Este documento describe un encuentro entre Jesús y una mujer samaritana en el pozo de Jacob. Mientras Jesús descansaba junto al pozo, llegó una mujer samaritana a buscar agua. Jesús le pidió de beber, a pesar de que los judíos y samaritanos no se hablaban entre sí. Jesús le ofreció "agua viva" que saciaría su sed para siempre, refiriéndose a la vida eterna. La mujer creyó en Jesús y fue a contarles a otros sobre su mensaje.