La Revolución Industrial comenzó en Inglaterra en 1750 y terminó en 1830. Factores como la acumulación de capital, la explosión demográfica y la Revolución Agrícola impulsaron el cambio a la producción industrial. La máquina de vapor de James Watt permitió la automatización de las fábricas y el aumento de la producción. Esto llevó al surgimiento de grandes fábricas y a problemas como las largas jornadas laborales y la contaminación ambiental.