Durante los siglos XI-XIII se consolidaron los principales reinos peninsulares de Castilla, Aragón y Navarra. En Castilla la economía se centró en la ganadería y la nobleza tuvo mayor poder, mientras que en la Corona de Aragón se desarrolló el comercio marítimo y surgieron poderosas ciudades. En el siglo XIII, la Corona de Castilla y la Corona de Aragón conquistaron territorios musulmanes, dejando solo al reino de Granada bajo control islámico.