Este documento discute los desafíos que enfrentan las empresas competitivas en el siglo XXI. Los principales desafíos son mejorar el desempeño financiero, reducir los costos operativos y mejorar la imagen y reputación. Para lograr estos objetivos, las empresas deben asumir la responsabilidad social empresarial mediante prácticas éticas y sostenibles que crean valor para todos los grupos de interés.