Las amistades se forman a través de pequeños momentos compartidos de calidad más que la cantidad de tiempo pasado juntos. Cada amigo se vuelve importante porque el tiempo invertido con ellos crea recuerdos significativos que permanecen con nosotros incluso cuando están ausentes. Las amistades modernas también se forman a través de comunicaciones electrónicas y aprendemos a valorar a las personas sin importar su apariencia u otras características.