, espacios y tiempos orga-
nizados, teniendo como base las poten-
cialidades de cada sujeto escolar.
La realización de trayectorias educativas
que necesitan propuestas conjuntas entre
diferentes niveles y modalidades plantea
varios interrogantes. En relación con el
trabajo conjunto entre la Modalidad y el
Nivel Primario, surgen preguntas. Varios
equipos consultados proponen repensar
la gradualidad como criterio para las
trayectorias educativas, tal como se ha
orientado desde la Modalidad. Se abren
preguntas sobre la posibilidad de trabajar
en Educación Especial flexibilizando la
estructura dentro de las escuelas espe-
ciales. Se cuestionan los criterios por uti-
lizar en cuanto a la agrupación de los
alumnos, si se tienen en cuenta los ritmos
de aprendizaje, si se da respuesta a la het-
erogeneidad del grupo y si se busca que
cada alumno alcance un desarrollo ópti-
mo de sus aprendizajes.
Por otra parte, las Escuelas Especiales
tienen una matrícula cada vez más comple-
ja en la atención a las personas con dis-
capacidad y enormes desafíos en relación
con las trayectorias educativas integrales;
un problema son los criterios de ingreso a
la Escuela Especial. Además, deben traba-
jar y orientar las trayectorias con otras
escuelas. Y algunas/os profesionales de la
educación observan que el término “espe-
cial” resulta discriminatorio en sí mismo,
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35
sobre todo para los alumnos cuando son
plenamente conscientes, sienten vergüen-
za y no se identifican con la institución.
Según los equipos docentes, deberían
afianzarse las experiencias y el trabajo
con el Nivel Inicial y Nivel Primario.
Entre otras, proponen sistematizar crite-
rios para las trayectorias en educación
temprana. Muchos señalan la necesidad
de intensificar el trabajo y la formación
en la detección de casos, con mayores
lineamientos para complementar las
intervenciones desde salud y educación,
con capacidad de establecer acuerdos y
redes interinstitucionales para acom-
pañar trayectorias educativas integrales.
La expresión “educación temprana” da
cuenta de una intervención educativa,
más que la “estimulación temprana”
que puede ser uno de los abordajes. La
educación temprana se plantea como un
trabajo cooperativo en forma de redes
entre instituciones educativas del Nivel
Inicial con la modalidad Educación
Especial, otros ministerios y actores so-
ciales. En ese marco se promueven los
apoyos a los jardines maternales como
parte del trabajo en red, por eso es
necesario trabajar en la normativa que
fortalezca ese accionar. La formación
docente debe contener las propuestas
curriculares para estos desarrollos.
La Modalidad desarrolla políticas y expe-
riencias institucionales en la educación
integral para jóvenes y adultos. Entre
otras sistematizaciones, pueden ser con-
sultados los documentos Educación e
inclusión para las jóvenes (2007) y
Educación integral de adolescentes y
jóvenes (2009). Ambas publicaciones dan
cuenta de parte del trabajo compartido
con el Nivel Secundario y con las escuelas
técnicas, de formación profesional y de
adultos. Se coincide sobre la necesidad de
pensar en nuevos espacios de integración
e inclusión socio-educativa para adoles-
centes y jóvenes que representen oportu-
nidades para construir aprendizajes signi-
ficativos, reconocidos y validados social-
mente, en el seno de una comunidad que
se recrea en forma permanente. En algu-
nas jurisdicciones, también se recomienda
la integración de alumnas/os hasta
edades más avanzadas y la extensión de
certificaciones válidas para la sociedad y
para el ejercicio de algún oficio.
Desde la Modalidad, los equipos propo-
nen pensar las categorías que utilizamos
en sus contextos y momentos históricos.
Por ejemplo, pensar en la educación en
general y de adolescentes y jóvenes en
particular, requiere imprescindiblemente
del conocimiento de las particularidades
y características comunes de esa etapa de
vida. Ello implica, a su vez, considerar y
reconocer que la adolescencia y la juven-
tud son conceptos sociales, en los cuales
intervienen distintos aspectos humanos y
a los que no es conveniente definir, ca-
racterizar y/o delimitar sólo por la coinci-
dencia etárea. También es necesario
tener en cuenta, dado el carácter de
“construcción social” de estas etapas del
desarrollo, que los conceptos al respecto
han variado (y varían en muchos casos)
histórica-geográfica y culturalmente.
Pensar al sujeto (adolescente-joven) de
este trayecto educativo (la escuela
media-secundaria) como sujeto de dere-
cho, posibilitará que todas las propues-
tas que se generen tengan sustento en
una educación para todo ser humano,
para la persona como ciudadano.
Muchas experiencias desde la Modali-
dad muestran la articulación con la
escuela nocturna, para dar a los jóvenes
la posibilidad de seguir “su recorrido
pedagógico” con un grupo acorde con
sus intereses y en un ámbito diferente al
de la Escuela Especial.
Distintos equipos sostienen que en las
intervenciones desde la Modalidad, para
proponer trayectorias educativas inte-
grales y para formular criterios evalua-
tivos de las situaciones, se deben tomar
en cuenta los contextos diversos y plu-
rales. La adaptación de los criterios de
evaluación debe dar prioridad a los
aprendizajes que se consideren básicos, a
los procedimientos y a las actitudes. Una
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36
buena estrategia para la adaptación de
los criterios de evaluación consiste en for-
mularlos de manera que permitan
establecer niveles de aprendizaje; esto
posibilita, a su vez, diseñar actividades
que se correspondan con esos grados de
aprendizaje, detectar y acompañar los
progresos de los alumnos y alumnas en la
adquisición de los saberes establecidos.
En relación con los logros observados en
la práctica dentro de la Modalidad, se
destaca que la modalidad Educación
Especial favorece la generación de alter-
nativas organizativas. Otros logros identi-
ficados son la flexibilidad evaluativa, la
educación no graduada cronológica-
mente y la movilidad dentro del Sistema
Educativo. También, las redes de trabajo
sostenidas en el tiempo, con los maestros
orientadores integradores de la zona de
incumbencia, las escuelas comunes y espe-
ciales, y las estrategias que permiten
propiciar un lenguaje en común en el tra-
bajo con los supervisores escolares, el
apoyo y la confianza en los criterios de
trabajo establecidos por el servicio. Se va-
loran los procesos de integración exitosos
y las adaptaciones curriculares que posi-
bilitan superar dificultades, que permiten
la continuidad y el egreso de los estu-
diantes. En algunas experiencias se obser-
va que desde la implementación del mo-
delo bilingüe para sordos en la institución
mejoró el desempeño escolar en los alum-
nos. Se logró una mejor asistencia del
alumnado. Hubo buenas integraciones,
especialmente con alumnos ciegos.
Las “derivaciones” y las trayectorias
educativas
El término “derivación” utilizado fre-
cuentemente necesita ser revisado en el
campo educativo. “Derivación”, eti-
mológicamente, quiere decir “desvia-
ción”, “desviar el curso de un río”. Hasta
el momento, nos hemos referido al
traslado que realiza un niño/a, adoles-
cente o joven con discapacidad, de una
institución a otra, por decisión de los
equipos interdisciplinarios, o de los pro-
fesionales intervinientes, con acuerdo
de los padres. Deberíamos preguntarnos
sobre los supuestos y fundamentos que
legitiman las derivaciones (¿se trata de
un paradigma biomédico?). Nuestras
preguntas remiten a los marcos legales
vigentes para tratar de dar cuenta de
intervenciones que pongan el acento en
las necesidades educativas.
La derivación se realiza desde un ámbito
a otro, por ejemplo, desde una institu-
ción de salud hacia un servicio de edu-
cación temprana. O puede darse de una
institución educativa a otra, de una
escuela común a una Escuela Especial, o
de una Escuela Especial a un centro
educativo-terapéutico.
La derivación supone conflictos de dere-
chos y/o los produce. Cuando una fami-
lia reclama un lugar para la educación
de sus hijos, cuando un docente solicita
apoyos para una inclusión real de un
alumno, cuando hay chicos que deman-
dan ser escuchados, cuando dos institu-
ciones o equipos conciben de modo
diferente la trayectoria de un/a alum-
no/a, se visualizan conflictos de dere-
chos y se deben lograr acuerdos para
garantizar el derecho a la educación.
La prácticas de derivación muchas veces
son vinculadas a prácticas tutelares,
propias de la ley del patronato; en ellas,
unos deciden en nombre de un sujeto
que no es consultado, no hay acuerdos
entre los adultos, no se sostiene la direc-
ción exigida desde el ejercicio de los
derechos. Por eso, la derivación puede
plantearse como una limitación de dere-
chos. La reflexión procura comunicar
modos de intervención desde la Moda-
lidad que contribuyan a posicionamien-
tos como sujetos en la realización de las
trayectorias educativas.
Muchos docentes de Educación Especial
consideran necesario el reemplazo de la
expresión “derivación” por definición
participativa de trayectorias educativas
integrales. Sostienen que la idea de
intervención para hacer una derivación
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37
33
Véase Comisión de Expertos de Educación Especial (2004), “Nueva perspectiva y visión de la Educación Especial”. Informe de la
Comisión de Expertos, Chile, Santiago, MINEDUC.
34
Véase R. Blanco (1999), “La atención a la diversidad en el aula y las adaptaciones del currículo”, en A. Marchesi, C. Coll y J.
Palacios (1999), Desarrollo psicológico y educación III. Necesidades educativas especiales y aprendizaje escolar, Madrid, Alianza psi-
cología.
puede ser un gran obstáculo para de-
finir y apoyar efectivamente una trayec-
toria educativa integral porque implica
un modelo muy diferente. Un grupo de
docentes valoriza el tránsito para enten-
der la derivación como orientación,
tanto en el término como en la caracte-
rización de una práctica diferente.
La intervención de la Modalidad es una
tarea educativa, debe generar configura-
ciones prácticas de apoyo y desarrollo de
trayectorias educativas. La derivación se
enmarca en modelos no educativos. Los
equipos de apoyo interdisciplinarios inter-
vinientes deben realizar las orientaciones
necesarias para cambiar el modelo de
intervención, para que resulte más parti-
cipativo e inclusivo. Se deben promover
espacios de articulación para “pensar”
juntos sobre la trayectoria integral.
Las alternativas educativas
Las alternativas educativas desde la
Modalidad durante el proceso de desa-
rrollo, enseñanza y aprendizaje se
enmarcan en las políticas públicas.
Según el Plan Nacional de Educación
Obligatoria:
“Las políticas de calidad incluyen las
acciones de carácter estatal tendientes
a promover mejores condiciones de
enseñanza y aprendizaje en las escue-
las. En este sentido, son políticas orien-
tadas a fortalecer los prácticas de ense-
ñanza de manera de construir modos
más pertinentes de transmisión de
saberes y de organizar una experiencia
escolar que les posibilite a todos los
niños, jóvenes y adultos, una plena
inclusión en la vida cultural, social,
económica y política.”
En este sentido, destacamos algunas
prestaciones fundamentales:
- provisión de medios de acceso al cu-
rrículo,
- provisión de currículo diversificado, y
- atención a la estructura social y el clima
emocional donde tiene lugar la edu-
cación.33
Los medios de acceso al currículo tienen
carácter permanente para que el proceso
de enseñanza se produzca en las mejores
condiciones posibles. Se trata de condi-
ciones materiales y simbólicas. Entre las
condiciones simbólicas, deberíamos aten-
der, entre otras, cuestiones relativas al
prejuicio y a la discriminación.
El acceso al currículo depende de diversas
condiciones físico-ambientales (la elimi-
nación de barreras arquitectónicas, inso-
norización de aulas, timbres luminosos,
pisos de madera, espejos, rampas, dis-
tribución del espacio, ubicación del alum-
no, luminosidad, etcétera). También, el
uso de materiales, equipamientos y ayu-
das técnicas que permitan a los estu-
diantes participar en las actividades con
autonomía. A veces implica equipamien-
tos específicos (máquina Perkins, materia-
les técnicos de audición, emuladores de
teclado, sintetizadores de voz, etc.) y
otras es suficiente con modificaciones a
materiales de uso común (aumentar el
tamaño de la letra de un texto, simplificar
una estructura gramatical, incorporar
imanes a puzzles…).
Resulta indispensable considerar el uso de
códigos de comunicación alternativos
aumentativos complementarios, o alter-
nativos al lenguaje oral o escrito (lengua
de señas, Braille y otros).34
Se hace nece-
sario en este punto remarcar las diferen-
cias que existen entre lo que significa
acceder al currículo a través de la lengua
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38
35
Ibid.
36
Véase Maryorie Benavides et al (2004), La educación de niños con talento en Iberoamérica. UNESCO. Oficina Regional de
Educación para América Latina y el Caribe.
37
F. Terigi (1999), Currículum. Itinerarios para aprehender un territorio. Buenos Aires, Santillana.
38
M. Warnock (1979), Report of the Committee of Inquiry into the Education of Handicapped Children and Young People Her
Majesty´s Stationery Office, Londres.
39
R. Blanco, C. Duk, M. Pérez (2002), Servicios de apoyo a la integración educativa. Principios y orientaciones, Santiago, HINENI,
FONADIS.
de señas y el acceso a través de códigos de
comunicación relacionados con el español.
Mientras las lenguas de señas poseen
una complejidad comparable a cual-
quier otra lengua, el Braille, por ejem-
plo, es un código que se deriva del
español. Proveer el medio lingüístico
accesible para los alumnos sordos
implica el manejo léxico, gramatical y
discursivo de una lengua que usa
estrategias visuales en la marcación de
sus estructuras. Si se equipara un
idioma a un código, se pierde la posi-
bilidad de elaborar herramientas edu-
cativas que sean accesibles para estos
niños y jóvenes.
Las diversificaciones curriculares se rea-
lizan en el qué, cómo y cuándo enseñar
y evaluar. Abarcan, por tanto, objetivos,
contenidos y su secuenciación, metodo-
logía, criterios y procedimientos de eva-
luación. Es imprescindible no perder de
vista que, si bien el currículo responde a
una cultura a partir de la cual se trans-
miten ciertos saberes, el quehacer do-
cente necesita de la participación del
sujeto de aprendizaje desde sus propios
deseos y su propio proyecto de vida.
Las diversificaciones del currículo pueden
o no ser significativas. Estas últimas
afectan elementos prescriptivos del cu-
rrículo oficial y pueden por tanto tener
efectos en la certificación. Este tipo de
ajustes ocurren cuando es necesario prio-
rizar algunas capacidades y por tanto
determinados contenidos y criterios de
evaluación; introducir aspectos no con-
templados en el currículum común o que
forma parte del ciclo o etapa anterior, o
ampliar determinados aspectos; o elimi-
nar objetivos, contenidos y criterios de
evaluación del currículo oficial.35
También se puede hablar de adaptaciones
curriculares cuando el currículo se
enriquece o compacta para atender las
necesidades de los estudiantes.36
Para
estas tareas de apoyo, debemos recuperar
la crítica a la idea de neutralidad del cu-
rrículo. Esa “no neutralidad” obliga a
plantearse con insistencia y en actitud
políticamente vigilante el problema de la
elaboración curricular.37
La justicia curricu-
lar se identifica con el cumplimiento de
tres principios en el currículo: la atención
de los intereses de los menos favorecidos,
la participación y la escolarización común
o principio de ciudadanía y la producción
histórica de la igualdad.38
La necesidad de una particular atención a
la estructura social y el clima emocional
donde tiene lugar la educación puede
tomar varias formas. Algunos estudiantes
necesitan la intimidad que se genera en
los pequeños grupos para participar y
aprender; otros requieren la seguridad
que ofrecen las escuelas pequeñas frente
a los establecimientos grandes; algunos
precisan una organización especial, por
ejemplo, escuelas que establezcan y
respeten claros límites de conducta.39
El acceso al currículo, las diversifica-
ciones curriculares o la atención al
ámbito donde tiene lugar la enseñanza
requieren de apoyos desde la modalidad
Educación Especial:
- Con diferentes tipos de organización
(tipo de ayudas que se necesitan).
- En función de las necesidades de los
estudiantes con discapacidad (apoyo
previo, simultáneo o posterior al traba-
jo en sala de clases).
- Identificando funciones de los profe-
sionales de apoyo (apoyo a la escuela,
al docente, a los estudiantes, a las
familias o a la comunidad) y trabajo
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39
40
Véase Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y PNUD (2008), Educación integral de adolescentes y jóvenes,
Buenos Aires.
colaborativo entre equipos inter-
vinientes.40
Las configuraciones de apoyo
La trayectoria educativa integral de los
estudiantes requiere configuraciones de
apoyo en los diferentes niveles y moda-
lidades del Sistema Educativo. En cuanto
a la trayectoria educativa integral de las
personas con discapacidad, se trata de
precisar las configuraciones de apoyo
desde la modalidad Educación Especial.
Denominamos apoyos a las redes, rela-
ciones, posiciones, interacciones entre
personas, grupos o instituciones que se
conforman para detectar e identificar
las barreras al aprendizaje y desarrollan
estrategias educativas para la partici-
pación escolar y comunitaria. Estos
apoyos procuran diseñar, orientar, con-
tribuir a la toma de decisiones educati-
vas para el desarrollo de capacidades y
potencialidades del Sistema, las institu-
ciones y los equipos. Acompañan con
estrategias pedagógicas a las personas
con discapacidades para desempeñarse
en el contexto educativo y comunitario
con el menor grado de dependencia y el
mayor grado de autonomía posible.
La Modalidad, ya se trate de escuelas
especiales, gabinetes u otras formas de
organización, debe definir sus propios
proyectos institucionales mediante las
configuraciones prácticas de apoyo, con-
siderando las diferentes tareas que pue-
den realizar, los contenidos propios, las
necesidades educativas de las personas
con discapacidad, y los trabajos con todas
y todos en una comunidad educativa para
la sensibilización sobre la lengua de señas,
campañas contra la discriminación de per-
sonas con discapacidad o para transfor-
mar barreras educativas, entre otras.
Un recurso por sí solo no constituye un
apoyo. Sólo pasa a serlo cuando éste es
activado por un agente (persona, grupo)
con una intencionalidad o propósito
educativo. Estos apoyos se desarrollan a
través de configuraciones prácticas:
atención, asesoramiento y orientación,
capacitación, provisión de recursos,
cooperación y colaboración, seguimien-
to e investigación.
Las configuraciones prácticas que
pueden adoptar los apoyos serán defi-
nidas sobre la base de la evaluación y la
valoración de las discapacidades de los
estudiantes, las barreras al aprendizaje,
las necesidades educativas de los alum-
nos/as, el contexto y los recursos de las
instituciones. Como intervenciones, las
configuraciones de apoyo afectan la
dimensión personal. Es deseable com-
prender la relación de apoyo como una
forma de vínculo educativo para y con la
persona con discapacidad.
Las configuraciones deben tener un
carácter flexible, complementario y con-
textualizado para favorecer la selección
de estrategias apropiadas. Estas últimas
serán documentadas formalmente en
convenios y/o acuerdos interinstitu-
cionales. En los procesos de construcción
de acuerdos, se debe privilegiar el
interés superior de las personas, espe-
cialmente de niñas, niños y jóvenes con
discapacidad; en este sentido, se aten-
derá el derecho a ser escuchados.
La atención de los estudiantes implica
diversos apoyos y un mismo alumno
puede recibir más de uno de acuerdo
con sus necesidades. Por ello, se reco-
mienda que el equipo que decide la
trayectoria educativa integral sea inter-
disciplinario. Todos los profesionales
aportan sus conocimientos para tener
una mirada integral del niño/a.
La función del equipo está centrada en
el acompañamiento en la trayectoria
escolar del alumno/a y en la realización
de trayectos flexibles, con seguimiento,
monitoreo y evaluación del proceso. Se
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trata de resignificar el trabajo de los
equipos interdisciplinarios desde un
enfoque que garantice las finalidades
del Sistema Educativo.
Como ya se mencionó, las configura-
ciones prácticas que pueden adoptar los
apoyos educativos pueden ser:
• Atención
• Asesoramiento y orientación
• Capacitación
• Provisión de recursos
• Cooperación y acción coordinada
• Seguimiento
• E incluso, investigación
Proponemos entonces algunas definiciones:
• Atención. En esta instancia se lleva a
cabo la valoración de las necesidades
educativas y las barreras al aprendiza-
je para su identificación y toma de
decisiones respecto de las modifica-
ciones de las condiciones y del proceso
educativo. Contempla instancias de
aplicación de procedimientos y evalua-
ción, programación de atención y
seguimiento del proceso.
• Asesoramiento y orientación. Infor-
ma lo que se puede y lo se debe
hacer. Su carácter es preventivo. Se
parte de un enfoque institucional, de
las concepciones sobre los procesos
de enseñanza-aprendizaje, de las
prácticas educativas y de los modelos
de gestión y organización. Favorece
la eficacia de las reuniones, la co-
responsabilidad de los implicados en
el cumplimiento de los acuerdos, el
seguimiento de las acciones y su pun-
tual y correcta evaluación y revisión.
Facilita la creación de redes de comu-
nicación en la comunidad educativa.
• Capacitación. El apoyo educativo pue-
de configurarse como una actividad
formativa intencional para el desarro-
llo de conocimientos y capacidades de
docentes y familias; de comunidades
educativas y de trabajos interinstitu-
cionales. Se trata de construir una
nueva cultura institucional basada en
principios, como aprender investigan-
do de forma colaborativa. Mediante
esta configuración se proponen instan-
cias de formación y encuentros pedagó-
gicos participativos y horizontales.
• Provisión de recursos. El apoyo educa-
tivo como provisión de recursos supo-
ne por lo general actividades media-
doras de difusión, por parte del
agente o del sistema; desde personas,
grupos o centros que producen (di-
señan y elaboran) determinados recur-
sos y materiales hasta las instituciones
escolares para su utilización. Se inclu-
yen: equipamientos, medios técnicos,
recursos didácticos, programas y mate-
riales curriculares, documentos, libros
de consulta, manuales, ejemplifica-
ciones, normativas.
• Cooperación y acción coordinada. En
esta configuración del apoyo educati-
vo, las actividades, sean cuales fueren,
se desarrollan conjuntamente entre
los integrantes del sistema de apoyo y
otros de diferentes áreas, niveles e
instituciones para garantizar la trayec-
toria educativa integral.
• Seguimiento. Comienza con la atención
de personas, equipos, grupos e institu-
ciones, e implica procedimientos y dise-
ño de la trayectoria educativa integral
de cada alumno con la definición de los
acompañamientos. Se precisan planes,
tiempos, espacios, objetivos, partici-
pantes, roles y modos de evaluación. El
seguimiento es de procesos, relaciones,
ambientes, aprendizajes y sujetos.
• Investigación. Las configuraciones
prácticas requieren este ejercicio en
general y especialmente para el análi-
sis de casos. Los procesos de investi-
gación facilitan la construcción de lo
público y la acción educativa en tal
sentido; nos habilitan para preguntar,
formular hipótesis, contrastar con bi-
bliografía, construir casos, sistemati-
zar y realizar ajustes y mejoras. Se
trata de enseñantes que investigan
en espacios planificados y mediante
procesos de reflexión.
40
PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 40
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Fuentes de información y consulta
41
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42
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SISTEMA DE PROTECCIÓN INTERAMERICANO (OEA)
Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de
San José de Costa Rica),1969.
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43
Anexos
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45
A continuación se procuró sintetizar argumentos
y reflexiones citados en este documento, con la
intención de proponer enunciados normativos
fundamentales en relación con los temas plantea-
dos y con los cambios orientados por la Ley de
Educación Nacional.
La modalidad Educación Especial
a) Los marcos normativos y el Sistema Educativo
El Sistema Educativo nacional se define como el
conjunto organizado de servicios y acciones
educativas regulados por el Estado que posibili-
tan el ejercicio del derecho a la educación.
b) La modalidad Educación Especial en la Ley de
Educación Nacional
La Educación Especial es la modalidad del Sistema
Educativo destinada a asegurar el derecho a la
educación de las personas con discapacidades,
temporales o permanentes, en todos los niveles y
modalidades del Sistema.
Las autoridades jurisdiccionales, con el propósito
de asegurar el derecho a la educación, la inte-
gración escolar y la inserción de las personas con
discapacidades, dispondrán las medidas nece-
sarias para:
• Posibilitar una trayectoria educativa integral con
acceso a saberes tecnológicos, artísticos y culturales.
• Contar con personal especializado que trabaje
en equipo con docentes de la escuela común.
• Asegurar la cobertura de los servicios educa-
tivos especiales –transporte, recursos técnicos y
materiales para el desarrollo del currículo.
• Propiciar alternativas de continuidad para la
formación a lo largo de toda la vida.
• Garantizar la accesibilidad física de todos los edifi-
cios escolares. (Ley de Educación Nacional, art. 44).
Se deberán crear instancias institucionales y técni-
cas para la orientación de la trayectoria escolar más
adecuada de alumnos/as con discapacidades, en
todos los niveles de la enseñanza obligatoria, así
como las normas que regirán los procesos de eva-
luación y certificación escolar. Deben articularse los
organismos del Estado que atienden a personas
con discapacidades para garantizar un servicio de
mayor calidad. (Ley de Educación Nacional, art. 45).
Las provincias y la Ciudad de Buenos Aires, en el
marco de la articulación de niveles de gestión y
funciones de los organismos competentes para la
aplicación de la Ley Nº 26.061, establecerán los pro-
cedimientos y recursos para identificar temprana-
mente las necesidades educativas derivadas de la
discapacidad o de trastornos en el desarrollo, a fin
de darles la atención interdisciplinaria y educativa
para lograr la inclusión desde el Nivel Inicial.
c) La inclusión, un enfoque y un desafío
La inclusión se presenta como un enfoque filosó-
fico, social, político, económico y especialmente
pedagógico para:
• La aceptación y la valoración de las diferencias
en una escuela que es de todos, para todos y para
cada uno.
• La definición de políticas que protejan el interés
superior del niño y de los sujetos de la educación.
• El desarrollo del sentido de comunidad, solidari-
dad y pertenencia plural.
• La promoción de las alfabetizaciones múltiples.
• El aprendizaje constructivo y la valoración de las
capacidades de todos los estudiantes.
• Una cultura educativa en la cual todos se sien-
tan partícipes.
d) Políticas de inclusión con integración
La educación inclusiva requiere de un marco insti-
tucional que conjugue la educación en general y
la Educación Especial para ser parte de un sistema
único. Las políticas educativas inclusivas exigen
intervenciones coordinadas desde el Sistema
Educativo y políticas públicas concurrentes.
La inclusión supone un sistema unificado e inte-
grado para todos, lo que implica la exigencia de
un currículum común con la posibilidad de desa-
rrollar adaptaciones curriculares. Ese currículum
ANEXO I
SÍNTESIS ORIENTADA A LA ELABORACIÓN DE NORMATIVAS
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46
procura garantizar la igualdad en el derecho a
la educación.
La Educación Especial se concibe como un con-
junto de propuestas educativas y recursos de
apoyo educativo, especializados y complemen-
tarios, orientados a la mejora de las condiciones
de enseñanza y aprendizaje para quienes pre-
senten discapacidades.
La inclusión no debería significar una ruptura de
los fines que persiguen los procesos de inte-
gración; implica una reorganización y reestruc-
turación de todo el Sistema Educativo, para
posibilitar el acceso, la permanencia y los logros
de todos los alumnos. Las necesidades de los
estudiantes son vistas como necesidades de la
institución y las diferencias están dadas por los
estilos, ritmos, motivaciones para el aprendizaje.
La integración es “un medio estratégico-meto-
dológico”, puede ser definida como una práctica
para que la escuela sea inclusiva.
La promoción de entornos inclusivos debe estar
orientada por valores: el respeto, la comprensión
y la atención a la diversidad cultural, social e indi-
vidual (respuesta de los sistemas educativos,
escuelas y docentes a las expectativas y necesi-
dades de los alumnos); el acceso en condiciones
de igualdad a una educación de calidad; y la
estrecha coordinación con otras políticas sociales.
e) Las personas con discapacidad
Los Estados deben asegurar que las personas con
discapacidad:
• no queden excluidas del sistema general de
educación;
• accedan a una educación primaria y secundaria
inclusiva, en igualdad de condiciones en la comu-
nidad en la que vivan;
• se hagan ajustes razonables en función de las
necesidades individuales;
• se preste el apoyo necesario en el marco del sis-
tema general de educación para facilitar su for-
mación efectiva;
• se faciliten medidas de apoyo personalizadas en
entornos que fomenten al máximo el desarro-llo
académico y social, de conformidad con el objeti-
vo de la plena inclusión.
