El documento describe diferentes pruebas complementarias para la evaluación psicopatológica. Incluye análisis de sangre y orina para detectar sustancias tóxicas, y pruebas como el hemograma, ionograma y electroencefalograma que pueden ayudar al diagnóstico diferencial de trastornos mentales asociados a alteraciones orgánicas. También menciona pruebas neuroendocrinas, neuropsicológicas y de neuroimagen que permiten estudiar trastornos como las demencias.