Los romanos fundaron la ciudad de Sevilla, llamada Hispalis, en el siglo I a.C. bajo Julio César. La ciudad creció rápidamente debido a su ubicación estratégica para el comercio por tierra y agua. Los romanos construyeron importantes estructuras como el Templo de Hércules, los acueductos de Carmona que traían agua pura a la ciudad, y viviendas para familias ricas descubiertas recientemente en el Antiquarium.