Se realizarán progresivamente planes, programas y
apoyos para facilitar el aprendizaje del Braille, la
escritura alternativa, otros modos, medios y for-
matos de comunicación aumentativos o alterna-
tivos y habilidades de orientación y de movilidad,
así como la tutoría y el apoyo entre pares; favore-
cer el aprendizaje de la lengua de señas y la promo-
ción de la identidad lingüística de las personas sor-
das; asegurar que la educación de las personas cie-
gas, sordas o sordociegos se imparta en los lengua-
jes y los modos y medios de comunicación más
apropiados y en entornos que permitan alcanzar su
máximo desarrollo académico y social.
Los Estados asegurarán que las personas con dis-
capacidad tengan acceso general a la educación
superior, la formación profesional, la educación
para adultos y el aprendizaje durante toda la vida
sin discriminación y en igualdad de condiciones
con las demás.
Deberá entenderse la discapacidad como un con-
junto de condiciones que responden a la interac-
ción entre las características del individuo y el
contexto social. No importa tanto la deficiencia
del individuo como sus potencialidades y lo que
pueda llegar a hacer mediante la eliminación de
barreras contextuales y el apoyo necesario. Por
eso, los gobiernos deben revisar en todos los
órdenes las barreras materiales y simbólicas exis-
tentes con el fin de eliminarlas, y prevenir futuras
configuraciones de obstáculos e impedimentos
para la participación de las personas con dis-
capacidad en orden a sus derechos, apuntando a
diseños universales, es decir, que pueden utilizar
todas las personas. Ese diseño universal no
excluye las ayudas técnicas.
f) La producción de información desde la
Modalidad
Se producirá información estadística sobre la canti-
dad de población con discapacidad y sobre las esco-
larizadas; sobre los índices de abandono o deser-
ción escolar de niños, niñas y adolescentes con dis-
capacidad; datos sobre éxito o fracaso escolar y los
movimientos institucionales de esta población.
Se debe favorecer un trabajo coordinado con
documentación y herramientas de otros niveles y
modalidades y con la Coordinación de Educación
Especial y la Dirección Nacional de Información y
Evaluación de la Calidad Educativa (DINIECE) del
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47
Ministerio de Educación de la Nación.
g) El enfoque del sujeto de derecho
El derecho a la educación de las personas con dis-
capacidad requiere una formación específica desde
los profesorados de las distintas áreas y niveles
educativos en conceptos clave, como sistemas de
protección, relaciones entre igualdad y diferencias,
el derecho a ser escuchados y otros conceptos para
potenciar la formación de sujetos de derecho. La
capacitación debe favorecer la desnaturalización
de ciertas prácticas discriminatorias.
Los sistemas educativos deberían dejar de consi-
derar a las personas con discapacidad como
“problemas que hay que solucionar”, y actuar de
manera positiva ante la diversidad del alumnado,
reconociendo las diferencias individuales como
otras tantas oportunidades para enriquecer la
enseñanza para todos. Debe atenderse los crite-
rios de participación plena, autodeterminación,
interdependencia y autonomía, y trabajar por la
calidad de vida de las personas con discapacidad,
con especial atención a las necesidades educati-
vas que fueran presentando.
h) El diálogo en el Sistema Educativo
El derecho a la educación de las personas con dis-
capacidad exige una coordinación de las políticas
de educación, ciencia y tecnología con las de cul-
tura, salud, trabajo, desarrollo social, deportes y
comunicaciones, para atender integralmente las
necesidades de los sujetos, aprovechando al má-
ximo los recursos estatales, sociales y comunitarios.
El principio de inclusión requiere de una acción
mancomunada de las distintas instancias políticas
y jerárquicas de decisión.
La trayectoria educativa integral es trazada para y
con cada alumno. Así se determinan las distintas
etapas del proceso escolar en función de las mejores
posibilidades, necesidades y aspiraciones; se define
la continuidad en los servicios con estrategias que
implican el Sistema Educativo en su conjunto.
La trayectoria educativa desde la Modalidad
a) Una trayectoria educativa integral
La formación integral es un concepto que está
presente en todos los principios que rigen los
proyectos educativos como política universal y
como enfoque pedagógico, consiste en una
preparación para el ejercicio como ciudadanos, es
un modelo personalizado, crítico y activo.
La formación integral es estímulo de diversas
potencialidades intelectuales, físicas, éticas,
estéticas; implica garantizar un proceso de desa-
rrollo de capacidades de encuentro entre per-
sonas para ser partícipes de un proyecto colectivo
y de la vida pública.
La trayectoria educativa integral no implica
recorridos lineales por el Sistema Educativo. Los
recorridos posibles de los sujetos son singulares,
pero en el seno del Sistema Educativo deben ser
articulados, acompañados e historizados; son
desarrollados en sucesivas propuestas organi-
zadas curricularmente, diseñadas y evaluadas por
los equipos escolares interdisciplinares.
Debe tenerse en cuenta la participación de los
alumnos y de sus familias en la toma de deci-
siones sobre sus trayectorias educativas propi-
ciando la formación para una ciudadanía plena
en el ejercicio de los derechos.
b) Repensar las trayectorias educativas integrales
La trayectoria educativa integral deberá definirse
al igual que los apoyos requeridos con la partici-
pación de los equipos interdisciplinarios de cada
nivel y/o modalidad, los supervisores técnicos de
cada nivel o modalidad, y la familia y los alumnos.
Debe realizarse conforme a la legalidad, aten-
diendo al principio de jerarquía normativa y a las
políticas públicas de cada jurisdicción.
Los procesos de reflexión conjunta entre los niveles
y modalidades con los cuales interviene la modali-
dad Educación Especial permitirán la elaboración
de propuestas para las trayectorias educativas inte-
grales personalizadas desde la educación temprana
hasta la adultez. Se apunta a reglamentar un mo-
delo organizativo y pedagógico.
La Modalidad desarrolla políticas y experiencias
institucionales en la educación integral para
jóvenes y adultos. Se requieren nuevos espacios
de integración e inclusión socio-educativa para
adolescentes y jóvenes que representen oportu-
nidades para construir aprendizajes significativos,
reconocidos y validados socialmente.
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48
c) Las “derivaciones” y las trayectorias educativas
La intervención de la Modalidad es una tarea
educativa, debe generar configuraciones prácti-
cas de apoyo y desarrollo de trayectorias educati-
vas. La derivación se enmarca en modelos no
educativos.
Los equipos de apoyo interdisciplinarios inter-
vinientes deben realizar las orientaciones nece-
sarias para cambiar el modelo de intervención,
para que resulte más participativo e inclusivo. Se
deben promover espacios de articulación para
“pensar” juntos sobre la trayectoria integral.
d) Las alternativas educativas
El acceso al currículo, las diversificaciones curricu-
lares o la atención al ámbito donde tiene lugar la
enseñanza requiere apoyos que pueden tener
diferentes tipos de organización, en función de
las necesidades de los estudiantes con discapaci-
dad, con identificación de las funciones de los
profesionales de apoyo en un trabajo colaborati-
vo entre equipos intervinientes.
Los medios de acceso al currículo tienen carácter
permanente para que el proceso de enseñanza se
produzca en las mejores condiciones posibles. Se
trata de condiciones materiales y simbólicas.
Entre otras, dependen de diversas condiciones
físico-ambientales (la eliminación de barreras
arquitectónicas, pisos de madera, espejos, etc.).
También, del uso de materiales, equipamientos y
ayudas técnicas que permitan a los estudiantes
participar en las actividades con autonomía.
Resulta indispensable considerar el uso de códi-
gos de comunicación alternativos aumentativos
complementarios, o alternativos al lenguaje oral
o escrito. Se debe diferenciar el acceso al currícu-
lo a través de la lengua de señas y el acceso a
través de códigos de comunicación relacionados
con el español.
Las diversificaciones curriculares se realizan en el
qué, cómo y cuándo enseñar y evaluar. Abarcan
objetivos, contenidos y su secuenciación, meto-
dología, criterios y procedimientos de evaluación.
Pueden o no ser significativas; estas últimas afectan
elementos prescriptivos del currículo oficial y
pueden, por tanto, tener efectos en la certificación.
La atención a la estructura social y el clima emo-
cional donde tiene lugar la educación puede
tomar varias formas. Algunos estudiantes necesi-
tan la intimidad que se genera en los pequeños
grupos; otros requieren la seguridad que ofrecen
las escuelas pequeñas frente a los establecimien-
tos grandes; hay quienes precisan una organi-
zación especial, por ejemplo, escuelas que
establezcan y respeten claros límites de conducta.
e) Las configuraciones de apoyo
La trayectoria educativa integral de los estudian-
tes requiere configuraciones de apoyo en los
diferentes niveles y modalidades del Sistema
Educativo. En cuanto a la trayectoria educativa
integral de las personas con discapacidad, se trata
de precisar las configuraciones de apoyo desde la
modalidad Educación Especial.
Denominamos apoyos a las redes, relaciones, posi-
ciones, interacciones entre personas, grupos o insti-
tuciones que se conforman para detectar e identi-
ficar las barreras al aprendizaje y desarrollan
estrategias educativas para la participación escolar y
comunitaria. Estos apoyos procuran diseñar, orien-
tar, contribuir a la toma de decisiones educativas
para el desarrollo de capacidades y potencialidades
del Sistema, las instituciones y los equipos.
Acompañan con estrategias pedagógicas a las per-
sonas con discapacidades para desempeñarse en el
contexto educativo y comunitario con el menor
grado de dependencia y el mayor grado de
autonomía posible.
Las configuraciones prácticas que pueden adop-
tar los apoyos educativos son: atención, aseso-
ramiento y orientación, capacitación, provisión
de recursos, cooperación y acción coordinada,
seguimiento e incluso investigación.
La Modalidad, ya se trate de escuelas especiales,
gabinetes u otras formas de organización, debe
definir sus propios proyectos institucionales
mediante las configuraciones prácticas de apoyo,
considerando las diferentes tareas que pueden
realizar, los contenidos propios, las necesidades
educativas de las personas con discapacidad, y los
trabajos con todas y todos en una comunidad
educativa, para la sensibilización sobre la lengua
de señas, campañas contra la discriminación de
personas con discapacidad o para transformar
barreras educativas, entre otras.
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49
Las configuraciones prácticas que pueden adoptar
los apoyos serán definidas sobre la base de la eva-
luación y la valoración de las discapacidades de los
estudiantes, las barreras al aprendizaje, las necesi-
dades educativas de los alumnos/as, el contexto y
los recursos de las instituciones. Como interven-
ciones, las configuraciones de apoyo afectan la
dimensión personal. Es deseable comprender la
relación de apoyo como una forma de vínculo
educativo para y con la persona con discapacidad.
Las configuraciones deben tener un carácter fle-
xible, complementario y contextualizado para
favorecer la selección de estrategias apropiadas.
Estas últimas serán documentadas formalmente
en convenios y/o acuerdos interinstitucionales. En
los procesos de construcción de acuerdos, se debe
privilegiar el interés superior de las personas,
especialmente, de niñas, niños y jóvenes con dis-
capacidad; en este sentido, se atenderá el dere-
cho a ser escuchados.
La atención de los estudiantes implica diversos
apoyos y un mismo alumno puede recibir más de
uno de acuerdo con sus necesidades. Por ello, se
recomienda que el equipo que decide la trayecto-
ria educativa integral sea interdisciplinario. Todos
los profesionales aportan sus conocimientos para
tener una mirada integral del niño/a.
La función del equipo está centrada en el acom-
pañamiento en la trayectoria escolar del alum-
no/a y en la realización de trayectos flexibles, con
seguimiento, monitoreo y evaluación del proce-
so. Se trata de resignificar el trabajo de los
equipos interdisciplinarios desde un enfoque que
garantice las finalidades del Sistema Educativo.
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51
El avance en la comprensión de la discapacidad
no es un proceso aislado de la realidad. Está inter-
relacionado e impulsado por los acontecimientos
socio-políticos, culturales y económicos que suce-
den en determinados momentos históricos.
Así, desde las décadas de los años sesenta y seten-
ta del siglo XX, especialmente en el contexto de
Estados Unidos, Gran Bretaña y países escandi-
navos, aparecen diversos movimientos sociales
por parte de colectivos “desfavorecidos”, como
personas de raza negra y otras minorías étnicas,
mujeres y personas con discapacidad, que denun-
cian su situación de marginación y piden el
reconocimiento de sus derechos civiles como ciu-
dadanos y ciudadanas en situación de igualdad
social. En Estados Unidos, por ejemplo, surge el
denominado Independent Living Movement
(Movimiento de Vida Independiente) y diversos
grupos en otros países. Estos movimientos son
promovidos por personas con discapacidad y sus
familias, al rechazar la vida en instituciones
apartadas y ser sometidos a programas de reha-
bilitación, sin tener ningún control sobre sus
vidas. Estas personas manifiestan sentirse “opri-
midas” y reclaman sus derechos para tomar por sí
mismas control para sus vidas.
En referencia a lo anterior se destacan dos ele-
mentos o fuerzas que se interrelacionan para
favorecer la nueva comprensión de la discapaci-
dad: por una parte, la investigación y la reflexión
teórica, donde confluyen distintos campos del
saber (psicología, sociología, pedagogía, econo-
mía, política…), así como la expansión del
conocimiento (que no queda reducido a los
“expertos”); por otra, la extensión del movimien-
to social de las personas con discapacidad.
Por tal motivo, en diferentes ritmos y momentos
según el país, la dinámica políticosocial general, el
interés de investigadores y de profesionales por el
tema, la sensibilización y la movilización de las
propias personas implicadas, una aceptación progre-
siva de los nuevos análisis, sus postulados y sus pro-
puestas de acción práctica, han permitido una evolu-
ción esencial de las teorías sobre la discapacidad
durante los últimos veinticinco años conformando el
denominado “Modelo Social de la Discapacidad”.
Este Modelo Social de la Discapacidad sitúa los orí-
genes sociales en la existencia de una sociedad
organizada por y para gente sin discapacidad. La
primera declaración fundamentada del modelo
social se atribuye a la UPIAS (Unión of the Physically
Impaired Against Segregation), adoptando las
definiciones diferenciadas de deficiencia y dis-
capacidad. Se considera que existen diversos ele-
mentos en el entorno físico o social de la persona
que limitan o restringen su vida (handicaps o ba-
rreras), como son: las actitudes, el lenguaje y la cul-
tura, la organización y la distribución de los servi-
cios de asistencia e instituciones, y las relaciones y
estructuras de poder que constituyen la sociedad
(John Swain et al., 1993). Así pues, el Modelo Social
concibe la discapacidad más como la restricción
social que aísla y excluye a la persona de la plena
participación en la vida social, que como una con-
secuencia de las condiciones particulares (de la na-
turaleza) del individuo.
La UPIAS lleva a la diferenciación de los concep-
tos de Impaired, Disability y Handicap, retomados
posteriormente por la Organización Mundial de
la Salud en su orientación para la Clasificación
Internacional de las Deficiencias, Discapacidades
y Minusvalías publicada en 1980, señalando que
es la sociedad la que incapacita realmente a las
personas con “deficiencias”, para entenderlo es
necesario comprender la distinción entre la “defi-
ciencia física” en la interacción con la situación
social, a la que se llama “discapacidad”.
ANEXO II
EL MODELO SOCIAL: UNA DEFINICIÓN DE LA DISCAPACIDAD1
1
En Desarrollo de Competencias Docentes para la Atención Educativa de Adolescentes y Jóvenes con Discapacidad. Enfoque
Educativo. Documento elaborado en el marco del Proyecto “Fortalecimiento de los Procesos de Enseñanza en la Formación y la
Capacitación para la Vida y el Trabajo de Jóvenes con Discapacidad en su Transición al Empleo Productivo”. México, Secretaría de
Educación Pública / Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral de la Organización de Estados Americanos (CIDI/OEA), 2009.
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52
El Modelo Social ha permeado a todas las per-
sonas con discapacidad, de manera progresiva,
independientemente de las “deficiencias específi-
cas” que puedan presentar.
Mike Oliver señala “(…) la discapacidad como
una restricción social, sea que las restricciones se
produzcan como consecuencia de entornos arqui-
tectónicos inaccesibles, de las cuestionables ideas
sobre inteligencia y competencia social, de la
incapacidad de la gente en general para usar el
lenguaje de signos, de la falta de material de lec-
tura en Braille, o de actitudes públicas hostiles,
hacia personas con deficiencias visibles.”2
Las implicaciones políticas del Modelo Social se
sitúan en fomentar la lucha colectiva por un cam-
bio social y el florecimiento de organizaciones
por todo el mundo, no sólo locales, a pequeña
escala, sino organizaciones nacionales e interna-
cionales3
adoptando un enfoque más amplio, con
el fin de abarcar diversos aspectos de la vida de la
persona con discapacidad, como son las rela-
ciones personales, la sexualidad y las experiencias
directamente relacionadas con la deficiencia,4
motivo por el cual las personas con discapacidad
se pronuncian por ser consideradas “individuos”
y crear conciencia. Las barreras externas discapa-
citantes pueden crear situaciones sociales y
económicas de desventaja.
En este sentido, se pueden señalar dos premisas
importantes en el Modelo Social.
En primer lugar, las causas que originan la dis-
capacidad no son religiosas ni científicas, sino
sociales o al menos, preponderantemente
sociales. Según este modelo, no son las limita-
ciones individuales las raíces del problema, sino
un mundo construido sin considerar la discapaci-
dad; esto es, las limitaciones de la propia
sociedad para prestar servicios apropiados y para
asegurar adecuadamente que las necesidades de
las personas con discapacidad sean consideradas
dentro de la organización social.
En segundo lugar –la utilidad para la comunidad–,
se considera que las personas con discapacidad
tienen mucho que aportar a la sociedad, o que, al
menos, la contribución será en la misma medida
que el resto de personas –sin discapacidad–. De este
modo, partiendo de la premisa de que toda vida
humana es igualmente digna, es particularmente
valioso enfatizar las capacidades sobre las dis-
capacidades; desde el Modelo Social se sostiene
que lo que puedan aportar a la sociedad las per-
sonas con discapacidad se encuentra íntimamente
relacionando con la inclusión y la aceptación de la
diferencia. En este orden de ideas, las niñas, los
niños, jóvenes y adultos con discapacidad deben
tener las mismas oportunidades de desarrollo, en
donde, por ejemplo, la educación –que permite la
inclusión– considere las necesidades de todos y
todas, independientemente de la etnia, cultura,
religión, condición psicobiológica, posición
económica, entre otros.
El Modelo Social sostiene que deben considerarse las
necesidades de las personas en todos los contextos
sociales: en este sentido, el empleo no sería, ni debe
ser, la primera o única posibilidad de inclusión en la
sociedad; resalta la importancia de que el efecto
sobre la discapacidad sea abordado desde un
enfoque holístico. Así, el uso de tiempo libre, la cul-
tura, los deportes, entre otras, son actividades que
permiten participar en la vida social, a la vez que
desarrollar las capacidades y los intereses particu-
lares. Por ello, se otorga igualmente importancia a la
accesibilidad –como requisito previo– a la realización
de dichas actividades, en igualdad de condiciones.
2
Mike Oliver (1990), The individual and social models of disability, en
http://www.leeds.ac.uk/disabilitystudies/archiveuk/Oliver/in%20soc%20dis.pdf
3
Como el British Council of Disabled People, o el Comité de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI); e interna-
cionales, como el Foro Europeo de Personas con Discapacidad, Disabled People’s International (DPI), o Disability World. Todas ellas
dirigidas por y para personas con discapacidad.
4
Liz Crow, 1997; Alexia Schriempf, 2001.
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53
Nosotros, los Ministros de Educación, Jefes de
Delegación y Delegados de 153 Estados miem-
bros, reunidos en la cuadragésima octava
Conferencia Internacional de Educación (en
Ginebra, del 25 al 28 de noviembre de 2008),
junto con representantes de 20 organizaciones
intergubernamentales, 25 ONGs, fundaciones y
demás instituciones de la sociedad civil, hemos
participado en un debate constructivo y repleto
de desafíos sobre el tema “La educación inclusiva:
el camino hacia el futuro”.
Al término de nuestros trabajos, los participantes
recordamos que el artículo 26 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos estipula que
toda persona tiene derecho a la educación.
Asimismo, afirmamos que una educación inclusi-
va y de calidad es fundamental para alcanzar el
desarrollo humano, social y económico.
Estimamos de común acuerdo que los gobiernos,
así como todos los demás actores sociales, desem-
peñan un importante papel para proporcionar una
educación de calidad para todos y, por ello,
deberían reconocer que es esencial disponer de un
concepto más amplio de educación inclusiva que
sea capaz de responder a las distintas necesidades
de todos los educandos, y que dicha educación sea
al tiempo pertinente, equitativa y efectiva.
Todas las previsiones hacen pensar que la crisis
financiera mundial tendrá repercusiones despro-
porcionadas para los pobres, es decir, los que
menos responsabilidad tienen en esta situación.
Con este telón de fondo, reafirmamos la impor-
tancia de la educación inclusiva para reducir la
pobreza y mejorar la salud, los ingresos y los
medios de subsistencia. En consecuencia, a pesar
de la actual crisis financiera mundial, insistimos
en que la financiación de la educación debería ser
una de las principales prioridades y que la crisis
financiera no debería usarse como excusa para
reducir los recursos destinados a la educación,
tanto en la esfera nacional como internacional.
Sobre la base de los resultados de las nueve
reuniones preparatorias y las cuatro conferencias
regionales sobre la educación inclusiva organizadas
por la Oficina Internacional de Educación de la
UNESCO, y fundándonos en los resultados de las
reuniones plenarias y de las deliberaciones de los
talleres de la presente Conferencia, hacemos un lla-
mamiento a los Estados miembros para que
adopten el enfoque de la educación inclusiva en la
concepción, la aplicación, el seguimiento y la eva-
luación de las políticas educativas, como medio
para acelerar aún más el logro de los objetivos de
la Educación Para Todos (EPT) y para contribuir así
a la construcción de sociedades más inclusivas. Con
este objetivo en mente, se puede concebir el con-
cepto más amplio de educación inclusiva como un
principio rector general para reforzar la educación
para el desarrollo sostenible, el aprendizaje a lo
largo de toda la vida para todos y un acceso a las
oportunidades de aprendizaje en condiciones de
igualdad para todos los niveles de la sociedad, de
modo que se apliquen los principios de la edu-
cación inclusiva.
Por consiguiente, recomendamos a los Estados
miembros:
I. Enfoques, alcance y contenido
1. Que reconozcan que la educación inclusiva es
un proceso permanente, cuyo objetivo es ofrecer
una educación de calidad para todos, respetando
la diversidad y las distintas necesidades y apti-
tudes, características y expectativas de aprendiza-
je de los educandos y de las comunidades, elimi-
nando toda forma de discriminación.
ANEXO III
RECOMENDACIONES DE LA 48ª REUNIÓN
DE LA CONFERENCIA INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN1
1
Recomendaciones de los Ministros de Educación, Jefes de Delegación y Delegados de 153 Estados miembros, cuadrágesima
octava Conferencia Internacional de Educación (CIE) (Ginebra, 25 - 28 de noviembre de 2008); participaron representantes de 20
organizaciones intergubernamentales, 25 ONGs, fundaciones y otras instituciones de la sociedad civil.
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54
2. Que luchen contra la desigualdad social y los
niveles de pobreza como prioridades, puesto que
constituyen serios obstáculos para la aplicación
de políticas y estrategias de educación inclusiva; y
que afronten dichos problemas en un marco de
políticas intersectoriales.
3. Que promuevan culturas y entornos escolares
adaptados al niño, que sean propicios para un
aprendizaje efectivo y que integren a todos los
niños y niñas, que sean saludables y protectores y
que respeten la igualdad entre los géneros;
asimismo les recomendamos que promuevan el
rol activo y la participación de los propios edu-
candos, sus familias y sus comunidades.
IIII.. PPoollííttiiccaass ppúúbblliiccaass
4. Que recaben y utilicen los datos pertinentes
relacionados con todas las personas excluidas,
independientemente del tipo de exclusión, con el
fin de desarrollar mejor las políticas y las refor-
mas educativas encaminadas a su inclusión; y que
desarrollen mecanismos nacionales de seguimien-
to y evaluación al respecto.
5. Que consideren pertinente la ratificación de
todas las convenciones internacionales relacio-
nadas con la inclusión, y en particular la Conven-
ción sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidades, adoptada en diciembre de 2006.
6. Que impartan la educación teniendo en cuenta
el interés público y que refuercen las medidas de
que dispone el gobierno para orientar, promover y
garantizar el seguimiento del desarrollo equitativo
de la educación de gran calidad, en estrecha alian-
za con la sociedad civil y el sector privado.
7. Que formulen políticas para proporcionar
apoyo pedagógico a las distintas categorías de
educandos, con el fin de facilitar su desarrollo en
las escuelas regulares.
8. Que consideren que la diversidad lingüística y
cultural en el aula es un recurso valioso, y que
promuevan el uso de la lengua materna durante
los primeros años de escolarización.
9. Que insten a las partes interesadas en la edu-
cación a diseñar marcos curriculares efectivos,
que incluyan todas las etapas, desde la infancia
en adelante, adoptando al mismo tiempo un
enfoque flexible para dar cabida a las necesi-
dades y situaciones locales; y que diversifiquen las
prácticas pedagógicas.
IIIIII.. SSiisstteemmaass,, iinntteerrffaacceess yy ttrraannssiicciioonneess
10. Que garanticen la participación y la consulta
de todas las partes interesadas en los procesos de
toma de decisiones, puesto que la responsabili-
dad general de la promoción de la inclusión
implica el compromiso activo de todos los actores
sociales, en el que el gobierno desempeña un
papel de liderazgo y las funciones de órgano nor-
mativo de conformidad con la legislación nacio-
nal, cuando proceda.
11. Que refuercen los vínculos entre las escuelas y
la sociedad, con el fin de permitir a las familias y
a las comunidades participar y contribuir en el
proceso educativo.
12. Que desarrollen programas de atención y
educación de la primera infancia (AEPI) que pro-
muevan la inclusión, así como detecciones e inter-
venciones precoces relacionadas con todo el
desarrollo del niño.
13. Que refuercen el uso de las TIC, con el fin de
garantizar un mayor acceso a las oportunidades
de aprendizaje, en particular en las zonas rurales,
alejadas y desfavorecidas.
14. Que proporcionen oportunidades educativas
no formales de gran calidad que puedan gozar
del reconocimiento formal de las competencias
adquiridas en estructuras no formales.
15. Que redoblen los esfuerzos para reducir el
analfabetismo y así trabajar en aras de la
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55
inclusión, teniendo presente la importancia que
tiene para la educación de los niños que padres y
madres sepan leer y escribir.
IIVV.. EEdduuccaannddooss yy ddoocceenntteess
16. Que refuercen el papel de los docentes me-
diante la mejora de su estatus y condiciones de
trabajo; que desarrollen mecanismos para
emplear a candidatos adecuados y seleccionen a
los docentes calificados que estén sensibilizados
con las distintas necesidades de aprendizaje.
17. Que formen a los docentes dotándolos de las
capacidades y los materiales necesarios para enseñar
a distintas poblaciones estudiantiles y satisfacer las
distintas necesidades de aprendizaje de las dife-
rentes categorías de educandos, mediante métodos
como el desarrollo profesional a nivel de la escuela,
la formación inicial sobre inclusión y una instrucción
en la que se tenga en cuenta el desarrollo y los pun-
tos fuertes de cada educando.
18. Que respalden el papel estratégico de la
enseñanza superior en la formación inicial así
como la formación profesional de los docentes
sobre prácticas de educación inclusiva mediante,
entre otros, la asignación de recursos adecuados.
19. Que promuevan la investigación innovadora
sobre procesos pedagógicos y de aprendizaje
relacionados con la educación inclusiva.
20. Que proporcionen a los administradores de
las escuelas las capacidades necesarias para
responder con eficacia a las distintas necesidades
de todos los educandos y para promover la edu-
cación inclusiva en el seno de sus escuelas.
