Este documento discute cómo la Iglesia Adventista puede aprender de los éxitos y fracasos de Coca-Cola en el marketing. Sugieren que al cambiar la forma de presentar el mensaje sin cambiar el contenido, más personas podrían atraerse a Cristo. También advierte sobre los riesgos de cambiar la "fórmula" como lo hizo Coca-Cola en 1985 al introducir una nueva receta que resultó en una pérdida de ventas y dinero. La lección es que la Iglesia debe diseñar formas atractivas de presentar el evangelio sin