2. Definición
Un trasplante de riñón es un
procedimiento quirúrgico para
colocar un riñón sano de un
donante vivo o fallecido en una
persona cuyos riñones ya no
funcionan adecuadamente.
4. ♦ Funciones excretoras:
Formación de la orina y regular la
composición química del medio
interno (homeostasis).
♦ Funciones endógenas: Síntesis
y secreción de la EPO, síntesis y
secreción de la renina.
♦ Medidas: 12cm (largo), 6cm
(ancho), 3 cm (grosor), y peso
aproximado de 170g.
5. Insuficiencia Renal
Cuando los riñones pierden esta
capacidad de filtración, se
acumulan niveles nocivos de
líquido y desechos en el cuerpo, lo
cual puede elevar tu presión
arterial y provocar insuficiencia
renal (enfermedad renal terminal).
La enfermedad renal terminal
ocurre cuando los riñones han
perdido aproximadamente el 90 %
de su capacidad para funcionar
normalmente.
6. El TR con éxito es en la actualidad y desde hace años la terapia de
elección1 para la mayoría de las causas de insuficiencia renal en la que
está indicado. Mejora la calidad de vida al prescindir de la dependencia
de la diálisis y de las dietas rigurosas, aumenta la supervivencia de los
pacientes y es el tratamiento más económico cuando se compara con la
diálisis.
9. Trasplante renal de donante vivo
Una vez comprobada en la evaluación que el candidato es apto para el
trasplante es conveniente valorar si existe en el entorno familiar opciones
reales para el TR de vivo sobre todo si el paciente es joven.
Su utilización se justifica por la escasez de órganos de cadáver en relación
con la demanda, el escaso riesgo para el donante y los mejores resultados de
supervivencia del paciente y del injerto.
Trasplante renal de donante cadáver
Si el receptor no dispone de la opción de un posible donante de vivo será
incluido en
lista de espera de trasplante cadáver y la selección se realizará habitualmente
atendiendo al grado de compatibilidad ABO y HLA. También se valorarán
otros aspectos como edad (preferencia de los niños), diferencia de edad o de
índice de masa corporal entre donante y receptor, tiempo en lista de espera
de trasplante, grado de sensibilización, si se trata de un primer trasplante
renal o de un segundo o un tercero, etc.
10. El rechazo es la principal complicación tras el TR.
Se puede clasificar en:
Hiperagudo: ocurre en las 48 h tras la vascularización del injerto y obliga
a su extirpación. Se caracteriza por trombosis intravascular iniciada por
los anticuerpos citotóxicos preformados dirigidos contra antígenos
endoteliales del donante. Con la prueba cruzada que se realiza
actualmente pretrasplante la incidencia ha disminuido hasta ser de 0,1-
1%. El rechazo agudo acelerado es muy parecido al hiperagudo, pero
aparece en la primera semana postrasplante, obligando igualmente a
realizar la trasplantectomía.
11. Agudo: a pesar de las nuevas terapias inmunosupresoras el rechazo agudo
(RA) sigue siendo una causa frecuente de pérdida del injerto en el primer año
postrasplante con una incidencia de 15-25%. Es además el principal factor
predictivo del desarrollo de rechazo crónico. Se define como un deterioro
agudo de la función renal con cambios patológicos específicos en el injerto.
Ocurre generalmente en los tres primeros meses del TR, pero puede
aparecer posteriormente (RA tardío). En los pacientes tratados con
inhibidores de la calcineurina las manifestaciones clínicas (fiebre, molestias
en la zona del injerto, oliguria y malestar general) son menos evidentes,
existiendo a veces sólo un aumento de la creatinina sérica.
13. A la terapia de inducción le sigue la de mantenimiento que tiene como
objetivo conseguir a largo plazo una buena función del injerto con la máxima
supervivencia y calidad de vida del receptor. En esta fase los principales
problemas que se afrontan serán el rechazo agudo, la nefropatía crónica del
injerto, la morbi-mortalidad cardiovascular y el desarrollo de infecciones y de
tumores. El tratamiento será lo menos agresivo posible y se procurará que
tenga un buen perfil de seguridad para que no facilite las patologías antes
mencionadas. Es conveniente intentar suprimir y/o disminuir
progresivamente los inmunosupresores que condicionan de manera decisiva
el futuro del TR. Las modificaciones en la terapia de mantenimiento se
efectuarán de manera progresiva y con prudencia teniendo en cuenta los
antecedentes y la evolución clínica del trasplante.
14. Los pacientes que pueden necesitar menos inmunosupresores pueden ser
los receptores con bajo riesgo inmunológico como los de donante vivo, los
efectuados con buena compatibilidad HLA donante receptor, los receptores
de un primer trasplante renal, los que no han presentado episodios de RA o
sólo un episodio de aparición precoz e histológicamente ligero moderado y
de tipo celular, los receptores de más de 60 años, etc.