21. Que tengan en consideración la protección de
los educandos, de los docentes y de las escuelas
en situaciones de conflicto.
VV.. CCooooppeerraacciióónn iinntteerrnnaacciioonnaall
22. Que reconozcan el papel de liderazgo que
desempeña la UNESCO en la educación inclusiva:
• Promoviendo el intercambio y la difusión de
buenas prácticas.
• Proporcionando, cuando se solicita, asesoramien-
to a los países sobre el mejor modo de desarrollar y
aplicar las políticas de educación inclusiva.
• Fomentando la cooperación Sur-Sur y Norte-Sur-Sur
en aras de la promoción de la educación inclusiva.
• Alentando los esfuerzos para aumentar los
recursos destinados a la educación, tanto en la
esfera nacional como internacional.
• Haciendo esfuerzos especiales para apoyar a
los países menos adelantados y a los países afec-
tados por conflictos en la aplicación de las
recomendaciones.
23. Que insten también a las demás organiza-
ciones a respaldar a los Estados miembros en la
aplicación de las mencionadas recomendaciones
según convenga.
24. Que difundan entre los actores y socios de la
comunidad educativa internacional las presentes
Conclusiones y Recomendaciones, adoptadas
unánimemente en la clausura de la cuadragésima
octava reunión de la CIE, con el fin de inspirar,
guiar, respaldar y formular políticas educativas
inclusivas que gocen de fuerzas renovadas y de
un firme convencimiento.
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57
Los Ministros de Educación reunidos en El Salvador
el 19 de mayo de 2008 aprobaron en su declaración
final un compromiso que puede tener enormes
repercusiones para la educación iberoamericana:
Acoger la propuesta “Metas Educativas 2021: la
educación que queremos para la generación de los
Bicentenarios”, comprometiéndose a avanzar en la
elaboración de sus objetivos, metas y mecanismos
de evaluación regional, en armonía con los planes
nacionales, y a iniciar un proceso de reflexión para
dotarle de un fondo estructural y solidario.
Se iniciaba en esa Conferencia un ambicioso
proyecto para reflexionar y acordar en 2010 un
conjunto de metas e indicadores que diera un
impulso a la educación de cada uno de los países. El
objetivo final es lograr a lo largo de la próxima
década una educación que dé respuesta satisfacto-
ria a demandas sociales inaplazables: lograr que
más alumnos estudien, durante más tiempo, con
una oferta de calidad reconocida, equitativa e
inclusiva y en la que participen la gran mayoría de
las instituciones y sectores de la sociedad. Existe,
pues, el convencimiento de que la educación es la
estrategia fundamental para avanzar en la cohe-
sión y en la inclusión social.
El proyecto surge cuando se celebran los 200 años
del traslado de la Corte Portuguesa a Brasil y cuan-
do varios países iberoamericanos se preparan para
celebrar el bicentenario de su independencia. Y se
formula con el horizonte de otro año, 2021, en el
que otros tantos países vivirán una conmemoración
similar. Parece, pues, que es el tiempo oportuno, de
la mano del bicentenario de las independencias,
para plantearse un proyecto colectivo que con-
tribuya a dar sentido a las ansias de libertad que
recorrieron Iberoamérica hace doscientos años (…)
Pobreza y extrema pobreza en la región
Posiblemente las dos características más profundas
y lacerantes de la región sean la pobreza y la
desigualdad. Aunque los datos apuntan a una dis-
minución de la pobreza desde 2003, en estrecha
relación con el crecimiento económico, los niveles
absolutos y relativos de la pobreza siguen siendo
alarmantes. Según las estimaciones de la CEPAL
(2005),2
los pobres en América Latina y el Caribe
son el 40,6% de la población, algo más de 213 mi-
llones de personas. El número de indigentes, aque-
llos que viven en la pobreza extrema, llegan hasta
79 millones, casi el 15% de la población (…).
Profundas desigualdades
Junto con la pobreza, la desigualdad es otra carac-
terística que desgraciadamente define a la inmen-
sa mayoría de los países de la región. Un dato
expresivo de esta situación es que el índice de Gini
de todos los países es superior al 0,43. En términos
de la distribución del ingreso, la región es la más
desigual del mundo.
Como señala el Informe sobre Cohesión Social
(CEPAL-SEGIB, 2007),3
un rasgo distintivo de la
desigualdad se manifiesta en las diferencias
enormes entre los ingresos del decil más rico de la
población en comparación con el siguiente.
Mientras que en los países europeos el ingreso del 10%
de la cúpula supera en no más de 20% ó 30% el ingre-
sodeldecilsiguiente,enAméricaLatinaesadistanciaes
superior al 100% y, en algunos países, al 200%.
ANEXO IV
METAS EDUCATIVAS 2021
LA EDUCACIÓN QUE QUEREMOS PARA LA GENERACIÓN
DE LOS BICENTENARIOS1
(EXTRACTO)
1
El texto que aquí se presenta en forma parcial fue elaborado a partir del acuerdo alcanzado en la XVIII Conferencia
Iberoamericana de Educación celebrada en El Salvador el día 19 de mayo de 2008, convocada por la Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la Conferencia Iberoamericana de Ministros de la Educación, y la
Secretaría General Iberoamericana. El objetivo de esta primera versión fue facilitar el debate que hiciera posible llegar a un acuer-
do entre todos los países sobre la educación a la cual se aspira para la generación de los bicentenarios.
2
CEPAL (2005). Panorama social de América Latina 2005. Santiago de Chile, Naciones Unidas.
3
CEPAL-SEGIB (2007). Cohesión social. Santiago de Chile, CEPAL.
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58
Una situación similar se encuentra en los ingresos
laborales. En buen número de países, el 10% de las
personas con mayores ingresos percibe entre el 35%
y el 45% de las rentas de trabajo. En cambio, el 20%
de los trabajadores con menores ingresos capta sólo
entre el 2,5% y el 5% de los ingresos laborales.
La pobreza y la desigualdad son los mecanismos
principales que contribuyen a perpetuar la repro-
ducción social y la limitación de la movilidad: bajos
ingresos, condiciones desfavorables en el hogar,
problemas de alimentación y de salud, dificultades
para mantener a los hijos en la escuela, bajo
rendimiento escolar de los hijos, abandono tem-
prano o escasa preparación, acceso a trabajos poco
cualificados o con niveles de salarios inferiores y
formación de una nueva familia que repite el
esquema básico anterior. (…)
La riqueza multicultural y su olvido histórico
La diversidad étnica de la población de América
Latina y el Caribe, que cuenta con casi 580 millones
de habitantes en 2007, representa un enorme
potencial de desarrollo. Los pueblos indígenas y los
afrodescendientes, cuyas poblaciones se estiman
alrededor de 58 millones y 174 millones, respecti-
vamente, se encuentran entre los grupos étnicos
más desfavorecidos de la región.
Desgraciadamente, todavía no ha sido suficiente-
mente reconocida la riqueza que supone para
Iberoamérica y para el mundo esta diversidad de
culturas, lenguas, modos de vida y experiencias
históricas acumuladas.
Existen más de 400 grupos indígenas en América
Latina. De acuerdo con datos censales, Bolivia es el
país con mayor proporción indígena –66%–. En el
otro extremo, Brasil registró un 0,4% en el censo.
En términos absolutos, México es el país con un
mayor volumen de población indígena, seguido de
Bolivia y Guatemala.
Los datos muestran sostenidamente mayor inciden-
cia de la pobreza, menor ingreso, escolaridad y
esperanza de vida, mayor mortalidad infantil y
materna, y menor acceso a la salubridad y al agua
potable. Hay que agregar, además, la situación de
exclusión y discriminación histórica (…).
Diferencias en el acceso a la educación
La pobreza y la desigualdad tienen su específica
manifestación en el retraso educativo de amplios
sectores de la población y en las diferencias exis-
tentes entre los más pobres y los más ricos. Basta
señalar que el porcentaje de personas analfabetas
se sitúa en torno a las 34 millones de personas, lo
que supone casi el 10% de la población. La
desigualdad entre países es también notable.
Mientras en varios de ellos no hay apenas analfa-
betismo entre la población mayor de 16 años
(menos del 5% en España, Cuba, Portugal,
Argentina, Chile, Costa Rica y Uruguay), en otros
países como Guatemala, Nicaragua y El Salvador, el
analfabetismo afecta a más del 18% de los alum-
nos. Junto a ello, el 40% de los jóvenes y adultos de
la región, unos 110 millones, no han terminado sus
estudios de educación primaria.
Las desigualdades se manifiestan también al com-
parar las posibilidades educativas de los diferentes
sectores de la población. Estudios recientes señalan
que el porcentaje de alumnos que completan la
educación secundaria es cinco veces superior entre
aquellos que se encuentran en el quintil más rico
de ingresos familiares que aquellos que se encuen-
tran en el quintil más pobre. Mientras que el 23%
de los primeros terminan la educación superior,
sólo el 1% de los más pobres lo consiguen. El
promedio de escolarización del quintil superior es
de 11,4 años mientras que en el quintil inferior de
ingresos es de 3,1 años. (…)
Principales retos para mejorar la calidad
de la educación
Los retos principales a los que se enfrentan la ma-
yoría de los países de la región se refieren a la falta
de competitividad de las escuelas públicas, al
reducido tiempo de aprendizaje de los alumnos, a
los insuficientes recursos para hacer frente a las
demandas de los alumnos, a la situación del profe-
sorado, a las dificultades de los centros para ofrecer
un currículo atractivo que mantenga a los alumnos
en la escuela, a las insuficiencias en la gestión de los
recursos públicos y a los reducidos resultados
académicos obtenidos en comparación con los paí-
ses desarrollados.
El aumento de la escolarización en todos los países,
sin que se produjera un incremento similar en el
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59
gasto público y en la gestión eficiente de los recur-
sos destinados a la educación, ha conducido a un
deterioro de la escuela pública y a un dualismo
entre los sistemas educativos que refleja, y en cierta
manera tiende a mantener, las diferencias sociales:
una escuela pública gratuita y mayoritaria a la que
acceden los alumnos de los sectores populares que
o bien no tienen una escuela privada cercana o bien
no pueden pagarla; y una escuela privada minori-
taria, en la que se escolariza principalmente los
alumnos de la clase media-alta de la población.
En el deterioro de la escuela pública intervienen
múltiples factores. Ya se ha hecho referencia al
primero de ellos y posiblemente el más determi-
nante: el incremento del alumnado sin los recursos
suficientes para hacer frente a las exigencias educa-
tivas con garantías de éxito. Pero hay otros tam-
bién importantes, sin duda relacionados con la
escasez de los recursos. Por una parte, habría que
apuntar las limitaciones en las condiciones básicas
para asegurar la igualdad en los procesos educa-
tivos: falta de garantías de que todos los alumnos
tengan cinco horas lectivas en la educación pri-
maria y al menos seis horas en la educación secun-
daria; reducido número de escuelas con horario
integral, lo que supone que asistan a cada escuela
varios turnos de alumnos con la limitación que ello
supone para la atención educativa y las posibili-
dades de alternativas formativas al término del
horario establecido; e insuficientes medios para
una enseñanza activa: bibliotecas, ordenadores,
espacios para la música, el arte, el deporte o para
una atención educativa especializada a determina-
dos alumnos. (…)
Desajustes notables entre educación y empleo
Una de las mayores contradicciones de la sociedad
latinoamericana es el binomio formado por edu-
cación y empleo: la actual generación de jóvenes es
la que ha tenido más años de escolaridad y ha
alcanzado mayor nivel educativo, pero es la que
tiene más dificultades, no sólo para encontrar
empleo sino también para que esté acorde con la
formación alcanzada.
En parte debido a las mayores competencias labo-
rales exigidas, en parte a la falta de articulación
entre el mercado laboral y el mundo educativo, y
en parte también a la propia inestabilidad del mer-
cado de trabajo, lo cierto es que los jóvenes en la
actualidad viven con mucha mayor inseguridad e
insatisfacción su incorporación al empleo. Además,
las tasas de desempleo están fuertemente condi-
cionadas por el nivel educativo alcanzado (…).
Comprender las culturas juveniles
Los proyectos educativos no pueden formularse al
margen de sus destinatarios. Por el contrario, han
de plantearse a partir de la comprensión de cuáles
son los intereses, los valores y las formas de relación
que mantienen las nuevas generaciones.
De otra forma, existe el grave riesgo de que los
jóvenes, especialmente aquellos que tienen más
dificultades para mantenerse en las escuelas, sien-
tan que los contenidos de aprendizaje están total-
mente alejados de su forma de vida y que apenas
les va a servir para abrirse camino en el entorno en
el que se desenvuelven. Por ello, el análisis de las
culturas juveniles es indispensable para afrontar los
desafíos de una educación que llegue a todos y en
la que todos aprenden para integrarse de forma
activa en la sociedad.
Los estudios recientes sobre la juventud han desta-
cado la importancia de comprender las culturas
juveniles y los cambios profundos que se han pro-
ducido en ellas, en gran medida por la hegemonía
de las tecnologías de la información, por las nuevas
formas de relación que ellas comportan, por el pre-
dominio de la imagen y por las nuevas formas de
conformar la identidad de los jóvenes y su sentido
de pertenencia al grupo. La juventud no puede
considerarse una cultura marginal cuyos miembros
deben abandonar para incorporarse a la cultura
adulta, sino que tiene una especificidad propia en
la que sus miembros asumen su identidad personal
en la medida en que se apropian de los objetos sim-
bólicos colectivos: normas, valores, formas de con-
sumo, relaciones, comunicación, rituales, diver-
siones y expresiones personales y colectivas confor-
man los ejes que diferencian a los que están dentro
de los que están fuera, a los que están en el centro
o en la periferia.
Hay que tener en cuenta que no existe una única
cultura juvenil, sino que en función del contexto
social en el que se desenvuelven, pueden aparecer
formas específicas de relacionarse y de vivir la
pertenencia al grupo común. Aparecen entonces
“tribus urbanas”, en las que existen códigos lingüís-
ticos y estéticos propios y en las que las normas
comunes operan como auténtica barrera a la pre-
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60
sencia de extraños. El desplazamiento de estos
códigos de conducta compartidos hacia actitudes
violentas y de oposición a una sociedad capaz de
ofrecer posibilidades, pero incapaz de facilitar su
logro, explica la presencia de grupos juveniles con
actitud de permanente agresión. (…)
En síntesis: educación, culturas, ciencia
e innovación
(…) La conmemoración de los bicentenarios de las
independencias, desde el final de esta década hasta
el 2021, ha de servir para bucear en las señas de
identidad nacionales pero también en los procesos
de identidad iberoamericanos, conscientes de que
la apuesta decidida por una mejor educación para
todos los ciudadanos es la garantía para el progre-
so social y económico de cada uno de los países y de
la región en su conjunto. La construcción de la
identidad iberoamericana ha de basarse en las
raíces culturales, lingüísticas e históricas comunes,
pero también en proyectos colectivos que se
proyecten en el futuro y que manifiesten la fuerza
y la solidaridad iberoamericana. El proyecto de las
Metas Educativas 2021 alcanza todo su sentido en
esta perspectiva.
En este contexto han de interpretarse las once
metas que constituyen el núcleo fundamental de la
educación que queremos para la generación de los
bicentenarios:
1. Comprometer a la sociedad con la educación
El impulso a la educación no puede proceder sola-
mente de la acción de aquellos sectores compro-
metidos habitualmente con el mejor fun-
cionamiento del sistema escolar. Hace falta buscar
nuevos aliados en la sociedad, ampliar el
movimiento a favor de la educación y desarrollar
programas que aborden los problemas sociales y
educativos de forma integrada.
2. Educar en la diversidad
La diversidad de alumnos y de alumnas es la
situación habitual en las escuelas y en la sociedad.
La meta que se plantea pretende que los sistemas
educativos fortalezcan las políticas atentas a la
diversidad y compensadoras de sus insuficiencias de
partida, de manera especial en la defensa de los
derechos de las alumnas y en el apoyo a la inclusión
social y educativa de los alumnos más vulnerables,
especialmente las minorías étnicas, las poblaciones
indígenas y afrodescendientes, los que se encuen-
tran en condiciones sociales desfavorables y los
alumnos que presentan necesidades educativas
especiales asociadas a condiciones de discapacidad.
3. Extender la educación temprana
Garantizar la educación infantil o inicial para todos
los niños y niñas desde sus primeros años de vida es
una garantía para su desarrollo y aprendizaje pos-
teriores, pero lo es especialmente para aquellos
niños y niñas que se desenvuelven en contextos
sociales desfavorables. Por ello es necesario asegu-
rar una oferta suficiente para todos en la que se
garanticen las mejores condiciones educativas.
4. Universalizar la educación básica
y mejorar su calidad
Asegurar que todos los niños y niñas iberoameri-
canos estudien durante al menos doce años es la
mejor estrategia para el progreso de la región, la
cohesión social y la reducción de las desigualdades.
Esta oferta de puestos escolares suficientes debe
acompañarse de programas que animen a las
familias a mantener a sus hijos en las escuelas, de
estrategias que resuelvan el grave problema de la
repitencia escolar y de iniciativas en múltiples cam-
pos para mejorar la calidad de la enseñanza. Al
mismo tiempo, es necesario que el acceso a estos
estudios se realice de forma equitativa, de tal ma-
nera que los colectivos que a lo largo de la historia
han estado más alejados de ellos, como las pobla-
ciones indígenas o afrodescendientes, tengan un
porcentaje de acceso a estos estudios similar al del
conjunto de la población.
5. Asegurar que todos los alumnos alcancen
las competencias básicas
El acceso universal a la educación básica y las condi-
ciones para su calidad son imprescindibles, pero
también lo es lograr que todos los alumnos y alum-
nas alcancen las competencias básicas para pro-
seguir estudios posteriores, para incorporarse a la
sociedad de forma activa y para ejercer sus dere-
chos y deberes como ciudadanos libres y respon-
sables. Ello supone ofrecer un currículo significativo
que potencie, al menos, la educación en valores,
que incorpore la lectura y el uso del computador en
el proceso de enseñanza y de aprendizaje, en el
que la educación artística tenga un papel relevante
y que estimule el interés por la ciencia entre las
alumnas y los alumnos.
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61
6. Incrementar el acceso de los jóvenes
a la enseñanza postobligatoria
Se pretende que el mayor número de alumnas y de
alumnos prosigan sus estudios en la Educación
Secundaria Superior, en la Educación Técnico
Profesional y en la Universidad, de tal manera que
la mayoría de la población tenga en el año 2021
estudios postobligatorios.
7. Conectar educación y empleo a través
de la Educación Técnico Profesional
Para asegurar el desarrollo e incremento de la com-
petitividad de Iberoamérica, es necesario reforzar y
coordinar los sistemas educativos y laborales de
gestión de la Educación Técnico Profesional. Al
mismo tiempo, es preciso diseñar y desarrollar una
oferta suficiente que ha de ser innovadora, cualifi-
cada, basada en las competencias profesionales y
adaptada al contexto socioeconómico.
8. Educar a lo largo de toda la vida
Universalizar la alfabetización, la educación básica
y otras oportunidades de capacitación para jóvenes
y adultos a lo largo de toda la vida, con diferentes
metodologías y, en especial, con las nuevas tec-
nologías, es una estrategia fundamental en la
lucha contra la pobreza, a favor de la inclusión, así
como para extender e incrementar el capital del
conocimiento en Iberoamérica.
9. Cuidar el desarrollo profesional de los docentes
Lograr que el profesorado esté preparado y moti-
vado para ejercer con acierto su tarea profesional
es sin duda el factor que más influye en la mejora
de la calidad de la enseñanza. Para ello, es nece-
sario cuidar la formación inicial y continua de los
docentes, el acceso al trabajo docente y sus
primeros años de desempeño profesional, sus
condiciones laborales y su desarrollo profesional.
Hace falta, al mismo tiempo, plantear nuevas
estrategias que ayuden al profesorado, entre las
que cabe destacar el apoyo a la creación de redes
de escuelas y de profesores, la ampliación de los
programas de innovación, evaluación e investi-
gación educativa, y la formulación de proyectos de
formación que relacionen la teoría y la práctica, y
que orienten de forma preferente hacia equipos de
profesores que trabajan en la misma escuela.
10. Contribuir a la configuración del espacio
iberoamericano del conocimiento y a la
investigación científica
El desarrollo del espacio iberoamericano del
conocimiento es la meta que se han marcado los
países de la región para reforzar la creación de
redes universitarias de postgrado, la movilidad de
estudiantes e investigadores, y la colaboración de
investigadores iberoamericanos que trabajan fuera
de la región. Sus ejes principales se encuentran en
el incremento del número de investigadores en
cada uno de los países y en su movilidad así como
en el aumento sostenido de la inversión en investi-
gación y desarrollo. El fortalecimiento del Centro
de Altos Estudios Universitarios de la OEI es una de
las principales estrategias para dinamizar el espacio
iberoamericano del conocimiento. Su objetivo ge-
neral consiste en fortalecer y mejorar la calidad de
los procesos de modernización de la educación, la
ciencia y la cultura, a través de la constitución y el
impulso de redes de formación e investigación
interinstitucionales.
11. Conseguir más recursos para la educación
e invertir mejor
El enorme esfuerzo que va a suponer el logro de las
metas 2021 exige un estudio riguroso de su coste
económico por cada uno de los países, así como
una respuesta solidaria de aquellos con mayor
potencialidad económica. Por ello, se incluye en el
proyecto un conjunto de programas de acción com-
partidos para avanzar juntos y se formula la necesi-
dad de un esfuerzo solidario para invertir más y
mejor, en el que se establece la posibilidad de crear
un Fondo Internacional Solidario para la Cohesión
Educativa.
