La resonancia magnética se basa en la reemisión de una señal de radiofrecuencia absorbida por los protones de los núcleos de hidrógeno cuando están sometidos a un campo magnético. Esto permite obtener imágenes con un alto contraste entre tejidos blandos que no utilizan radiación ionizante. Existen diferentes secuencias que varían el tiempo entre pulsos de radiofrecuencia para potenciar el contraste en los tiempos de relajación T1 y T2.