El autor observa una escasez de grúas de construcción en Costa Rica, lo que refleja una economía estancada en contraste con otros países en la misma situación pandémica que están invirtiendo en obras. Identifica factores como la crisis fiscal y la corrupción como obstáculos para la inversión y el crecimiento, con una tasa de desempleo que podría ser del 17.5 por ciento. Propone que la reactivación económica debe ser impulsada desde el sector privado y sugiere que un nuevo enfoque del gobierno entrante es crucial para generar futuras oportunidades de empleo.