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  • 3. 5 Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner Ministro de Educación Prof. Alberto E. Sileoni Secretaria de Educación Prof. María Inés Abrile de Vollmer Subsecretaria de Equidad y Calidad Lic. Mara Brawer Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente Prof. Marisa Díaz Coordinación de Educación Especial Lic. Ana María Moyano A U T O R I D A D E S N A C I O N A L E S PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 5
  • 4. 7 Este documento se elaboró con la participación de representantes del gobierno de la educación de diferentes niveles y modalidades de todas las jurisdicciones en el territorio nacional. En un trabajo conjunto de todas las jurisdicciones, se desarrollaron el esquema de obra, los contenidos, los materiales y la organización de las consultas a los equipos docentes, la sistematización de las respuestas y las sucesivas reescrituras del docu- mento hasta su versión final. Estas tareas fueron posibles gracias a la colaboración de todas las jurisdicciones y por la dedicación de los representantes de cada región: Adriana Díaz (Chubut), Flavia Mena (Entre Ríos), María de los Ángeles Romero (Formosa), Silvia Cerutti (Mendoza) y Ana María Dato (Tucumán). La primera versión de esta publicación fue analizada en cada jurisdicción en febrero- marzo del año 2009. Las respuestas recibidas de equipos técnicos y docentes de Buenos Aires, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Formosa, Mendoza, Misiones, La Rioja, Río Negro, San Juan, Santa Cruz y Tucumán permitieron ampliar el documento. La tarea fue coordinada por Daniel López, con la colaboración de Mariano Ambrogetti, Adelina Canosa, Mercedes Gómez, Inés Lanusse, Nora Limeres, Andrea Mirc, Susana Said, Silvana Veinberg y Julio Vergara, del equipo nacional de la Modalidad. Participaron Verónica Travi y Corina Guardiola, por Desarrollo Curricular del Ministerio de Educación de la Nación. Educación Especial, una modalidad del Sistema Educativo en Argentina Orientaciones 1. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 7
  • 5. 9 Índice Palabras introductorias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 La modalidad Educación Especial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Los marcos normativos y el Sistema Educativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 La modalidad Educación Especial en la Ley de Educación Nacional . . . . . . . . . . . 16 La inclusión, un enfoque y un desafío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 Políticas de inclusión con integración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 Las personas con discapacidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 La producción de información desde la Modalidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 El enfoque del sujeto de derecho . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 El diálogo en el Sistema Educativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Las trayectorias educativas desde la Modalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Una trayectoria educativa integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31 Repensar las trayectorias educativas integrales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Las “derivaciones” y las trayectorias educativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 Las alternativas educativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 Las configuraciones de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Fuentes de información y consulta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 Instrumentos legales consultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 42 ANEXOS Anexo I. Síntesis orientada a la elaboración de normativas . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 Anexo II. El Modelo Social: una definición de la discapacidad . . . . . . . . . . . . . . . 51 Anexo III. Recomendaciones de la 48ª Reunión de la Conferencia Internacional de Educación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 Anexo IV. Metas Educativas 2021. La educación que queremos para la generación de los Bicentenarios (Extracto). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 9
  • 6. 11 Palabras introductorias El propósito del presente documento es sistematizar orientaciones respecto de la modalidad Educación Especial y su proyección en el Sistema Educativo nacional. Este material es producto de una elaboración conjunta por parte de representantes de gobiernos educativos provinciales, responsables de la Modalidad y de otros niveles. La convocatoria desde el proceso de reflexión es clara; la Educación Especial debe pensarse en el marco de un contexto mayor, real y factible en cuanto a expectativas y logros, coordinando acciones al interior de cada nivel de enseñanza y haciendo posible trayectorias educa- tivas integrales para las personas con discapacidad en el Sistema Educativo. Las condiciones institucionales y curriculares deberán garantizar el pleno ejer- cicio del derecho a la educación. En pos de ese objetivo, y en el marco del Plan Nacional de Educación Obligatoria, se promueve una acción transformadora coordinada entre los equipos nacionales y provinciales, a fin de priorizar obje- tivos y metas que expresen acuerdos comunes. La modalidad Educación Especial es parte de esa acción mancomunada, promoviendo líneas de acción que incrementen los niveles de responsabilidad frente a los desafíos de la edu- cación obligatoria. La trayectoria educativa integral de todas y todos los estudiantes exige el tra- bajo conjunto entre los equipos de los niveles y de las diferentes modalidades como recorrido de aprendizajes en contextos institucionales. Esas travesías no suponen un trayecto lineal, prefigurado, cada una de ellas constituye una experiencia educativa. Es propósito que sus actores sean partícipes y tomen decisiones que los implican y trascienden. En ese sentido, la modalidad Educación Especial aporta capacidades para desarrollar configuraciones de apoyo que hagan posible las trayectorias educativas de las personas con dis- capacidad desde cada uno de los equipos y la escuela. Este Ministerio presenta a la comunidad educativa una publicación que es pro- ducto de debates y reflexiones ocurridas en el marco de un proceso que contó con la amplia participación de supervisores, directivos y docentes junto a otros profesionales de la educación. Al ponerlo en circulación, hacemos nuestras las orientaciones que de él se derivan y que apuntan a la construcción de acuer- dos nacionales sobre este capítulo esencial de la inclusión educativa, con cali- dad y equidad, metas permanentes de nuestro trabajo cotidiano. Prof. Alberto Sileoni Ministro de Educación PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 11
  • 7. 13 El documento Educación Especial, una modalidad del Sistema Educativo en Argentina, Orientaciones 1, es resultado del trabajo en encuentros regionales y nacionales organizados desde la modali- dad de Educación Especial, Ministerio de Educación de la Nación, con la partici- pación de otros niveles y modalidades educativas durante el año 2008 y el primer semestre del año 2009. El desafío ha sido generar una sistematización y un documento reflexivo que exprese acuer- dos con un alto nivel de consenso sobre la modalidad Educación Especial en el Sistema Educativo nacional. La reflexión busca establecer relaciones entre la nueva Ley de Educación Nacional, las políticas públicas en educación y las prácticas educativas en los procesos de cambio. Este documento procura aportar orien- taciones al proceso de cambio a nivel nacional y en cada jurisdicción; también pretende favorecer el conocimiento de normas, políticas, sujetos y sentidos sobre las intervenciones educativas y los criterios para la toma de decisiones desde una modalidad que debe trabajar articuladamente dentro del Sistema Educativo y con otras políticas públicas, especialmente con salud. Estas reflexiones concluyen con una “Síntesis orientada a la elaboración de normativas”, en el Anexo I, en este do- cumento, para orientar las tareas desde la modalidad Educación Especial en el Sistema Educativo, atendiendo aspectos fundamentales respecto de los cambios orientados por la Ley de Educación Nacional. Al mismo tiempo, el trabajo pretende ser una herramienta para la consulta al interior de los Ministerios de Educación nacional y provinciales; una producción para seguir avanzando en cuestiones pendientes que exigen mayor desarro- llo, como los desafíos de la educación temprana, la alta complejidad de las escuelas especiales o los problemas de la modalidad vinculados con la evaluación y la acreditación. La “modalidad” comprende una pers- pectiva de transversalidad al Sistema Educativo y, por eso, la articulación y la coordinación son requisitos centrales en su propio funcionamiento. Esta perspec- tiva debería analizarse desde todos los ámbitos, incluida la Educación Especial, para desarrollar trayectorias educativas integrales de alumnos con discapacidad en todo el Sistema Educativo. En los comentarios sobre este documen- to en su primera versión (febrero 2009), desde varias provincias se planteó la necesidad de profundizar la discusión compartida entre los integrantes de la modalidad con los diferentes niveles. Se señaló que hace falta una mayor impli- cación con los docentes del Nivel Inicial, Nivel Primario y Nivel Secundario, y de Presentación 1 Plan Nacional de Educación Obligatoria, aprobado por Resolución Nº 79/09 del Consejo Federal de Educación, Buenos Aires, 28 de mayo de 2009. La presentación del Plan contó con la valiosa colaboración de la Jefatura de Asesores del Ministerio de Educación, de la Subsecretaría de Planificación, y de integrantes de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Federal de Educación, en articulación con las Direcciones Nacionales, Directores, Coordinadores de Modalidad, Áreas y el equipo de la Subsecretaría de Equidad y Calidad. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 13
  • 8. 14 las otras modalidades, para asegurar la inclusión educativa y la articulación en el trabajo docente. En ese sentido debemos tener en cuenta el Plan Nacional de Educación Obliga- toria aprobado recientemente.1 La Pri- mera Parte justifica la necesidad de dise- ñar un Plan Nacional de Educación Obligatoria, describe los objetivos políticos, los principales problemas y desafíos de la educación inicial y la educación obligatoria, las estrategias previstas para superarlos, las caracterís- ticas del gobierno educativo y los planes provinciales. La Segunda Parte es una matriz que organiza la progra- mación para los próximos tres años, en torno a dos ejes centrales: las princi- pales políticas educativas de igualdad, calidad y fortalecimiento de la gestión y los tres niveles educativos respon- sables de su implementación: edu- cación inicial, educación primaria y educación secundaria. La incorporación de las líneas de acción específicas de las modalidades y de las áreas transver- sales establecidas por la Ley, se define por una lógica que reconoce las parti- cularidades de cada nivel y los procesos transversales que se despliegan a través de toda la educación obligatoria. Desde el Ministerio de Educación de la Nación agradecemos los esfuerzos y compromisos de quienes han querido aportar a la reflexión y ser partícipes en la elaboración de políticas. Especial- mente señalamos la cooperación en el trabajo desde las cinco regiones que integran nuestro país y la responsabili- dad asumida por cada responsable regional elegido por los pares; también, las respuestas sistematizadas y los comentarios de los equipos docentes desde cada provincia. Lic. Ana Moyano Coordinación de Educación Especial Ministerio de Educación de la Nación PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 14
  • 9. 15 Los marcos normativos y el Sistema Educativo2 Los marcos normativos y las políticas públicas procuran direccionar, desarrollar y acompañar los cambios. Nuevos marcos legales y políticas públicas favorables para la inclusión educativa exigen a todos los adultos repensar algunos problemas co- tidianos, especialmente reformulando los planteos elaborados desde paradigmas contradictorios con esos marcos, para analizar dispositivos y encuadres, generar normas jurisdiccionales que deben ser actualizadas, proponer políticas públicas que se articulen desde las diferentes áreas, etcétera. La Constitución Nacional establece el derecho de enseñar y aprender.3 Esta consagración se ha visto reforzada con la jerarquización constitucional de trata- dos del derecho internacional de los derechos humanos que contienen artículos específicos relativos al derecho a la educación.4 En ese marco, a fines del año 2006 se sancionó la Ley de Edu- cación Nacional Nº 26.206, en la cual se establece que la educación y el cono- cimiento son un bien público y un dere- cho personal y social, garantizados por el Estado. La Ley de Educación Nacional afirma que la educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía y la identi- dad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades funda- mentales, y fortalecer el desarrollo económico-social de la Nación. La Ley establece que se debe garantizar la inclusión educativa a través de políticas universales y de estrategias pedagógicas y de asignación de recursos que otorguen prioridad a los sectores que más lo necesi- tan. Se trata de medidas destinadas a enfrentar situaciones de injusticia, mar- ginación, estigmatización y otras formas de discriminación, derivadas de factores socioeconómicos, culturales, geográficos, étnicos, de género o de cualquier otra índole, que afecten el ejercicio pleno del derecho a la educación, asegurando una educación de calidad con igualdad de posibilidades, sin desequilibrios regio- nales, ni inequidades sociales. (Ley de Educación Nacional, art. 79.) El Sistema Educativo nacional se define como el conjunto organizado de servicios y acciones educativas regulados por el Estado que posibilitan el ejercicio del derecho a la educación. Lo integran los servicios educativos de gestión estatal y privada, de gestión cooperativa y social de todas las jurisdicciones del país. La Ley establece que la obligatoriedad escolar se extiende desde los cinco años hasta la finalización del Nivel Secundario. 2 Véase Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo: Educación integral de adolescentes y jóvenes, Buenos Aires, 2008. 3 Constitución Nacional, art. 14, “Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos, conforme las leyes que reglamenten su ejercicio, a saber: (…) de enseñar y aprender”. 4 Constitución Nacional, art. 75, inc. 22. La modalidad Educación Especial PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 15
  • 10. En las prácticas educativas se recurre coti- dianamente a los marcos legales vigentes y se presentan cuestiones sobre qué se debe hacer, qué no debe hacerse o cómo intervenir a partir de normas –supuestas o explícitas–. La práctica funciona como una categoría legitimadora de ciertas deci- siones educativas, a través de ella se natu- ralizan intervenciones; muchas veces las normas están supuestas en las prácticas como costumbre o tradición. En el mismo sentido, los actores perciben la distancia de los marcos legales vigentes, lo cercano son las normas “acostumbradas”. Por eso, un proceso de cambio necesita habilitar la participación para que pueda repensarse las normas implícitas, especialmente cuan- do contradicen las vigentes o cuando se limitan derechos protegidos. En más de una ocasión, las prácticas resultan percibidas como ajenas a las políticas. Sin embargo, los deberes que cada práctica conlleva son resultado de normativas, políticas, costumbres, y, por tanto, requieren revisión. Por ejemplo, se suele afirmar que “los padres tienen poder de decisión sobre la educación de sus niños y, muchas veces, no aceptan la escolaridad especial, ni el apoyo de la modalidad”. Sin embargo, este pro- blema así formulado no puede dejar de vincularse a las políticas de debilita- miento del Sistema Educativo, a la per- cepción de la Educación Especial como un destino de marginación de sus alum- nos, a la decisión puesta en los padres para que elijan entre acciones que deberían presentarse articuladas, etc. De acuerdo con los nuevos marcos, las propuestas que se comunican a las familias deberían realizarse desde el Sistema Educativo, de tal forma que madres y padres puedan visualizar la complementariedad entre el nivel y la modalidad educativa; las orientaciones a las familias habilitarían intervenciones favorables para el desarrollo de las trayectorias educativas. El Plan Nacional de Educación Obligatoria señala: “Para dar cumplimiento a la política educativa plasmada en las leyes nacionales y garantizar una edu- cación de calidad para todos, el Sistema Educativo argentino debe atender un conjunto de problemas y desafíos que son consecuencia, entre otros factores, de tres tendencias de nuestra historia política y económica reciente: creciente desigualdad so- cial que comienza a revertirse en los últimos años, fragmentación del Sistema Educativo e importante in- cremento de la matrícula en la edu- cación inicial y secundaria. Los prin- cipales problemas de la educación obligatoria están relacionados con el acceso a la escolarización, las trayec- torias escolares de los alumnos y las condiciones organizacionales y pe- dagógicas en que se inscriben, la cali- dad de los aprendizajes, la organi- zación de las instituciones educativas, el planeamiento y la gestión adminis- trativa del Sistema. Estos problemas atraviesan los tres niveles educativos, en sus diferentes ámbitos y modali- dades y adquieren en cada caso una especificidad particular.” La modalidad Educación Especial en la Ley de Educación Nacional La Ley de Educación Nacional establece ocho modalidades de educación. En el Plan Nacional de Obligatoriedad se expresa la visión de unidad del Sistema Educativo como base de un trabajo com- partido entre niveles y modalidades. “El Plan Nacional abarca la edu- cación obligatoria definida por la Ley 26.206: la sala de cinco, la edu- cación primaria y la educación secundaria con sus modalidades de educación rural, especial, artística, de jóvenes y adultos, intercultural bilingüe, en contextos de privación 16 PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 16
  • 11. de libertad y domiciliaria y hospita- laria. Comprende la educación ini- cial definida por la Ley como una unidad pedagógica que atiende a los/as niños/as desde los cuarenta y cinco (45) días hasta los cinco (5) años de edad. La educación técnico profesional, de carácter obligatoria, se rige por las disposiciones de la Ley 26.058, y como se trata de una modalidad de la educación secun- daria, el Plan Nacional establece mecanismos de coordinación con las políticas del Instituto Nacional de Educación Tecnológica, organismo a cargo de su planificación y gestión. De la misma manera, debe tener una estrecha vinculación con el Instituto Nacional de Formación Docente para articular acciones con los profesorados de formación docente inicial y las estrategias de desarrollo profesional.” La Educación Especial es la modalidad del Sistema Educativo destinada a asegurar el derecho a la educación de las personas con discapacidades, temporales o perma- nentes, en todos los niveles y modali- dades del Sistema. Se rige por el principio de inclusión educativa y brinda atención educativa en todas aquellas problemáti- cas específicas que no puedan ser abor- dadas por la educación común. Se debe garantizar la integración de los/as alum- nos/as con discapacidades en todos los niveles y modalidades según las posibili- dades de cada persona. (Ley de Educación Nacional, art. 42.) Las autoridades jurisdiccionales, con el propósito de asegurar el derecho a la educación, la integración escolar y la inserción de las personas con discapaci- dades, dispondrán las medidas nece- sarias para: a) Posibilitar una trayectoria educativa integral con acceso a saberes tec- nológicos, artísticos y culturales. b) Contar con personal especializado que trabaje en equipo con docentes de la escuela común. c) Asegurar la cobertura de los servicios educativos especiales –transporte, recursos técnicos y materiales para el desarrollo del currículo. d) Propiciar alternativas de continuidad para la formación a lo largo de toda la vida. e) Garantizar la accesibilidad física de todos los edificios escolares. (Ley de Educación Nacional, art. 44.) Se deberá crear instancias institu- cionales y técnicas para la orientación de la trayectoria escolar más adecuada de alumnos/as con discapacidades, en todos los niveles de la enseñanza obligatoria, así como las normas que regirán los pro- cesos de evaluación y certificación esco- lar. Deben articularse los organismos del Estado que atienden a personas con dis- capacidades para garantizar un servicio de mayor calidad. (Ley de Educación Nacional, art. 45.) Las provincias y la Ciudad de Buenos Aires, en el marco de la articulación de niveles de gestión y funciones de los organismos competentes para la apli- cación de la Ley Nº 26.061, establecerán los procedimientos y recursos para iden- tificar tempranamente las necesidades educativas derivadas de la discapacidad o de trastornos en el desarrollo, a fin de darles la atención interdisciplinaria y educativa para lograr la inclusión desde el Nivel Inicial. Los equipos docentes que analizaron la primera versión de este documento pro- ponen repensar los proyectos educativos teniendo en cuenta las normas y sus je- rarquías, los sujetos de la educación y los fines institucionales. Partiendo de este análisis plantean: - la educación inclusiva como un desafío de trabajo conjunto al interior del Sistema Educativo y en relación con el conjunto de políticas públicas; - interrogantes sobre las configuraciones prácticas que pueden adoptar cada uno de los apoyos que se brindan desde la Modalidad; - preguntas sobre los apoyos de Educa- ción Especial y los aportes específicos 17 PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 17
  • 12. 18 5 UNESCO (2005). Guidelines for Inclusión: Ensuring Access to Education for All, París, Ediciones de la UNESCO, pág. 12. 6 Ibid. para la educación inicial, primaria, secundaria, técnica, formación laboral y adultos; - considerar los indicadores que dan cuenta de dificultades sociales, educa- tivas, materiales, simbólicas que inci- den en las trayectorias escolares; - relacionar permanentemente las nece- sidades educativas de las personas con discapacidad con las barreras para la participación en cada contexto; - estrategias de educación para las per- sonas con discapacidad temporal o permanente para cada nivel del Sistema Educativo; - definir propuestas desde la Modalidad favoreciendo los acuerdos entre institu- ciones educativas y familias; - generar estrategias pedagógicas alter- nativas y mayor asignación de recur- sos que otorguen prioridad a los sec- tores que más lo necesitan. La inclusión, un enfoque y un desafío La inclusión se presenta como un enfo- que filosófico, social, político, económi- co y especialmente pedagógico para: • La aceptación y la valoración de las diferencias en una escuela que es de todos, para todos y para cada uno. • La definición de políticas que protejan el interés superior del niño y de los sujetos de la educación. • El desarrollo del sentido de comuni- dad, solidaridad y pertenencia plural. • La promoción de las alfabetizaciones múltiples. • El aprendizaje constructivo y la valo- ración de las capacidades de todos los estudiantes. • Una cultura educativa, en la cual todos se sientan partícipes. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) define la inclusión como “una estrategia dinámica para responder en forma proactiva a la diversidad de los estudiantes y concebir las diferencias individuales no como problema sino como oportunidades para enriquecer el aprendizaje”.5 Las diferencias en edu- cación son lo común y no la excepción, y la inclusión consiste precisamente en transformar los sistemas educativos y otros entornos de aprendizaje para responder a las diferentes necesidades de los estudiantes. La inclusión es, por tanto, una nueva visión de la educación basada en la diversidad, en la que se destacan cuatro elementos fundamentales: • La inclusión es un proceso, una búsqueda permanente de la mejor manera de responder a las diferencias. • La inclusión busca identificar y remover barreras, estar atentos a los obstáculos al aprendizaje y la partici- pación, y hallar la mejor manera de eliminarlos. • La inclusión se refiere tanto a la pre- sencia como a la participación y el logro de todos los estudiantes. • La inclusión pone especial cuidado en aquellos grupos de estudiantes con mayor riesgo de ser marginados, excluidos o de tener rendimientos menores a los esperados.6 La educación inclusiva se refiere a la capacidad del Sistema Educativo de atender a todos, niñas y niños, sin exclu- siones de ningún tipo. Para ello, es nece- sario abordar la amplia gama de dife- rencias que presentan los estudiantes y asegurar la participación y el aprendiza- je de cada uno de ellos en el marco de servicios comunes y universales. En definitiva, la educación inclusiva apunta PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 18
  • 13. 19 a que todos los estudiantes de una determinada comunidad aprendan jun- tos independientemente de sus condi- ciones personales, sociales o culturales. Los equipos consultados señalan que la inclusión debe ser una responsabilidad de todo el Sistema Educativo, de cada uno de los niveles y modalidades del Sistema, también de la educación supe- rior. Pero sostienen que en reiteradas situaciones se identifican problemas de inclusión con responsabilidades exclusi- vas de la Educación Especial. Proponen entonces el desarrollo compartido de culturas y políticas para el logro de prác- ticas inclusivas. Afirman la necesidad de trabajar el concepto en los diferentes ámbitos para profundizar acuerdos respecto de su interpretación. Asimismo, consideran que en este marco debe repensarse el concepto de integración. También vinculan el concepto inclusión educativa a la formación que deben recibir los docentes de todo el Sistema para trabajar con las diferencias y la integración educativa. El proyecto institucional o escolar, la propuesta curricular, el proyecto de aula y el plan de atención individual deben aportar a una verdadera inclusión educativa, constituyen un marco de reglas y criterios, habilitan el tratamien- to de los desacuerdos entre los partici- pantes –incluidos los alumnos–, confor- man los encuadres para la tarea coti- diana de enseñar. Así, el currículo podrá ser una herramienta dinámica y flexible, y atender al desarrollo de cada niño tomando en cuenta la realidad social y cultural del entorno. Algunos equipos consultados reflexio- nan y advierten que, al procurar “incluir” a alumnos de culturas dife- rentes, no se dé tratamiento a esas diferencias culturales y se termine “patologizando” conductas relativas a formas de vida propias de la cultura de origen. Pareciera necesario explicitar mejor las concepciones de integración e inclusión, para progresar en las discu- siones y los debates acerca de “quiénes” son los alumnos que se incluyen y/o se integran. ¿Son los mismos? ¿Son todos? O la pregunta debería centrarse en las instituciones: ¿cuáles son las escuelas inclusivas/integradoras?, ¿son las mis- mas?, ¿son todas? El enfoque de inclusión desde las institu- ciones educativas debería plantear dimensiones de análisis: • Crear culturas inclusivas. Orientadas hacia la creación de una comunidad escolar segura, acogedora, colabo- radora y estimulante, en la que cada uno sea valorado, fundamentalmente para que todos los alumnos tengan mayores niveles de logro. Se pretende desarrollar valores inclusivos, compar- tidos por todos los docentes, los estu- diantes, los miembros del consejo escolar y las familias, de tal forma que impliquen a todos los miembros de la comunidad escolar. • Elaborar políticas inclusivas. Asegurar que la inclusión esté en el corazón de los procesos, el proyecto escolar, para que mejore el aprendizaje y la partici- pación de todos los estudiantes. Estas políticas aumentan la capacidad de una escuela para atender las diferen- cias del alumnado, hacen que los apoyos desde la Modalidad se desa- rrollen desde la perspectiva del dere- cho a la educación de los estudiantes. • Desarrollar prácticas inclusivas. Las prácticas de las instituciones abordan la cultura y las políticas inclusivas. Se intenta asegurar que las actividades en el aula y las actividades extraesco- lares motiven la participación de todos los alumnos y tengan en cuenta el conocimiento y la experiencia de los estudiantes fuera del contexto escolar. La docencia y los apoyos se integran de tal forma que se puedan superar las barreras para el aprendizaje y la participación. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 19
  • 14. 20 7 Anexo III, Recomendaciones de la 48ª Reunión de la Conferencia Internacional de Educación (extracto), 2008, en este documento. Políticas de inclusión con integración7 La Educación Especial como modalidad se rige por el principio de inclusión y exige una clara comprensión de la necesidad de articular creación de cul- turas, elaboración de políticas y desa- rrollo de prácticas inclusivas, para evitar procesos y experiencias diseñadas e implementadas sólo desde un ámbito como lo fue hasta ahora la escuela/edu- cación especial. Muchos docentes de Educación Especial consideran que los planteos de integración e inclusión educativa se han asociado exclusiva- mente a la Educación Especial. La Educación Especial se concibe como un conjunto de propuestas educativas y recursos de apoyo educativo, especiali- zados y complementarios, orientados a la mejora de las condiciones de enseñan- za y aprendizaje para quienes presenten discapacidades. La educación inclusiva centra su preocupación en el contexto educativo y en cómo mejorar las condi- ciones de enseñanza y aprendizaje para que los estudiantes participen y se bene- ficien de una educación de calidad. La inclusión supone un sistema unifica- do e integrado para todos, lo que impli- ca la exigencia de un currículum común con la posibilidad de desarrollar adapta- ciones curriculares para atender las diferencias y las particularidades de cada estudiante. Ese currículum procura garantizar la igualdad en el derecho a la educación. Y, en un sentido amplio, las adaptaciones curriculares son parte de la tarea diaria de cualquier docente. El concepto de integración ha sido clave, con suma frecuencia se ha resaltado su dimensión ética en relación con el dere- cho de los estudiantes a ser admitidos, a estar en los mismos espacios o a que todas y todos disfruten de los mismos servicios. En el proceso de integración, el Sistema permanece más o menos intac- to, mientras que los estudiantes tienen la tarea de adaptarse con el acompa- ñamiento de quienes los asisten y/o los educan. Muchas veces las políticas de in- tegración han asumido que la exclusión de las personas con discapacidad “por razones de normalidad” se podía modi- ficar desde la Educación Especial. En cambio, la educación inclusiva re- quiere de un marco institucional que con- jugue la educación en general y la Educación Especial para ser parte de un sistema único. Las políticas educativas inclusivas exigen intervenciones coordi- nadas desde el Sistema Educativo y políti- cas públicas concurrentes. La inclusión no significa una ruptura de los fines que per- siguen los procesos de integración; impli- ca una reorganización de todo el Sistema Educativo, para posibilitar el acceso, la permanencia y los logros de todos los alumnos. Las necesidades de los estudian- tes son vistas como necesidades de la institución y las diferencias están dadas por los estilos, ritmos, motivaciones para el aprendizaje. Inclusión e integración deben vincularse y repensarse en las prácticas. Entonces, la inclusión es principio, proceso, acción social, colectiva, que resulta de una cons- trucción simbólica de los grupos humanos, de las comunidades educati- vas, contribuyendo a mejorar las condi- ciones de los entornos para acoger a to- dos. Proponemos pensar la integración como “un medio estratégico-metodo- lógico”. La integración es una estrategia educativa que hace posible la inclusión de muchos sujetos con discapacidad en la escuela común. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 20
