En un país lejano, dos reinos coexistían: uno, gobernado por una reina cruel que devastaba su tierra, y otro, por un rey sabio y benevolente que cuidaba a su pueblo. La reina, buscando poder, invocó a un brujo para tener un hijo que le ayudara, y este creó a Pedrusco, un niño con un corazón de piedra. La princesa del rey bueno, a pesar de una maldición que la hacía ver solo lo feo, logra tocar el corazón de Pedrusco con amor y amistad, transformándolo en un príncipe bondadoso.