El documento describe lo que se necesita para ser una educadora efectiva en tres oraciones: 1) No se necesita un título o ser joven, sino amar a los niños y mantenerse activo; 2) Lo indispensable es sentir orgullo por el trabajo, estar dispuesto a aprender de los niños, y sembrar la semilla del conocimiento acompañándolos; 3) Sobre todo, se necesita vivir la profesión con pasión como un juego, llenándose de satisfacción cada día.