  • 15. “El debate sobre la educación inclusiva y la integración no se refiere a una dicotomía entre políticas y modelos de integración e inclusión –como si se pudiera integrar sin incluir o incluir sin integrar–, sino más bien a determinar en qué medida se está avanzando en el entendimiento de que toda escuela tiene la responsabilidad moral de incluir a todos y cada uno. En los últi- mos quince años aproximadamente, el concepto de educación inclusiva ha evolucionado hacia la idea de que todos los niños y jóvenes, no obstante las diversidades culturales, sociales y de aprendizaje, deberían tener opor- tunidades de aprendizaje equivalentes en todos los tipos de escuelas. “El centro de atención se sitúa en la creación de entornos inclusivos, lo cual implica: a) el respeto, la comprensión y la atención a la diversidad cultural, social e individual (respuesta de los sis- temas educativos, escuelas y docentes a las expectativas y necesidades de los alumnos); b) el acceso en condiciones de igualdad a una educación de cali- dad; c) la estrecha coordinación con otras políticas sociales. “En todos estos puntos se debe tomar en cuenta las expectativas y las demandas de las partes interesadas y los actores sociales.”8 Las personas con discapacidad Entre los fines y objetivos de la política educativa, la Ley de Educación Nacional establece que se debe brindar a las per- sonas con discapacidades, temporales o permanentes, una propuesta pedagógi- ca que les permita el máximo desarrollo de sus posibilidades, la integración y el pleno ejercicio de sus derechos. (Ley de Educación Nacional, art. 11.) La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad9 también ase- gura un sistema de educación inclusivo para todos los niveles de enseñanza y a lo largo de la vida. Se trata de: • Desarrollar plenamente el potencial humano y el sentido de la dignidad y la autoestima y reforzar el respeto por los derechos humanos (…). • Desarrollar al máximo la personalidad, los talentos y la creatividad de las per- sonas con discapacidad, así como sus aptitudes mentales y físicas. • Hacer posible que las personas con dis- capacidad participen de manera efec- tiva en una sociedad libre. Los Estados deben asegurar que: a) las personas con discapacidad no queden excluidas del sistema general de edu- cación; b) accedan a una educación pri- maria y secundaria inclusiva, en igual- dad de condiciones en la comunidad en la que vivan; c) se hagan ajustes razo- nables en función de las necesidades individuales; d) se preste el apoyo nece- sario en el marco del sistema general de educación para facilitar su formación efectiva; e) se faciliten medidas de apoyo personalizadas en entornos que fomenten al máximo el desarrollo académico y social, de conformidad con el objetivo de la plena inclusión. Debe propiciarse la participación plena y en igualdad de condiciones en educación y en cada comunidad, facilitar el apren- dizaje del Braille, la escritura alternativa, otros modos, medios y formatos de comu- nicación aumentativos o alternativos, y habilidades de orientación y de movili- 21 8 UNESCO, Conferencia Internacional de Educación. “La educación inclusiva: el camino hacia el futuro”. Ginebra, 25 - 28 de noviembre de 2008, cuadragésima octava Conferencia. 9 La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo fueron aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 13 de diciembre de 2006, y quedaron abiertos a la firma el 30 de marzo de 2007. La Convención y su Protocolo Facultativo entraron en vigor el 3 de mayo de 2008. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 21
  • 16. 22 10 OMS (1980), Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías. Manual de Clasificación de las consecuen- cias de la enfermedad. 11 CIE-10 es la Clasificación Internacional de Enfermedades, décima revisión, de la OMS. 12 P. Ibáñez (2002). Las discapacidades. Orientación e intervención educativa, Madrid, Editorial Dykinson. dad, así como la tutoría y el apoyo entre pares; alentar el aprendizaje de la lengua de señas y la promoción de la identidad lingüística de las personas sordas; asegu- rar que la educación de las personas cie- gas, sordas o sordociegos se imparta en los lenguajes y los modos y medios de comunicación más apropiados y en entornos que permitan alcanzar su máxi- mo desarrollo académico y social. Los Estados asegurarán que las personas con discapacidad tengan acceso general a la educación superior, la formación profesional, la educación para adultos y el aprendizaje durante toda la vida sin discriminación y en igualdad de condi- ciones con las demás. Definimos la discapacidad desde el mo- delo social sostenido por la Organi- zación Mundial de la Salud (OMS) y por el marco de las Convenciones y princi- pios de derechos humanos. Para este modelo, la discapacidad no es un atribu- to de la persona, sino un conjunto de condiciones que responden a la interac- ción entre las características del indivi- duo y el contexto social. Las diferentes definiciones de discapaci- dad en el ámbito internacional mues- tran una marcada evolución hacia un modelo social. Las diferencias entre las clasificaciones establecidas por la OMS pueden ilustrar esta evolución. En 1980, cuando se publica la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapa- cidades y Minusvalías, la discapacidad se define como “toda restricción o ausen- cia (debida a una deficiencia) de la capa- cidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se con- sidera normal para un ser humano”.10 La discapacidad desde un modelo bio- médico es un problema de la persona, directamente causado por una enfer- medad, trauma o condición de salud. Varios equipos docentes relacionan dicho modelo con algunas prácticas, por ejem- plo, cuando la intervención educativa está totalmente determinada desde los equipos de salud que también diagnosti- can la necesidad educativa. Asimismo, cuando un certificado médico habilita o no la intervención educativa desde la modalidad. A veces, cuando la admisión de un niño a la escuela (Educación Especial) se deriva de una consulta neu- rológica. En cuanto a los niños sordos, cuando se trabaja partiendo del déficit o pensando en rehabilitar al alumno. En cambio, en la Clasificación Interna- cional del Funcionamiento, de la Disca- pacidad y de la Salud (2001), la OMS incluyó en su definición de discapaci- dad los factores contextuales en los que vive el individuo.11 La inclusión de los factores contextuales es de gran rele- vancia.12 Se puede decir que esta evolu- ción ha ido de la mano con una mirada que ha dejado de centrarse en el déficit y se ha enfocado en la evaluación de necesidades. No importa tanto la defi- ciencia del individuo como sus poten- cialidades y lo que pueda llegar a hacer mediante la eliminación de barreras contextuales y el apoyo necesario. Los docentes que hicieron una lectura crítica de este documento en su versión preliminar afirman que se aborda un modelo social cuando se permite generar espacios para llevar a cabo integraciones e inclusiones, en un trabajo educativo sobre las potencialidades de los niños y no sobre sus dificultades. Comentan que en una escuela de campo los niños hipoacúsicos son abordados en forma integral y para garantizar su inclusión no se los excluye de su contexto cultural, sino que se trabaja junto con otras instituciones en la flexibi- lización del currículo y en la revisión de las prácticas pedagógicas tradicionales. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 22
  • 17. 23 13 ONU (2006), Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. 14 Ibid. 15 Naciones Unidas, Asamblea General, Consejo de Derechos Humanos, Informe del Relator Especial sobre el Derecho a la Educación, Vernor Muñoz (2007). Aplicación de la Resolución 60/251 de la Asamblea General, 15 de marzo de 2006, El derecho a la educación de las personas con discapacidades. Los mismos docentes señalan que fre- cuentemente desde los quehaceres esco- lares, tanto de escuelas comunes como especiales, se evidencian prácticas entre- cruzadas entre un “modelo médico” y uno social. Destacan que para transitar hacia un modelo social es importante pasar de una mirada puesta en las “necesidades educativas especiales” a otra de “barreras para el aprendizaje relacionadas con la participación”, de esta forma se permite redefinir las difi- cultades que los alumnos encuentran. Desde una perspectiva de derechos es particularmente relevante conocer la definición de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapa- cidad, primera Convención del siglo XXI. En su artículo Nº 1, señala que “las per- sonas con discapacidad incluyen aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con distintas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en igualdad de condiciones con las demás”.13 En esta definición queda en evidencia la adopción de un modelo social de discapacidad. En este sentido, la discapacidad es un resultado negativo de la interacción entre una condición per- sonal (la deficiencia) y el medio (debido a sus barreras). Las barreras son fundamentalmente cul- turales, se manifiestan en aspectos lega- les o normativos, arquitectónicos, de acceso a bienes culturales (por falta de apoyos, por ejemplo, ausencia de me- dios y lenguajes alternativos de comuni- cación, tecnológicos, etc.). Los gobiernos deberán revisar las barreras existentes en todos los órdenes con el fin de elimi- narlas, prevenir obstáculos e impedi- mentos para la participación de las per- sonas con discapacidad, apuntando al diseño universal de productos, entornos, programas y servicios que puedan uti- lizar todas las personas, en la mayor medida posible sin necesidad de adap- tación, ni diseño especializado. El diseño universal no excluirá las ayudas técnicas. Un desafío consiste en formular las condiciones de una “escuela para todas y todos”. Las personas tienen derecho, sin exclusiones, a una educación de cali- dad y son los sistemas educativos los que deben ajustarse para satisfacer las nece- sidades de todos.14 Esto marca la impe- riosa necesidad de dar la oportunidad, por ejemplo, a todos los niños de apren- der junto a sus pares, siempre que sea posible. En el avance hacia este nuevo enfoque, juegan un papel fundamental la legislación y las políticas que los paí- ses llevan adelante, y en este contexto la información se transforma en un ele- mento fundamental. La producción de información desde la Modalidad Vernor Muñoz pone énfasis en la notoria ausencia de información estadística sobre la cantidad de población con discapaci- dad y aun menos datos sobre la cantidad de personas con discapacidad escola- rizadas.15 También son escasas las informa- ciones sobre los índices de abandono o deserción escolar de niños, niñas y adoles- centes con discapacidad, datos sobre éxito o fracaso escolar, movimientos insti- tucionales de esta población, etcétera. La falta de información dificulta la defini- ción y la retroalimentación de políticas, así como la estimación de los recursos necesarios para atender de forma integral las necesidades educativas de este colecti- vo. Precisamente es la UNESCO quien tiene el mandato de coordinar y dina- mizar actividades de cooperación en pro PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 23
  • 18. 24 16 “Marco de Acción. Educación para todos: cumplir nuestro compromisos comunes”, texto aprobado por el Foro Mundial de la Educación, Dakar, Senegal, 26-28 abril de 2000. 17 Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente, Unidad de Información (2007), “Educación Especial, Información estadística para la toma de decisiones: Un camino recorrido y por recorrer”, Buenos Aires. de la educación para todos. El Programa de Educación para Todos es un compro- miso de los países con el logro de una educación de calidad a la que toda la población tenga acceso sin exclusiones, y los compromisos adquiridos en Dakar contemplan un monitoreo permanente de los resultados logrados con los obje- tivos propuestos.16 En la Argentina, recientemente se pro- dujo un documento resultado de un esfuerzo coordinado entre el Área de Educación Especial y la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (DINIECE) del Ministerio de Educación de la Nación. El objetivo final fue introducir los cambios necesarios a fin de obtener información relevante del área para la toma de deci- siones en el marco de la Ley de Educación Nacional. A través de reuniones se trabajó con representantes provinciales en la modificación del cuadernillo del Relevamiento Anual de Estadísticas Educativas que completan los establecimientos.17 En ese documento se proponen defini- ciones para las categorías de rele- vamiento que surgen de los aportes de los responsables de Educación Especial y de los equipos técnicos de cada jurisdic- ción. En relación con la matrícula, se acuerdan definiciones para la discapaci- dad; entre otras, la discapacidad visual, la auditiva, la motora pura o asociada con otras problemáticas, las personas con más de una discapacidad, el retardo mental, los trastornos generalizados del desarrollo. También se hizo necesario incluir la categoría alumnos sin dis- capacidad, para evitar que se fuercen las actuales definiciones sobre alumnos que actualmente asisten a la escuela especial o reciben apoyo de ella. La ca- tegoría se refiere, por ejemplo, a la matrícula que, dependiendo de cada jurisdicción, era consignada en “desvia- ciones normales de la inteligencia” y/o “alto riesgo social”. Al mismo tiempo, se proponen defini- ciones en relación con Niveles / Estrate- gias de Enseñanza. La categoría inte- gración se analiza según el tipo de asis- tencia a la escuela común o de adultos; los talleres de capacitación en el nivel primario; otro cambio altamente con- sensuado fue el de la denominación educación temprana; la educación inte- gral para adolescentes y jóvenes. Al mismo tiempo, se revisaron definiciones en relación con los docentes –maestro de apoyo a la integración, maestro de educación temprana, preceptor/celador, maestro de apoyo pedagógico en talleres. Se espera que los cambios y precisiones alcanzados permitan mejorar los rele- vamientos y los datos producidos desde el Sistema Educativo para el desarrollo de políticas de inclusión para todas y todos, y para las personas con discapacidad. El Plan Nacional de Educación Obliga- toria establece, entre otras cuestiones, fortalecer los sistemas de información y evaluación: “La Subsecretaría de Planeamiento Educativo ha elaborado informes por jurisdicción como un aporte sustantivo para la construcción de la línea de base de las metas del Plan Nacional de Educación Obligatoria. Los datos faci- litan la identificación de los princi- pales problemas utilizando las últimas series estadísticas elaboradas por la DINIECE y constituyen el punto de par- tida para el diseño e implementación del monitoreo y evaluación de las ac- ciones del Plan Trienal que tengan en PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 24
  • 19. 25 18 Op. cit. 19 OREALC/UNESCO (2007). Educación de calidad para todos: un asunto de derechos humanos. Santiago, Chile. cuenta las problemáticas particulares y específicas de cada jurisdicción, vincu- ladas a aspectos de carácter local.” El enfoque del sujeto de derecho Diversos grupos docentes explicitan que el sujeto que aprende es un sujeto de derecho, pero que cotidianamente se encuentran prácticas docentes y profe- sionales con ausencia de mirada hacia el niño como ese sujeto de derecho. El derecho a la educación de las personas con discapacidad requiere de una forma- ción específica desde los profesorados de las distintas áreas y niveles educativos en conceptos clave como sistemas de protec- ción, relaciones entre igualdad y diferen- cias, el derecho a ser escuchados y otros conceptos para potenciar la formación de sujetos de derecho. La capacitación debe favorecer la desnaturalización de ciertas prácticas discriminatorias. El estrechamiento de la alianza entre los movimientos de "derechos humanos" y los de "discapacitados" se produce a fin de reaccionar ante la exclusión y ha pro- movido el paradigma educativo actual de educación inclusiva. Según el informe de Vernor Muñoz,18 la educación inclusiva se basa en el principio de que siempre que sea posible todos los niños deben estu- diar juntos, sin establecer ningún tipo de diferencias. El planteo reconoce que todo niño tiene características, intereses, capacidades y necesidades de aprendizaje particulares, y que los alumnos con nece- sidades educativas deben tener acceso al sistema de educación general mediante una pedagogía centrada en el niño. La educación inclusiva, al tener en cuenta la diversidad existente entre los alumnos, trata de luchar contra actitudes discrimi- natorias, crear comunidades donde sean bien acogidos, lograr una educación para todos, así como mejorar la calidad y la efi- cacia de la educación en la enseñanza. Los sistemas educativos deberían dejar de considerar a las personas con discapaci- dad como “problemas que hay que solu- cionar”, y actuar de manera positiva ante la diversidad del alumnado, reconociendo las diferencias individuales como otras tantas oportunidades para enriquecer la enseñanza para todos. En el informe antes mencionado se sostiene que el parámetro por considerar es justamente el criterio de participación plena, autode- terminación, interdependencia y autono- mía, como también el concepto de traba- jar por la calidad de vida de las personas con discapacidad, con especial atención a las necesidades que fueran presentando. Todas las personas tienen derecho a la educación. El ser humano necesita ayuda y dirección de otros; es a través de la edu- cación que el ser humano se constituye en “plenamente humano”. Este carácter humanizador otorga a la educación un valor en sí misma y la constituye en dere- cho humano fundamental para todas las personas. La principal finalidad que establecen los instrumentos del derecho internacional de derechos humanos, como la Declaración Universal de Dere- chos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultu- rales, la Convención sobre los Derechos del Niño o la Convención sobre los Dere- chos de las Personas con Discapacidad, es precisamente el pleno desarrollo de la persona humana.19 Pero, además de ser el motor del desa- rrollo humano individual, lo es del desarrollo colectivo: así como a través de la educación se desarrollan las per- sonas, a través de la educación se desarrollan las sociedades. A esta ver- tiente se vincula directamente un segundo argumento a favor de un enfoque de derechos en educación: el derecho a la educación está estrecha- PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 25
  • 20. 26 20 K. Tomasevski (2004). Manual on Rights Based Education, Bangkok, Ediciones de la UNESCO. 21 UNESCO (2005). Guidelines for inclusión: Ensuring Access to Education for All, París, Ediciones de la UNESCO. 22 El concepto de calidad de la educación de este marco conceptual está extraído de OREALC/UNESCO (2007), Educación de cali- dad para todos: un asunto de derechos humanos, Chile, Santiago. mente relacionado con la ciudadanía, hace posible el ejercicio de otros dere- chos. Que el derecho a la educación sea un derecho humano implica que es exi- gible y justiciable, y que el Estado está obligado a respetarlo, asegurarlo, pro- tegerlo y promoverlo. Desde el derecho internacional se con- sidera que la educación en todas sus for- mas y en todos los niveles presenta las siguientes cuatro características: a) Disponibilidad: debe haber institu- ciones y programas de enseñanza en cantidad suficiente. b) Accesibilidad: las instituciones y los programas de enseñanza han de ser accesibles a todos, sin discriminación. La accesibilidad consta de tres di- mensiones: i) No discriminación. ii) Accesibilidad material. iii) Accesibilidad económica. c) Aceptabilidad: las personas tienen derecho a acceder a una educación de calidad; refiere a criterios de cali- dad educativa. d) Adaptabilidad: la educación ha de tener la flexibilidad necesaria para adaptarse a las necesidades de socie- dades y comunidades, y responder a esas necesidades en contextos cultu- rales y sociales diferentes.20 Los cuatro factores mencionados se pueden agrupar en tres principios que sustentan un enfoque de educación basado en los derechos: 1. Acceso a una educación obligatoria y gratuita. 2. El derecho a una educación de cali- dad. 3. Igualdad, inclusión y no discrimi- nación.21 El derecho a la educación ha de ser, para que cumpla su cometido, el derecho a una educación de calidad.22 Desde una perspectiva coherente con un enfoque de derechos, una educación de calidad nece- sariamente tiene que ser equitativa. El concepto de equidad alude a la idea de igualdad de oportunidades. También tiene que ser relevante: es fundamental plantearse cuáles son las finalidades de la educación, y si estas finalidades represen- tan las aspiraciones del conjunto de la sociedad y no sólo de algunos grupos. Además, la calidad se relaciona con lo pertinente, tiene que cobrar significado para las diferentes comunidades y las diferentes personas involucradas, tiene que adaptarse a las necesidades de los diferentes contextos sociales y personas, atendiendo a sus diferencias. La eficacia y la eficiencia pueden ser considerados atributos de la acción pública y responden a la necesaria rendición de cuentas a los ciudadanos. Por eso, si bien son impor- tantes, no son suficientes para hablar de calidad educativa, y tienen que ir acom- pañados de los demás atributos. El derecho a la educación implica igual- dad, inclusión y no discriminación. La Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la ense- ñanza entiende por discriminación toda distinción, exclusión, limitación o prefe- rencia que tenga por finalidad o por efecto destruir o alterar la igualdad de trato en la esfera de la enseñanza. No discriminar implica que los individuos y grupos accedan a una educación de cali- dad en cualquier nivel educativo, sea donde fuere que estén escolarizados, la zona geográfica en la que habiten, sus características personales, o su proce- dencia social y cultural. La no discriminación en educación exige eliminar las prácticas que limitan no sólo el acceso a la educación, sino también la PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 26
  • 21. 27 continuidad de estudios y el pleno desa- rrollo y aprendizaje de cada persona. Asimismo, implica no segregar mediante sistemas de enseñanza separados, y edu- car juntos a los niños de la comunidad, independientemente de su condición social, cultural o individual. En definiti- va, la no discriminación exige el desa- rrollo de escuelas inclusivas.23 Los valores que promueve el paradigma de la inclusión se basan en el recono- cimiento de la persona con discapacidad como sujeto de derecho. Ello implica en la ética profesional el ejercicio del derecho a expresarse y a opinar, y la exigencia de escuchar atentamente al otro para que sea partícipe en la toma de decisiones. Dado que la representación de la persona con discapacidad y sus lazos sociales es una construcción social, para generar prácticas que habiliten el mayor grado de protagonismo se necesita revisar acti- tudes, creencias, acciones y relaciones con la alteridad; rever sentidos y prácticas con la “alteridad deficiente” –el otro consi- derado desde el déficit–; también poder formular una autocrítica a los valores imperantes desde la “normalidad”, y una crítica a todo enunciado que excluya a otros seres humanos porque los considera “cuasi humanos”, no “seres humanos completos”. El Plan Nacional de Educación Obligatoria señala: “Mejorar la calidad implica colocar la enseñanza en el centro de las preocu- paciones y desafíos de la política educa- tiva, a los efectos de garantizar el dere- cho de todos los niños, niñas, jóvenes y adultos a acceder a los conocimientos necesarios para la participación en la vida de manera crítica y transformado- ra. Esto supone desarrollar políticas que tengan como preocupación las pro- puestas que la escuela ofrece, no sólo en términos de contenidos sino tam- bién respecto de los procesos de trans- misión, las formas de organización así como las condiciones pedagógicas y materiales en que tiene lugar. Producir mejores condiciones para el cotidiano escolar tanto para alumnos como para docentes implica una preocupación por los modos en que es posible veri- ficar la igualdad en el acceso a los conocimientos para todos los niños, jóvenes y adultos.” El diálogo en el Sistema Educativo La vigencia del derecho a la educación de las personas con discapacidad exige una coordinación de las políticas de edu- cación, ciencia y tecnología con las de cul- tura, salud, trabajo, desarrollo social, deportes y comunicaciones, para atender integralmente las necesidades de los suje- tos, aprovechando al máximo los recursos estatales, sociales y comunitarios.24 Al mismo tiempo, el diálogo como he- rramienta, la comunicación y el deseo de construir modelos institucionales y rela- cionales basados en una cultura de la participación, deberían atravesar todas las instancias de las políticas educativas: desde los niveles superiores de gestión hasta los contextos del cotidiano escolar y familiar. Un sistema educativo que se rige por el principio de educación inclusiva debe trabajar de modo articulado y co- responsablemente, para lo cual habrá de definir, construir y sostener acciones conjuntas hacia el interior y exterior del mismo. Nos referimos a los distintos ni- veles, modalidades y ámbitos en los que se desarrolla la educación, y a los orga- nismos nacionales, provinciales y muni- cipales que garantizan los derechos. El principio de inclusión requiere de una acción mancomunada de las distintas instancias políticas y jerárquicas de de- cisión. En este sentido, la propuesta para 23 OREALC/UNESCO (2007), Educación de calidad para todos: un asunto de derechos humanos. Chile, Santiago. 24 Ley de Educación de la Nación, artículo 11, “Fines y objetivos de la política educativa”. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 27
  • 22. 28 comenzar a transitar la misma se basa en el respeto y la aceptación por la diferencia, la participación plena de las familias, de los alumnos dentro de sus posibilidades y de los docentes. El Plan Nacional de Educación Obligatoria propone políticas de fortalecimiento institucional: “El fortalecimiento institucional procu- ra reforzar el vínculo entre los gobier- nos educativos jurisdiccionales de cada nivel y sus instituciones, con estrategias dirigidas a los equipos políticos y técni- cos de las provincias y de las institu- ciones. Acompañar a las instituciones en sus procesos de cambio requiere del for- talecimiento de los equipos y de su for- mación en herramientas para el diseño, desarrollo y evaluación de las políticas. Los desafíos se orientan a brindar a las instituciones condiciones para renovar sus proyectos políticos para la igualdad y la calidad, democratizar su gobierno y la vida institucional, renovar los for- matos institucionales y las condiciones pedagógicas en que se inscribe el traba- jo docente y la organización de los equipos docentes y las trayectorias esco- lares de los alumnos. Este acom- pañamiento apuesta al desarrollo de dispositivos de trabajo conjunto con las instituciones, espacios horizontales de cooperación entre las instituciones y entre las jurisdicciones, así como am- pliar el horizonte del gobierno para la participación de otros sectores, ámbitos del gobierno y organizaciones de la sociedad que puedan contribuir con el desarrollo institucional.” Los dispositivos para la inclusión deben abordar la conflictividad de las situa- ciones con decisiones no coactivas. El sis- tema educativo que se rige por el princi- pio de educación inclusiva debería traba- jar de modo articulado y no como suele suceder, la Educación Especial por un lado, y la común por otro, en sus distintos niveles y modalidades. Para modificar esta situación, es necesario superar la fragmentación desde las instancias políti- cas y jerárquicas de decisión. Los encuentros regionales y federales de Educación Especial han favorecido la reflexión sobre las políticas educativas, la revisión de los dispositivos y las estrate- gias propios de la Modalidad. En los encuentros participaron las direcciones provinciales y la Coordinación Nacional de Educación Especial, también los equipos técnicos que trabajan en esta Modalidad, como los funcionarios provin- ciales y técnicos de otros niveles y moda- lidades.25 Se considera indispensable recu- perar algunos debates y acuerdos: • Una primera cuestión es que desde la Modalidad se trata de pensar e inter- venir para hacer posible la trayectoria educativa integral de personas con discapacidad. La educación integral debe realizarse en el desarrollo de una trayectoria en el Sistema Educa- tivo; se habilitan entonces diferentes intervenciones que deben estar coor- dinadas en relación con los tiempos, recursos y necesidades educativas de alumnas y alumnos. • El Estado debe actuar con celeridad en las situaciones de inclusión en las cuales resulta imperioso desplegar recursos que permitan los apoyos específicos, para asegurar una educación que responda a las necesidades educativas de la personas y, especialmente, de las personas con discapacidades. • El principio de inclusión debe transi- tarse desde las instancias políticas y jerárquicas de decisión, ya que si hay fragmentación, es difícil la inte- gración y el respeto a las diferencias en el Sistema Educativo. • Los procesos inclusivos que se han ini- ciado desde otros niveles educativos y requieren apoyos desde la Educación 25 Encuentros regionales Centro, Cuyo, NEA, NOA y Patagonia, y encuentros nacionales de la modalidad Educación Especial en Argentina durante los años 2007 y 2008. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 28
  • 23. Especial se deben regular y sistematizar. También se deberá revisar el paradigma inclusivo hacia adentro de la Educación Especial; entre otras cuestiones, el crite- rio de organización de las escuelas especiales por discapacidad. • Se deberá continuar con la revisión de las políticas para la evaluación, la pro- moción, la acreditación y la certifi- cación desde la Modalidad y con las instancias de cada Ministerio de Edu- cación en el territorio nacional, proce- so ya iniciado entre todos los niveles y modalidades. • La trayectoria educativa integral es trazada para y con cada alumno. Así se determinan las distintas etapas del proceso escolar en función de las mejores posibilidades, necesidades y aspiraciones; se define la continuidad en los servicios con estrategias que implican al Sistema Educativo en su conjunto. • Se debe acordar la configuración de servicios de apoyo y las políticas relati- vas a la atención, la orientación, el asesoramiento, la capacitación, la pro- visión de recursos, la cooperación y el seguimiento. • La Educación Especial deberá desarro- llar su actividad en diferentes ámbitos según el nivel por el que transite el alumno, en función de sus posibili- dades de participación. • Todas las personas poseen necesidades educativas; pero se procura revisar enfoques, representaciones y prácticas sobre las “necesidades educativas” y las “necesidades educativas especiales”. En relación con la necesidad de revisar los términos propios de determinadas políticas, se recuperan dos párrafos de la Conferencia Internacional de Educación: “Tradicionalmente e incluso en la ac- tualidad en distintas regiones del mundo –por ejemplo, en Europa orien- tal y Sureste europeo, así como en la Comunidad de Estados Indepen- dientes (CEI) y en algunas partes de Asia–, el concepto y la práctica relativos a la educación inclusiva se han limitado principalmente a los estudiantes cate- gorizados como alumnos con necesi- dades especiales, lo que significa princi- palmente los discapacitados físicos y/o mentales, así como los refugiados. Desde este punto de vista, los enfoques y las respuestas que se dan a las necesi- dades de los alumnos han sido funda- mentalmente medidas remediales y correctivas, estableciendo y aumentan- do el número de escuelas especiales, de estructuras curriculares diferenciadas, y de docentes de Educación Especial. “Una consecuencia significativa de las estructuras curriculares e institucio- nales diferenciadas para los estudian- tes categorizados como alumnos con necesidades especiales ha sido su se- gregación y aislamiento en el Sistema Educativo. No obstante, la premisa en que se basa, es decir, que hay niños con “necesidades especiales” es discutible, ya que todos los niños pueden tener dificultades de aprendizaje, muchos niños con discapacidad no tienen pro- blema alguno para aprender, y es fre- cuente que niños con insuficiencias in- telectuales se desempeñen muy bien en determinadas áreas de estudio.”26 29 26 UNESCO, Conferencia Internacional de Educación. “La educación inclusiva: el camino hacia el futuro”, Ginebra, 25 - 28 de noviembre de 2008, cuadragésima octava Conferencia. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 29
