Los anestésicos locales bloquean la generación y conducción de impulsos nerviosos al unirse a canales de sodio en las neuronas, causando parálisis sensorial y motora. Su metabolismo varía entre los grupos éster y amida, afectando su duración de acción y toxicidad, siendo crucial considerar las tasas de absorción y eliminación para minimizar riesgos. Los opioides, que incluyen la morfina y la codeína, se utilizan para el manejo del dolor, pero pueden causar dependencia y tienen diversas contraindicaciones y efectos adversos asociados.