La Edad Media, que se extiende desde la caída del Imperio Romano hasta el Renacimiento, es un periodo de transición caracterizado por la predominancia del feudalismo y la influencia central de la Iglesia en todos los aspectos de la vida. La economía se basaba en la agricultura y el comercio, mientras que la cultura se vio impulsada por la Iglesia que promovió el aprendizaje y la preservación del conocimiento. A pesar de las crisis, como la peste negra, la Edad Media sentó las bases para el desarrollo de la Europa moderna.