  • 24. 31 27 Leandro de Lajonquiere (2008), “Sobre el derecho a la educación”, en Infancia, legalidad y juego en la trama del lenguaje, Buenos Aires, Noveduc. 28 Martha Nussbaum (2006), El ocultamiento de lo humano. Repugnancia, vergüenza y ley, Buenos Aires, Katz Editores. Una trayectoria educativa integral “Una educación acaba de hecho siendo posible más allá de su propia imposibili- dad… Todos nosotros –pequeños de otro- ra– nos embarcamos en la travesía en la medida en que invertimos la demanda educativa, tallando, cada cual, un lugar para sí en los sueños de otros.”27 Pro- ponemos asir la educación, no entendida como una lógica de certezas, sino como un encuentro que posibilita la incer- tidumbre, la duda, la crítica y la creación; el descubrir al “Otro” en su condición de diferente, un encuentro desde un estar siendo únicos y singulares. La formación integral es un concepto que está presente en todos los principios que rigen los proyectos educativos como política universal y como enfoque peda- gógico; consiste en una preparación para el ejercicio como ciudadanos, es un mode- lo personalizado, crítico y activo. La for- mación integral es estímulo de diversas potencialidades intelectuales, físicas, éti- cas, estéticas. Implica garantizar un proce- so de desarrollo de capacidades de encuentro entre personas para ser partícipes de un proyecto colectivo y de la vida pública.28 El concepto trayectoria educativa integral hace referencia a múltiples formas de atravesar la experiencia educativa, ellas no implican recorridos lineales por el Sistema Educativo. Un conjunto de imá- genes simbolizan y suponen itinerarios “normales” configurados a partir de una particular geometría escolar: escaleras, peldaños y pirámides, cúspides o vértices que prevalecen en un espacio simbólico. Hay un camino prefigurado trazado con independencia de quienes son los cami- nantes, donde las rectas se ubican en un lugar privilegiado. En contraste, lo sinuo- so y curvo del camino se percibe como déficit, desvío o atajo del caminante. Las formas en las que se configuran las trayectorias educativas de cada estu- diante dependen de un conjunto comple- jo de factores que han experimentado decisivas transformaciones y sobre los cuales es imprescindible profundizar la mirada. Pensamos las trayectorias como Las trayectorias educativas desde la Modalidad En períodos de “crisis”, tal como se acostumbra decir, de decadencia o renovación, cuando una institución está en parpadeo, la provocación a pensar reúne en ese preciso instante el deseo de memoria y la exposi- ción de un porvenir, la fidelidad de un guardián lo suficientemente fiel como para querer mantener hasta la posibilidad del porvenir (…) Ahora bien, ¿es posible guardar memoria y mantener la posibilidad? ¿Cómo sentirse responsable de lo que no se tiene y que además todavía no está? (…) no sé si es posible guardar memoria y a la vez mantener posibilidad. Más bien me siento tentado a pensar que una no se guarda ni se mantiene sin la otra. Jacques Derrida (1990). PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 31
  • 25. 32 un recorrido de vida, de aprendizajes en contextos institucionales (familiar, escolar, laboral). Los recorridos posibles de los sujetos son singulares, pero en el seno del Sistema Educativo deben ser articulados, acompañados e historizados. Son desa- rrollados en sucesivas propuestas organi- zadas curricularmente, diseñadas y eva- luadas por los equipos escolares interdisci- plinares con un posicionamiento de cada uno como sujeto. En este sentido, se destaca la importan- cia de la participación de los alumnos en la toma de decisiones que los involucren habilitando la palabra y escuchándolos activamente, propiciando desde la es- cuela la formación para una ciudadanía plena en el ejercicio de los derechos culturales, políticos, civiles, sociales, y una educación que les permita desarro- llar su proyecto de vida. Ello supone el análisis de condiciones institucionales y curriculares para ofrecer a los alumnos todas las posibilidades que brinda el Sistema Educativo de cada provincia. Asimismo, implica la articulación inter- sectorial con otros organismos provin- ciales, nacionales y de la sociedad civil. La trayectoria educativa integral de los alumnos requiere: 1. Itinerarios personalizados (desde un máximo de singularidad posible). 2. La atención de las necesidades educa- tivas, sociales y subjetivas de los dis- tintos momentos de la vida del estu- diante. 3. La adopción de un modelo social de dis- capacidad para transformar las ba- rreras. Proponer y desarrollar los apo- yos para la participación de las per- sonas con discapacidad, apuntando al diseño universal de productos, entor- nos, programas y servicios, precisando las ayudas técnicas. 4. Que el Sistema Educativo en su con- junto considere al alumno como un sujeto con derecho a educarse. 5. Co-responsabilidades entre niveles y modalidades entre escuela común, escuela especial y apoyos desde la Modalidad; trabajo colaborativo entre los actores involucrados y com- plementariedad de los equipos en el Sistema Educativo en pos de alcanzar una educación inclusiva. Algunos docentes afirman: ”Creemos que es algo complejo pero no imposible, se necesita el accionar de todos los agentes que deben intervenir, los cuales deben comprometerse y asumir el rol que a cada uno le compete”. Repensar las trayectorias educativas integrales ¿Quiénes intervienen en las decisiones sobre la trayectoria educativa integral? ¿Quiénes asumen qué responsabili- dades? La trayectoria educativa integral deberá definirse al igual que los apoyos requeridos con la participación de los equipos interdisciplinarios de cada nivel y/o modalidad; supervisores técnicos de cada nivel o modalidad; familia y alum- no. Debe realizarse conforme a la lega- lidad, atendiendo el principio de jerar- quía normativa y las políticas públicas de cada jurisdicción. La Modalidad ha desarrollado una gran experiencia de trabajo compartido con el Nivel Primario y con el Nivel Inicial. Sin embargo, las nociones de trayectoria educativa integral se diferencian en los niveles, ya que están estrechamente vin- culadas a los sujetos que atienden, a los modelos organizativos y a las finalidades educativas. La experiencia con Primaria responde generalmente a modelos insti- tucionales muy instalados en el propio nivel (gradualidad y anualización, por ejemplo). En Inicial, por otro lado, el tra- bajo conjunto es más reciente y sujeto a la revisión de nuevas categorías y legalidad. En el Nivel Secundario, la experiencia es menor y se plantean varios desafíos vincu- lados a su obligatoriedad y a la educación integral de jóvenes y adultos. Los procesos de reflexión y planificación conjunta entre los diferentes niveles y PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 32
  • 26. 33 29 Flavia Terigi (2008), “Los desafíos que plantean las trayectorias escolares”. III Foro Latinoamericano de Educación: “Jóvenes y docentes en el mundo de hoy”, Buenos Aires, Fundación Santillana. 30 Ole Briseid y Françoise Caillods (2004), “Trends in secondary education in industrialized countries: are they relevant for African countries?”, Paris, IIEP- UNESCO. modalidades del Sistema Educativo per- mitirán la elaboración de propuestas para el diseño de las trayectorias educa- tivas integrales. A partir de un artículo de F. Terigi,29 reflexionamos sobre cuestiones vincu- ladas a las trayectorias educativas: - Las trayectorias escolares de muchos que asisten a las escuelas en calidad de alum- nos están desacopladas de los recorridos esperados por el Sistema. Lo que había sido catalogado como problema indivi- dual fue reformulado como problema del Sistema Educativo general que debe ser atendido sistemáticamente. - Es necesario introducir la distinción entre trayectorias teóricas y trayectorias reales. El Sistema Educativo define, a través de su organización y sus determi- nantes, lo que llamamos trayectorias escolares teóricas. Éstas expresan itine- rarios en el Sistema que siguen la pro- gresión lineal prevista y los tiempos mar- cados por una periodización estándar. - Las trayectorias teóricas se caracterizan principalmente por tres rasgos del Sistema Educativo: la organización del Sistema por niveles; la gradualidad del currículo; y la anualización de los grados de instrucción. La organización del Sistema por niveles es una disposición centenaria del sistema escolar; la gra- dualidad establece el ordenamiento de los aprendizajes de todas las asignaturas que componen el currículo en etapas o grados de instrucción, y determina la secuenciación temporal del aprendizaje de saberes y la progresión por etapas, mediando evaluaciones que acreditan la satisfacción de los criterios de logro. El avance por grados, el acoplamiento de todas las asignaturas del currículo en pasos sucesivos, tiene efectos sobre las trayectorias teóricas. El tercer rasgo es la anualización de los grados de instruc- ción, que establece el tiempo previsto para el cumplimiento de esos grados. - Los rasgos que operan en la determi- nación de las trayectorias teóricas son tres arreglos independientes, que cuando se combinan pueden derivar en resultados indeseados. Por ejemplo, contra lo que suele considerarse, la gradualidad no produce per se la repi- tencia: la misma combinada con la anua- lización produce la repitencia. Nume- rosos países no incluyen la repitencia entre las trayectorias teóricas de sus estudiantes secundarios, porque no asocian gradualidad y anualización. La regla es la promoción conjunta de los alumnos pertenecientes a un mismo grupo, y la diferenciación de los reco- rridos de aprendizaje dentro de los grupos, en el marco de sólidos cues- tionamientos a la eficacia de la repeti- ción. Estas prácticas, que en nuestro país serían catalogadas rápidamente de "disminución en las exigencias", las aplican países de resonante éxito educativo en las mediciones internacio- nales, como Finlandia, Noruega y Australia (Briseid y Caillods, 2004).30 - Nuestros desarrollos didácticos se apo- yan en los ritmos que prevén las trayec- torias teóricas y continúan basándose en el supuesto de la biografía lineal estándar. Suponen que enseñamos al mismo tiempo los mismos contenidos a sujetos de la misma edad, con disper- siones mínimas. No se trata de que no sepamos que en las aulas se agrupan chicas y chicos de distintas edades; se trata de la relativa inflexibilidad de nuestros desarrollos pedagógico-didác- ticos para dar respuestas eficaces frente a la heterogeneidad. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 33
  • 27. 34 31 Ibid. Este análisis aporta a los intercambios de la modalidad Educación Especial con los niveles de enseñanza y con otras moda- lidades. 32 Kessler (2004), en F. Terigi (2008), op.cit. Las ideas anteriores centran la atención sobre puntos críticos en los recorridos de los adolescentes y jóvenes en las escue- las, y sugieren la importancia de dar vi- sibilidad a ciertas problemáticas.31 El mismo texto toma, además, la expre- sión "escolaridad de baja intensidad" para caracterizar los modos de permanen- cia en la escuela de adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley (Terigi, 2008). Se trata de una escolaridad caracterizada por el “desenganche de las actividades escolares”. En líneas generales, continúan inscriptos, concurren de manera más o menos frecuente según los casos, pero sin realizar casi ninguna de las actividades escolares: jamás estudian una lección ni cumplen las tareas, no llevan los útiles y no les importa mucho las consecuencias de no hacerlas.32 - El “desenganche” presenta dos ver- siones: disciplinada, el estudiante no realiza las actividades escolares, pero tampoco genera problemas de con- vivencia; indisciplinada, desde el punto de vista de la escuela, el estudiante participa en problemas de disciplina y/o faltas graves a los regímenes de convivencia. En ambos casos, hay un vínculo tenso con la escuela, siempre cerca de la ruptura o de la implosión violenta. - La caracterización podría extenderse a otros adolescentes y jóvenes que desa- rrollan una relación con la escuela que también puede considerarse de “baja intensidad”. Muchos chicos y chicas in- gresan a la escuela media pero no lo- gran "enganchar" con ella; viven una experiencia escolar desdibujada y el no involucrarse en las actividades de aprendizaje. El abandono de la escuela es un desenlace al que se llega paulati- namente. Se hace necesario considerar el análisis anterior y la diversidad de prácticas para repensar las intervenciones desde la Modalidad. El itinerario escolar es único, personal, intransferible, es constitutivo de la identidad. El ritmo, la solvencia, la motivación con la cual se transita el itine- rario educativo, influye directamente en la construcción de la auto-percepción; en definitiva, en la construcción de la propia subjetividad. Se deben proponer estrate- gias institucionales basadas en diferentes agrupamientos, espacios y tiempos orga- nizados, teniendo como base las poten- cialidades de cada sujeto escolar. La realización de trayectorias educativas que necesitan propuestas conjuntas entre diferentes niveles y modalidades plantea varios interrogantes. En relación con el trabajo conjunto entre la Modalidad y el Nivel Primario, surgen preguntas. Varios equipos consultados proponen repensar la gradualidad como criterio para las trayectorias educativas, tal como se ha orientado desde la Modalidad. Se abren preguntas sobre la posibilidad de trabajar en Educación Especial flexibilizando la estructura dentro de las escuelas espe- ciales. Se cuestionan los criterios por uti- lizar en cuanto a la agrupación de los alumnos, si se tienen en cuenta los ritmos de aprendizaje, si se da respuesta a la het- erogeneidad del grupo y si se busca que cada alumno alcance un desarrollo ópti- mo de sus aprendizajes. Por otra parte, las Escuelas Especiales tienen una matrícula cada vez más comple- ja en la atención a las personas con dis- capacidad y enormes desafíos en relación con las trayectorias educativas integrales; un problema son los criterios de ingreso a la Escuela Especial. Además, deben traba- jar y orientar las trayectorias con otras escuelas. Y algunas/os profesionales de la educación observan que el término “espe- cial” resulta discriminatorio en sí mismo, PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 34
  • 28. 35 sobre todo para los alumnos cuando son plenamente conscientes, sienten vergüen- za y no se identifican con la institución. Según los equipos docentes, deberían afianzarse las experiencias y el trabajo con el Nivel Inicial y Nivel Primario. Entre otras, proponen sistematizar crite- rios para las trayectorias en educación temprana. Muchos señalan la necesidad de intensificar el trabajo y la formación en la detección de casos, con mayores lineamientos para complementar las intervenciones desde salud y educación, con capacidad de establecer acuerdos y redes interinstitucionales para acom- pañar trayectorias educativas integrales. La expresión “educación temprana” da cuenta de una intervención educativa, más que la “estimulación temprana” que puede ser uno de los abordajes. La educación temprana se plantea como un trabajo cooperativo en forma de redes entre instituciones educativas del Nivel Inicial con la modalidad Educación Especial, otros ministerios y actores so- ciales. En ese marco se promueven los apoyos a los jardines maternales como parte del trabajo en red, por eso es necesario trabajar en la normativa que fortalezca ese accionar. La formación docente debe contener las propuestas curriculares para estos desarrollos. La Modalidad desarrolla políticas y expe- riencias institucionales en la educación integral para jóvenes y adultos. Entre otras sistematizaciones, pueden ser con- sultados los documentos Educación e inclusión para las jóvenes (2007) y Educación integral de adolescentes y jóvenes (2009). Ambas publicaciones dan cuenta de parte del trabajo compartido con el Nivel Secundario y con las escuelas técnicas, de formación profesional y de adultos. Se coincide sobre la necesidad de pensar en nuevos espacios de integración e inclusión socio-educativa para adoles- centes y jóvenes que representen oportu- nidades para construir aprendizajes signi- ficativos, reconocidos y validados social- mente, en el seno de una comunidad que se recrea en forma permanente. En algu- nas jurisdicciones, también se recomienda la integración de alumnas/os hasta edades más avanzadas y la extensión de certificaciones válidas para la sociedad y para el ejercicio de algún oficio. Desde la Modalidad, los equipos propo- nen pensar las categorías que utilizamos en sus contextos y momentos históricos. Por ejemplo, pensar en la educación en general y de adolescentes y jóvenes en particular, requiere imprescindiblemente del conocimiento de las particularidades y características comunes de esa etapa de vida. Ello implica, a su vez, considerar y reconocer que la adolescencia y la juven- tud son conceptos sociales, en los cuales intervienen distintos aspectos humanos y a los que no es conveniente definir, ca- racterizar y/o delimitar sólo por la coinci- dencia etárea. También es necesario tener en cuenta, dado el carácter de “construcción social” de estas etapas del desarrollo, que los conceptos al respecto han variado (y varían en muchos casos) histórica-geográfica y culturalmente. Pensar al sujeto (adolescente-joven) de este trayecto educativo (la escuela media-secundaria) como sujeto de dere- cho, posibilitará que todas las propues- tas que se generen tengan sustento en una educación para todo ser humano, para la persona como ciudadano. Muchas experiencias desde la Modali- dad muestran la articulación con la escuela nocturna, para dar a los jóvenes la posibilidad de seguir “su recorrido pedagógico” con un grupo acorde con sus intereses y en un ámbito diferente al de la Escuela Especial. Distintos equipos sostienen que en las intervenciones desde la Modalidad, para proponer trayectorias educativas inte- grales y para formular criterios evalua- tivos de las situaciones, se deben tomar en cuenta los contextos diversos y plu- rales. La adaptación de los criterios de evaluación debe dar prioridad a los aprendizajes que se consideren básicos, a los procedimientos y a las actitudes. Una PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 35
  • 29. 36 buena estrategia para la adaptación de los criterios de evaluación consiste en for- mularlos de manera que permitan establecer niveles de aprendizaje; esto posibilita, a su vez, diseñar actividades que se correspondan con esos grados de aprendizaje, detectar y acompañar los progresos de los alumnos y alumnas en la adquisición de los saberes establecidos. En relación con los logros observados en la práctica dentro de la Modalidad, se destaca que la modalidad Educación Especial favorece la generación de alter- nativas organizativas. Otros logros identi- ficados son la flexibilidad evaluativa, la educación no graduada cronológica- mente y la movilidad dentro del Sistema Educativo. También, las redes de trabajo sostenidas en el tiempo, con los maestros orientadores integradores de la zona de incumbencia, las escuelas comunes y espe- ciales, y las estrategias que permiten propiciar un lenguaje en común en el tra- bajo con los supervisores escolares, el apoyo y la confianza en los criterios de trabajo establecidos por el servicio. Se va- loran los procesos de integración exitosos y las adaptaciones curriculares que posi- bilitan superar dificultades, que permiten la continuidad y el egreso de los estu- diantes. En algunas experiencias se obser- va que desde la implementación del mo- delo bilingüe para sordos en la institución mejoró el desempeño escolar en los alum- nos. Se logró una mejor asistencia del alumnado. Hubo buenas integraciones, especialmente con alumnos ciegos. Las “derivaciones” y las trayectorias educativas El término “derivación” utilizado fre- cuentemente necesita ser revisado en el campo educativo. “Derivación”, eti- mológicamente, quiere decir “desvia- ción”, “desviar el curso de un río”. Hasta el momento, nos hemos referido al traslado que realiza un niño/a, adoles- cente o joven con discapacidad, de una institución a otra, por decisión de los equipos interdisciplinarios, o de los pro- fesionales intervinientes, con acuerdo de los padres. Deberíamos preguntarnos sobre los supuestos y fundamentos que legitiman las derivaciones (¿se trata de un paradigma biomédico?). Nuestras preguntas remiten a los marcos legales vigentes para tratar de dar cuenta de intervenciones que pongan el acento en las necesidades educativas. La derivación se realiza desde un ámbito a otro, por ejemplo, desde una institu- ción de salud hacia un servicio de edu- cación temprana. O puede darse de una institución educativa a otra, de una escuela común a una Escuela Especial, o de una Escuela Especial a un centro educativo-terapéutico. La derivación supone conflictos de dere- chos y/o los produce. Cuando una fami- lia reclama un lugar para la educación de sus hijos, cuando un docente solicita apoyos para una inclusión real de un alumno, cuando hay chicos que deman- dan ser escuchados, cuando dos institu- ciones o equipos conciben de modo diferente la trayectoria de un/a alum- no/a, se visualizan conflictos de dere- chos y se deben lograr acuerdos para garantizar el derecho a la educación. La prácticas de derivación muchas veces son vinculadas a prácticas tutelares, propias de la ley del patronato; en ellas, unos deciden en nombre de un sujeto que no es consultado, no hay acuerdos entre los adultos, no se sostiene la direc- ción exigida desde el ejercicio de los derechos. Por eso, la derivación puede plantearse como una limitación de dere- chos. La reflexión procura comunicar modos de intervención desde la Moda- lidad que contribuyan a posicionamien- tos como sujetos en la realización de las trayectorias educativas. Muchos docentes de Educación Especial consideran necesario el reemplazo de la expresión “derivación” por definición participativa de trayectorias educativas integrales. Sostienen que la idea de intervención para hacer una derivación PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 36
  • 30. 37 33 Véase Comisión de Expertos de Educación Especial (2004), “Nueva perspectiva y visión de la Educación Especial”. Informe de la Comisión de Expertos, Chile, Santiago, MINEDUC. 34 Véase R. Blanco (1999), “La atención a la diversidad en el aula y las adaptaciones del currículo”, en A. Marchesi, C. Coll y J. Palacios (1999), Desarrollo psicológico y educación III. Necesidades educativas especiales y aprendizaje escolar, Madrid, Alianza psi- cología. puede ser un gran obstáculo para de- finir y apoyar efectivamente una trayec- toria educativa integral porque implica un modelo muy diferente. Un grupo de docentes valoriza el tránsito para enten- der la derivación como orientación, tanto en el término como en la caracte- rización de una práctica diferente. La intervención de la Modalidad es una tarea educativa, debe generar configura- ciones prácticas de apoyo y desarrollo de trayectorias educativas. La derivación se enmarca en modelos no educativos. Los equipos de apoyo interdisciplinarios inter- vinientes deben realizar las orientaciones necesarias para cambiar el modelo de intervención, para que resulte más parti- cipativo e inclusivo. Se deben promover espacios de articulación para “pensar” juntos sobre la trayectoria integral. Las alternativas educativas Las alternativas educativas desde la Modalidad durante el proceso de desa- rrollo, enseñanza y aprendizaje se enmarcan en las políticas públicas. Según el Plan Nacional de Educación Obligatoria: “Las políticas de calidad incluyen las acciones de carácter estatal tendientes a promover mejores condiciones de enseñanza y aprendizaje en las escue- las. En este sentido, son políticas orien- tadas a fortalecer los prácticas de ense- ñanza de manera de construir modos más pertinentes de transmisión de saberes y de organizar una experiencia escolar que les posibilite a todos los niños, jóvenes y adultos, una plena inclusión en la vida cultural, social, económica y política.” En este sentido, destacamos algunas prestaciones fundamentales: - provisión de medios de acceso al cu- rrículo, - provisión de currículo diversificado, y - atención a la estructura social y el clima emocional donde tiene lugar la edu- cación.33 Los medios de acceso al currículo tienen carácter permanente para que el proceso de enseñanza se produzca en las mejores condiciones posibles. Se trata de condi- ciones materiales y simbólicas. Entre las condiciones simbólicas, deberíamos aten- der, entre otras, cuestiones relativas al prejuicio y a la discriminación. El acceso al currículo depende de diversas condiciones físico-ambientales (la elimi- nación de barreras arquitectónicas, inso- norización de aulas, timbres luminosos, pisos de madera, espejos, rampas, dis- tribución del espacio, ubicación del alum- no, luminosidad, etcétera). También, el uso de materiales, equipamientos y ayu- das técnicas que permitan a los estu- diantes participar en las actividades con autonomía. A veces implica equipamien- tos específicos (máquina Perkins, materia- les técnicos de audición, emuladores de teclado, sintetizadores de voz, etc.) y otras es suficiente con modificaciones a materiales de uso común (aumentar el tamaño de la letra de un texto, simplificar una estructura gramatical, incorporar imanes a puzzles…). Resulta indispensable considerar el uso de códigos de comunicación alternativos aumentativos complementarios, o alter- nativos al lenguaje oral o escrito (lengua de señas, Braille y otros).34 Se hace nece- sario en este punto remarcar las diferen- cias que existen entre lo que significa acceder al currículo a través de la lengua PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 37
  • 31. 38 35 Ibid. 36 Véase Maryorie Benavides et al (2004), La educación de niños con talento en Iberoamérica. UNESCO. Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe. 37 F. Terigi (1999), Currículum. Itinerarios para aprehender un territorio. Buenos Aires, Santillana. 38 M. Warnock (1979), Report of the Committee of Inquiry into the Education of Handicapped Children and Young People Her Majesty´s Stationery Office, Londres. 39 R. Blanco, C. Duk, M. Pérez (2002), Servicios de apoyo a la integración educativa. Principios y orientaciones, Santiago, HINENI, FONADIS. de señas y el acceso a través de códigos de comunicación relacionados con el español. Mientras las lenguas de señas poseen una complejidad comparable a cual- quier otra lengua, el Braille, por ejem- plo, es un código que se deriva del español. Proveer el medio lingüístico accesible para los alumnos sordos implica el manejo léxico, gramatical y discursivo de una lengua que usa estrategias visuales en la marcación de sus estructuras. Si se equipara un idioma a un código, se pierde la posi- bilidad de elaborar herramientas edu- cativas que sean accesibles para estos niños y jóvenes. Las diversificaciones curriculares se rea- lizan en el qué, cómo y cuándo enseñar y evaluar. Abarcan, por tanto, objetivos, contenidos y su secuenciación, metodo- logía, criterios y procedimientos de eva- luación. Es imprescindible no perder de vista que, si bien el currículo responde a una cultura a partir de la cual se trans- miten ciertos saberes, el quehacer do- cente necesita de la participación del sujeto de aprendizaje desde sus propios deseos y su propio proyecto de vida. Las diversificaciones del currículo pueden o no ser significativas. Estas últimas afectan elementos prescriptivos del cu- rrículo oficial y pueden por tanto tener efectos en la certificación. Este tipo de ajustes ocurren cuando es necesario prio- rizar algunas capacidades y por tanto determinados contenidos y criterios de evaluación; introducir aspectos no con- templados en el currículum común o que forma parte del ciclo o etapa anterior, o ampliar determinados aspectos; o elimi- nar objetivos, contenidos y criterios de evaluación del currículo oficial.35 También se puede hablar de adaptaciones curriculares cuando el currículo se enriquece o compacta para atender las necesidades de los estudiantes.36 Para estas tareas de apoyo, debemos recuperar la crítica a la idea de neutralidad del cu- rrículo. Esa “no neutralidad” obliga a plantearse con insistencia y en actitud políticamente vigilante el problema de la elaboración curricular.37 La justicia curricu- lar se identifica con el cumplimiento de tres principios en el currículo: la atención de los intereses de los menos favorecidos, la participación y la escolarización común o principio de ciudadanía y la producción histórica de la igualdad.38 La necesidad de una particular atención a la estructura social y el clima emocional donde tiene lugar la educación puede tomar varias formas. Algunos estudiantes necesitan la intimidad que se genera en los pequeños grupos para participar y aprender; otros requieren la seguridad que ofrecen las escuelas pequeñas frente a los establecimientos grandes; algunos precisan una organización especial, por ejemplo, escuelas que establezcan y respeten claros límites de conducta.39 El acceso al currículo, las diversifica- ciones curriculares o la atención al ámbito donde tiene lugar la enseñanza requieren de apoyos desde la modalidad Educación Especial: - Con diferentes tipos de organización (tipo de ayudas que se necesitan). - En función de las necesidades de los estudiantes con discapacidad (apoyo previo, simultáneo o posterior al traba- jo en sala de clases). - Identificando funciones de los profe- sionales de apoyo (apoyo a la escuela, al docente, a los estudiantes, a las familias o a la comunidad) y trabajo PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 38
  • 32. 39 40 Véase Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y PNUD (2008), Educación integral de adolescentes y jóvenes, Buenos Aires. colaborativo entre equipos inter- vinientes.40 Las configuraciones de apoyo La trayectoria educativa integral de los estudiantes requiere configuraciones de apoyo en los diferentes niveles y moda- lidades del Sistema Educativo. En cuanto a la trayectoria educativa integral de las personas con discapacidad, se trata de precisar las configuraciones de apoyo desde la modalidad Educación Especial. Denominamos apoyos a las redes, rela- ciones, posiciones, interacciones entre personas, grupos o instituciones que se conforman para detectar e identificar las barreras al aprendizaje y desarrollan estrategias educativas para la partici- pación escolar y comunitaria. Estos apoyos procuran diseñar, orientar, con- tribuir a la toma de decisiones educati- vas para el desarrollo de capacidades y potencialidades del Sistema, las institu- ciones y los equipos. Acompañan con estrategias pedagógicas a las personas con discapacidades para desempeñarse en el contexto educativo y comunitario con el menor grado de dependencia y el mayor grado de autonomía posible. La Modalidad, ya se trate de escuelas especiales, gabinetes u otras formas de organización, debe definir sus propios proyectos institucionales mediante las configuraciones prácticas de apoyo, con- siderando las diferentes tareas que pue- den realizar, los contenidos propios, las necesidades educativas de las personas con discapacidad, y los trabajos con todas y todos en una comunidad educativa para la sensibilización sobre la lengua de señas, campañas contra la discriminación de per- sonas con discapacidad o para transfor- mar barreras educativas, entre otras. Un recurso por sí solo no constituye un apoyo. Sólo pasa a serlo cuando éste es activado por un agente (persona, grupo) con una intencionalidad o propósito educativo. Estos apoyos se desarrollan a través de configuraciones prácticas: atención, asesoramiento y orientación, capacitación, provisión de recursos, cooperación y colaboración, seguimien- to e investigación. Las configuraciones prácticas que pueden adoptar los apoyos serán defi- nidas sobre la base de la evaluación y la valoración de las discapacidades de los estudiantes, las barreras al aprendizaje, las necesidades educativas de los alum- nos/as, el contexto y los recursos de las instituciones. Como intervenciones, las configuraciones de apoyo afectan la dimensión personal. Es deseable com- prender la relación de apoyo como una forma de vínculo educativo para y con la persona con discapacidad. Las configuraciones deben tener un carácter flexible, complementario y con- textualizado para favorecer la selección de estrategias apropiadas. Estas últimas serán documentadas formalmente en convenios y/o acuerdos interinstitu- cionales. En los procesos de construcción de acuerdos, se debe privilegiar el interés superior de las personas, espe- cialmente de niñas, niños y jóvenes con discapacidad; en este sentido, se aten- derá el derecho a ser escuchados. La atención de los estudiantes implica diversos apoyos y un mismo alumno puede recibir más de uno de acuerdo con sus necesidades. Por ello, se reco- mienda que el equipo que decide la trayectoria educativa integral sea inter- disciplinario. Todos los profesionales aportan sus conocimientos para tener una mirada integral del niño/a. La función del equipo está centrada en el acompañamiento en la trayectoria escolar del alumno/a y en la realización de trayectos flexibles, con seguimiento, monitoreo y evaluación del proceso. Se PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 39
