El Romanticismo se caracterizó por poner al yo en el centro de la obra y las visiones subjetivas e individuales. Los artistas románticos buscaban huir de la objetividad del mundo hacia fantasías e imaginación. Algunos de los temas recurrentes fueron la naturaleza, lo medieval, lo sublime y lo exótico. Artistas representativos fueron Goya, Friedrich, Delacroix y Turner, quienes plasmaron estas ideas a través de pinturas de paisajes, ruinas y escenas de la naturaleza que despertaban emociones.