El documento presenta una alegoría sobre la importancia de priorizar las actividades más importantes en la vida. Un orador coloca primero piedras grandes en un jarrón para demostrar que no queda espacio para ellas luego. Luego agrega piedras más pequeñas, arena y agua, mostrando que al priorizar otras cosas, no se deja espacio para lo más importante. La lección es que hay que poner primero en la vida a Dios, la familia, los amigos y las principales metas, o no habrá espacio para ellas después.