  • 33. trata de resignificar el trabajo de los equipos interdisciplinarios desde un enfoque que garantice las finalidades del Sistema Educativo. Como ya se mencionó, las configura- ciones prácticas que pueden adoptar los apoyos educativos pueden ser: • Atención • Asesoramiento y orientación • Capacitación • Provisión de recursos • Cooperación y acción coordinada • Seguimiento • E incluso, investigación Proponemos entonces algunas definiciones: • Atención. En esta instancia se lleva a cabo la valoración de las necesidades educativas y las barreras al aprendiza- je para su identificación y toma de decisiones respecto de las modifica- ciones de las condiciones y del proceso educativo. Contempla instancias de aplicación de procedimientos y evalua- ción, programación de atención y seguimiento del proceso. • Asesoramiento y orientación. Infor- ma lo que se puede y lo se debe hacer. Su carácter es preventivo. Se parte de un enfoque institucional, de las concepciones sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje, de las prácticas educativas y de los modelos de gestión y organización. Favorece la eficacia de las reuniones, la co- responsabilidad de los implicados en el cumplimiento de los acuerdos, el seguimiento de las acciones y su pun- tual y correcta evaluación y revisión. Facilita la creación de redes de comu- nicación en la comunidad educativa. • Capacitación. El apoyo educativo pue- de configurarse como una actividad formativa intencional para el desarro- llo de conocimientos y capacidades de docentes y familias; de comunidades educativas y de trabajos interinstitu- cionales. Se trata de construir una nueva cultura institucional basada en principios, como aprender investigan- do de forma colaborativa. Mediante esta configuración se proponen instan- cias de formación y encuentros pedagó- gicos participativos y horizontales. • Provisión de recursos. El apoyo educa- tivo como provisión de recursos supo- ne por lo general actividades media- doras de difusión, por parte del agente o del sistema; desde personas, grupos o centros que producen (di- señan y elaboran) determinados recur- sos y materiales hasta las instituciones escolares para su utilización. Se inclu- yen: equipamientos, medios técnicos, recursos didácticos, programas y mate- riales curriculares, documentos, libros de consulta, manuales, ejemplifica- ciones, normativas. • Cooperación y acción coordinada. En esta configuración del apoyo educati- vo, las actividades, sean cuales fueren, se desarrollan conjuntamente entre los integrantes del sistema de apoyo y otros de diferentes áreas, niveles e instituciones para garantizar la trayec- toria educativa integral. • Seguimiento. Comienza con la atención de personas, equipos, grupos e institu- ciones, e implica procedimientos y dise- ño de la trayectoria educativa integral de cada alumno con la definición de los acompañamientos. Se precisan planes, tiempos, espacios, objetivos, partici- pantes, roles y modos de evaluación. El seguimiento es de procesos, relaciones, ambientes, aprendizajes y sujetos. • Investigación. Las configuraciones prácticas requieren este ejercicio en general y especialmente para el análi- sis de casos. Los procesos de investi- gación facilitan la construcción de lo público y la acción educativa en tal sentido; nos habilitan para preguntar, formular hipótesis, contrastar con bi- bliografía, construir casos, sistemati- zar y realizar ajustes y mejoras. Se trata de enseñantes que investigan en espacios planificados y mediante procesos de reflexión. 40 PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 40
  • 34. Baratta, A. (1998), “Infancia y democracia”, en Emilio García Méndez, Emilio y Mary Beloff (comps.), Infancia, ley y democracia en América Latina, Bogotá, Temis/Depalma. Beloff, Mary (2004), Los derechos del niño en el sistema interamericano, Buenos Aires, Ediciones del Puerto. Blanco, R., C. Duk y M. Pérez (2002), Servicios de apoyo a la integración educativa: principios y orientaciones, Chile, Santiago, Fundación HINENI, FONADIS. Blanco, R., “Hacia una escuela para todos y con todos”, en Boletín del Proyecto Principal de Educación para América Latina y el Caribe, Nº 48. Chile, Santiago, OREALC / UNESCO Santiago. Disponible en: http://www.unesco.cl/medios/biblioteca/documen- tos/hacia_escuela_para_todos_con_todos.pdf Centro de Implementación de Políticas Publicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) (2007), Manual de Primeros Auxilios Legales, Buenos Aires, Editoriales Aguilar, Alfaguara, Altea, Taurus. Comisión de Expertos de Educación Especial (2004). Nueva Perspectiva y Visión de la Educación Especial, Informe de la Comisión de Expertos (2004), Chile, Santiago, MINEDUC. Connell, R. (1997), Escuelas y justicia social, Madrid, Morata. García Méndez, E. (2004), Infancia. De los dere- chos y de la justicia, Buenos Aires, Ediciones del Puerto. Ibáñez, P. (2002), Las discapacidades. Orientación e intervención educativa, Madrid, Dykinson. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y PNUD (2007), Educación e inclusión para los jóvenes, Buenos Aires. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología y PNUD (2008), Educación integral de adolescentes y jóvenes, Buenos Aires. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (DINIECE) (2007), Relevamiento anual de estadísticas educativas que completan los establecimientos. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente, Unidad de Información (2007), Educación Especial, Información estadísti- ca para la toma de decisiones: Un camino recorri- do y por recorrer, Buenos Aires (documento inédito). Muñoz, Vernor (2007), El derecho a la educación de las personas con discapacidades. Informe del Relator Especial sobre el derecho a la educación. Muñoz, Vernor (2008), El derecho a la educación en situaciones de emergencia. Informe del Relator Especial sobre el derecho a la educación. Nussbaum, Martha (2006), El ocultamiento de lo humano. Repugnancia, vergüenza y ley, Buenos Aires, Katz Editores. OREALC/UNESCO (2007), “Educación de calidad para todos: un asunto de derechos humanos”, Chile, Santiago. OREALC/UNESCO (2007), Situación educativa de América Latina y el Caribe: garantizando la edu- cación de calidad para todos, Chile, Santiago. OREALC/UNESCO (2007), Sistematización de la con- sulta a los países de Latinoamérica sobre informa- ción de Educación NEE, Chile, Santiago (documen- to inédito). Osset Hernández, Miquel (2007), Los derechos humanos explicados a mi hija, Barcelona, Ediciones CEAC. Terigi, Flavia (2008), Los desafíos que plantean las trayectorias escolares, III Foro Latinoamericano de Educación: Jóvenes y docentes en el mundo de hoy, Buenos Aires, Fundación Santillana. Terigi, Flavia (1999), Currículum. Itinerarios para aprehender un territorio, Buenos Aires, Santillana. Tomasevski, K. (2004), Los derechos económicos, sociales y culturales: el derecho a la educación. Informe presentado por la Relatora Especial al Consejo Económico y Social de Naciones Unidas. Tomasevski, K. (2004), Manual on Rights Based Education, Bangkok, UNESCO. http://www.fao.org/righttofood/KC/downloads/vl /docs/manual_rightsbased.pdf UNESCO, Conferencia Internacional de Educación, La educación inclusiva: el camino hacia el futuro, Ginebra, 25/28 de noviembre de 2008, cuadragésima octava Conferencia. Fuentes de información y consulta 41 PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 41
  • 35. 42 Instrumentos legales consultados SISTEMA DE PROTECCIÓN UNIVERSAL (ONU) - Declaración de los Derechos del Niño, 1959. - Convención sobre los Derechos del Niño, 1989. Comité de Derechos del Niño: Examen de los informes pre- sentados por los Estados partes en virtud del artículo 44 de la Convención, Observaciones finales, Argentina, 2002. Comité de Derechos del Niño: Observación General 1, Propósitos de la educación, 2001. Comité de Derechos del Niño: Observación General 2, El papel de las instituciones nacionales independientes de derechos humanos en la promoción y la protección de los derechos de los niños, 2002. Comité de Derechos del Niño: Observación General 3, El VIH/SIDA y los derechos del niño, 2003. Comité de Derechos del Niño: Observación General 4, La salud y el desarrollo de los adolescentes en el contexto de la Convención sobre los Derechos del Niño, 2003. Comité de Derechos del Niño: Observación General 5, Medidas generales de aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño (artículos 4 y 42, y párrafo 6 del artículo 44). Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (adoptada el 13 de diciembre de 2006, ratifica- da por la Argentina el 30 de marzo de 2007). Disponible en: http://www.sidar.org/recur/direc/legis/convencion.php SISTEMA DE PROTECCIÓN INTERAMERICANO (OEA) Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica),1969. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 42
  • 37. 45 A continuación se procuró sintetizar argumentos y reflexiones citados en este documento, con la intención de proponer enunciados normativos fundamentales en relación con los temas plantea- dos y con los cambios orientados por la Ley de Educación Nacional. La modalidad Educación Especial a) Los marcos normativos y el Sistema Educativo El Sistema Educativo nacional se define como el conjunto organizado de servicios y acciones educativas regulados por el Estado que posibili- tan el ejercicio del derecho a la educación. b) La modalidad Educación Especial en la Ley de Educación Nacional La Educación Especial es la modalidad del Sistema Educativo destinada a asegurar el derecho a la educación de las personas con discapacidades, temporales o permanentes, en todos los niveles y modalidades del Sistema. Las autoridades jurisdiccionales, con el propósito de asegurar el derecho a la educación, la inte- gración escolar y la inserción de las personas con discapacidades, dispondrán las medidas nece- sarias para: • Posibilitar una trayectoria educativa integral con acceso a saberes tecnológicos, artísticos y culturales. • Contar con personal especializado que trabaje en equipo con docentes de la escuela común. • Asegurar la cobertura de los servicios educa- tivos especiales –transporte, recursos técnicos y materiales para el desarrollo del currículo. • Propiciar alternativas de continuidad para la formación a lo largo de toda la vida. • Garantizar la accesibilidad física de todos los edifi- cios escolares. (Ley de Educación Nacional, art. 44). Se deberán crear instancias institucionales y técni- cas para la orientación de la trayectoria escolar más adecuada de alumnos/as con discapacidades, en todos los niveles de la enseñanza obligatoria, así como las normas que regirán los procesos de eva- luación y certificación escolar. Deben articularse los organismos del Estado que atienden a personas con discapacidades para garantizar un servicio de mayor calidad. (Ley de Educación Nacional, art. 45). Las provincias y la Ciudad de Buenos Aires, en el marco de la articulación de niveles de gestión y funciones de los organismos competentes para la aplicación de la Ley Nº 26.061, establecerán los pro- cedimientos y recursos para identificar temprana- mente las necesidades educativas derivadas de la discapacidad o de trastornos en el desarrollo, a fin de darles la atención interdisciplinaria y educativa para lograr la inclusión desde el Nivel Inicial. c) La inclusión, un enfoque y un desafío La inclusión se presenta como un enfoque filosó- fico, social, político, económico y especialmente pedagógico para: • La aceptación y la valoración de las diferencias en una escuela que es de todos, para todos y para cada uno. • La definición de políticas que protejan el interés superior del niño y de los sujetos de la educación. • El desarrollo del sentido de comunidad, solidari- dad y pertenencia plural. • La promoción de las alfabetizaciones múltiples. • El aprendizaje constructivo y la valoración de las capacidades de todos los estudiantes. • Una cultura educativa en la cual todos se sien- tan partícipes. d) Políticas de inclusión con integración La educación inclusiva requiere de un marco insti- tucional que conjugue la educación en general y la Educación Especial para ser parte de un sistema único. Las políticas educativas inclusivas exigen intervenciones coordinadas desde el Sistema Educativo y políticas públicas concurrentes. La inclusión supone un sistema unificado e inte- grado para todos, lo que implica la exigencia de un currículum común con la posibilidad de desa- rrollar adaptaciones curriculares. Ese currículum ANEXO I SÍNTESIS ORIENTADA A LA ELABORACIÓN DE NORMATIVAS PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 45
  • 38. 46 procura garantizar la igualdad en el derecho a la educación. La Educación Especial se concibe como un con- junto de propuestas educativas y recursos de apoyo educativo, especializados y complemen- tarios, orientados a la mejora de las condiciones de enseñanza y aprendizaje para quienes pre- senten discapacidades. La inclusión no debería significar una ruptura de los fines que persiguen los procesos de inte- gración; implica una reorganización y reestruc- turación de todo el Sistema Educativo, para posibilitar el acceso, la permanencia y los logros de todos los alumnos. Las necesidades de los estudiantes son vistas como necesidades de la institución y las diferencias están dadas por los estilos, ritmos, motivaciones para el aprendizaje. La integración es “un medio estratégico-meto- dológico”, puede ser definida como una práctica para que la escuela sea inclusiva. La promoción de entornos inclusivos debe estar orientada por valores: el respeto, la comprensión y la atención a la diversidad cultural, social e indi- vidual (respuesta de los sistemas educativos, escuelas y docentes a las expectativas y necesi- dades de los alumnos); el acceso en condiciones de igualdad a una educación de calidad; y la estrecha coordinación con otras políticas sociales. e) Las personas con discapacidad Los Estados deben asegurar que las personas con discapacidad: • no queden excluidas del sistema general de educación; • accedan a una educación primaria y secundaria inclusiva, en igualdad de condiciones en la comu- nidad en la que vivan; • se hagan ajustes razonables en función de las necesidades individuales; • se preste el apoyo necesario en el marco del sis- tema general de educación para facilitar su for- mación efectiva; • se faciliten medidas de apoyo personalizadas en entornos que fomenten al máximo el desarro-llo académico y social, de conformidad con el objeti- vo de la plena inclusión. Se realizarán progresivamente planes, programas y apoyos para facilitar el aprendizaje del Braille, la escritura alternativa, otros modos, medios y for- matos de comunicación aumentativos o alterna- tivos y habilidades de orientación y de movilidad, así como la tutoría y el apoyo entre pares; favore- cer el aprendizaje de la lengua de señas y la promo- ción de la identidad lingüística de las personas sor- das; asegurar que la educación de las personas cie- gas, sordas o sordociegos se imparta en los lengua- jes y los modos y medios de comunicación más apropiados y en entornos que permitan alcanzar su máximo desarrollo académico y social. Los Estados asegurarán que las personas con dis- capacidad tengan acceso general a la educación superior, la formación profesional, la educación para adultos y el aprendizaje durante toda la vida sin discriminación y en igualdad de condiciones con las demás. Deberá entenderse la discapacidad como un con- junto de condiciones que responden a la interac- ción entre las características del individuo y el contexto social. No importa tanto la deficiencia del individuo como sus potencialidades y lo que pueda llegar a hacer mediante la eliminación de barreras contextuales y el apoyo necesario. Por eso, los gobiernos deben revisar en todos los órdenes las barreras materiales y simbólicas exis- tentes con el fin de eliminarlas, y prevenir futuras configuraciones de obstáculos e impedimentos para la participación de las personas con dis- capacidad en orden a sus derechos, apuntando a diseños universales, es decir, que pueden utilizar todas las personas. Ese diseño universal no excluye las ayudas técnicas. f) La producción de información desde la Modalidad Se producirá información estadística sobre la canti- dad de población con discapacidad y sobre las esco- larizadas; sobre los índices de abandono o deser- ción escolar de niños, niñas y adolescentes con dis- capacidad; datos sobre éxito o fracaso escolar y los movimientos institucionales de esta población. Se debe favorecer un trabajo coordinado con documentación y herramientas de otros niveles y modalidades y con la Coordinación de Educación Especial y la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (DINIECE) del PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 46
  • 39. 47 Ministerio de Educación de la Nación. g) El enfoque del sujeto de derecho El derecho a la educación de las personas con dis- capacidad requiere una formación específica desde los profesorados de las distintas áreas y niveles educativos en conceptos clave, como sistemas de protección, relaciones entre igualdad y diferencias, el derecho a ser escuchados y otros conceptos para potenciar la formación de sujetos de derecho. La capacitación debe favorecer la desnaturalización de ciertas prácticas discriminatorias. Los sistemas educativos deberían dejar de consi- derar a las personas con discapacidad como “problemas que hay que solucionar”, y actuar de manera positiva ante la diversidad del alumnado, reconociendo las diferencias individuales como otras tantas oportunidades para enriquecer la enseñanza para todos. Debe atenderse los crite- rios de participación plena, autodeterminación, interdependencia y autonomía, y trabajar por la calidad de vida de las personas con discapacidad, con especial atención a las necesidades educati- vas que fueran presentando. h) El diálogo en el Sistema Educativo El derecho a la educación de las personas con dis- capacidad exige una coordinación de las políticas de educación, ciencia y tecnología con las de cul- tura, salud, trabajo, desarrollo social, deportes y comunicaciones, para atender integralmente las necesidades de los sujetos, aprovechando al má- ximo los recursos estatales, sociales y comunitarios. El principio de inclusión requiere de una acción mancomunada de las distintas instancias políticas y jerárquicas de decisión. La trayectoria educativa integral es trazada para y con cada alumno. Así se determinan las distintas etapas del proceso escolar en función de las mejores posibilidades, necesidades y aspiraciones; se define la continuidad en los servicios con estrategias que implican el Sistema Educativo en su conjunto. La trayectoria educativa desde la Modalidad a) Una trayectoria educativa integral La formación integral es un concepto que está presente en todos los principios que rigen los proyectos educativos como política universal y como enfoque pedagógico, consiste en una preparación para el ejercicio como ciudadanos, es un modelo personalizado, crítico y activo. La formación integral es estímulo de diversas potencialidades intelectuales, físicas, éticas, estéticas; implica garantizar un proceso de desa- rrollo de capacidades de encuentro entre per- sonas para ser partícipes de un proyecto colectivo y de la vida pública. La trayectoria educativa integral no implica recorridos lineales por el Sistema Educativo. Los recorridos posibles de los sujetos son singulares, pero en el seno del Sistema Educativo deben ser articulados, acompañados e historizados; son desarrollados en sucesivas propuestas organi- zadas curricularmente, diseñadas y evaluadas por los equipos escolares interdisciplinares. Debe tenerse en cuenta la participación de los alumnos y de sus familias en la toma de deci- siones sobre sus trayectorias educativas propi- ciando la formación para una ciudadanía plena en el ejercicio de los derechos. b) Repensar las trayectorias educativas integrales La trayectoria educativa integral deberá definirse al igual que los apoyos requeridos con la partici- pación de los equipos interdisciplinarios de cada nivel y/o modalidad, los supervisores técnicos de cada nivel o modalidad, y la familia y los alumnos. Debe realizarse conforme a la legalidad, aten- diendo al principio de jerarquía normativa y a las políticas públicas de cada jurisdicción. Los procesos de reflexión conjunta entre los niveles y modalidades con los cuales interviene la modali- dad Educación Especial permitirán la elaboración de propuestas para las trayectorias educativas inte- grales personalizadas desde la educación temprana hasta la adultez. Se apunta a reglamentar un mo- delo organizativo y pedagógico. La Modalidad desarrolla políticas y experiencias institucionales en la educación integral para jóvenes y adultos. Se requieren nuevos espacios de integración e inclusión socio-educativa para adolescentes y jóvenes que representen oportu- nidades para construir aprendizajes significativos, reconocidos y validados socialmente. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 47
  • 40. 48 c) Las “derivaciones” y las trayectorias educativas La intervención de la Modalidad es una tarea educativa, debe generar configuraciones prácti- cas de apoyo y desarrollo de trayectorias educati- vas. La derivación se enmarca en modelos no educativos. Los equipos de apoyo interdisciplinarios inter- vinientes deben realizar las orientaciones nece- sarias para cambiar el modelo de intervención, para que resulte más participativo e inclusivo. Se deben promover espacios de articulación para “pensar” juntos sobre la trayectoria integral. d) Las alternativas educativas El acceso al currículo, las diversificaciones curricu- lares o la atención al ámbito donde tiene lugar la enseñanza requiere apoyos que pueden tener diferentes tipos de organización, en función de las necesidades de los estudiantes con discapaci- dad, con identificación de las funciones de los profesionales de apoyo en un trabajo colaborati- vo entre equipos intervinientes. Los medios de acceso al currículo tienen carácter permanente para que el proceso de enseñanza se produzca en las mejores condiciones posibles. Se trata de condiciones materiales y simbólicas. Entre otras, dependen de diversas condiciones físico-ambientales (la eliminación de barreras arquitectónicas, pisos de madera, espejos, etc.). También, del uso de materiales, equipamientos y ayudas técnicas que permitan a los estudiantes participar en las actividades con autonomía. Resulta indispensable considerar el uso de códi- gos de comunicación alternativos aumentativos complementarios, o alternativos al lenguaje oral o escrito. Se debe diferenciar el acceso al currícu- lo a través de la lengua de señas y el acceso a través de códigos de comunicación relacionados con el español. Las diversificaciones curriculares se realizan en el qué, cómo y cuándo enseñar y evaluar. Abarcan objetivos, contenidos y su secuenciación, meto- dología, criterios y procedimientos de evaluación. Pueden o no ser significativas; estas últimas afectan elementos prescriptivos del currículo oficial y pueden, por tanto, tener efectos en la certificación. La atención a la estructura social y el clima emo- cional donde tiene lugar la educación puede tomar varias formas. Algunos estudiantes necesi- tan la intimidad que se genera en los pequeños grupos; otros requieren la seguridad que ofrecen las escuelas pequeñas frente a los establecimien- tos grandes; hay quienes precisan una organi- zación especial, por ejemplo, escuelas que establezcan y respeten claros límites de conducta. e) Las configuraciones de apoyo La trayectoria educativa integral de los estudian- tes requiere configuraciones de apoyo en los diferentes niveles y modalidades del Sistema Educativo. En cuanto a la trayectoria educativa integral de las personas con discapacidad, se trata de precisar las configuraciones de apoyo desde la modalidad Educación Especial. Denominamos apoyos a las redes, relaciones, posi- ciones, interacciones entre personas, grupos o insti- tuciones que se conforman para detectar e identi- ficar las barreras al aprendizaje y desarrollan estrategias educativas para la participación escolar y comunitaria. Estos apoyos procuran diseñar, orien- tar, contribuir a la toma de decisiones educativas para el desarrollo de capacidades y potencialidades del Sistema, las instituciones y los equipos. Acompañan con estrategias pedagógicas a las per- sonas con discapacidades para desempeñarse en el contexto educativo y comunitario con el menor grado de dependencia y el mayor grado de autonomía posible. Las configuraciones prácticas que pueden adop- tar los apoyos educativos son: atención, aseso- ramiento y orientación, capacitación, provisión de recursos, cooperación y acción coordinada, seguimiento e incluso investigación. La Modalidad, ya se trate de escuelas especiales, gabinetes u otras formas de organización, debe definir sus propios proyectos institucionales mediante las configuraciones prácticas de apoyo, considerando las diferentes tareas que pueden realizar, los contenidos propios, las necesidades educativas de las personas con discapacidad, y los trabajos con todas y todos en una comunidad educativa, para la sensibilización sobre la lengua de señas, campañas contra la discriminación de personas con discapacidad o para transformar barreras educativas, entre otras. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 48
  • 41. 49 Las configuraciones prácticas que pueden adoptar los apoyos serán definidas sobre la base de la eva- luación y la valoración de las discapacidades de los estudiantes, las barreras al aprendizaje, las necesi- dades educativas de los alumnos/as, el contexto y los recursos de las instituciones. Como interven- ciones, las configuraciones de apoyo afectan la dimensión personal. Es deseable comprender la relación de apoyo como una forma de vínculo educativo para y con la persona con discapacidad. Las configuraciones deben tener un carácter fle- xible, complementario y contextualizado para favorecer la selección de estrategias apropiadas. Estas últimas serán documentadas formalmente en convenios y/o acuerdos interinstitucionales. En los procesos de construcción de acuerdos, se debe privilegiar el interés superior de las personas, especialmente, de niñas, niños y jóvenes con dis- capacidad; en este sentido, se atenderá el dere- cho a ser escuchados. La atención de los estudiantes implica diversos apoyos y un mismo alumno puede recibir más de uno de acuerdo con sus necesidades. Por ello, se recomienda que el equipo que decide la trayecto- ria educativa integral sea interdisciplinario. Todos los profesionales aportan sus conocimientos para tener una mirada integral del niño/a. La función del equipo está centrada en el acom- pañamiento en la trayectoria escolar del alum- no/a y en la realización de trayectos flexibles, con seguimiento, monitoreo y evaluación del proce- so. Se trata de resignificar el trabajo de los equipos interdisciplinarios desde un enfoque que garantice las finalidades del Sistema Educativo. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 49
  • 42. 51 El avance en la comprensión de la discapacidad no es un proceso aislado de la realidad. Está inter- relacionado e impulsado por los acontecimientos socio-políticos, culturales y económicos que suce- den en determinados momentos históricos. Así, desde las décadas de los años sesenta y seten- ta del siglo XX, especialmente en el contexto de Estados Unidos, Gran Bretaña y países escandi- navos, aparecen diversos movimientos sociales por parte de colectivos “desfavorecidos”, como personas de raza negra y otras minorías étnicas, mujeres y personas con discapacidad, que denun- cian su situación de marginación y piden el reconocimiento de sus derechos civiles como ciu- dadanos y ciudadanas en situación de igualdad social. En Estados Unidos, por ejemplo, surge el denominado Independent Living Movement (Movimiento de Vida Independiente) y diversos grupos en otros países. Estos movimientos son promovidos por personas con discapacidad y sus familias, al rechazar la vida en instituciones apartadas y ser sometidos a programas de reha- bilitación, sin tener ningún control sobre sus vidas. Estas personas manifiestan sentirse “opri- midas” y reclaman sus derechos para tomar por sí mismas control para sus vidas. En referencia a lo anterior se destacan dos ele- mentos o fuerzas que se interrelacionan para favorecer la nueva comprensión de la discapaci- dad: por una parte, la investigación y la reflexión teórica, donde confluyen distintos campos del saber (psicología, sociología, pedagogía, econo- mía, política…), así como la expansión del conocimiento (que no queda reducido a los “expertos”); por otra, la extensión del movimien- to social de las personas con discapacidad. Por tal motivo, en diferentes ritmos y momentos según el país, la dinámica políticosocial general, el interés de investigadores y de profesionales por el tema, la sensibilización y la movilización de las propias personas implicadas, una aceptación progre- siva de los nuevos análisis, sus postulados y sus pro- puestas de acción práctica, han permitido una evolu- ción esencial de las teorías sobre la discapacidad durante los últimos veinticinco años conformando el denominado “Modelo Social de la Discapacidad”. Este Modelo Social de la Discapacidad sitúa los orí- genes sociales en la existencia de una sociedad organizada por y para gente sin discapacidad. La primera declaración fundamentada del modelo social se atribuye a la UPIAS (Unión of the Physically Impaired Against Segregation), adoptando las definiciones diferenciadas de deficiencia y dis- capacidad. Se considera que existen diversos ele- mentos en el entorno físico o social de la persona que limitan o restringen su vida (handicaps o ba- rreras), como son: las actitudes, el lenguaje y la cul- tura, la organización y la distribución de los servi- cios de asistencia e instituciones, y las relaciones y estructuras de poder que constituyen la sociedad (John Swain et al., 1993). Así pues, el Modelo Social concibe la discapacidad más como la restricción social que aísla y excluye a la persona de la plena participación en la vida social, que como una con- secuencia de las condiciones particulares (de la na- turaleza) del individuo. La UPIAS lleva a la diferenciación de los concep- tos de Impaired, Disability y Handicap, retomados posteriormente por la Organización Mundial de la Salud en su orientación para la Clasificación Internacional de las Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías publicada en 1980, señalando que es la sociedad la que incapacita realmente a las personas con “deficiencias”, para entenderlo es necesario comprender la distinción entre la “defi- ciencia física” en la interacción con la situación social, a la que se llama “discapacidad”. ANEXO II EL MODELO SOCIAL: UNA DEFINICIÓN DE LA DISCAPACIDAD1 1 En Desarrollo de Competencias Docentes para la Atención Educativa de Adolescentes y Jóvenes con Discapacidad. Enfoque Educativo. Documento elaborado en el marco del Proyecto “Fortalecimiento de los Procesos de Enseñanza en la Formación y la Capacitación para la Vida y el Trabajo de Jóvenes con Discapacidad en su Transición al Empleo Productivo”. México, Secretaría de Educación Pública / Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral de la Organización de Estados Americanos (CIDI/OEA), 2009. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 51
  • 43. 52 El Modelo Social ha permeado a todas las per- sonas con discapacidad, de manera progresiva, independientemente de las “deficiencias específi- cas” que puedan presentar. Mike Oliver señala “(…) la discapacidad como una restricción social, sea que las restricciones se produzcan como consecuencia de entornos arqui- tectónicos inaccesibles, de las cuestionables ideas sobre inteligencia y competencia social, de la incapacidad de la gente en general para usar el lenguaje de signos, de la falta de material de lec- tura en Braille, o de actitudes públicas hostiles, hacia personas con deficiencias visibles.”2 Las implicaciones políticas del Modelo Social se sitúan en fomentar la lucha colectiva por un cam- bio social y el florecimiento de organizaciones por todo el mundo, no sólo locales, a pequeña escala, sino organizaciones nacionales e interna- cionales3 adoptando un enfoque más amplio, con el fin de abarcar diversos aspectos de la vida de la persona con discapacidad, como son las rela- ciones personales, la sexualidad y las experiencias directamente relacionadas con la deficiencia,4 motivo por el cual las personas con discapacidad se pronuncian por ser consideradas “individuos” y crear conciencia. Las barreras externas discapa- citantes pueden crear situaciones sociales y económicas de desventaja. En este sentido, se pueden señalar dos premisas importantes en el Modelo Social. En primer lugar, las causas que originan la dis- capacidad no son religiosas ni científicas, sino sociales o al menos, preponderantemente sociales. Según este modelo, no son las limita- ciones individuales las raíces del problema, sino un mundo construido sin considerar la discapaci- dad; esto es, las limitaciones de la propia sociedad para prestar servicios apropiados y para asegurar adecuadamente que las necesidades de las personas con discapacidad sean consideradas dentro de la organización social. En segundo lugar –la utilidad para la comunidad–, se considera que las personas con discapacidad tienen mucho que aportar a la sociedad, o que, al menos, la contribución será en la misma medida que el resto de personas –sin discapacidad–. De este modo, partiendo de la premisa de que toda vida humana es igualmente digna, es particularmente valioso enfatizar las capacidades sobre las dis- capacidades; desde el Modelo Social se sostiene que lo que puedan aportar a la sociedad las per- sonas con discapacidad se encuentra íntimamente relacionando con la inclusión y la aceptación de la diferencia. En este orden de ideas, las niñas, los niños, jóvenes y adultos con discapacidad deben tener las mismas oportunidades de desarrollo, en donde, por ejemplo, la educación –que permite la inclusión– considere las necesidades de todos y todas, independientemente de la etnia, cultura, religión, condición psicobiológica, posición económica, entre otros. El Modelo Social sostiene que deben considerarse las necesidades de las personas en todos los contextos sociales: en este sentido, el empleo no sería, ni debe ser, la primera o única posibilidad de inclusión en la sociedad; resalta la importancia de que el efecto sobre la discapacidad sea abordado desde un enfoque holístico. Así, el uso de tiempo libre, la cul- tura, los deportes, entre otras, son actividades que permiten participar en la vida social, a la vez que desarrollar las capacidades y los intereses particu- lares. Por ello, se otorga igualmente importancia a la accesibilidad –como requisito previo– a la realización de dichas actividades, en igualdad de condiciones. 2 Mike Oliver (1990), The individual and social models of disability, en http://www.leeds.ac.uk/disabilitystudies/archiveuk/Oliver/in%20soc%20dis.pdf 3 Como el British Council of Disabled People, o el Comité de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI); e interna- cionales, como el Foro Europeo de Personas con Discapacidad, Disabled People’s International (DPI), o Disability World. Todas ellas dirigidas por y para personas con discapacidad. 4 Liz Crow, 1997; Alexia Schriempf, 2001. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 52
  • 44. 53 Nosotros, los Ministros de Educación, Jefes de Delegación y Delegados de 153 Estados miem- bros, reunidos en la cuadragésima octava Conferencia Internacional de Educación (en Ginebra, del 25 al 28 de noviembre de 2008), junto con representantes de 20 organizaciones intergubernamentales, 25 ONGs, fundaciones y demás instituciones de la sociedad civil, hemos participado en un debate constructivo y repleto de desafíos sobre el tema “La educación inclusiva: el camino hacia el futuro”. Al término de nuestros trabajos, los participantes recordamos que el artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos estipula que toda persona tiene derecho a la educación. Asimismo, afirmamos que una educación inclusi- va y de calidad es fundamental para alcanzar el desarrollo humano, social y económico. Estimamos de común acuerdo que los gobiernos, así como todos los demás actores sociales, desem- peñan un importante papel para proporcionar una educación de calidad para todos y, por ello, deberían reconocer que es esencial disponer de un concepto más amplio de educación inclusiva que sea capaz de responder a las distintas necesidades de todos los educandos, y que dicha educación sea al tiempo pertinente, equitativa y efectiva. Todas las previsiones hacen pensar que la crisis financiera mundial tendrá repercusiones despro- porcionadas para los pobres, es decir, los que menos responsabilidad tienen en esta situación. Con este telón de fondo, reafirmamos la impor- tancia de la educación inclusiva para reducir la pobreza y mejorar la salud, los ingresos y los medios de subsistencia. En consecuencia, a pesar de la actual crisis financiera mundial, insistimos en que la financiación de la educación debería ser una de las principales prioridades y que la crisis financiera no debería usarse como excusa para reducir los recursos destinados a la educación, tanto en la esfera nacional como internacional. Sobre la base de los resultados de las nueve reuniones preparatorias y las cuatro conferencias regionales sobre la educación inclusiva organizadas por la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO, y fundándonos en los resultados de las reuniones plenarias y de las deliberaciones de los talleres de la presente Conferencia, hacemos un lla- mamiento a los Estados miembros para que adopten el enfoque de la educación inclusiva en la concepción, la aplicación, el seguimiento y la eva- luación de las políticas educativas, como medio para acelerar aún más el logro de los objetivos de la Educación Para Todos (EPT) y para contribuir así a la construcción de sociedades más inclusivas. Con este objetivo en mente, se puede concebir el con- cepto más amplio de educación inclusiva como un principio rector general para reforzar la educación para el desarrollo sostenible, el aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos y un acceso a las oportunidades de aprendizaje en condiciones de igualdad para todos los niveles de la sociedad, de modo que se apliquen los principios de la edu- cación inclusiva. Por consiguiente, recomendamos a los Estados miembros: I. Enfoques, alcance y contenido 1. Que reconozcan que la educación inclusiva es un proceso permanente, cuyo objetivo es ofrecer una educación de calidad para todos, respetando la diversidad y las distintas necesidades y apti- tudes, características y expectativas de aprendiza- je de los educandos y de las comunidades, elimi- nando toda forma de discriminación. ANEXO III RECOMENDACIONES DE LA 48ª REUNIÓN DE LA CONFERENCIA INTERNACIONAL DE EDUCACIÓN1 1 Recomendaciones de los Ministros de Educación, Jefes de Delegación y Delegados de 153 Estados miembros, cuadrágesima octava Conferencia Internacional de Educación (CIE) (Ginebra, 25 - 28 de noviembre de 2008); participaron representantes de 20 organizaciones intergubernamentales, 25 ONGs, fundaciones y otras instituciones de la sociedad civil. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 53
  • 45. 54 2. Que luchen contra la desigualdad social y los niveles de pobreza como prioridades, puesto que constituyen serios obstáculos para la aplicación de políticas y estrategias de educación inclusiva; y que afronten dichos problemas en un marco de políticas intersectoriales. 3. Que promuevan culturas y entornos escolares adaptados al niño, que sean propicios para un aprendizaje efectivo y que integren a todos los niños y niñas, que sean saludables y protectores y que respeten la igualdad entre los géneros; asimismo les recomendamos que promuevan el rol activo y la participación de los propios edu- candos, sus familias y sus comunidades. IIII.. PPoollííttiiccaass ppúúbblliiccaass 4. Que recaben y utilicen los datos pertinentes relacionados con todas las personas excluidas, independientemente del tipo de exclusión, con el fin de desarrollar mejor las políticas y las refor- mas educativas encaminadas a su inclusión; y que desarrollen mecanismos nacionales de seguimien- to y evaluación al respecto. 5. Que consideren pertinente la ratificación de todas las convenciones internacionales relacio- nadas con la inclusión, y en particular la Conven- ción sobre los Derechos de las Personas con Discapacidades, adoptada en diciembre de 2006. 6. Que impartan la educación teniendo en cuenta el interés público y que refuercen las medidas de que dispone el gobierno para orientar, promover y garantizar el seguimiento del desarrollo equitativo de la educación de gran calidad, en estrecha alian- za con la sociedad civil y el sector privado. 7. Que formulen políticas para proporcionar apoyo pedagógico a las distintas categorías de educandos, con el fin de facilitar su desarrollo en las escuelas regulares. 8. Que consideren que la diversidad lingüística y cultural en el aula es un recurso valioso, y que promuevan el uso de la lengua materna durante los primeros años de escolarización. 9. Que insten a las partes interesadas en la edu- cación a diseñar marcos curriculares efectivos, que incluyan todas las etapas, desde la infancia en adelante, adoptando al mismo tiempo un enfoque flexible para dar cabida a las necesi- dades y situaciones locales; y que diversifiquen las prácticas pedagógicas. IIIIII.. SSiisstteemmaass,, iinntteerrffaacceess yy ttrraannssiicciioonneess 10. Que garanticen la participación y la consulta de todas las partes interesadas en los procesos de toma de decisiones, puesto que la responsabili- dad general de la promoción de la inclusión implica el compromiso activo de todos los actores sociales, en el que el gobierno desempeña un papel de liderazgo y las funciones de órgano nor- mativo de conformidad con la legislación nacio- nal, cuando proceda. 11. Que refuercen los vínculos entre las escuelas y la sociedad, con el fin de permitir a las familias y a las comunidades participar y contribuir en el proceso educativo. 12. Que desarrollen programas de atención y educación de la primera infancia (AEPI) que pro- muevan la inclusión, así como detecciones e inter- venciones precoces relacionadas con todo el desarrollo del niño. 13. Que refuercen el uso de las TIC, con el fin de garantizar un mayor acceso a las oportunidades de aprendizaje, en particular en las zonas rurales, alejadas y desfavorecidas. 14. Que proporcionen oportunidades educativas no formales de gran calidad que puedan gozar del reconocimiento formal de las competencias adquiridas en estructuras no formales. 15. Que redoblen los esfuerzos para reducir el analfabetismo y así trabajar en aras de la PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 54
  • 46. 55 inclusión, teniendo presente la importancia que tiene para la educación de los niños que padres y madres sepan leer y escribir. IIVV.. EEdduuccaannddooss yy ddoocceenntteess 16. Que refuercen el papel de los docentes me- diante la mejora de su estatus y condiciones de trabajo; que desarrollen mecanismos para emplear a candidatos adecuados y seleccionen a los docentes calificados que estén sensibilizados con las distintas necesidades de aprendizaje. 17. Que formen a los docentes dotándolos de las capacidades y los materiales necesarios para enseñar a distintas poblaciones estudiantiles y satisfacer las distintas necesidades de aprendizaje de las dife- rentes categorías de educandos, mediante métodos como el desarrollo profesional a nivel de la escuela, la formación inicial sobre inclusión y una instrucción en la que se tenga en cuenta el desarrollo y los pun- tos fuertes de cada educando. 18. Que respalden el papel estratégico de la enseñanza superior en la formación inicial así como la formación profesional de los docentes sobre prácticas de educación inclusiva mediante, entre otros, la asignación de recursos adecuados. 19. Que promuevan la investigación innovadora sobre procesos pedagógicos y de aprendizaje relacionados con la educación inclusiva. 20. Que proporcionen a los administradores de las escuelas las capacidades necesarias para responder con eficacia a las distintas necesidades de todos los educandos y para promover la edu- cación inclusiva en el seno de sus escuelas. 21. Que tengan en consideración la protección de los educandos, de los docentes y de las escuelas en situaciones de conflicto. VV.. CCooooppeerraacciióónn iinntteerrnnaacciioonnaall 22. Que reconozcan el papel de liderazgo que desempeña la UNESCO en la educación inclusiva: • Promoviendo el intercambio y la difusión de buenas prácticas. • Proporcionando, cuando se solicita, asesoramien- to a los países sobre el mejor modo de desarrollar y aplicar las políticas de educación inclusiva. • Fomentando la cooperación Sur-Sur y Norte-Sur-Sur en aras de la promoción de la educación inclusiva. • Alentando los esfuerzos para aumentar los recursos destinados a la educación, tanto en la esfera nacional como internacional. • Haciendo esfuerzos especiales para apoyar a los países menos adelantados y a los países afec- tados por conflictos en la aplicación de las recomendaciones. 23. Que insten también a las demás organiza- ciones a respaldar a los Estados miembros en la aplicación de las mencionadas recomendaciones según convenga. 24. Que difundan entre los actores y socios de la comunidad educativa internacional las presentes Conclusiones y Recomendaciones, adoptadas unánimemente en la clausura de la cuadragésima octava reunión de la CIE, con el fin de inspirar, guiar, respaldar y formular políticas educativas inclusivas que gocen de fuerzas renovadas y de un firme convencimiento. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 55
  • 47. 57 Los Ministros de Educación reunidos en El Salvador el 19 de mayo de 2008 aprobaron en su declaración final un compromiso que puede tener enormes repercusiones para la educación iberoamericana: Acoger la propuesta “Metas Educativas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios”, comprometiéndose a avanzar en la elaboración de sus objetivos, metas y mecanismos de evaluación regional, en armonía con los planes nacionales, y a iniciar un proceso de reflexión para dotarle de un fondo estructural y solidario. Se iniciaba en esa Conferencia un ambicioso proyecto para reflexionar y acordar en 2010 un conjunto de metas e indicadores que diera un impulso a la educación de cada uno de los países. El objetivo final es lograr a lo largo de la próxima década una educación que dé respuesta satisfacto- ria a demandas sociales inaplazables: lograr que más alumnos estudien, durante más tiempo, con una oferta de calidad reconocida, equitativa e inclusiva y en la que participen la gran mayoría de las instituciones y sectores de la sociedad. Existe, pues, el convencimiento de que la educación es la estrategia fundamental para avanzar en la cohe- sión y en la inclusión social. El proyecto surge cuando se celebran los 200 años del traslado de la Corte Portuguesa a Brasil y cuan- do varios países iberoamericanos se preparan para celebrar el bicentenario de su independencia. Y se formula con el horizonte de otro año, 2021, en el que otros tantos países vivirán una conmemoración similar. Parece, pues, que es el tiempo oportuno, de la mano del bicentenario de las independencias, para plantearse un proyecto colectivo que con- tribuya a dar sentido a las ansias de libertad que recorrieron Iberoamérica hace doscientos años (…) Pobreza y extrema pobreza en la región Posiblemente las dos características más profundas y lacerantes de la región sean la pobreza y la desigualdad. Aunque los datos apuntan a una dis- minución de la pobreza desde 2003, en estrecha relación con el crecimiento económico, los niveles absolutos y relativos de la pobreza siguen siendo alarmantes. Según las estimaciones de la CEPAL (2005),2 los pobres en América Latina y el Caribe son el 40,6% de la población, algo más de 213 mi- llones de personas. El número de indigentes, aque- llos que viven en la pobreza extrema, llegan hasta 79 millones, casi el 15% de la población (…). Profundas desigualdades Junto con la pobreza, la desigualdad es otra carac- terística que desgraciadamente define a la inmen- sa mayoría de los países de la región. Un dato expresivo de esta situación es que el índice de Gini de todos los países es superior al 0,43. En términos de la distribución del ingreso, la región es la más desigual del mundo. Como señala el Informe sobre Cohesión Social (CEPAL-SEGIB, 2007),3 un rasgo distintivo de la desigualdad se manifiesta en las diferencias enormes entre los ingresos del decil más rico de la población en comparación con el siguiente. Mientras que en los países europeos el ingreso del 10% de la cúpula supera en no más de 20% ó 30% el ingre- sodeldecilsiguiente,enAméricaLatinaesadistanciaes superior al 100% y, en algunos países, al 200%. ANEXO IV METAS EDUCATIVAS 2021 LA EDUCACIÓN QUE QUEREMOS PARA LA GENERACIÓN DE LOS BICENTENARIOS1 (EXTRACTO) 1 El texto que aquí se presenta en forma parcial fue elaborado a partir del acuerdo alcanzado en la XVIII Conferencia Iberoamericana de Educación celebrada en El Salvador el día 19 de mayo de 2008, convocada por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la Conferencia Iberoamericana de Ministros de la Educación, y la Secretaría General Iberoamericana. El objetivo de esta primera versión fue facilitar el debate que hiciera posible llegar a un acuer- do entre todos los países sobre la educación a la cual se aspira para la generación de los bicentenarios. 2 CEPAL (2005). Panorama social de América Latina 2005. Santiago de Chile, Naciones Unidas. 3 CEPAL-SEGIB (2007). Cohesión social. Santiago de Chile, CEPAL. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 57
  • 48. 58 Una situación similar se encuentra en los ingresos laborales. En buen número de países, el 10% de las personas con mayores ingresos percibe entre el 35% y el 45% de las rentas de trabajo. En cambio, el 20% de los trabajadores con menores ingresos capta sólo entre el 2,5% y el 5% de los ingresos laborales. La pobreza y la desigualdad son los mecanismos principales que contribuyen a perpetuar la repro- ducción social y la limitación de la movilidad: bajos ingresos, condiciones desfavorables en el hogar, problemas de alimentación y de salud, dificultades para mantener a los hijos en la escuela, bajo rendimiento escolar de los hijos, abandono tem- prano o escasa preparación, acceso a trabajos poco cualificados o con niveles de salarios inferiores y formación de una nueva familia que repite el esquema básico anterior. (…) La riqueza multicultural y su olvido histórico La diversidad étnica de la población de América Latina y el Caribe, que cuenta con casi 580 millones de habitantes en 2007, representa un enorme potencial de desarrollo. Los pueblos indígenas y los afrodescendientes, cuyas poblaciones se estiman alrededor de 58 millones y 174 millones, respecti- vamente, se encuentran entre los grupos étnicos más desfavorecidos de la región. Desgraciadamente, todavía no ha sido suficiente- mente reconocida la riqueza que supone para Iberoamérica y para el mundo esta diversidad de culturas, lenguas, modos de vida y experiencias históricas acumuladas. Existen más de 400 grupos indígenas en América Latina. De acuerdo con datos censales, Bolivia es el país con mayor proporción indígena –66%–. En el otro extremo, Brasil registró un 0,4% en el censo. En términos absolutos, México es el país con un mayor volumen de población indígena, seguido de Bolivia y Guatemala. Los datos muestran sostenidamente mayor inciden- cia de la pobreza, menor ingreso, escolaridad y esperanza de vida, mayor mortalidad infantil y materna, y menor acceso a la salubridad y al agua potable. Hay que agregar, además, la situación de exclusión y discriminación histórica (…). Diferencias en el acceso a la educación La pobreza y la desigualdad tienen su específica manifestación en el retraso educativo de amplios sectores de la población y en las diferencias exis- tentes entre los más pobres y los más ricos. Basta señalar que el porcentaje de personas analfabetas se sitúa en torno a las 34 millones de personas, lo que supone casi el 10% de la población. La desigualdad entre países es también notable. Mientras en varios de ellos no hay apenas analfa- betismo entre la población mayor de 16 años (menos del 5% en España, Cuba, Portugal, Argentina, Chile, Costa Rica y Uruguay), en otros países como Guatemala, Nicaragua y El Salvador, el analfabetismo afecta a más del 18% de los alum- nos. Junto a ello, el 40% de los jóvenes y adultos de la región, unos 110 millones, no han terminado sus estudios de educación primaria. Las desigualdades se manifiestan también al com- parar las posibilidades educativas de los diferentes sectores de la población. Estudios recientes señalan que el porcentaje de alumnos que completan la educación secundaria es cinco veces superior entre aquellos que se encuentran en el quintil más rico de ingresos familiares que aquellos que se encuen- tran en el quintil más pobre. Mientras que el 23% de los primeros terminan la educación superior, sólo el 1% de los más pobres lo consiguen. El promedio de escolarización del quintil superior es de 11,4 años mientras que en el quintil inferior de ingresos es de 3,1 años. (…) Principales retos para mejorar la calidad de la educación Los retos principales a los que se enfrentan la ma- yoría de los países de la región se refieren a la falta de competitividad de las escuelas públicas, al reducido tiempo de aprendizaje de los alumnos, a los insuficientes recursos para hacer frente a las demandas de los alumnos, a la situación del profe- sorado, a las dificultades de los centros para ofrecer un currículo atractivo que mantenga a los alumnos en la escuela, a las insuficiencias en la gestión de los recursos públicos y a los reducidos resultados académicos obtenidos en comparación con los paí- ses desarrollados. El aumento de la escolarización en todos los países, sin que se produjera un incremento similar en el PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 58
  • 49. 59 gasto público y en la gestión eficiente de los recur- sos destinados a la educación, ha conducido a un deterioro de la escuela pública y a un dualismo entre los sistemas educativos que refleja, y en cierta manera tiende a mantener, las diferencias sociales: una escuela pública gratuita y mayoritaria a la que acceden los alumnos de los sectores populares que o bien no tienen una escuela privada cercana o bien no pueden pagarla; y una escuela privada minori- taria, en la que se escolariza principalmente los alumnos de la clase media-alta de la población. En el deterioro de la escuela pública intervienen múltiples factores. Ya se ha hecho referencia al primero de ellos y posiblemente el más determi- nante: el incremento del alumnado sin los recursos suficientes para hacer frente a las exigencias educa- tivas con garantías de éxito. Pero hay otros tam- bién importantes, sin duda relacionados con la escasez de los recursos. Por una parte, habría que apuntar las limitaciones en las condiciones básicas para asegurar la igualdad en los procesos educa- tivos: falta de garantías de que todos los alumnos tengan cinco horas lectivas en la educación pri- maria y al menos seis horas en la educación secun- daria; reducido número de escuelas con horario integral, lo que supone que asistan a cada escuela varios turnos de alumnos con la limitación que ello supone para la atención educativa y las posibili- dades de alternativas formativas al término del horario establecido; e insuficientes medios para una enseñanza activa: bibliotecas, ordenadores, espacios para la música, el arte, el deporte o para una atención educativa especializada a determina- dos alumnos. (…) Desajustes notables entre educación y empleo Una de las mayores contradicciones de la sociedad latinoamericana es el binomio formado por edu- cación y empleo: la actual generación de jóvenes es la que ha tenido más años de escolaridad y ha alcanzado mayor nivel educativo, pero es la que tiene más dificultades, no sólo para encontrar empleo sino también para que esté acorde con la formación alcanzada. En parte debido a las mayores competencias labo- rales exigidas, en parte a la falta de articulación entre el mercado laboral y el mundo educativo, y en parte también a la propia inestabilidad del mer- cado de trabajo, lo cierto es que los jóvenes en la actualidad viven con mucha mayor inseguridad e insatisfacción su incorporación al empleo. Además, las tasas de desempleo están fuertemente condi- cionadas por el nivel educativo alcanzado (…). Comprender las culturas juveniles Los proyectos educativos no pueden formularse al margen de sus destinatarios. Por el contrario, han de plantearse a partir de la comprensión de cuáles son los intereses, los valores y las formas de relación que mantienen las nuevas generaciones. De otra forma, existe el grave riesgo de que los jóvenes, especialmente aquellos que tienen más dificultades para mantenerse en las escuelas, sien- tan que los contenidos de aprendizaje están total- mente alejados de su forma de vida y que apenas les va a servir para abrirse camino en el entorno en el que se desenvuelven. Por ello, el análisis de las culturas juveniles es indispensable para afrontar los desafíos de una educación que llegue a todos y en la que todos aprenden para integrarse de forma activa en la sociedad. Los estudios recientes sobre la juventud han desta- cado la importancia de comprender las culturas juveniles y los cambios profundos que se han pro- ducido en ellas, en gran medida por la hegemonía de las tecnologías de la información, por las nuevas formas de relación que ellas comportan, por el pre- dominio de la imagen y por las nuevas formas de conformar la identidad de los jóvenes y su sentido de pertenencia al grupo. La juventud no puede considerarse una cultura marginal cuyos miembros deben abandonar para incorporarse a la cultura adulta, sino que tiene una especificidad propia en la que sus miembros asumen su identidad personal en la medida en que se apropian de los objetos sim- bólicos colectivos: normas, valores, formas de con- sumo, relaciones, comunicación, rituales, diver- siones y expresiones personales y colectivas confor- man los ejes que diferencian a los que están dentro de los que están fuera, a los que están en el centro o en la periferia. Hay que tener en cuenta que no existe una única cultura juvenil, sino que en función del contexto social en el que se desenvuelven, pueden aparecer formas específicas de relacionarse y de vivir la pertenencia al grupo común. Aparecen entonces “tribus urbanas”, en las que existen códigos lingüís- ticos y estéticos propios y en las que las normas comunes operan como auténtica barrera a la pre- PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 59
  • 50. 60 sencia de extraños. El desplazamiento de estos códigos de conducta compartidos hacia actitudes violentas y de oposición a una sociedad capaz de ofrecer posibilidades, pero incapaz de facilitar su logro, explica la presencia de grupos juveniles con actitud de permanente agresión. (…) En síntesis: educación, culturas, ciencia e innovación (…) La conmemoración de los bicentenarios de las independencias, desde el final de esta década hasta el 2021, ha de servir para bucear en las señas de identidad nacionales pero también en los procesos de identidad iberoamericanos, conscientes de que la apuesta decidida por una mejor educación para todos los ciudadanos es la garantía para el progre- so social y económico de cada uno de los países y de la región en su conjunto. La construcción de la identidad iberoamericana ha de basarse en las raíces culturales, lingüísticas e históricas comunes, pero también en proyectos colectivos que se proyecten en el futuro y que manifiesten la fuerza y la solidaridad iberoamericana. El proyecto de las Metas Educativas 2021 alcanza todo su sentido en esta perspectiva. En este contexto han de interpretarse las once metas que constituyen el núcleo fundamental de la educación que queremos para la generación de los bicentenarios: 1. Comprometer a la sociedad con la educación El impulso a la educación no puede proceder sola- mente de la acción de aquellos sectores compro- metidos habitualmente con el mejor fun- cionamiento del sistema escolar. Hace falta buscar nuevos aliados en la sociedad, ampliar el movimiento a favor de la educación y desarrollar programas que aborden los problemas sociales y educativos de forma integrada. 2. Educar en la diversidad La diversidad de alumnos y de alumnas es la situación habitual en las escuelas y en la sociedad. La meta que se plantea pretende que los sistemas educativos fortalezcan las políticas atentas a la diversidad y compensadoras de sus insuficiencias de partida, de manera especial en la defensa de los derechos de las alumnas y en el apoyo a la inclusión social y educativa de los alumnos más vulnerables, especialmente las minorías étnicas, las poblaciones indígenas y afrodescendientes, los que se encuen- tran en condiciones sociales desfavorables y los alumnos que presentan necesidades educativas especiales asociadas a condiciones de discapacidad. 3. Extender la educación temprana Garantizar la educación infantil o inicial para todos los niños y niñas desde sus primeros años de vida es una garantía para su desarrollo y aprendizaje pos- teriores, pero lo es especialmente para aquellos niños y niñas que se desenvuelven en contextos sociales desfavorables. Por ello es necesario asegu- rar una oferta suficiente para todos en la que se garanticen las mejores condiciones educativas. 4. Universalizar la educación básica y mejorar su calidad Asegurar que todos los niños y niñas iberoameri- canos estudien durante al menos doce años es la mejor estrategia para el progreso de la región, la cohesión social y la reducción de las desigualdades. Esta oferta de puestos escolares suficientes debe acompañarse de programas que animen a las familias a mantener a sus hijos en las escuelas, de estrategias que resuelvan el grave problema de la repitencia escolar y de iniciativas en múltiples cam- pos para mejorar la calidad de la enseñanza. Al mismo tiempo, es necesario que el acceso a estos estudios se realice de forma equitativa, de tal ma- nera que los colectivos que a lo largo de la historia han estado más alejados de ellos, como las pobla- ciones indígenas o afrodescendientes, tengan un porcentaje de acceso a estos estudios similar al del conjunto de la población. 5. Asegurar que todos los alumnos alcancen las competencias básicas El acceso universal a la educación básica y las condi- ciones para su calidad son imprescindibles, pero también lo es lograr que todos los alumnos y alum- nas alcancen las competencias básicas para pro- seguir estudios posteriores, para incorporarse a la sociedad de forma activa y para ejercer sus dere- chos y deberes como ciudadanos libres y respon- sables. Ello supone ofrecer un currículo significativo que potencie, al menos, la educación en valores, que incorpore la lectura y el uso del computador en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, en el que la educación artística tenga un papel relevante y que estimule el interés por la ciencia entre las alumnas y los alumnos. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 60
  • 51. 61 6. Incrementar el acceso de los jóvenes a la enseñanza postobligatoria Se pretende que el mayor número de alumnas y de alumnos prosigan sus estudios en la Educación Secundaria Superior, en la Educación Técnico Profesional y en la Universidad, de tal manera que la mayoría de la población tenga en el año 2021 estudios postobligatorios. 7. Conectar educación y empleo a través de la Educación Técnico Profesional Para asegurar el desarrollo e incremento de la com- petitividad de Iberoamérica, es necesario reforzar y coordinar los sistemas educativos y laborales de gestión de la Educación Técnico Profesional. Al mismo tiempo, es preciso diseñar y desarrollar una oferta suficiente que ha de ser innovadora, cualifi- cada, basada en las competencias profesionales y adaptada al contexto socioeconómico. 8. Educar a lo largo de toda la vida Universalizar la alfabetización, la educación básica y otras oportunidades de capacitación para jóvenes y adultos a lo largo de toda la vida, con diferentes metodologías y, en especial, con las nuevas tec- nologías, es una estrategia fundamental en la lucha contra la pobreza, a favor de la inclusión, así como para extender e incrementar el capital del conocimiento en Iberoamérica. 9. Cuidar el desarrollo profesional de los docentes Lograr que el profesorado esté preparado y moti- vado para ejercer con acierto su tarea profesional es sin duda el factor que más influye en la mejora de la calidad de la enseñanza. Para ello, es nece- sario cuidar la formación inicial y continua de los docentes, el acceso al trabajo docente y sus primeros años de desempeño profesional, sus condiciones laborales y su desarrollo profesional. Hace falta, al mismo tiempo, plantear nuevas estrategias que ayuden al profesorado, entre las que cabe destacar el apoyo a la creación de redes de escuelas y de profesores, la ampliación de los programas de innovación, evaluación e investi- gación educativa, y la formulación de proyectos de formación que relacionen la teoría y la práctica, y que orienten de forma preferente hacia equipos de profesores que trabajan en la misma escuela. 10. Contribuir a la configuración del espacio iberoamericano del conocimiento y a la investigación científica El desarrollo del espacio iberoamericano del conocimiento es la meta que se han marcado los países de la región para reforzar la creación de redes universitarias de postgrado, la movilidad de estudiantes e investigadores, y la colaboración de investigadores iberoamericanos que trabajan fuera de la región. Sus ejes principales se encuentran en el incremento del número de investigadores en cada uno de los países y en su movilidad así como en el aumento sostenido de la inversión en investi- gación y desarrollo. El fortalecimiento del Centro de Altos Estudios Universitarios de la OEI es una de las principales estrategias para dinamizar el espacio iberoamericano del conocimiento. Su objetivo ge- neral consiste en fortalecer y mejorar la calidad de los procesos de modernización de la educación, la ciencia y la cultura, a través de la constitución y el impulso de redes de formación e investigación interinstitucionales. 11. Conseguir más recursos para la educación e invertir mejor El enorme esfuerzo que va a suponer el logro de las metas 2021 exige un estudio riguroso de su coste económico por cada uno de los países, así como una respuesta solidaria de aquellos con mayor potencialidad económica. Por ello, se incluye en el proyecto un conjunto de programas de acción com- partidos para avanzar juntos y se formula la necesi- dad de un esfuerzo solidario para invertir más y mejor, en el que se establece la posibilidad de crear un Fondo Internacional Solidario para la Cohesión Educativa. PNUD-09.qxd 20/10/09 13:59 Página 61